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Aborto: nacimiento de una idea
05 ago 2017
Aquí les dejo un artículo del investigador José Manuel Morán, que nos aclara el proceso del cual surge la falsa idea de que el embrión humano, es "un ser humano completo" y la noción de "vida" sostenida por la jerarquía católica contra el aborto

Sobre las consideraciones bioéticas y jurídicas respecto del embarazo y su interrupción voluntaria, podemos acceder a su texto en:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2014000
http://www.scielo.cl/pdf/abioeth/v20n2/art02.pdf

También podemos encontrar su análisis genealógico de la noción de "vida" sostenida por la jerarquía católica contra el aborto en:
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1984-64872013000
aborto obispoo.jpg
La idea de que la vida individual comienza con la fecundación fue adoptada oficialmente por la Iglesia Católica recién en la segunda mitad del siglo XIX

Uno de los lugares más comunes en donde el debate sobre el aborto suele quedar enredado es aquel que lo sitúa como una disputa entre los derechos de la mujer (a la salud, al propio cuerpo, a su vida, etc.) y el derecho del feto a la vida. Sin embargo, para llegar a pensar el debate en esos términos fue necesario dar un paso anterior, que generalmente es invisibilizado e incluso negado por algunos/as: para pensar el aborto en términos de un conflicto de derechos se tuvo que construir antes al feto como un sujeto, cuya vida tiene un ‘valor’ y debe ser protegida.

Muchos/as confunden los términos que se debaten, asumiendo que la disputa en torno al aborto legal se vincula con ‘el inicio de la vida’. Esto es un error porque antes del comienzo de los primeros signos de actividad cerebral, de la implantación o incluso de la fecundación, ya hay vida. Óvulos y espermatozoides son, de hecho, células vivas de la especie humana, como también lo son las células de la piel, de los órganos internos, etc. Así que lo primero que sería preciso dejar en claro es que el debate sobre la vida que se da en torno al aborto corresponde más específicamente al del inicio de la vida ‘de un nuevo individuo humano’, y no en el inicio de la vida como tal. Yendo un poco más al hueso, el debate central es desde qué momento comenzamos a otorgarle valor y protección a esa nueva vida individual (sin perder de vista que ‘individual’ es en sí mismo discutible, dada la naturaleza dependiente del organismo en desarrollo).

Muchas veces damos por sentado que ciertas cosas naturalmente son como las pensamos nosotros/as, que son obvias, hasta que les ponemos un poco de perspectiva histórica y antropológica. Lo cierto es que cada sociedad y cada cultura negocia de manera distinta los umbrales que determinan el momento en que la vida comienza a ser considerada como susceptible de protección.

La antropología ha demostrado que en muchas sociedades no industrializadas el inicio biológico de la vida no coincide necesariamente con el inicio de la valoración de esa vida. En ciertas culturas, el inicio de la vida suele asociarse al momento del parto biológico, por ser este el primer instante en que es posible visibilizar al/la niño/a, mientras que su aceptación social (la entrada de esa nueva vida a la comunidad) puede ocurrir en un momento posterior, como cuando se cumplen ciertos ritos, cuando ocurren determinados eventos simbólicos de importancia para la comunidad o cuando se alcanza un cierto estado de maduración. Dice la antropóloga Lynn Morgan que en múltiples culturas el ‘parto biológico’ está separado del ‘parto social’. En algunos lugares, por ejemplo, el ingreso simbólico de una nueva vida a la comunidad ocurre recién cuando se le asigna un nombre al/la bebé, cuando se realiza la perforación de una de sus orejas, cuando se le circuncida, etc., ritos que pueden ocurrir a los pocos días o a los años luego del parto biológico. De este modo, en algunas sociedades, antes del nacimiento biológico el feto no es considerado todavía una ‘nueva vida’, menos aún un sujeto independiente susceptible de protección o de valoración moral.

Por otro lado, en las sociedades occidentales, desde hace unas pocas décadas venimos atravesando una dinámica social y política en la que hemos tendido a adelantar el momento simbólico en que valoramos y admitimos esa nueva vida como parte de la comunidad. En parte, esto se debe a las nuevas tecnologías de visualización que desde mediados del siglo XX nos han permitido observar los fetos antes del nacimiento.

Esta ‘visibilidad’ que ha adquirido el feto dentro del útero de la mujer transformó las percepciones que se tienen respecto de éste, produciendo cambios en la valoración subjetiva que le asignamos. Aquí es cuando nos acordamos de que todos tenemos un amigo que le habló a una panza. Parafraseando nuevamente a Lynn Morgan, las tecnologías de visualización han adelantado el parto social en Occidente. Eso sí, este fenómeno tuvo lugar con una relativa ambigüedad: aunque hoy en día les asignamos nombres a los/as hijos/as antes de su nacimiento, oficialmente el nombre queda registrado recién tras el parto; pese a que valoramos la vida fetal, los registros de mortalidad oficiales sólo cuentan las muertes de aquellos que murieron tras el parto, y no antes; para prácticamente todo efecto, una mujer embarazada cuenta como una sola persona, y no como dos, tres, ocho. Es decir, atravesamos actualmente un proceso ambiguo de adelantamiento del parto social en el que valoramos la vida fetal, sin desprendernos del todo de la idea de que el nacimiento biológico constituye un momento simbólico central que marca el ingreso a la comunidad.

La postura de la iglesia, también histórica

El propio discurso sobre el inicio de la vida individual que actualmente defiende la jerarquía de la Iglesia Católica no ha sido idéntico a lo largo de su historia. La idea de que la vida individual comienza con la fecundación fue adoptada oficialmente por la Iglesia Católica recién en la segunda mitad del siglo XIX.

A lo largo de la historia del catolicismo, una larga lista de teólogos y Sumos Pontífices apoyaron la tesis denominada ‘hominización tardía’, fundándose en antecedentes filosóficos, teológicos y bíblicos. Según Tomás de Aquino, por ejemplo, el alma era infundada (produciendo la ‘animación’) a los 40 días de la fecundación en el caso del hombre, y a los 90 días en el de la mujer. San Agustín agregaba 6 días más en los fetos de hombres. Así, aunque el aborto era considerado un pecado, para una gran parte de los teólogos de la antigüedad, era menos grave si se realizaba antes de la ‘animación’ del feto, y en ningún caso, cuando ocurriera antes de la ‘animación’, se lo asimilaba con un homicidio. Algunos pasajes del Antiguo Testamento, como el Éxodo, hacen una importante distinción entre las penas aplicadas a una persona por asesinato (en cuyo caso la pena es la muerte), y aquellas aplicadas a una mujer que aborta (las que remiten sólo a una multa).

Por casi dos milenios la Iglesia Católica mantuvo el debate interno respecto de la hominización sin oficializar una posición, a excepción de un breve período de tres años durante el siglo XVI, cuando en 1588 el papa Sixto V apoyó de manera oficial la tesis de la ‘hominización inmediata’, según la cual el cuerpo recibiría el alma desde el momento mismo de la fecundación. Así, por primera vez la jerarquía católica contrariaba la tesis de la hominización tardía sostenida por la mayoría de los teólogos premodernos. Sin embargo su sucesor, Gregorio XIV, modificó tal posición y señaló en 1591 que ‘donde no hay homicidio o feto animado, no ha de aplicarse un castigo más estricto que el que prescriben los sagrados cánones o la ley civil’. Con esto, la Iglesia volvía a sostener la idea de que el alma recién se infundiría en un momento posterior a la fecundación y, por lo tanto, el feto ‘inanimado’ no constituiría aún un individuo susceptible de la misma valoración moral que un ser humano ‘animado’.

Pese a esto, en los siglos siguientes la preponderancia de la teoría de la hominización tardía comenzaría a ceder terreno frente a la de la hominización inmediata, producto de algunas transformaciones que ocurrirían tanto al interior de la propia Iglesia Católica como en el contexto europeo en general. Pueden distinguirse al menos dos grandes antecedentes que incidieron en este cambio de perspectiva. El primero se relaciona con las observaciones iniciales de espermatozoides y óvulos a nivel microscópico. A lo largo del siglo XVII se desarrollaron las primeras observaciones que utilizaron el microscopio como tecnología de visualización, indagando los objetos en una nueva escala de ‘realidad’. Científicos de la época, algunos de los primeros en hacer uso de las nuevas tecnologías de visualización, comenzaron a observar óvulos y espermatozoides sosteniendo que en ellos se podía ver un diminuto y completamente formado ser humano, al que denominaron homunculus.

Estos ‘hallazgos’ dieron pie a lo que se denominó ‘corriente preformativa’, difundiendo consigo la idea de que el embrión constituiría ya un ser humano que no necesita nada más que crecer hasta su nacimiento. En términos generales, quienes sostenían la tesis de la hominización tardía habían tendido a apoyarse, con algunas variaciones, en la idea aristotélica de que el alma humana o sensitiva sólo podía encontrarse en un ser con forma humana. Dado que se asumía que el óvulo recién fecundado no tenía dicha forma, se pensaba que no poseía alma, y que sólo era animado cuando la tomaba.

La corriente preformativa puso en cuestión esta idea, al sostener que el óvulo fecundado sí correspondía a un ser con forma humana. Por esto, algunos teólogos influenciados por los postulados de esa corriente científica comenzaron a considerar que si el producto de la fecundación era ya un ser con forma humana, entonces debería tener alma desde ese mismo instante. Aunque los postulados de la corriente preformativa fueron posteriormente refutados, su influencia sobre el debate en torno a la hominización es, para muchos/as, evidente.

A los 23 segundos de la fecundación, ya podemos escuchar los latidos del corazón del cigoto, podemos pedirle que elija el color del cuarto que lo va a recibir o hasta podemos mediante un estetoscopio escuchar un monólogo sobre la angustia que tiene por no saber si estudiar derecho o contabilidad. Todo con una sola célula. Una.

Pero además de la corriente preformativa hubo un segundo antecedente, aunque de orden teológico. En 1708 el Papa Clemente XI declaró a la Inmaculada Concepción como una fiesta importante para la Iglesia Católica, fijando su fecha en el 8 de diciembre, justo nueve meses antes del nacimiento de María. De modo indirecto, esta doctrina apoyaba la tesis de la hominización inmediata: si se asumía que María había recibido su alma en la concepción, se abría entonces la posibilidad de pensar que la animación de todo ser humano podría ocurrir en dicho momento. La aceptación de la doctrina de la Inmaculada Concepción llegó a su punto cúlmine cuando Pío IX la oficializó mediante la bula papal ‘Ineffabilis Deus’, en 1854. Fue el mismo Pío IX quien, quince años más tarde, oficializaría finalmente la tesis de la hominización inmediata. En 1869, mediante la publicación de la ‘Apostolicae Sedis’, indicó que todo aborto, independiente del momento del embarazo en que se realizase, es un homicidio que merece la pena de excomunión.

La posición contemporánea sostenida desde la jerarquía vaticana respecto al inicio de la vida individual, aunque influenciada por la doctrina de la Inmaculada Concepción y por la corriente preformativa, adquirió un nuevo matiz a partir de la segunda mitad del siglo XX. La defensa católica de la fecundación como el momento en el que emerge la vida de un nuevo individuo se funda hoy en una idea ‘genetista’, basada en una noción de continuidad e inmutabilidad de la identidad genética a lo largo de todo el proceso de desarrollo biológico, y cuyo punto de partida sería la fecundación del óvulo. Se trata de una idea estrechamente relacionada con la emergencia de la biología moderna. En la era de la genética, los genes adquirieron el carácter de entidades que contenían la información del ‘programa predeterminado’ a través del cual opera y se regula la vida misma. Para que la Iglesia Católica adoptase el imaginario genetista en sus nociones y argumentos respecto del inicio de la vida de un nuevo individuo humano fue clave el trabajo del médico Jérôme Lejeune.

A finales de la década de 1950, Lejeune descubrió que la causa del denominado ‘Síndrome de Down’ era la presencia de una copia adicional del cromosoma 21. Su descubrimiento no sólo sirvió para demostrar el origen genético de ciertas enfermedades, sino para instituir en el Vaticano el imaginario genetista de la vida: dado que el genoma contiene los códigos de salud y enfermedad preprogramados de los individuos, Lejeune asumía que, desde el momento en el que se forma el genoma completo de un organismo –esto es, la fecundación– se forma la estructura del ‘plan rector’ de la vida y, por lo tanto, podría hablarse de un nuevo individuo desde aquel instante.

En junio de 1974, Lejeune fue nombrado miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias y sólo cinco meses después la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó la ‘Declaración sobre el aborto’, donde señalaba que “desde el momento de la fecundación del óvulo, queda inaugurada una vida que no es ni la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. […] La ciencia genética moderna aporta preciosas confirmaciones. Ella ha demostrado que desde el primer instante queda fijado el programa de lo que será este ser viviente: un hombre, individual, con sus notas características ya bien determinadas”.

El hecho de que el óvulo fecundado (llamado también ‘cigoto’) sea la primera célula con un ADN distinto al de la madre y el padre, y que se mantendrá inmutable durante su desarrollo biológico, constituye para la Iglesia Católica la prueba científica de que ese óvulo fecundado es ya una nueva vida, un individuo distinto de sus progenitores/as cuya vida es valorable en sí misma.

Entonces, ¿la iglesia basa su postura actual en conocimientos científicos? Para nada. Establecer el momento de formación del genoma humano como punto de inflexión a partir del cual una vida se constituye como un pleno sujeto de derechos no es en absoluto una aplicación directa del conocimiento que nos proporciona la genética. Implica que primero tenemos que asumir que lo que hace valiosa nuestra vida como seres humanos, y que por tanto amerita protección, es la información genética que nos hace únicos. En otras palabras, supone entender a los seres humanos como un conjunto de códigos preprogramados (los genes), y a esa información genética como lo que da un ‘valor esencial’ a la vida humana. El resbalón lógico que opera acá es bastante fácil de señalar: convengamos que de observar y entender la importancia de los genes para la vida biológica a definir el individuo como sujeto de derechos en base a la existencia de una información genética única, hay un paso que ya no es científico, sino cultural, político e ideológico.

Porque al ver en un microscopio el proceso de fecundación, la imagen no nos muestra una persona, ni menos un sujeto de derechos, sólo dos células que se unen. Afirmar que un cigoto es un sujeto no es una conclusión científica sino una forma subjetiva de asignarle valor moral y jurídico a una célula, basándose en el imaginario genetista que afirma que los genes son todo, que representan la última verdad de nuestra existencia. Lo cierto es que todo significado y valoración que le asignamos al feto es una representación y no una forma imparcial y objetiva de pensar en la vida embrionaria. Y el problema es cuando negamos ese carácter construido que tiene la valoración de la vida, disfrazándolo bajo la apariencia de una verdad científica.

Antes de debatir el aborto en términos de un conflicto de derechos entre el embrión y la mujer debemos sincerar los modos en que hemos situado al debate en ese terreno, desnaturalizar lo que entendemos como evidente o natural y observar que quienes se oponen al derecho al aborto suelen subjetivar al feto negando la operación política que efectúan cuando, bajo la apariencia de la naturalidad y la objetividad, otorgan a ese feto la cualidad de sujeto y, como tal, de persona susceptible de protección, al tiempo que invisibilizan a las mujeres y les imputan un estatus moral y jurídico equivalente al de una célula, como es el cigoto.

José Manuel Morán

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Referencias

Morán Faúndes, J. M. (2014). La valoración de la vida, la subjetivación del embrión y el debate sobre el aborto: aportes desde una perspectiva crítica. Acta bioethica.
Faúndes, J. M. M., & Defago, M. A. P. (2013). ¿Defensores de la vida? ¿De cuál “vida” Un análisis genealógico de la noción de “vida” sostenida por la jerarquía católica contra el aborto. Sexualidad, Salud y Sociedad-Revista Latinoamericana.
Morgan, Lynn M. (1989). “When does life begin? A cross-cultural perspective on the personhood of fetuses and young children”. En Doerr, Edd y Prescott, James W. (eds.). Abortion and Fetal “Personhood”.
Conklin, Beth A. y Morgan, Lynn M. (1996) “Babies, Bodies, and the Production of Personhood in North America and a Native Amazonian Society”. Ethos.
Duden, Barbara (1993). Disembodying Women. Pespectives on Pregnancy and the Unborn.
Georges, Eugenia y Mitchell, Lis M. (2000). “Baby Talk: The Rhetorical Production of Maternal and Fetus Selves”. En Lay, Mary M.; Gurak, Laura J.; Gravon, Clare y Myntti, Cynthia (eds.). Rhetoric, Technology, Reproduction.
Morgan, Lynn M. (2009). Icons of Life. A Cultural History of Human Embryos.
Duden, Barbara (1996). “El concepto de ‘Vida’: un ídolo moderno y una amenaza para las mujeres embarazadas”. DUODA Revista d´Estudis Feministes.
Zurbriggen, Ruth y Anzorena, Claudia (comp.). El aborto como derecho de las mujeres. Otra historia es posible.

www.elgatoylacaja.com.ar

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Comentaris

Sin eufemismos tecnocráticos: Dar muerte a un embrión
06 ago 2017
“Establecer el momento de formación del genoma humano como punto de inflexión a partir del cual una vida se constituye como un pleno sujeto de derechos no es en absoluto una aplicación directa del conocimiento que nos proporciona la genética. Implica que primero tenemos que asumir que lo que hace valiosa nuestra vida como seres humanos, y que por tanto amerita protección, es la información genética que nos hace únicos. En otras palabras, supone entender a los seres humanos como un conjunto de códigos preprogramados (los genes), y a esa información genética como lo que da un ‘valor esencial’ a la vida humana. El resbalón lógico que opera acá es bastante fácil de señalar: convengamos que de observar y entender la importancia de los genes para la vida biológica a definir el individuo como sujeto de derechos en base a la existencia de una información genética única, hay un paso que ya no es científico, sino cultural, político e ideológico”.

Científicamente un embrión es un ser humano nuevo en desarrollo desde el momento de la concepción. Y por tanto sujeto/objeto humano, en crecimiento, no pudiendo abstraerse ninguna de las dos cualidades sin negar el proceso de desarrollo entero. Por ejemplo, desnaturalizar al sujeto por medio de su reducción a objeto implicaría olvidar que toma alimento y crece, que es un ser humano vivo en determinado estado de desarrollo, no un objeto o una cosa, reduciéndolo a mera materia prima – en el sentido de objeto de trabajo, con más o menos valor de mercado - sin un proceso para si. Pero hay un proceso para si, pues hay un ser vivo que toma alimento y crece.

Esta concepción inertizadora de los sujetos de la embriogénesis es completamente opuesta a la sacralizadora pero es igualmente ideológica y subjetiva; hay un interés de clase en esa operación. Esto no debería sorprendernos, pues a los seres humanos, desde que somos embriones hasta la quinta edad, nos media la cultura, la política y la ideología, la lucha de clases en esta fase de la historia.

¿Porqué la burguesía y sus aliados de clase media consideran que desnaturalizar y desubjetivar, es decir, negar la condición de seres vivos para si a los embriones humanos, inertizarlos, es una operación política y científicamente correcta? Porque si no tomasen esa posición estarían reconociendo que lo que se le hace al embrión en un aborto lisa y llanamente es matarle, y eso es feo, es feo tenga o no tenga alma el embrión. Por tanto, dado el carácter de las operaciones que se van a realizar sobre ese cuerpo es lógico que sea necesidad de corrección política burguesa el no llamar a las cosas por su nombre. Esto es, la inertización del embrión se opera tan fuera de la ciencia como su sacralización, aunque con el objetivo de ocultar el hecho, al no nombrarlo tal cual es, que se está efectuando: Dar muerte al embrión.

Otro problema consiste, ya en la intersección de los planos de la oposición de sexo-géneros y las contradicciones edadistas, en que si consideramos el material genético en esa nueva y peculiar línea genética que consitutye al embrión es una parte de la madre y otra del padre, al no ser más que materia inerte ni un proceso para si, el derecho al aborto también correspondería al padre, pues si considerara que ese material genético suyo no tiene porqué estar en poder de otra persona, tendría todo el derecho a solicitar su devolución. Ahora bien, el embrión es un ser humano nuevo a la vez que un ser vivo y un proceso para si, ya no es ni vida del padre ni vida de la madre, es vida o existencia para si, y ello es también evidente porque dispone de un genoma único y peculiar, por lo que es su propio propietario, no teniendo el padre ningún derecho a abortarlo con la escusa de recuperar un material genético que, en realidad, ya no es suyo. En cuanto la madre tampoco lo tiene, pero tiene la fuerza para abortar si quiere, lo cual tanto más tendera a hacer cuanto mayor haya sido previamente la deshumanización del embrión promovida por la tecnocracia burguesa, la aritocracia obrera y sus pelelas y peleles, ahora bien, a las cosas hay que llamarlas por su nombre, si lo hace está matando a un ser humano integral, en un determinado estado de desarrollo, no repartiendo gominolas como la eufemística burguesa sugiere.
Re: Aborto: nacimiento de una ideas
06 ago 2017
Aliss, agradezco los posts que estas subiendo a a esta pagina sobre el tema. A mi me esta sirviendo mucho para profundizar sobre el aborto, ya que es algo en lo cual no habia pensado mucho, la verdad.

Igualmente agradezco el debate que se esta creando. Pese a considerar de mal gusto cuando se insultan y despues se llaman de usted.
Re: Aborto: nacimiento de una idea
06 ago 2017
Sr “.”, nadie convierte al embrión en un objeto. Es un embrión y no un ser humano completo como usted afirma. Sólo tiene que ir a cualquier página que explique como se produce la concepción entre los dos gametos, y como a partir de ahí hay un reproducción celular que según el estado recibe un nombre u otro. Además de información el óvulo, también lleva proteínas que hacen que se adecue la placenta para que el cigoto anide en el útero y a partir de ahí, hay un desarrollo que se va viendo por semanas. A partir de 8 semanas aproximadamente, ese embrión se convertirá en un feto, y es como feto que empieza el desarrollo de los órganos. Hay investigaciones que dicen que el embrión puede valerse por sí mismo por más tiempo, pero eso son experimentos que no pretenden que nazca un bebé, sino constatar la naturaleza celular, sus cualidades y propiedades, como descubrir el origen de la vida. Sepa usted que que el feto dependerá durante un tiempo para algunas cuestiones de la madre, como por ejemplo, para la cuestión hormonal, pues será la madre quien le producirá la hormona tiroidea hasta que el feto pueda producirla por sí mismo. Todo esto no se lo cuento como un alarde de conocimiento. No, no tengo tanto conocimiento como para hacer alarde. Se lo expongo para explicarle que no es cierto que el cigoto sea un ser humano completo. Y de hecho, el feto es otra fase de lo que será el ser humano completo que, incluso nada más nacer, seguirá sin ser “completo”, pero sí ya un ser humano al que durante un tiempo se le llamará bebé, y pasado ese tiempo, niño o niña. Y cuestiones como esta que he repetido unas cuantas veces, no es una teoría, es una observación médica de los procesos reproductivos.

Si usted me dice que los “paradigmas” cambian con los tiempos, se lo acepto. Pero no serán los paradigmas de la iglesia ultraconservadora los que me harán cambiar de opinión. Sé de dónde parten, de dónde vienen, hacia dónde van y lo que pretenden.

Las instituciones eclesiásticas reciben una buena parte de economía por sus hipotéticas obras humanitarias, y los pobres han sido siempre su “sector”, al que fueron añadiendo todas las personas a las que consideran “en riesgo de exclusión”. Sin pobres, sin personas empobrecidas, la iglesia pierde una buena parte del negocio de sus ingresos. Y sí, es cierto que a veces en determinas situaciones, sólo está la iglesia. Pero esa ni es la solución, ni va a la raíz del problema que es la acumulación de riquezas y la tremenda desigualdad social existente entre las diversas partes del mundo.

La práctica del aborto voluntario no es “sin motivo ni explicación”, cada persona tiene su motivo y su explicación. Es cierto que no hay un motivo o explicación “revelado por dios”, es todo muy humano, demasiado humano diría, pues en los países en los que hay acceso a los métodos anticonceptivos y una información sexual, los abortos descienden drásticamente. Y en los países en los que esa información y métodos anticonceptivos, sólo tienen un acceso para las clases pudientes, los abortos aumentan. Y sepa que la reproducción y la sexualidad, hace tiempo que se separaron. Y eso se consiguió con luchas, no por la mediación de una paloma divina o un milagro.

Muchas mujeres que nos precedieron, como Flora Tristán (la menciona a ella para no darle la oportunidad del insulto habitual y fácil, “burguesa, aristócrata obrera, socialdemócrata, subvencionada por la fundación Rockefeller, etc…”), decía, muchas mujeres que nos precedieron como ella, ya hablaron de la necesidad del acceso de la educación a las mujeres.

Usted dice que en “los países centrales del capital”, las mujeres ya tienen acceso a la educación. ¿A qué educación? Vaya usted un día a algún centro público donde realicen la interrupción del embarazo, y pregunte sobre el “perfil” de mujer. O usted vive en una “zona alta”, burguesa o sino, no se socializa en la calle con las personas del barrio de clase obrera.

No venga con falsas teorías de que existe una ciencia sin ideología. Toda ciencia tiene ideología, sólo que para usted, la ideología aparece cuando le contradicen y desmontan sus argumentos. Todo lo que usted dice forma parte de una ideología y no es precisamente la “marxista auténtica” que, como le he demostrado, asumían el aborto como derecho en el reconocimiento de que no era posible la revolución, sin la igualdad entre hombres y mujeres. Y no es casual que todos esos marxistas, teóricos y revolucionarios, reconocieron que existía opresión sobre las mujeres.

Mire usted, ni es “la burguesía y sus aliados” (otra de sus habituales evasivas) quienes sostienen lo que le he dicho. Es práctica clínica.

Y en el derecho al aborto los hombres podrían tener opinión, si asumieran el embarazo ellos, cuando asuman la paternidad ellos, cuando asuman la crianza y el cuidado ellos, etc… Es sorprendente su argumento: “pues si considerara que ese material genético suyo no tiene porqué estar en poder de otra persona”. Pero qué tonterías dice. Si el material genético es suyo, ¿por qué lo mete en el cuerpo de la mujer?. ¿Quién le dio permiso?.

Ahora sale con la PROPIEDAD genética del “padre”. Los hombres también deben responsabilizarse en los métodos anticonceptivos, y no dejar esa cuestión a la mujer. No se puede concebir cuando la madre no está dispuesta a ser madre, por mucho que el hombre quiera. De nuevo la mujer queda sujeta bajo el deseo impuesto del hombre.

Sí, eso es también lo que argumenta esa iglesia ultraconservadora. Usted dice que no, pero son demasiadas coincidencias, ¿no le parece?

Está usted lleno de contradicciones. Dice estar en contra de los vientres de alquiler, pero ve correcto que una mujer tenga que concebir cuando no quiere. ¿Eso que es una “okupación de vientre”?

Nadie ha expuesto que abortar, interrumpir un embarazo, sea “un reparto de gominolas”. Usted no sabe lo que es por mucho que insulte a diestro y siniestro. Luego dice, cuando le correspondo con insultos, que yo naufrago; pero si es usted el que insulta, tachando a las mujeres que recurren al aborto porque no tienen otra salida, de genocidas o criminales, entonces lo convierte en argumento y usted "navega a toda vela".

Usted insulta a mujeres que no tiene delante. Eso es bastante revelador de su talante.
Re: Aborto: nacimiento de una idea
06 ago 2017
Gracias “sep” por tus palabras. Tienes razón que las descalificaciones están de más, y sin intentar justificarme te diré que es un debate completamente asimétrico cuando una de las personas no hace más que descalificar, siempre con los mismos insultos, sin aportar una sola prueba de lo que afirma. No habla sobre el contenido, sino que descalifica directamente a la persona para que sus palabras quedan también descalificadas. Un recurso muy habitual dentro de la gente autoritaria, y cuando eso se convierte en norma, a mi personalmente me parece legítimo, para no abandonar el espacio (que es eso lo que se pretende), devolver argumentos e insultos.

Dicho esto, te pido disculpas, si algo de lo que he dicho te ha podido molestar, mi intención no era molestar a quien lee, sino a quien insulta.

Sobre lo que dices, me gustaría comentarte que, como sabes, llegamos a este mundo sin manual y a medida que vamos creciendo nos encontramos poco a poco con nosotras mismas, y ese encuentro tiene todos los sabores y sinsabores.

Como mujeres la cuestión reproductiva es fundamental descubrirla cuanto antes para evitar ser manipuladas por intereses ajenos. Me refiero ajenos a las personas que son parte de ese deseo reproductor. Como mujeres hay cuestiones que hay que conocer que son distintas a las de los hombres, y es importante compartir aprendizajes y experiencias porque cuando surge el deseo, no es el momento y lugar para reflexionar sobre ellas. Por eso mejor tenerlas antes claras. No son cosas de conocimiento exclusivo de mujeres, sino que todas las personas deberíamos de saber, sino para nosotras, para otras personas que conozcamos y que se encuentren ante esos dilemas o simplemente por empatía ante quienes se encuentran en esas situaciones.

Y digo que la cuestión reproductiva se me ocurre importante porque hay demasiadas “estrategias” ajenas para que la reproducción sea un hecho. Por ejemplo, dicen que no se es mujer hasta que se es madre. Y ahí vemos como se nos niega como mujeres. La mujer es mujer, independientemente si es o no madre. No niego la maternidad, simplemente no le quito el valor a la mujer. Ser madre es ser mujer y algo más. Y ese algo, importante.

También me parece fundamental conocer sobre la cuestión reproductiva porque la estrategia del capital de incluirnos dentro de su sistema de producción, para tener más opciones de “abaratar costes”, no debe de alterar nuestro deseo de emanciparnos del trabajo y de la explotación, y al mismo tiempo encontrar la manera de conseguir los recursos para vivir.

Estamos en una sociedad atomizada y muy individualizada, de manera que hay muchas mujeres que ven la posibilidad de independizarse a través del trabajo, pero en no pocas ocasiones, ese trabajo condiciona a la mujer o la imposibilita en su posible deseo de ser madre. Y aquí la ciencia, que busca soluciones para todo en el capitalismo productivo y reproductivo, plantea cuestiones como la de diferir la maternidad.

Nuestra vida productiva tiene límite y más límite si esa productividad tiene que ser como actualmente exigen. Y la reproductiva, para las mujeres, también tiene límite. Frente a eso hay mujeres que anteponen el trabajo a ser madres y retrasan esa posibilidad.

La maternidad a partir de determinadas edades puede ser más compleja, no sólo porque nosotras físicamente no podamos responder a la energía de nuestros bebés, o los primeros años de nuestros hijos e hijas, sino también porque los óvulos de las mujeres tienen “fecha de caducidad”.

Eso que ha dejado de ser ciencia médica para ser negocio, propone para estas mujeres que se encuentran ante ese dilema, la “magnífica” posibilidad de la “congelación de óvulos”.
En otro momento intentaré reproducir una parte de un texto que me parece que está muy bien explicado. La cuestión es que a esas mujeres que deciden retrasar la maternidad para dedicarse al trabajo, le extraen óvulos y los congelan, porque esos óvulos “jóvenes” no suelen traer graves complicaciones en la fecundación, y sin embargo si con ciertas edades intentamos quedarnos embarazadas, el porcentaje de que aparezcan esas graves complicaciones en el embarazo, parto y puerperio aumentan, pues nuestros “óvulos” no son ya como los “jóvenes”, pues nos han acompañado todos esos años de estrés, contaminación, relaciones tóxicas, etc…, y nuestro organismo también ha pasado por ello.

El texto que comento dice que “nada es tan sencillo como nos lo presentan”, y que “se pueden congelar óvulos, pero no vidas”. La maternidad con más de 40 años puede ser maravillosa, pero no tenemos la misma energía, ni nuestro organismo está en las mismas condiciones. Pese a todo no hay excusa para no disfrutarla si es sana.

Intentaré colgar el texto porque está infinitamente mejor explicado que con mis torpes palabras, y a mi me parece interesante conocer estas cuestiones aunque no vayamos a retrasar nuestra maternidad porque vayamos a acabar con la explotación mañanita mismo.
Re: Aborto: nacimiento de una idea
07 ago 2017
Muchas gracias de nuevo, Aliss.
Habiendo sido socializado como hombre (y sintiendome como tal), rompo una lanza en tu favor (te tuteo porque me tuteas) en cuanto a lo que comentas sobre que los hombres tambien tenemos que aprender sobre este tema e ir poniendonos al dia, ya que irreponsabilizarnos de estas cuestiones es algo que no nos podemos permitir si queremos una vida digna de ser vivida no solo para nosotros, sino para la gente que venga.

Un saludo y quedo deseoso de leer el articulo que dices que vas a colgar.–
El embrión es un ser humano completo en determinado estado de desarrollo
07 ago 2017
Buenas Aliss:

Lo que he afirmado es concretamente esto: EL embrión humano, - o la embriona pues ya en los primero momentos de la embriogénesis hay sexuación - es un ser humano completo en determinado estado de desarrollo. Está en crecimiento, está vivo, y, al contrario de lo que afirma este autor, el concepto vida es un concepto válido en su aplicación al embrión.

Lo que no es valido es inertizar al embrión y declararlo objeto, para a continuación afirmar que no es un sujeto. Sí es un sujeto, es un sujeto pasivo - y esto no debería confundirse con ser un objeto -, pero es un sujeto, un organismo humano vivo en desarrollo, que toma alimento y crece, y dispone de su propio material genético. No reconocerlo como sujeto contiene muchos peligros y afirmarlo como objeto abre las puertas a una explotación muy inquietante y nada bioética. Normalmente, detrás de esas afirmaciones hay intereses de laboratorios médicos y farmaindustrias que buscan tener las manos libres para realizar producciones y obtener ganancias, además de intereses políticos malthusianos y socialdemocratas, y tienen que tener una oposición que, también normalmente, vienen de sectores médicos, también católicos, pero también comunistas y anarquistas. Esto lo aclaro porque hay quien cree que el anticlericalismo de una posición la legitima aprioristicamente como válida y esto es incierto y comprenderlo es básico.

Las observaciones ciéntifcas, al contrario de lo que usted afirma, señora Aliss, son concluyentes sobre el caracter de ser vivo peculiar e individual, aunque dependiente, del embrión humano, no una botella, no una lechuga, no un automovil ni un huevo frito como ha llegado a afirmar. No, nada de eso, es más si al embrión se le aborta es precisamente porque es un ser humano y su presencia humana nueva afecta a las relaciones sociales de la formación económico-social en que ha sido concebido.

No es que bajen los abortos, - lo cual no es lo que ha pasado durante la última década en el estado español -, por el empleo de anticonceptivos - lo cual en principio es positivo si no se confunde al aborto con un método de anticoncepción - sino más bien, de antialumbramiento, que no es lo mismo - sino que hay una política malthusiana de reducción planificada de la natalidad de las masas proletarias mundiales que denominan "planificación familiar" con toda una jergología llena de eufemismos que pasan por ser el sentido común respecto a la reproducción biológica humana, y es la ideología dominante, en un marco económico capitalista que se encuentra en una fase de baja tasa de ganancia media estructural, que determina la creciente represion de la maternidad y paternidad no rentables. Por esto, como ese es un proceso estructural que también afecta a los embriones, no es ya que no haya proteccion de la maternidad sino que nos encaminamos hacia la represión de la maternidad de las mujeres trabajadoras a medida que se implanta la robotización y crece la sobrepoblación relativa, cosa que usted considera secundaria pero que no lo es, como pudo comprobar en el enlace de la crítica a las declaraciones de Monica Oriol.



Agur
Re: Aborto: nacimiento de una idea
07 ago 2017
Por enésima vez le repito que lo que usted dice acerca de la "humanidad" del embrión no es cierto. Ser embrión de humano, no lo convierte en humano.

MIENTE cuando dice que he comparado al embrión con un huevo frito. Esa es su manera de desvirtuar mis palabras, simplemente para menospreciar lo que he dicho e insultándome al decir que he dicho esa barbaridad.

En una ocasión, para hacerle entender la diferencia, le puse el ejemplo de un huevo, embrión, y el polluelo, ser ave completa. Y le razoné algo muy sencillo y que todo el mundo entendería, menos usted y quienes piensan como usted. Si usted se come un huevo frito o una tortilla, no se está comiendo un pollo.

Si usted rompe un huevo, allí no verá pollo alguno, pues para que surja un pollo de un huevo, tiene que pasar por un proceso de encubación-embarazo. Los seres humanos gestamos el feto en el interior de nuestro cuerpo, la gallina, ser vivo, lo hace fuera del cuerpo, son ovíparas, no vivíparas... Y, oh!, casualidad, el pollito no se alimenta de la madre al nacer, los mamíferos sí lo hacemos. Sin embargo, aves y mamíferos, ambos son seres vivos.

Seguro que cuando usted se come un huevo, si no es vegano, no le entran nauseas al pensar que se está zampando un "aborto" de pollo.

En otra ocasión ya le comenté que su ombligo no es el centro del mundo. En "los países centrales del capitalismo", descendieron los abortos..., la cuestión como sucede en todas las estadísticas que siempre se utilizan para manipular opiniones, es en comparación con qué, en base a qué ítems, en qué contextos se han tomado los datos, etc...

Y ese descenso del que le hablaba, contrastaba con el aumento en "los países no centrales capitalistas" y se barajaban las causas como la dificultad de las clases empobrecidas al acceso de la información o al uso de anticonceptivos.

En la cuestión de no concebir al aborto como método anticonceptivo, ya le expliqué que la píldora del día después, método anticonceptivo muy utilizado en su país y en esos países que usted llama "centrales del capitalismo", no es ni más ni menos que una posibilidad de un aborto "temprano".

Y para concluir, usted lo que decía exactamente es que en el momento de la fecundación ya estaba sexuado como hombre o como mujer, y mi respuesta fue decirle que eso no era realmente cierto, pues lleva la información, pero no está sexuado como masculino o femenino el embrión. De ahí que usted se invente lo de "embriona".

Lo puede consultar en páginas de biología o de proceso del embarazo. Y lo dicen muy claro. En todo caso, en el momento de la fecundación se podría decir que el embrión es hermafrodita y en unas semanas, desarrolla el sexo. Por eso no es posible ver el sexo del feto en las ecografías, hasta pasado largo el primer trimestre, alrededor de las 20 semanas. Esto de nuevo, no es una teoría, como todas las suyas, es una evidencia que se puede constatar con los procedimientos de diagnóstico por la imagen.

Usted repita la falsedad mil veces, que no obtendrá una verdad.
Indocumentarse voluntariamente, ¿para qué?
08 ago 2017

Buenas Aliss:


Es cansino tener que volver a comprobar que usted prosigue en sus confusiones y creyendo que todos hemos de estar confusos para que usted no haga su muy necesaria autocrítica. Mire esto:

¿Puedo elegir el sexo de los embriones que me voy a transferir?


El genoma humano se compone de 46 cromosomas: 23 de ellos heredados de nuestro padre y 23 de nuestra madre. En estos cromosomas se encuentra almacenada toda la información genética de nuestro organismo. Estos 23 pares se organizan en: 22 pares denominados autosomas, y un par de cromosomas sexuales (X e Y) que diferencia ambos sexos (hombre XY y mujer XX). Desde un punto de vista técnico, empleando el diagnóstico genético preimplantacional disponemos de una herramienta capaz de analizar toda la dotación cromosómica del embrión. Esta técnica, conocida como CCS (Screening Cromosómico Completo), permite detectar ganancias o pérdidas de cualquier cromosoma del embrión. De modo que mediante el CCS podemos analizar la dotación completa del embrión determinando que no existen excesos ni defectos de ADN que impedirán el adecuado desarrollo del embrión. Pero además si nos centramos en los cromosomas sexuales podremos conocer si el embrión analizado tiene dos cromosomas X y por tanto será una niña (XX) o un cromosoma X y otro Y (XY) y será un niño. […]


https://www.institutobernabeu.com/foro/tag/sexo-del-embrion/

Pero usted sigue reclamando que no hay sexuación del embrión, allá usted.


Por otro lado, me acusa de desvirtuar sus palabras, y de eso nada, usted considera al embrión humano un objeto inerte y no un ser humano real, y lo compara con cosas como botellas o coches. Muy absurdo, y quizas se lo cree, o quizás intenta hacer control de daños para no afrontar la realidad que no es otra que el embrión humano es un ser humano real, nuevo, integral, completo, en determinado estado de desarrollo, le guste o le disguste a usted esta realidad.

Pero es que, además, quien desvirtua y miente en este debate en que esta naufragando cada vez más está siendo usted. Recuerde esto que me atribuyó con toda la cara hace poco:


"El sr “.” en uno de sus comentarios “antiaborto”, habló de la castidad como método anticonceptivo, y en ese mismo comentario, ni tan siquiera nombraba los habituales métodos anticonceptivos. La iglesia católica más reaccionaria, no concibe otros métodos anticonceptivos que la castidad y los que llaman “naturales”, en referencia al encuentro sexual en esos días en que la mujer todavía no está ovulando.".

EN: ¿Quiénes están detrás de todos esos discursos misóginos y patriarcales?


http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/513956

Pero lo que en realidad escribí fue esto:


"Pueden practicar sexo lesbico y gay, sexo no genital, autoestimularse, abstenerse de seuxalidad o buscar parejas ya no fertiles, nadie les obliga a crear seres humanos solo para tirarlos luego a la basura".


EN: Feminización de la pobreza es parte del legado de Chávez (que acrecienta Maduro)


http://barcelona.indymedia.org/newswire/display_any/513306

¿De dónde se saca lo de castidad? Es más, en otro comentario similar inclui los métodos anticonceptivos, en el listado de alternativas. Pero a usted le da igual, siga así que va a llegar muy alto, señora Aliss.


Por si alguien quiere consultar las verdaderas posiciones en el debate, he aqui un listado con los principales hilos del debate sobre el derecho al aborto en Indymedia en 2017, son, por orden cronológico, estos:


Documentos del debate sobre el derecho al aborto en Indymedia


Re: Aborto: nacimiento de una idea
08 ago 2017
Ja, ja, ja… Unas cositas simplemente. Lo que he dicho es que los embriones llevan la información sexual, pero no se desarrolla el sexo hasta unas semanas después, cuando ya son fetos, y por eso no se ve en las ecografías antes de ese tiempo. Lo que he dicho es que se puede decir que el embrión es hermafrodita (etapa indeterminada, sin desarrollo sexual). ¿Sabe lo que significa eso? Deben pasar unas semanas para que el embrión desarrolle la información y aparezca el sexo. Hasta ese momento tienen solo la información, pero los embriones no están sexuados de otra manera, por eso no se puede ver el sexo sino en la información cromosómica. Y por supuesto que hay técnicas para saber la dotación cromosómica, pero eso no significa que estén ya sexuados como sí lo estará el feto. Son matices que a usted se le escapan.

Si se fija, en la letra negrita que usted tan amablemente nos comparte, dice claramente: “Pero además si nos centramos en los cromosomas sexuales podremos conocer si el embrión analizado tiene dos cromosomas X y por tanto será una niña (XX) o un cromosoma X y otro Y (XY) y será un niño”

Se ha dado cuenta de que pone “SERÁ” y no “ES”. Sólo es un pequeño detalle cómo interpreta usted las cosas siempre a su conveniencia, en vez de lo que se expresa. Repase lo que he dicho, y verá que, salvo algún lapsus involuntario, no hay contradicción entre lo que usted aporta ahora y lo que he dicho. El par cromosómico 23 es el que determina el sexo, pero el sexo no está desarrollado, y por tanto el embrión no tiene sexo, hasta el paso de las oportunas semanas en que lo desarrollará, sólo tiene la información sexual.

Aquí la información concreta y técnica: “hasta aproximadamente las siete semanas de gestación (del embrión), cuando se activa un gen del cromosoma Y llamado SRY, no comienza el desarrollo de los genitales masculinos. Ni de los femeninos: durante este período, los embriones tampoco son fenotípicamente hembras; si acaso, podríamos decir que son potencialmente hermafroditas. Antes de la activación del SRY, todo embrión posee dos estructuras diferentes llamadas conductos mesonéfricos y paramesonéfricos. Los primeros darán lugar a los genitales internos masculinos, y los segundos a los femeninos. En función de que aparezca SRY o no, unos progresarán, mientras que los otros se reabsorberán hasta desaparecer”.

Le repito, los embriones están “sexuados” en su información pero al contrario de lo que usted afirma, no hay un sexo todavía desarrollado.

Además, lo que dice su información en negrita, al igual que la que le he compartido, no es toda la realidad, pues el hermafroditismo sexual (ahora conocida como intersexualidad) existe y no se suele detectar hasta después del nacimiento. Por tanto esa idea del XX hembra, XY macho, es la idea del bimorfismo sexual, y fuera de ella, lo demás es considerado patología. Investigue sobre el caso de Alexina (Herculine Barbin) que explica Foucault. Que estas sexualidades sean el 1 por 1000, no dejan de ser sexualidades.

Es como cuando usted dice que el embrión y el feto son lo mismo. Pues no. O como cuando también dice que el nacimiento es el mismo momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide y no el momento del parto. Pues tampoco. Y usted necesita que eso sea así porque si se nace, ya se es, y al ser se existe y así le encajan mejor las piezas de ese rompecabezas tan retorcido que intenta recomponer.

Y ahora no interprete que digo que el embrión no es y por tanto no existe. El embrión es embrión y existe como tal hasta que madura y pasa a ser un feto. Y a este le sucede lo mismo. Ambos son, embriones y fetos, de seres humanos, pero como humanos “no están completos”.

También le he dicho que cuando se juntan los gametos (no sé porque ahora se molesta porque utilice el término gameto), cuando se fecundan, se crea el cigoto, que para que lo entienda, es como si fuera una primera fase del embrión y va a anidar al útero, multiplicándose celularmente a través de la división celular. El embrión está en desarrollo unas 8 semanas y a partir de ese momento se transforma en un feto. Es a partir de las 20 semanas que es posible ver el sexo del feto, no del embrión que ya no existe. Hay quienes determinan anticipadamente el sexo según la posición del feto, pero no es porque el sexo esté desarrollado ya. Y no es una casualidad que el desarrollo del sexo empiece precisamente a partir de la octava semana, cuando pasa de embrión a feto, y aclaro que cuando digo “empezar a desarrollar el sexo” no estoy diciendo que se pueda ver.

https://es.wikipedia.org/wiki/Embrió;n
http://www.miembarazo.com.co/cual-es-la-diferencia-entre-cigoto-embrion-
http://elembarazo.net/diferencia-entre-zigoto-embrion-y-el-feto.html
https://brainly.lat/tarea/1945001

El embrión es un ser vivo (no un “humano completo”) y por tanto no puede ser un “objeto inerte”. Demuestre dónde he dicho eso que usted dice que no desvirtúa. Y desvirtúa porque no tiene otro remedio si quiere salir del lío en el que se ha metido usted solito. Primero de buen rollo, hasta que le he demostrado que usted habla con los argumentos de los obispos más reaccionarios de la iglesia católica. Entonces ahí se puso nervioso y ya le salió la reacción desesperada.

Otro ejemplo de esos que tanto le molesta como el del huevo (al cigoto también se le llama huevo). Si usted va al campo con sus sobrinos y sobrinas, si es que tiene, y se encuentra una charca y oyen croar a las ranitas, puede que se detengan y vean al acercarse, cómo los renacuajos van a esconderse hacia el lodo de las orillas y las hierbas, y las ranas que estaban tan tranquilas, saltan precipitadamente a la charca para ocultarse. Ambos son seres vivos, pero no son lo mismo, aunque los renacuajos ya tengan toda la información genética para ser ranas. Sin embargo, las ranas nunca ya podrán volver a ser renacuajos. El desarrollo tiene una dirección, no ambas. Si usted ve un gusano y una mariposa, tampoco les dirá a sus sobrinitos y sobrinitas que son lo mismo, les explicará que hay una metamorfosis por medio, una transformación. Y cuando esta se produce, eso significa que ya no eres la de antes.

Cuando usted dice “abstenerse de sexualidad”, ¿a qué se refiere?. Y además no veo que nombre los métodos anticonceptivos. Usted estaba hablando de la variedad de posibilidades que tenían las mujeres para evitar un embarazo no deseado y tener que abortar después. En el comentario de la “abstención sexual” los métodos anticonceptivos, no aparecen. No miento.

Luego dice que en otro comentario incluyó los métodos anticonceptivos. Sí, la iglesia católica también habla de métodos anticonceptivos, pero son los que llama “naturales”. Y le digo que no miento porque además, enseguida se lo hice notar, y por eso se lo he ido repitiendo, entre otras cosas para que se pronuncie y deje las cosas claras y no en la ambigüedad.

Sabe, a mi no me molesta que usted no esté de acuerdo con el aborto. Lo que sí que me importa es que usted no esté de acuerdo con que una mujer decida abortar y “no sin razón y no sin motivo”.

Haga memoria. En una ocasión que el gobierno salvadoreño condenó a prisión a una mujer, que había abortado como consecuencia de una violación, usted expresó su desacuerdo con la condena y veía que ese era un caso en el que aceptaba el aborto. “con razón y con motivo”. Pues ya ve, este como tantos abortos no son como usted dice “sin razón, ni motivo”.

Hace unos pocos comentarios, usted también decía que siempre le preguntaba por los abortos espontáneos y que si eran espontáneos, pues que no era lo mismo…, más o menos. Corríjame si me equivoco o si le he malinterpretado, pues esa no es mi intención. Ya tenemos dos supuestos del aborto que no son sin razón, ni tampoco sin motivo… Y mi insistencia con el aborto espontáneo obedece a la misma cuestión que le he planteado antes, a que se posicione.

Sigamos, si a una mujer le detectaran un desarrollo fetal grave y anómalo que podría afectar fatalmente al desarrollo normal del embarazo, ¿qué opinaría usted de la posibilidad de abortar de esa mujer, en esa circunstancia?

Si en otra circunstancia, la vida de la mujer embarazada corriese peligro al parir, ¿qué diría usted, que hay que salvar a la madre o al bebé…?

Como ve, no anticipo ni hago conjeturas sobre sus opiniones, porque hasta el momento no se ha pronunciado en casos como esos. Ese no hacer conjeturas ni interpretaciones gratuitas sobre el otro o la otra, es algo que usted no me ha “regalado” en ningún momento. Hasta no hace tanto, aún me ha llamado “pelela” del sistema o algo así.

A mi sus insultos me provocan carcajadas de satisfacción. Sé que son espinas que se le clavan. Y no es una satisfacción por quererle dañar, sino porque desde un primer momento usted no ha tenido ni el menor cuidado y ha insultado a diestro y siniestro, a mujeres y a feministas que no tenía delante. A mi tampoco me tiene delante, pero por lo menos yo le leo y le puedo responder, dar argumentos e insultarle para ponerme a su altura, que por cierto es muy baja, y no de longitud.

Se lo vuelvo a repetir, qué opina sobre el aborto de estos dos supuestos que le he planteado. Se lo propongo porque así, por lo menos, iremos avanzando en algo, pues ya ve que los cuatro supuestos son “con motivo y con razón”, que es lo contrario que usted repite siempre como una letanía.

Si está de acuerdo con la decisión de esas mujeres de abortar, ya tenemos cuatro supuestos en los que usted admitiría el aborto. Si no es así, pues matízelo como le parezca. Intento ser “pedagógica” para mostrarle que esa idea de que las mujeres que recurren al aborto, son criminales y genocidas, es falsa y tiene una clara intencionalidad, aunque usted no sea consciente. Entiendo que debería de explicar en qué casos no está de acuerdo, pues tal vez esos supuestos que usted imagina no estén contemplados como interrupciones voluntarias del embarazo y estamos aquí hablando de abstracciones.

Gracias por poner los enlaces, así quien quiera podrá comprobar que no hay ninguna contradicción en lo que he expresado sobre el desarrollo del sexo en los embriones y la información cromosómica. Todas podemos llevar información cromosómica que no se haya desarrollado porque no se han dado las circunstancias, y en el caso del par de cromosomas 23, tampoco su desarrollo ha sido siempre XX o XY.

PD
Se le nota "acorralado", vuelve a esa vieja estrategia, ya se olvida del aborto y se centra en mi.
Embrionas
08 ago 2017
Buenas Aliss:

Gracias por sus elogios, pero la realidad es la que es; Decidir matar a un ser humano completo en determinado estado de desarrollo y sexuado, es decidir matar a un ser humano, sea un embrión o una embriona, no únicamente "interrumpir un embarazo", y así hay que comunicarselo a las mujeres proletarias si no se les quier engañar. Por otro lado, comparar reiteradamente a los embriones con una botella o con una lechuga o con un coche o con un huevo, es objetivamente cosificarlos y deshumanizarlos. Pero además decir luego que no lo hace, le retrata muy fielmente.

Agur
Re: Aborto: nacimiento de una idea
09 ago 2017
Ja, ja, ja...

De nuevo eludiendo su responsabilidad y la posibilidad de avanzar y aclarar algo.

A las mujeres proletarias, no será usted quien diga lo que hay que decirles. Ellas crecerán y se harán mayores con capacidad para tomar sus propias decisiones, si usted no lo impide imponiendo antes una "dictadura del proletariado y la proletariada"

La realidad es la que es, y en cada lugar puede adoptar formas diferentes. Usted necesita "humanizar" el proceso celular de desarrollo del embrión y el feto, dando al concepto "vida", ese falso significado de "ser humano completo".

Desde el primer momento habría podido entenderle que los embriones llevan la información sexual en los marcadores cromosómicos. Lo que serán y no lo que son, pues son embriones, pasarán a ser fetos y si el proceso es satisfactorio, nacerán como ser humano.

No comparo a las personas con los huevos. De lo que le he hablado son de procesos diferentes de seres vivos, y que hay fases larvarias antes de ser el resultado definitivo que, fíjese por donde, estará sujeto de nuevo a un proceso de desarrollo, crecimiento, envejecimiento y muerte.

Ese mismo proceso vital, también puede tenerlo un cigoto. Si no se multiplica a través de la división celular, no se desarrollará. Con el feto lo mismo, si no se desarrolla, aunque ya tenga los estados primígenos de los órganos (ya no en información como el cigoto), el organismo lo abortará espontáneamente.

Fíjese además que la diferencia entre esas fases es que el cigoto puede ser un feto, y el feto un ser humano, pero el ser humano, solo puede ser un ser humano y polvo para la tierra.

Que usted diga que comparo a seres humanos con botellas o no se cuantas cosas más, no me sorprende. Ha mostrado siempre una especial deriva hacia la tergiversación de lo que he dicho. Comparar el proceso no es comparar los sujetos en proceso.

Me va a disculpar, pero esa es una burda manipulación. Burda y ruín.

El cigoto necesita de las proteínas para su proceso de desarrollo, y hubiese podido ponerle otro ejemplo que no fuera un coche para explicarle esa cuestión. Sin ese "alimento" el cigoto no se mueve, no desarrolla la información que lleva.

Usted dice que "cosifico" y "deshumanizo". ¿Usted humaniza a los animales? Se lo pregunto porque cuando me acusa de todo eso, lo que está encubriendo es que la mujer es solo un útero, un vientre, una incubadora, "no un ser humano completo".

Ya se lo expuse hace algún tiempo con la letra de la canción Mujer, cantada por Amparo Ochoa.

Mujer Si te han crecido las ideas
de ti van a decir cosas muy feas
que, que no eres buena, que, que si tal cosa
que cuando callas te ves mucho más hermosa

Mujer, Espiga abierta entre pañales
cadena de eslabones ancestrales
ovario fuerte, dí, di lo que vales
la vida empieza donde todos son iguales
Angela Jean, o antes Manuela
mañana es tarde y el tiempo apremia

Mujer si te han crecido las ideas
de ti van a decir cositas muy feas
cuando no quieras ser incubadora
diran. No sirven estas mujeres de ahora

Mujer, semilla fruto, flor camino
pensar es altamente femenino
hay, hay en tu pecho
dos, dos manantiales
fusiles flancos¡, y no anuncios comerciales



Angela Jean, o antes Manuela
mañana es tarde y el tiempo apremia
Angela Jean, o antes Manuela
mañana es tarde y el tiempo apremia
Te digo mañana es tarde
te digo que el tiempo apremia,
Te digo mujer que es tarde
Oye el tiempo apremia
Angela Jean.....

"Mujer" - Amparo Ochoa
https://www.youtube.com/watch?v=57neSrYUJpw
Crítica al generismo misógeno: Acerca del concepto maquínico-incubacionista del cuerpo femenino
10 ago 2017
Buenas Aliss:

Recuerde que yo le respondi a determinado contenido autocosificador de esa canción con una reflexión en el comentario titulado “Crítica al generismo misógeno: Acerca del concepto maquínico-incubacionista del cuerpo femenino”, en “Para todas las que luchan...!”, contra la pre-instrumentalización burguesa del cuerpo de las mujeres:

http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/512912/index.php

Agur
Re: Aborto: nacimiento de una idea
11 ago 2017
Sí sr “.”, lo recuerdo perfectamente, y por eso lo vuelvo a recuperar, pues en contra de lo que usted afirma, concibe a la mujer como un mero útero que no tiene decisión ni opinión acerca de su embarazo no deseado, forzándola y negándole la posibilidad de su interrupción.

El titular decía “Negación de la condición de ‘incubadoras’”, pero también “o de la condición de ‘madres a la fuerza’”, y eso es lo que usted “predica” cada vez que aparece la cuestión del aborto, que sean “madres a la fuerza”. También por eso necesita hablar de “ser humano completo” porque así desplaza y anula, invisibiliza, al ser humano completo que es la madre, a la que convierte en un mero útero reproductor.

En la canción, por si no se había fijado, se hacían algunas rimas y la de “incubadora” lo hacía con la siguiente línea “No sirven estas mujeres de ahora”. No sirve para tener hijos, no sirven como madres incubadoras… es lo que piensan los reaccionarios, pero no solo la burguesía, también la jerarquía eclesiástica conservadora y sus defensores.

Como ya es habitual en usted, siempre me culpabiliza de lo que usted oculta que es. Para mi es muy sencillo, solo tengo que leer de qué me está culpando, para saber qué está ocultando, y es por ahí que he llegado a constatar que utiliza exactamente los mismos argumentos y discursos que las jerarquías eclesiásticas católicas ultraconservadoras.

La canción no cosificaba nada, denunciaba la cosificación, y como es habitual en usted, trastocó el significado a su antojo. Nadie que lea la letra de la canción, salvo usted, entenderá que la mujer se está "autocosificando", sino que está denunciando esa cosificación por negarse a cumplir el rol que se les ha asignado de incubadoras. Usted sólo concibe la misoginia en el "generismo" de las mujeres. La misogínia es más propia de los hombres.

Su reacción es patética y se ha puesto en evidencia una vez más.
Sindicato Sindicat