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Anàlisi :: criminalització i repressió
El mal por elección (María del Prado Esteban)
16 mar 2013
Texto recién publicado en el blog "Mujer, verdad y revolución social" (prdlibre.blogspot.com)
guardianas-nazis-3.jpg
De nuevo nace la polémica sobre si acusar a algunas mujeres de hacer el mal es machismo puro, tal y como nos dicen los las jerarcas de la cosa pública. Así, en tiempos en que la corrupción política y económica está empedrada de nombres femeninos, cuando en las cargas policiales más duras se emplean un número creciente de mujeres, y cuando en las empresas las jefas atropellan tanto o incluso más que los jefes la dignidad de las personas (hombres o mujeres) bajo su mando, no se puede decir que hay mujeres que ponen denuncias falsas en muchos casos por odio y en otros por seguidismo con las campañas institucionales e incompetencia para tomar decisiones propias; no, no se puede decir sin ser acusado de machista.

Es tanto el ruido que hacen los medios y los organismos estatales que apenas se puede oír la realidad, por eso cobra más importancia que en los últimos tiempos cada vez más mujeres hayamos tomado la iniciativa de desmontar con hechos y con argumentos esa deplorable construcción ideológica que usa la adulación para someternos. Es el caso del reciente libro de Mónica G. Álvarez, “Guardianas nazis. El lado femenino del mal”. En este texto de investigación periodística se hace un recorrido por la biografía de 19 mujeres como representantes del mucho más nutrido grupo de las guardianas de los campos de concentración del Tercer Reich; mujeres como Ilse Koch, “La zorra de Buchenwald”, Irma Grese “El Ángel de Auschwitz”, María Mandel “La Bestia de Auschwitz”, Herta Bothe “La Sádica de Stutthof”, Dorothea Binz “La Binz”, Hermine Braunsteiner “La yegua de Majdanek” y Juana Bormann “La Mujer de los perros” a las que apoda “las siete Arcángeles del terror”, y las otras doce a las que nombra en el epílogo como “Las Doce Apóstoles del Reich”, son retratadas por la autora a través de sus actos de barbarie y de maldad hacia mujeres y hombres por igual.

Estas son las personalidades elegidas por la periodista, un puñado de mujeres que representan a las muchas miles que participaron de la brutalidad del régimen nacional-socialista. Solo en el campo de Ravensbrük se llegaron a formar y preparar cerca de 3.600 mujeres para las tareas de control del resto de campos diseminados por la geografía europea bajo control del Estado nazi. No todas eran alemanas, también colaboraron muchas de otras nacionalidades como Hildegard Neumann y Ruth Elfriede, checas o Gerda Steinhofff, Irene Haschke y Therese Brandl, polacas, lo que demuestra que las mujeres, como los hombres, nos conducimos en el mundo por voluntad y por ideas y no por innatos condicionantes sexuales o étnicos.

Algunas eran madres, lo que no significó un obstáculo para llevar a la muerte, muchas veces por sus propias manos, a una enorme masa de niños y niñas. Esto demuestra que el hecho reproductivo, por sí mismo, no nos hace mejores, y sólo es un elemento de humanización cuando se inscribe entre los actos del amor y del compromiso con la vida; como trance biológico es un acto del cuerpo como cualquier otro, por lo tanto las ideas simplistas y los estereotipos sobre la maternidad tienen que ser puestos en duda dado que no se corresponden con la realidad.

Las mujeres que describe Mónica fueron tan crueles y bestiales como los guardianes hombres e incluso más que ellos en algunos casos, así lo declara una mujer húngara en el juicio contra María Mandel. Las atrocidades que perpetraron, las torturas inhumanas que infligieron representan las más crueles perversiones. Lanzar perros contra mujeres, hombres o niños hasta causarles la muerte o matarlos a patadas, latigazos o palos. Asesinar a recién nacidos, exterminar por hambre, frío o agotamiento a miles. ¿Eran también ellas víctimas de la cultura machista? ¿Eran irresponsables de sus actos? ¿Estaban los prisioneros varones en una posición de superioridad histórica y cultural sobre estas féminas? La autora concluye que “con ellas se demuestra que la maldad y el sadismo es cosa del género humano, sin distinción de sexos, algo que han puesto en duda las feministas más radicales”. Sin embargo, esta verdad elemental es hoy negada por un nuevo fanatismo esencialista que ha sustituido el principio biológico racial nazi por el sexual, construyendo así un pensamiento religioso que toma lo femenino como bien universal y como argumento para el desarrollo de campañas de represión, manipulación y manejo de las masas.

Hoy, la ortodoxia sexista plantea que dudar de la palabra de la mujer es una aberración y se lanza el calificativo de terrorista y defensor de la violencia machista a quien se atreva a decir que existen denuncias falsas favorecidas por la Ley de Violencia de Género, puesto que esta ley considera que la palabra de la mujer es suficiente prueba y tiene valor para limitar el principio de presunción de inocencia.

Pues bien, si algunas mujeres han podido torturar, atormentar y sacrificar en los campos de concentración nazis a cientos de miles de hombres, niños y niñas y a otras mujeres ¿por qué motivo no podrían también poner denuncias falsas?, ¿por qué no buscarían sus intereses aprovechando las ventajas de la ley?, ¿por qué no iban a permitirse los privilegios del odio?

Cuando las campañas mediáticas de “sensibilización”, es decir, de propaganda y manipulación mental están dirigiendo a las mujeres hacia un estado de miedo-odio hacia los varones y una nueva ideología basada en las luchas por poder, y a la vez se ponen en sus manos instrumentos que permiten prevalecer sobre sus pares del otro sexo con la ayuda del Estado, ¿por qué habrían de usarse tales privilegios sólo de forma legítima?

Muchas vivimos el hartazgo del mito sobre la superioridad moral femenina que nos presenta como buenas por naturaleza aunque no por virtud, pues presupone nuestra incapacidad para hacer el bien por elección o por mérito, o el mal por libre albedrío. Nos sentimos aliviadas al comprobar que el mal está a nuestro alcance de la misma manera que lo está la grandeza y la excelencia, podemos pues, forjarnos por propia iniciativa a favor de la vida y de la libertad o de la barbarie y la muerte, lo que nos pone en la tensión de elegir y construir con conciencia y voluntad nuestra biografía y nuestras obras.

La realidad es que nuestras ideas y elecciones nos constituyen, por lo que la conversión a un ideario depravado o a unos intereses corrompidos está presente numerosas veces a lo largo de la vida y ello trueca a sujetos corrientes en monstruos, tal y como demuestra Mónica G. Álvarez al estudiar a ese grupo de carceleras. La mayor parte de ellas eran mujeres normales que hacían una vida normal y que fueron voluntarias, es decir, eligieron sumarse a la causa del Reich e involucrarse en los proyectos represivos y genocidas del régimen, ya fuera por convicción, por ansia de poder, por dinero o por dar rienda suelta a sus instintos de odio y violencia; en cualquier caso lo hicieron por motivaciones propias y no únicamente prestadas o inducidas desde fuera, tampoco por desequilibrios psíquicos ni mentales. No eran solo víctimas del sistema, sino co-autoras de las monstruosidades que de él se derivaron.

Lo cierto es que la mayor parte de las 250.000 mujeres que trabajaron como voluntarias para el régimen nazi, en general, tenían trabajo, eran enfermeras, matronas, cobradoras de tranvía, peluqueras, profesoras o funcionarias de correos entre otros oficios; no eran pues mujeres dependientes económicamente, sino “liberadas” según el patrón de un feminismo que ha hecho del dinero y del salariado el culmen de la libertad. No estaban obligadas por ningún hombre a hacer lo que hicieron ni eran consideradas como segundonas o simples ayudantes a las órdenes de los varones; el propio Himmler señalaba que los guardias debían ver y tratar a las guardianas como sus iguales y camaradas[1]. Todas las interpretaciones causalistas que quieran explicar por impulsos exógenos las acciones de estas féminas caerán en contradicciones flagrantes al estudiar los hechos de sus biografías.

Las responsables de la brutalidad y la crueldad que desarrollaron contra los prisioneros y prisioneras son ellas mismas y no otros, ellas mutilaron, martirizaron y asesinaron a miles, en muchos casos por placer sádico.

De Dorothea Binz que dirigió una escuela de guardianas en Ravensbruck se dice que entrenó a sus alumnas en los puntos más finos del “placer malévolo”, que ella había aprendido a su vez de María Mandel, la colaboradora de Mengele en Auschwitz. En efecto, el sadismo fue un componente esencial de la ideología de las SS y de los fascismos, tal y como denuncia con una fuerza y un realismo aterrador Pasolini en “Saló o los 120 días de Sodoma”, y ese componente formó parte de la acción de los varones tanto como de las mujeres.

Cuando se ha convertido en lugar común codificar el pene como un arma y la sexualidad masculina primigenia como violación, cuando se ha construido el término hetero-patriarcado para definir un estado de sometimiento y abuso que han hecho los hombres históricamente sobre las mujeres, los sucesos que ocurrieron realmente en los campos de concentración nazis no encajan en esa versión maniquea y perversa del sexismo feminista. Allí varios miles de féminas se convirtieron torturadoras y, en muchos casos, también en violadoras de otras mujeres y hombres. Violadoras, sí.

La feminista Joanna Burke en “Los violadores. Historia del estupro de 1860 a nuestros días”, fue la primera que se atrevió en nuestros días a usar ese término para catalogar las acciones de un núcleo de mujeres, cierto que mayoritariamente militares, que abusan de hombres o mujeres usando el sexo como instrumento de sometimiento y dominación sobre sus rehenes. Después lo ha hecho el Tribunal Internacional de la Haya condenando a Pauline Nyiramasuhuko, la ministra ruandesa de mujer y familia en 1994, por genocidio y también por instigar la violación de más de 500.000 mujeres tutsis; y, recientemente, a Yvonne Basedya, la jefa de una unidad de la milicia hutu, por haber participado directamente en las violaciones y muerte de un número indeterminado de mujeres y hombres. Hay pues, mujeres violadoras.

De esa categoría forman parte las desalmadas que retrata Mónica. De Ilse Koch, “La zorra de Buchenwald” se dice que “organizaba orgías lésbicas con las esposas de los oficiales” y con los subordinados de su marido, organizando juegos perversos de seducción sexual con los prisioneros a los que incitaba para luego imponer castigos corporales brutales de su propia mano u ordenándolos a los guardias. Ella, que no era guardiana, sino esposa de un comandante, si participaba de la violencia contra los prisioneros era por gusto. Aunque no pudo demostrarse, se la acusó de seleccionar para ser ejecutados a hombres cuya piel tatuada se usó para fabricar objetos de diverso tipo como lámparas; aún sin ser esto probado, fue condenada a cadena perpetua por sus numerosos actos de brutalidad.

Más depravada incluso que la Koch fue Irma Grese, su belleza angelical -parecía una Madonna- ocultaba un monstruo capaz de las mayores atrocidades. Tenía tan solo 22 años cuando fue ejecutada en 1945. Grese formó parte del equipo del doctor Mengele con el que colaboraba en la selección de las víctimas para experimentos médicos o para morir gaseadas. Su persona causaba terror en los prisioneros y prisioneras de Auschwitz pues siempre se movía acompañada de sus feroces perros adiestrados para matar, a los que lanzaba sistemáticamente contra hombres, mujeres o niños, que eran devorados en presencia del resto de prisioneros.

Aunque tuvo amantes varones Irma prefería a las mujeres para saciar una sexualidad perversa volcada en el poder y la violencia sobre el otro. Entre las prisioneras buscaba mujeres bellas y exuberantes a las que destrozaba los pechos con su látigo, luego dejaba que las heridas se infectasen para poder llevarlas a amputar las mamas, operación que ella presenciaba y que se realizaba sin anestesia. Griselda Pearl, médico de los prisioneros lo cuenta y dice, “entonces ella se excitaba sexualmente con el sufrimiento de la mujer”. Otras internas declararon que Irma Grese tenía aventuras bisexuales y buscaba relaciones lésbicas con algunas internas a las que luego mandaba al crematorio.

La conclusión obvia es que la violencia sexual no es patrimonio de los hombres, que no hay una innata tendencia genética a la agresión y que no es necesario ser heterosexual para pertenecer a ese minoritario pero selecto rango de los y las violadores, y que son determinadas ideologías las que animan estas depravaciones, ideologías del odio que, es cierto, han sido patrimonio principalmente de los ejércitos y de las guerras y, por eso, en el pasado, mayoritariamente de los hombres, no por el hecho de ser hombres, sino por ser soldados. Sin embargo, siempre ha habido un núcleo de mujeres que se han implicado en esos lodazales, un número que será creciente en nuestros días por la mayor incorporación femenina a esas funciones tradicionalmente masculinas. Esto que parece obvio, no lo es para el grupo de los fanáticos de las nuevas religiones políticas que definen las categorías del bien y el mal asociadas a los rasgos sexuales o raciales o a la orientación erótica de las personas según el caso, culpando al hombre blanco heterosexual y exculpando, de paso a las estructuras del poder del Estado.

Con argumentos pueriles y mucha vehemencia han definido que el mal se encuentra contenido en el grupo de los hombres blancos y heterosexuales, y que las mujeres, los no heterosexuales y los grupos raciales no blancos son siempre víctimas y portadores del bien social e histórico[2]. Su racismo, sexismo y esencialismo extremista ha generado una nueva fe religiosa, ciega y alucinada, que valora a las personas no por sus actos, por su obrar en el mundo, sino por raza, su sexo o su orientación erótica.

Al igual que las carceleras de Reich, convencidas de su superioridad por pertenecer a la raza aria, estos nuevos segregacionistas terminarán por constituirse en un nuevo linaje de superhombres (un concepto ultramachista nietzscheano que adoran muchos feministas), una nueva aristocracia que gobierne implacable sobre las castas inferiores de hombres y mujeres-macho (todas las díscolas con la nueva fe) blancos y eróticamente inclinados al sexo contrario.

Los principales focos de la violación son las guerras, las estructuras del poder jerárquico e ilegítimo (lo son hoy principalmente la empresa capitalista y todas las instituciones estatales), los grupos de delincuentes y marginales (tanto más abundantes cuanto más destruida esté la sociedad popular y horizontal) y el ascenso en la sociedad de ideologías del odio, del apetito de poder y del victimismo agresivo. El hecho de ser varón o mujer, heterosexual, homosexual, lesbiana, bisexual, transexual, blanco o de otra raza son únicamente particularidades, formas de manifestarse esas infamias, y son histórica y espacio-temporalmente cambiantes.

El uso y abuso de los seres humanos con motivos sexuales o de puro sadismo y voluntad de poder es una lacra de las sociedades despóticas. Así, imitando a “la Binz” y a la “bestia de Auschwitz”, después de terminar la guerra, en 1955, escribió Simone de Beauvoir “Faut-il brûler Sade?”, un panegírico del llamado divino marqués (tal vez por su condición de ateo que se investía con los atributos de dios) que demuestra la debilidad de la madre del feminismo moderno por el gran misógino y asesino de mujeres. Sólo por corrección política y por la necesidad de mantener su reputación de luchadora contra el nazismo (falsa toda ella) no pudo la francesa hacer el elogio de las atrocidades de Irma Grese, la cual puso en obra las fantasías del aristócrata de conquistar la completa “libertad” destruyendo a otros seres humanos.

En nuestros días el ascenso de una casta de mujeres poderosas y de otras colaboradoras del poder en sus ejércitos, policías e instituciones jerárquicas hará que crezcan las maltratadoras, agresoras y violadoras; las mujeres y los hombres sin poder seremos víctimas bajo la bota de ellos y ellas, cada vez más omnipotentes. Las nuevas Irma Greses elegirán sus víctimas; las eligen hoy en muchas empresas, en el ejército y en las jerarquías estatales, entre sus subordinadas y subordinados.

No podemos conocer los datos de las violaciones en las empresas capitalistas, no tenemos detalles de los estupros, abusos y acosos realizados por hombres contra mujeres, por hombres contra hombres, por mujeres sobre mujeres y sobre hombres, no las conocemos porque la mayor parte de ellas no se denuncian y las que son denunciadas no se registran asociadas al ámbito en el que se producen, y, por lo tanto, sus particularidades permanecen anónimas.

En la medida que sigan aumentando las actuales operaciones de enfrentar y aislar a las mujeres y los hombres, destruyendo todos los lazos horizontales y naturales que nos han unido, las formas de la esclavitud, que incluye la esclavitud laboral y la esclavitud sexual, se harán más y más presentes en la sociedad; convertidos en ganado humano seremos usados por las castas dominantes de mujeres y hombres poderosos.

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[1] El libro Las mujeres de los nazis, de la historiadora austríaca Anna Maria Sigmund, ha sido publicado el pasado noviembre en Austria, donde se vendieron 25.000 ejemplares el primer mes. Según la autora, las mujeres del séquito de Hitler no respondían al ideal de mujer propagado por la doctrina nazi: no eran amas de casa, ni se esforzaban por procrear en abundancia (a excepción de Magda Goebbels, que tuvo seis hijos).

[2] Es deplorable leer cosas como un manifiesto en el 8 de marzo que asevera que “Una dona que estima i folla amb altres dones es converteix automàticament en una revolucionària.” (leer completo). Semejantes operaciones permiten que todo aquello que hagan las lesbianas se convierta, automáticamente en el bien. Para el próximo año les sugiero que hagan un homenaje a Irma Grese.

http://prdlibre.blogspot.com.es/2013/03/el-mal-por-eleccion-de-nuevo-nac

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Comentaris

Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
17 mar 2013
Prado Esteban pégate un tiro y haznos un favor! (En castellano para que lo entiendas)
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
17 mar 2013
Dudo mucho que Severino di Giovani escribiera estas palabras hoy si estuviera vivo... y mucho menos en plural neutro!
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
17 mar 2013
Los motivos por los que Valerie Solanas disparó al patético de Andy Warhol, no me parece que se puedan situar en su "androfobia militante", como dice Pardo. Eso es sostener la ignorancia de las "verdades" a medias o las falsas "verdades". Lo que sí que se puede reconocer en lo que le sucedió a Valerie Solanas, incluso más allá de sus ideas, pensamientos y actos, es que tuvo un arrebato como consecuencia de la frustración, producto de una terrible traición, pues Warhol no fue más que un grotesco personaje que se supo vender muy bien, y aprovecharse de la ilusión colectiva que se generó en "la factoria", para comercializarla llevando el "underground" al mercado.

Salvando las distancias y en diferentes dosis de oportunismos, es lo que podría ser Ramoncín y/o "la movida madrileña".
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
17 mar 2013
Parece que Prado menosprecia ciertas violencias como la "simbólica" o la "invisible", pero no muestra ningún rubor al hablar al hablar de "feminicidio espiritual".

No me sorprende que artículos como este se cuelguen justo cuando se habla de lo que nos sucede a las mujeres en tantas partes, como el día de la mujer trabajadora o lo sucedido en Atenco y en tantas otras partes. Mientras muchas mujeres hacen el esfuerzo de visibilizar la agresión sufrida, alguien se esfuerza en todo lo contrario, negando la existencia de los miles de mujeres muertas cada año como consecuencia de todas esas violencias producidas por el patriarcado.

Además asegura que "estamos en un momento de la historia en el que por fin la lacra del machismo está siendo corregida"... No sé en qué mundo vive esta señora, pero debe ser alguna torre de marfil construida para su "selecta clase burguesa" o por la factoria Disney. Quizás, como considera que los feminicidios son "mentiras de feministas subvencionadas", no pueda aceptar que existan otras realidades culturales ajenas a la suya y que el feminicidio, sea una devastadora realidad, lo mismo que el maltrato hacia las mujeres, sólo se necesita un mínimo de sensibilidad y dignidad para darse cuenta y no mirar para otro lado:

http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/464327/index.php

http://www.youtube.com/watch?v=pwX3vUxPlsA
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
17 mar 2013
Tal vez Severino no, pero America Scarfó le rajaba el cuello a esta anarcomonja, ésta si que formaba parte de la Sección Femenina!

Prado Esteban y Félix Mora, construid la anaquía en una isla y dejádnos en paz!
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
18 mar 2013
Contradictòria i Menosculino,

Potser, si en el vostre cercle proper havéssiu conegut - patit com jo, casos de dones què, abans d'anar a posar una denúncia han anat dient a tort i dret "el denunciaré per quedarm'ho tot, a banda de la custòdia dels fills", han posat la denúncia i acabes veient un tros de pà de tiu sense un duro, sense feina i intentant treure's la vida (i en el cas més flagrant, apunyalat per la seva ex i EMPRESSONAT 10 mesos en preventiva!!), entendrieu què el que diu la Esteban (i la Maria Sanahuja i d'altres) és què el patriarcat i el "masclisme estructural" no solament és del sistema sinó què la LOVG en forma part subtilment, què l'agressivitat no és intrínsicament masculina i què dir què hi ha filles de la gran puta (al igual que fills de la gran puta) aprofitades, denúncies falses i homes víctimes de maltractament, NO és negar què hi hagi dones víctimes d'homes. Confoneu correlacions amb causa-efecte. Sou binaris (o amb o contra vosaltres). Sou la reacció pura disfressada de progressisme.
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
18 mar 2013
Keridx "ángel asexuadx", no soy ninguna "progre", además que das por supuesto que no hemos vivido ninguna situación tan dramática como la que relatas. Si piensas que sólo tú tienes el conocimiento porque sólo tú tienes la experiencia, difícilmente podremos entendernos.

Has hecho una interpretación muy alejada y errónea de mis palabras. Soy consciente que las discriminaciones, por muy positivas y "bien intencionadas" que sean, no dejan de ser discriminaciones y por tanto heridas y agravios.

He conocido varias experiencias como la que explicas, pero por cada una, me he encontrado cientos de otras.

Cielo, quizás me equivoque, pero no creo que me puedas explicar mejor de lo que he experimentado en carne propia el patriarcado con sus múltiples opresiones y aún así te leo y te escucho atentamente, intentando entender lo que nos estás diciendo sin soltarte la primera indignación que se me mueva por dentro.

Si te das cuenta, no hablo de "privilegios", que es lo que reconozco que busca la norma patriarcal y las "feministas subvencionadas". La LOVG me parece tan injusta como te pueda parecer a tí, y no creo haber dicho nada a su favor, pues no defiendo ni apoyo leyes, aunque me favorezcan.

Ahora bien, lo que no me podrás negar, es que en las palabras de Prado hay cierto menosprecio generalizado, lo mismo que en las tuyas. Nadie te ha juzgado, ni tampoco a la Prado, sobre su posible "binarismo", algo así como si para descalificarte te llamara "heterosexual", haciendo lo que hacen las leyes, discriminando un comportamiento o concepción sexual con los que, por otra parte, ni tan siquiera me siento identificada. O sea, que antes de decirle a alguien "binaria", intenta aclarar lo que dices.

Y para no desviarme del tema, mi intervención viene a cuento por la negación que hace la señora Prado de los feminicidios y su falsa impostura. Lo que sostengo, y además con toda radical convicción, es que esos feminicidios existen, y que hay que estar alejadas y muy distantes de la realidad, que no es sólo la nuestra, para no reconocerlos. Sólo desde un aislamiento intelectual, es posible negarlos. Ya sé que las comparaciones son terriblemente odiosas y esta mucho más, pero a modo de ejemplo me parece que es suficientemente contundente, como para saber lo que se está diciendo: hay quien se dedica a hacer lo mismo con el holocausto.

Me gustaría que no se me mal interpretara, no estoy utilizando el recurso fácil de descalificar a alguien llamnadola nazi, sino alertando sobre estrategias que no son muy diferentes a las de quienes elaboran discursos desde organizaciones feministas subvencionadas por el estado, o desde una percepción eurocentrista, blanca, burguesa, etc..., sin tener en cuenta que hay otras mujeres que desde su autonomía y con graves y grandes dificultades, luchan para dar a conocer esos hechos, incluso a riesgo de su vida. ¿Te suena Digna Ochoa, Susana Chávez, Marisela Escobedo Ortiz...? No son solo mujeres asesinadas, sino mujeres que luchaban contra el feminicidio con tales convicciones que fueron víctimas de él. Estos nombres son conocidos, precisamente por su labor como defensoras o abogadas de los DD.HH., pero la relación de mujeres muertas en diferentes partes del mundo, como consecuencia de la misoginia y el machismo patriarcal, debería de hacernos palidecer.

Y no digo esto porque pretenda "defender" causa alguna de la mujer, del hombre o de lo que una sienta ser, sino como denuncia del patriarcado que nos recorre a todas, incluso a quienes se consideran feministas (entre las que me incluyo a mi manera). No todas las mujeres se organizan al amparo del estado o sus instituciones, y eso la señora Pardo no lo tiene en cuenta cuando generaliza. Supongo que le debe dar cierto vértigo mirar para ese lado...

Sólo hay que ver con cuanta visceralidad apasionada se vuelca en sus discursos contra las SCUM y los vagos análisis que hace del contexto de antaño y del presente con su fugaz reaparición como llamada de atención. De las contadas agresiones a hombres por parte de mujeres que conozco, que por ser contadas no son menos graves, ninguna de estas mujeres conocía a las SCUM, y algunas de ellas fueron aconsejadas en las estrategias por el gabinete de abogadxs. Quiero decir, que algunas tenían el resentimiento, pero no la capacidad de expresarlo, y este se puso de manifiesto, cuando se sintieron apoyadas y respaldadas legalmente.

Nada de esto se soluciona con una ley "más justa", pues las leyes nunca lo son. ¿Tal vez si cambiamos nuestra concepción sobre las relaciones...? ¿Tal vez si en vez si renunciamos al poder sobre lxs demás...? ¿Tal vez si superamos las estrategias de los falsos deseos que nos imponen...? ¿Tal vez si acabamos con el funesto capitalismo que nos convierte en mercancía y propiedad, y destruimos las formas del poder patriarcal...?

De lo que estoy completamente segura, es que no vamos a avanzar nada, sino más bien al contrario, si nos dedicamos a negar feminicidios, o a no intentar encontrar el porqué se producen o surgen determinadas situaciones, incluidas las que dejan a los hombres o a lo que cada cual desee sentirse, en indefensión frente al estado y sus instituciones.

Keridx "ángel asexuado", has confundido mis prendas habituales con un disfraz. Has confundido las que vestimos las ropas de las formas ancestrales, con una asistente a un carnaval. No sé si esto sirve para que sientas otra realidad que está a tu lado y que no es indiferente a lo que está pasando. Hay mil días al año para reivindicar el derecho al trabajo, pero no es el más adecuado el día de huelga...

PD.
De la misma manera que las sexualidades son múltiples, diversas y personales, los calendarios también...
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
18 mar 2013
Celebro y agradezco tu respuesta a ángel y quiero decir que creo que ese es el camino. El camino del encuentro necesario para que pasen cosas, para avanzar, para la transformación y la revolución:

Paciencia, escuchar, responder, hablar, pringarse, paciencia, paciencia, máximo respeto, las mejores maneras que se puedan, pensar, dejar un tiempo, escuchar, tratar de empatizar, revisarse, reconocer los errores o cosas que pudieran haberse hecho/dicho mejor, hablar....

Saludos a todxs
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
18 mar 2013
Jo també celebro el to cordial, empatitzant, etc. de qui signa com a "contradictòria" i, de fet, demano disculpes per haver titllat de "binàries" a persones (o persones darrera d'un nick), corregeixo i, millor, dic "actituts binàries" en les quals hom pot incórrer sense ser binari.

Bé, senzillament, tots som pura i simplement els secretaris de les nostres sensacions i els notaris de les nostres experiències personals i intransferibles. jo he estat explotat com a assalariat des de l'adolescència i havent patit empresaris, jefes i jefecillos d'allò més despòtic i "companys" de feina d'allò més arrossegat, fals i abominable, s'emporten la palma les meves experiències laborals en empreses amb predomini de dones (companyes i directives) i se l'emporten amb diferència. No generalitzo, no dic "les dones són..."; ni "els homes són..."; ni "els transexuals són..."; ni "els avis i àvies són..."; ni els infants, ni els joves... perquè si hi ha quelcom universal és la condició humana i el fet que cadascú de nosaltres som quelcom irrepetible i ha d'arribar el dia en què el "sexe biològic", com l'elecció sexual, com el color del cabell o dels ulls ens IMPORTI A TOTS UNA PUTA MERDA, excepte quan hi ha una química d'atracció mútua entre 2 éssers humans, per a tot lo altre som persones, en un 99% EXPLOTADES per una conxorxa del capital i de l'estat què són els interessats en l'atomització de la societat, en l'individualisme i la dinamitació de tota relació horitzontal, no fos cas què la guerra de classes prosperés!

La Sra. Prado (que no és santa de la meva devoció per la seva filosofia "llibertària" peculiar que comparteix amb el Sr- Félix Rodrigo Mora), pel que fa al tema què ens ocupa està donant la raó al què exposa "Contradictoria": està posant l'accent a la suplantació per part del feminisme d'estat a la lluita feminista. Està posant l'accent en què la LOVG no és simplement una llei burgesa emanada d'un poder burgès, és, amb diferència, una llei NAZI que prejutja pel què s'és (jueu, comunista,... o, en aquest cas, biològicament "home"). Per tant, ací sí què hi ha hagut agressivitat en els comentaris, amb anterioritat al meu, dient que la Sra. Maria Prado Esteban "mereix que li tallin el coll". O, per part de "Contradictòria", titllant una mare de família nombrosa treballadora (mestra de primària) com l'autora de qui parlem de "burgesa" i desconectada de la realitat. Diàleg sí, però per part de tothom envers tothom.

Salut i Anarquia. I tan de bo no hi havés classes perquè no hi havés classisme, no hi havéssin nazions perquè no hi havés nazionalisme, no hi havéssin "races" (que de fet NO n'hi han) perquè no hi havés racisme i no hi havés "sexes" ni rols sexuals perquè, senzillament no hi havés sexisme i, de passada oblidaríem tota aquesta merda consisten en convertir en bandera l'estigma què ens han penjat.
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
19 mar 2013
Me sumo a vuestra celebración y además reconozco que ha sido un error llamar burguesa a la señora Pardo. A lo que pretendía aludir, es a cierto comportamiento burgués en su actitud de negar el sufrimiento evidente de quienes no son como ella, o de su clase de mundo.

Agradezco especialmente a "ángel asexuado" que haya querido compartir algunas de las frustrantes situaciones de su experiencia vital. En cierto modo puedo llegar a entender lo que explica sobre el mundo laboral. Cuando una se siente en territorio ajeno o incluso "enemigo", no es nada agradable esa soledad. Esa ha sido la realidad de las mujeres durante muchos años y no se puede justificar el que, cuando la proporción se invierte, nos comportemos de manera similar a la que rechazábamos y denunciábamos nosotras.

Parte del feminismo, al igual que algunas organizaciones LTGB, pertenecen o son afines a los grupos en el poder. ¿Quién se podía imaginar que la lucha por la libertad sexual se dirigiera a pedir una ley para el matrimonio de sexualidades diferentes...? La libertad sexual, nunca puede ir contra el amor libre.

La violencia de género sólo se reconoce legalmente cuando la ejerce el hombre contra la mujer, y no al revés. Se habla de corregir, de nivelar la situación de inferioridad estructural en la que se encuentra la mujer, pero este tipo de leyes legitiman esa situación de inferioridad e impone políticas propias del libre mercado. Favorecer a unas frente a las otras, y así crear entre ellas un agravio que entra en competencia irreconciliable.

De esta situación sólo nos puede sacar la lucidez de nuestros sentimientos, puesto que la razón ha fracasado estrepitosamente.

Vamos a tener que empezar a hablar de tantas cuestiones dolorosas, que no será posible hacerlo si no sentimos que lo personal lo dejamos fuera.

Es cierto "uno". Hemos agotado la paciencia, pero aún así vamos a necesitar mucha más para poder hablar de lo que nos hace sentir mal, intentando no juzgar a las demás.

Incluso siendo muy diferentes, cuando "ángel asexuado" cuenta las experiencias por las que ha pasado, me siento muy identificada. Hay algo que transciende todas esas diferencias y que nos golpea a todas las personas. A algunas más fuerte que a otras, pero cuando el umbral del dolor máximo se ha sobrepasado, la intensidad y el número de los golpes ya apenas cuentan.

Gracias por salir al encuentro!
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
19 mar 2013
Yes we can! Hablar bien en Indymedia es posible!!

Creía que había algún tipo de extraño fenómeno que lo impedía ;)

Por ahora, simplemente un saludo con el afecto que provoca compartir nuestra condición de humanos y tener unos intercambios así en Indymedia.

Sólo decir que no creo en un "razón vs. sentimientos". Los dos campos son totalmente necesarios y creo que es un error creer que sólo con uno basta. Confluyen además, no son algo opuesto, ni tan siquiera paralelo.

Mentes y corazones por un mundo nuevo

¡Paciencia, tacto, trabajo, reflexión, comunicación y lucha!
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
19 mar 2013
Sí, mi proposición no iba en el sentido de presentar como incompatibles o enfrentar razón a sentimientos, sino que hasta ahora todo ha sido demasiado racional, incluso dramáticamente racional. Los centros de exterminio, son el mayor fracaso de ese racionalismo al servicio del control social.

Hablaba de la "lucidez" de nuestros sentimientos en un intento de dar una mayor importancia a estos, de la que han tenido hasta ahora. Es indudable que no es recomendable "descabezarnos" o perder la razón, a no ser que la ocasión lo propicie.

Es importante abrirnos a la complicidad y dejar que, mientras no haya motivos para sentir lo contrario, la confianza fluya. No puedo ni quiero pedir que sea ciega, pero que por lo menos no partamos del prejuicio. En todo caso, demos tiempo para que aparezca una cosa, la otra, la de más allá o la que tenga que venir, y ahí reaccionamos de la forma conveniente.

Sin complicidad, podría interpretar que los sentimientos están en el corazón, pero todas sabemos que eso sólo es una manera de expresarnos y de ubicar un lugar que se ha hecho casi universal... No puedo atacar a la razón, sino no estaría escribiendo este razonamiento, de la misma manera que no puedo negar los sentimientos que tan torpemente recogen las palabras. Como decía un desaparecido poeta, hablar para hacer, y como suelen decir por otras tierras, hacer pensando desde y con el corazón...

Aunque sea muy escéptica en estas cosas, debo reconocer que en ocasiones parece que la magia existe!
Re: El mal por elección (María del Prado Esteban)
22 mar 2013
Ajá :)

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