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Notícies :: ecologia
Hacer de la política energética y medioambiental el punto de apoyo de la política económica
03 jun 2004
Los problemas energéticos, a pesar de su fuerte incidencia, sea sobre el ecosistema terrestre, en particulas sobre las mutaciones climáticas, sea como causa de conflictos internacionales en curso y en el el desigual reparto de los recursos entre los pueblos del norte y del sur del mundo, sea sobre la calidad de la vida y sobre la salud de los hombres, no son considerados por las fuerzas políticas con la atención y el interés que serían necesarios. Cuando no son infravalorados, son al máximo considerados como uno entre tantos argumentos sectoriales a insertar en el mosaico de sus programas políticos. Los cuatro firmantes del siguiente documento, de distintas maneras implicados desde hace años en estos problemas con un punto de vista de tipo técnico y económico, sin una connotación política específica, mantienen sin embargo que para ser afrontados de una manera eficaz deben ponerse en el centro de la política económica e industrial de los países industrializados avanzados. Y que sólo haciendolo así se puedan también afrontar de manera eficaz los problemas económicos y ocupacionales que estos países atraviesan en la fase histórica actual. A este fin inducen a la atención de los movimientos y los partidos sus reflexiones a propósito, invitándoles a la discusión y la confrontación, con la esperanza de contribuir a superar la visión sectorial y prevalentemente ideológica con que se han enfrentado hasta ahora los temas medioambientales.
Hacer de la política energética y medioambiental el punto de apoyo de la política económica

1. La eficiencia con la que se usa la energía es muy baja. Nuestro sistema energético es como un cubo agujereado que en los procesos de transformación de las fuentes fósiles a los usos finales y en los usos finales (calor, frío, fuerza, iluminación) desperdicia en forma de calor degradado más energía de la que pone a disponibilidad.

2. Los consumos de las fuentes fósiles se subdividen en tres categorías más o menos equivalentes: el calentamiento de los ambientes, la producción de energía termoeléctrica y el transporte. En el calentamiento de ambientes, la ley alemana no permite superar los 70 kWh por metro cuadrado y año. Las casas pasivas no pueden superar los 15 kWh por metro cuadrado y año. En el Mediterráneo, con un clima mucho más templado, se calcula (aunque nadie sabe proporcionar datos precisos) que se alcanzan los 150-200 kWh por metro cuadrado y año. El rendimiento medio actual del parque de centrales termoeléctricas es del 38%. Los ciclos combinados alcanzan el 55%. La cogeneración difusa, hoy absolutamente infrautilizada, el 94%. En el sector automovilístico, después de que el consumo descendió a la mitad en los años setenta, no ha habido posteriores mejoras, pero Greenpeace en los años noventa ha hecho construir un coche que supera los 40 km por litro de gasolina y las empresas automovilísticas ya han realizado prototipos de media cilindrada que alcanzan los 100-120 km con un litro de gasolina.

3. Por lo tanto, en el estado actual de la tecnología es posible disminuir a la mital el consumo de fuentes fósiles aumentando la eficiencia de los procesos de transformación energética y utilizando aquellos auténticos yacimientos de energía escondidos constituidos de la energía desperdiciada, de la ineficiencia y de los usos impropios.

4. Aumentando la eficiencia, se reducen los consumos de energía en la fuente a igualdad de servicio final. Por lo tanto, se reducen contemporáneamente las emisiones de CO2 y el coste de la factura energética. Las ventajas ecológicas son directamente proporcionales a las económicas.

5. Por otra parte, esto es el pre-requisito para favorecer el desarrollo de las fuentes renovables, que tienen un rendimiento mucho inferior y mucho más irregular de las fuentes fósiles. Si los consumos de energía (de los que la mitad son desperdiciados) se reducen, las fuentes renovables pueden satisfacer una cuota significativa; de otra manera, su contribución se mantiene irrisoria.

6. Una política energética que tiene como finalidad reducir las emisiones de CO2 debe, por lo tanto, articularse en dos fases: la reducción al mínimo de los consumos y la satisfacción de los consumos resultantes en el modo menos contaminante a igualdad de inversión.

7. La claúsula económica es fundamental si se quiere hacer un discurso concreto. Un ejemplo lo aclarará. El fotovoltaico elimina las emisiones de CO2, pero 1 kW de potencia pico cuesta 10 veces más que 1 kW de cogeneración difusa, que reduce las emisiones de CO2 en un 50%. Así pues, a igualdad de inversión, la cogeneración difusa reduce las emisiones de CO2 5 veces más que el fotovoltaico.

8. El paso preliminar para favorecer el desarrollo de las tecnologías que reducen las emisiones de CO2 es un diagnóstico energético preciso de los usos finales de energía, para entender cómo y dónde, a igualdad de inversión, se pueden obtener las mayores reducciones de los desperdicios energéticos, ineficiencias y usos impropios. Y los resultados mejores en términos medioambientales son los resultados mejores en términos económicos.

9. La clave para arrancar un mecanismo de este tipo son las ESCO (Energy Service Company), sociedades que realizan con su propio capital las restructuraciones energéticas de sus clientes, pidiendo a cambio, por un número de años prefijado contractualmente, los ahorros económicos consecuentes a los ahorros energéticos que consiguen obtener. Estas empresas asumen el riesgo financiero y cuanto más consiguen aumentar la eficiencia, y a la vez reducri las emisiones de CO2, a igualdad de servicios energéticos finales, más ganan.

10. Este mecanismo competitivo sería extremadamente ventajoso para los entes públicos, porque les permitiría reducir sus propios consumos sin efectuar gastos de inversión, y de poner en competencia las empresas sobre la duración del pay back. La mayor eficiencia y el mayor ahorro permiten de hecho los tiempos de retorno más breves. De este modo se daría un impulso determinante al desarrollo de las tecnologías que reducen las emisiones de CO2 a igualdad de servicios finales de la energía.

11. Las tecnologías que aumentan la eficiencia energética son económicamente maduras y, a menudo, transferibles de otras aplicaciones. Por ejemplo, para construir microcogeneradores (un motor automovilístico conectado a un alternados, inserto en una caja de metal) se necesitan las mismas profesiones, las mismas instalaciones y las mismas tecnologías del sector automovilístico.

12. A diferencia de las fuentes alternativas, la mejora de la eficiencia energética no necesita financiamiento público y a igualdad de inversión reduce en un orden de magnitud más los consumos de fuentes fósiles: de las décimas de punto a las decenas de punto percentuales.

13. Una política energética entendida en clave económica y no ideológica puede ser el punto de apoyo de un aumento productivo y ocupacional que permitiría a los países industrializados salir de la fase actual de recesión, mientras los instrumentos tradicionales de gobierno de la economía (reducción del coste del dinero, trabajos públicos e incentivos del consumo a través de una reducción de los impuestos) han demostrado de haberse vuelto ineficaces. Piénsese en los efectos ocupacionales que tendría un programa de política económica centrado en la restructuración energética del patrimonio arquitectónico nacional para equipararlo a los standar de la legislación alemana, o bien sobre la producción de micro-cogeneradores a cambio de una menor producción de automóviles en los establecimientos Fiat.

14. La misma metodología operativa puede ser aplicada en el resto de sectores que generan graves formas de impacto medioambiental (por ejemplo, los residuos), o a aquellos recursos que comienzan a agotarse (el agua); porque la causa de estos fenómenos consiste sobretodo en el uso ineficiente y en los derroches. Mucho de lo que en los actuales procesos productivos se convierte en residuo o en emisión contaminante, con oportunas metodologías puede volver a ser materia prima para otros procesos productivos, determinando una reducción de los costes directamente proporcional a la reducción del impacto medioambiental.

14. Hacer salir de su especificidad la política energética y medioambiental para convertirla en la clave de la política industrial y económica es el único modo para obtener resultados significativos sea en términos ecológicos, sea en términos productivos y ocupacionales. Este es la única manera para arrancar un círculo virtuoso en los países industriales avanzados, con efectos beneficiosos también para los países no industrializados, sea porque permite una redistribución más igualitaria de los recursos, sea porque indica un modelo de desarrollo más compatible ecológicamente que aquel que algunos están emprendiendo. El uso más eficiente de los recursos disminuye de hecho los costes de producción y los ahorros energéticos consiguientes permiten repagar las inversiones y los salarios en los sectores productivos y en las tecnologías que aumentan la eficiencia en el uso de los recursos. La ocupación necesaria para restructurar energéticamente el patrimonio arquitectónico y urbanístico o para producir cogeneradores sería pagada por la disminución del coste de importación de los productos petroleros. Cuanto más se aumenta la eficiencia, más se ahorra, y más se puede invertir en el aumento de la eficiencia. Este es el nuevo círculo virtuoso que debe arrancar para resanar el medio ambiente y el sistema económico y productivo.

15. Un sistema de incentivos y desincentivos fiscales con la finalidad de aumentar las inversiones en las tecnologías que mejoran la eficiencia energética, y más en general en el uso de los recursos, es por tanto el elemento decisivo para relanzar la economía, permitiendo contemporáneamente aumentar la ocupación y reducir el impacto ambiental.


Aprile 2004                            


Luca Mercalli             Mario Palazzetti
luca.mercalli ARROBA nimbus.it     m.palazzetti ARROBA novaengineering.net

Maurizio Pallante         Bruno Ricca
mpallante ARROBA libero.it         bruno.ricca ARROBA editoririuniti.it

This work is in the public domain

Comentaris

Re: Hacer de la política energética y medioambiental el punto de apoyo de la política económica
04 jun 2004
El problema que veo es que el modelo económico es incapaz de incluir al sutrato sobre el que juegan los agentes. En los diagramas de Nash los actores siempre optarán por explotar la naturaleza. El equilibrio de Nash nos lleva a la sobreexplotación de los recursos a menos de que sea el estado el que monopolice la explotación de los recursos, pero aún en este caso solo se protegera el territorio estatal. ¿qué ocurre con aquellos recursos (agua, aire,...) que fluye por la tierra? Si tenemos en cuenta que todo el comercio se sustenta en la explotación de los recursos, el liberalismo y el capitalismo nos lleva a la sobreexplotación. El modelo económico liberalizado degrada el medio ambiente inexorablemente.
Re: Hacer de la política energética y medioambiental el punto de apoyo de la política económica
04 jun 2004
"Imagine un pastizal abierto para todos. Es de esperarse que cada pastor intentará mantener en los recursos comunes tantas cabezas de ganado como le sea posible. (...)

Como un ser racional, cada pastor busca maximizar su ganancia. Explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente, se pregunta, ¿cuál es el beneficio para mí de aumentar un animal más a mi rebaño? Esta utilidad tiene un componente negativo y otro positivo.

1. El componente positivo es una función del incremento de un animal. Como el pastor recibe todos los beneficios de la venta, la utilidad positiva es cercana a +1.

2. El componente negativo es una función del sobrepastoreo adicional generado por un animal más. Sin embargo, puesto que los efectos del sobrepastoreo son compartidos por todos los pastores, la utilidad negativa de cualquier decisión particular tomada por un pastor es solamente una fracción de -1.

Al sumar todas las utilidades parciales, el pastor racional concluye que la única decisión sensata para él es añadir otro animal a su rebaño, y otro más... Pero esta es la conclusión a la que llegan cada uno y todos los pastores sensatos que comparten recursos comunes. Y ahí está la tragedia. Cada hombre está encerrado en un sistema que lo impulsa a incrementar su ganado ilimitadamente, en un mundo limitado. La ruina es el destino hacia el cual corren todos los hombres, cada uno buscando su mejor provecho en un mundo que cree en la libertad de los recursos comunes. La libertad de los recursos comunes resulta la ruina para todos."

Garret Hardin: "The Tragedy of Commons" en Science, v. 162 (1968),

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