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Notícies :: globalització neoliberal |
La Verdad Obrera
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per Guillermo Correu-e: ft ARROBA eresmas.net (no verificat!) |
18 abr 2004
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Aquí van algunas notas aparecidad en La Verdad Obrera nro 137 del Partido de Trabajadfores por el Socialismo (PTS). Se puede consultar en www.pts.org.ar. Pertenece a la Fracción Trotskista – Estrategia Internacional (www.ft.org.ar). Hay dos notas sobre Argentina, sobre la situación y la victoria de los trabajadores del metro. Después se pueden ver varias notas referidas a la situación internacional y en Irak. Por último hay un escrito referido a la II Conferencia Internacional de la Fracción Trotskista que se realiza en este mes en Buenos Aires. Si queréis consultar más información podéis hacerlo en la web de la FT que se está renovando diariamente sobre los acontecimientos de Irak.
Saludos a todos, Guillermo |
Polarización y fin de la “luna de miel� Facundo Aguirre15/4/04 LVO 137
La multitudinaria movilización convocada por Juan Carlos Blumberg es un elemento más que simboliza el fin de la “luna de mielâ€? entre Kirchner y la “opinión públicaâ€?, definición mediática que engloba a las clases medias. La marcha indica un inicio de polarización de estos sectores.Por otra parte, la victoria de los trabajadores del subte, la huelga docente y petrolera en Santa Cruz, la lucha de los hospitales en Capital y Rosario y la de los choferes de Transporte del Oeste, la de los telefónicos, parecen señalar un emerger de luchas de los trabajadores ocupados por sus reivindicaciones, enfrentadas en su gran mayorÃa a la burocracia sindical que permanece en la tregua. Estas luchas se dan en medio del aumento del costo de vida. Esto agrega otro elemento al cambio del humor colectivo con respecto al gobierno, el cual ya tiene abiertos distintos frentes de tormenta -crisis energética, inseguridad, interna del PJ, negociaciones con el FMI- que comienzan a complicarle el panorama.Las clases medias, homogeneizadas desde que asumió Kirchner bajo la apariencia de “opinión publicaâ€? favorable al gobierno, se empiezan a polarizar, mostrando su falta de cohesión interna caracterÃstica. Dos acontecimientos simbolizan la ubicación de la pequeño burguesÃa y su falta de independencia con respecto la burguesÃa y su estado: la marcha Blumberg y el acto en la ESMA. En la movilización del 1º de abril, ganó la calle la clase media alta de Capital y el conurbano, junto a un sector minoritario de familiares y vÃctimas del gatillo fácil. La marcha dio voz a un movimiento que exige seguridad, combinado con un llamado a limpiar las instituciones y terminar con la corrupción policial. Con esa marcha se perfila un discurso de centroderecha reaccionario que se postula como hegemónico, basándose en el “sentido comúnâ€? de la población que naturaliza al estado y sus fuerzas represivas como guardianes del orden. La marcha cuestiona por derecha el “garantismoâ€? del que hizo gala Kirchner. El acto en la ESMA es la otra cara, “progresistaâ€?, de las clases medias, y es el sustento más importante del gobierno1. También sectores de la clase obrera expresan una simpatÃa similar. Esto tiene que ver, en parte, con el discurso de “renovaciónâ€? de las instituciones polÃticas y el tono “nacional y popularâ€?. En realidad el gobierno practica la duplicidad, habla de “causa nacionalâ€? y se entrega a Merryll Lynch, pagando además 3500 millones de dólares al FMI2. Da por tierra con la teorÃa de los dos demonios y judicializa la protesta piquetera. Habla de renovación polÃtica y se apoya en el PJ. De esta forma el kirchnerismo desmoviliza a los sectores sociales más progresivos y a los movimientos de lucha -a los que aÃsla- presentándose como garantÃa de autoridad y de buenos negocios para la burguesÃa “nacionalâ€? y el imperialismo. Kirchner, el PJ y los frentes de tormentaEl caso Blumberg desató cimbronazos polÃticos y echó sal sobre las heridas de la interna peronista. Felipe Solá tuvo que despedir un ministro y se juega su futuro polÃtico. El nombramiento de Arslanian resultó de un acuerdo de compromiso entre Kirchner, Duhalde y el mismo Solá. De conjunto presenciamos un giro a la derecha del régimen polÃtico y el gobierno, que en su afán por no perder apoyo ni poder, cede a la presión votando las leyes de Ruckauf y Casanovas, representantes de la mafia polÃtico-policial, pero queriendo marcar un lÃmite a los sectores duros de los caciques duhaldistas. Para eso se recuesta en su acuerdo con Duhalde, en papel de “estadistaâ€?, que se dedica a salvarle la ropa al gobierno. A Kirchner se le suman los frentes de tormenta. Hasta ahora la recuperación económica fue clave, pero la crisis energética y el aumento del costo de vida, mellan las ilusiones de las masas en una recuperación "que beneficie a todos". Además la interna peronista hace más inestable el poder del gobierno. En esta situación hay un incipiente reanimamiento de luchas salariales y reivindicativas de los trabajadores ocupados. Este marco complica las negociaciones con el Fondo y los bonistas y su intento de evitar la lucha de clases. Lucha de clases y hegeMONIA de la clase obreraLa persistencia de la crisis orgánica -crisis del conjunto de las relaciones polÃticas, sociales y de fuerza sobre las que se sostiene la hegemonÃa burguesa- se expresa en la irresolución de los dramas estructurales causados por el dominio del capital y el imperialismo; la imposibilidad del estado de controlar a sus mafias policiales y de convencer a las FF.AA de una autocrÃtica seria frente al genocidio, de las instituciones del régimen de contar con el consenso de la población; junto a la continuidad de la crisis de representación polÃtica. Esta es la base de la inestabilidad de las clases medias y sus giros dramáticos. Muestra también la crisis de dirección y subjetiva de la clase obrera que no pudo imponer su hegemonÃa sobre las masas populares y una salida revolucionaria a los problemas de la sociedad. Asà la burguesÃa recuperó la iniciativa, dando pasos en recomponer el poder polÃtico y su dominación, profundizando la pobreza y la fragmentación social de los ‘90. Visto desde este ángulo, las voces de la burguesÃa contra la “inseguridadâ€? son pura hipocresÃa. La raÃz del delito está en la rapacidad capitalista, que aumenta la explotación sobre el trabajo y condena al hambre y a la desocupación a millones, mientras los empresarios y las clases medias altas ostentan obscenamente su riqueza. A esto se suma la corrupción/descomposición de las fuerzas policiales y de la casta polÃtica, que transformó al estado en un aparato clientelar. La supervivencia de la burguesÃa y su estado es la principal causa de inseguridad para la mayorÃa obrera y popular. La incipiente actividad obrera puede estar marcando una salida al quietismo que, con la excepción de los movimientos piqueteros y las fábricas recuperadas, llevó a la ausencia en la vida polÃtica nacional -durante el 2002 y 2003- de los 8 millones de asalariados, en particular, de los principales batallones de la industria y los servicios. La lucha por el aumento generalizado de salarios, por el reparto de las horas de trabajo para terminar con el desempleo y por romper con el imperialismo y el FMI, afectando sus intereses y los de la burguesÃa “nacionalâ€? pueden comenzar a dar una respuesta para acabar con la pobreza. Para esto es tarea de primer orden rodear de apoyo a toda lucha para que triunfe, como se logró en la gran huelga del subte. Sólo partiendo de acrecentar su actividad autónoma, la clase obrera puede generar condiciones para ser una alternativa, que levantando un programa independiente y anticapitalista, de respuesta a los graves problemas estructurales de la nación y el pueblo pobre. Orientada en esta perspectiva, la clase obrera tendrÃa la fuerza social y la capacidad de dirección polÃtica para reconstituir la unidad de todas las clases explotadas, que termine con los crÃmenes que provoca la misma sociedad burguesa, pero también –tomando las palabras del dirigente obrero Bartolomeo Vanzetti- con los crÃmenes que el capital santifica: la explotación y la opresión del hombre por el hombre.1 Es de destacar que el 24 de marzo se expresó un sector más a la izquierda en la marcha a Plaza de Mayo que a pesar de las insuficiencias del programa convocante mostró juntos a los movimientos piqueteros, los partidos de izquierda y una pequeña franja de clase media opositora al gobierno.2 Incluso algunos analistas sostienen que el 3% de superávit destinado al FMI es igual al 4,5% que paga el gobierno de Lula, del que alguna vez Kirchner dijo que le recordaba a Menem. “Tenemos (...) un superávit fiscal primario del 4,25 % del PBI, igual al de Brasil. Pero lo repartimos distinto. Nosotros el 0,25 se lo damos a las empresas beneficiadas por la pesificación asimétrica y el 1 % a las cajas de las AFJP y solamente el 3 % lo ponemos en la Contabilidad ‘para pagar’". Carlos Leyba, Vidas perpendiculares, en Revista Debate Nº 53, 19-03-04. La crisis orgánica y las clases mediasEl estado de ánimo de las clases medias es un termómetro de la crisis orgánica. La pequeño burguesÃa fue desde 1983 la base del consenso legitimante de la democracia burguesa. En 1999 a partir del triunfo de la Alianza, la clase media impuso la “agenda mediáticaâ€? de la polÃtica burguesa. Las clases medias no tienen unidad, los sectores altos acompañan en general a la burguesÃa mientras que los sectores bajos tienden –cuando hay reverdecer de la lucha de clases- a la unidad con los trabajadores. Por eso no pueden ni podrán dar respuesta a la crisis nacional.Con el cacerolazo en diciembre del 2001, las clases medias se sumaron de conjunto al movimiento que derribó a De la Rúa. Junto a la Alianza estallaban la UCR y el Frepaso como sus representaciones polÃticas y los proyectos neoliberales que contaban con el apoyo de los sectores medios altos. Durante la primavera polÃtica de las asambleas populares la pequeño burguesÃa también se dividió y su sector más de izquierda jugó un rol activo en el movimiento social. Sin embargo, el que se vayan todos careció de fuerza y poder para imponer sus objetivos más radicales. En ese entonces, los ahorristas estafados se movilizaban contra los bancos mientras los asambleÃstas señalaban como salida la nacionalización de la banca. Pero ninguna de estas dos franjas pudo sostener consecuentemente su ataque al capital financiero. El izquierdismo de un sector de las clases medias convivió por un tiempo con el enojo de su sector más acomodado. Con la recuperación económica y la devolución de los ahorros se volvieron a dividir. Un sector volvió a su individualismo caracterÃstico y el otro fue incapaz de encaminarse de manera autónoma, terminando por desmovilizarse. Esta es una de las causas por lo cual la alianza obrera y popular no avanzó más contra el capital y su estado. Pero la causa fundamental residió en la ausencia masiva de la clase obrera ocupada, que por su ubicación en la producción y su poder social hubiera podido dar una dirección alternativa al movimiento. La clase obrera pagó el precio de su crisis de dirección. En el 2000/2001 los paros generales contra la Alianza y los grandes levantamientos como el de Mosconi, mostraron potencialmente su fuerza social. Esas luchas deslegitimaron a De la Rúa, pero la burocracia sindical impidió que los trabajadores pudieran pesar decisivamente. Fueron estos mismos dirigentes, ayudados por el terror al desempleo, los que evitaron que la clase obrera intervenga masivamente en la rebelión popular de diciembre de 2001. Este factor explica cómo el peronismo, a pesar de salir muy golpeado por el que se vayan todos pudo mantener su control sobre los trabajadores merced a su inmovilismo, lo que reforzó la polÃtica clientelar de contención (dos millones de planes Jefas y Jefes acordados con el FMI). La consagración de Kirchner, y con éste de una fracción pequeñoburguesa “progresistaâ€? del peronismo –comisionista de las petroleras- resultó la respuesta burguesa, que arrebató algunas de las banderas de diciembre, para encaminar la crisis. El coronamiento, desde entonces, de la "opinión publica" como fuerza semi-plebiscitaria y legitimante fue la forma de suplir la ilegitimidad de las instituciones burguesas.
La victoria de los trabajadores del subte Hernán Aragón
Los trabajadores de Subterráneos fueron por el triunfo y lo consiguieron. Una importante victoria en una huelga con ocupación de cuatro dÃas y que es la primera de trascendencia realizada bajo el gobierno de Kirchner. Afectando un servicio esencial de más de un millón de usuarios en Capital, dejó la enseñanza de una lucha ofensiva y ejemplar. Los adversarios son ya viejos conocidos: la patronal de MetrovÃas, la burocracia de UTA y el Ministerio de Trabajo, obsesionados en legalizar mediante un acta-acuerdo la implementación de máquinas expendedoras y una reducción mentirosa de la jornada laboral para boleterÃas y talleres. Estos sectores habÃan quedado por fuera de las 6 horas de trabajo conseguidas durante el 2003.La respuesta obrera fue el paro de los más de mil compañeros y los piquetes que agruparon a más de 250 trabajadores. La de la patronal más de cien despidos y el desafuero gremial para el Cuerpo de Delegados. MetrovÃas se jugaba al desgaste y a enfrentar a usuarios contra trabajadores. Pero fracasaron, porque se impuso una unidad más profunda: la de la base obrera, que fue creciendo con las horas hasta transformar a trabajadores boleteros, de tráfico y talleres en un mismo cuerpo y una misma voz. La solidaridad y la combatividad obrera prevaleció y la “triple alianzaâ€? salió derrotada.El resultado del conflicto trae una brisa de aire fresco para nuestra clase. Los trabajadores de camisas rayadas y mamelucos azules no sólo pararon los despidos y obtuvieron el reconocimiento -en los hechos- de su cuerpo de delegados opuesto a los directivos de UTA sino que obligaron al Ministerio de Trabajo a reconocer las 6 horas para todos los trabajadores. Además la patronal tuvo que retroceder en la implementación de las máquinas que iban a ser utilizadas –no en beneficio de los usuarios- sino para reducir “costos laboralesâ€?. También consiguieron que el Cuerpo de Delegados cuente con un representante en la comisión para analizar el plan de inversiones de la empresa.Con el mismo entusiasmo que compartimos en las cabeceras estos cuatro dÃas de huelga, queremos reflexionar sobre las enseñanzas de esta lucha. Como ya hicimos en otras oportunidades, como cuando la ola de ocupaciones de fábrica dio origen a Zanon y Brukman, queremos aportar en sacar lecciones que se transformen en un programa de lucha, un camino independiente para los trabajadores. EnseñanzasPrimera enseñanza: Desde el principio, los trabajadores supieron que la pelea era tanto contra MetrovÃas como contra la burocracia sindical. AsÃ, la huelga presentó un marcado carácter antiburocrático, y fue esta conciencia, la de partir de sus propias fuerzas, lo que hizo de cada huelguista uno solo, sabiendo identificar a la conducción de la UTA como personal “al servicioâ€? de la empresa. Lección que debe generalizarse al conjunto del movimiento obrero. Porque los que como Palacios posan de disidentes de los “gordosâ€? de la CGT, no son tales. Lo mismo vale para De Genaro, que comparte con los moyanistas su adhesión al kirchnerismo y dicho sea de paso ni apareció por el conflicto.Como en su momento lo hicieron los ceramistas de Zanon, los trabajadores del subte reafirmaron, desconociendo el acta-acuerdo, que es preciso pasarle por encima a la burocracia sindical para ganar. Al hacerlo se fortalecieron ellos y su propia organización de base. El Ministerio de Trabajo que sólo reconocÃa como interlocutores a los dirigentes de la UTA, esta vez tuvo que tener en cuenta a los delegados. Si la legalidad estaba en manos de la ilegÃtima UTA y la dirección elegida por la base no tenÃa peso en los pasillos ministeriales, esta ecuación cambió por la relación de fuerzas establecida en el curso de la huelga, demostrando que en la lucha de clases se puede superar los acuerdos burocráticos entre el gobierno y los dirigentes vendidos.Segunda enseñanza: Hay que enfrentar a la patronal y a la burocracia con medidas contundentes. La combatividad se hizo sentir en todas cabeceras y en las lÃneas más decididas, nutridos piquetes de obreros –de entre 50 y 70 compañeros- impidieron al personal jerárquico poner en funcionamiento los trenes, tirándose a las vÃas. AsÃ, el método obrero clásico del piquete fue el sostén de la huelga para derrotar la maniobra patronal. Fue esta acción, sumado al temor de que la represión despertara la sensibilidad de un sector de las clases medias en solidaridad con los trabajadores, la que hizo que la Justicia y el gobierno desistieran del intento de desalojo. Jugó también a favor de los compañeros la simpatÃa de amplias franjas de la clase obrera.La tercera enseñanza es el apoyo con que contaron los trabajadores. Desde el primer momento se fueron acercando compañeros para apoyar la lucha. A 24 horas de iniciado el conflicto estaba convocada una reunión para conformar una comisión de solidaridad. Al segundo dÃa, la comisión -integrada por organizaciones de izquierda, sociales y de derechos humanos- estaba en pie. En esa instancia se destacó el apoyo del periódico obrero militante Nuestra Lucha, y de los partidos polÃticos de izquierda como PO, MST y de más de un centenar de militantes del PTS en forma permanente. La comisión de solidaridad organizó junto a trabajadores, representantes de distintas lÃneas, y el colectivo de artistas Contraimagen, un festival en la estación Federico Lacroze. Si continuaba el conflicto ya estaban organizados piquetes masivos para apoyar a los trabajadores en todas las cabeceras. Cuarta enseñanza: La lucha contra la flexibilidad laboral expresada en la demanda de 6 horas por insalubridad, es un cuestionamiento a la reforma laboral, revalidada por Kirchner en beneficio de los patrones contra la clase obrera. Esta conquista obtenida mediante la huelga con ocupación, es otra confirmación de que no son los recintos parlamentarios sino la lucha de clases, el terreno de los trabajadores para obtener sus reivindicaciones. Una enseñanza a futuro radica en que -de haber continuado el conflicto- se planteaba la más amplia unidad con los trabajadores usuarios, los estudiantes y las clases medias para fortalecer la lucha. No solo contra el aislamiento que iba a querer imponerle la patronal y el gobierno en su intento de enfrentar a los trabajadores con el pueblo y de crear condiciones para derrotarlos sino como forma de hacer una causa común con los usuarios. Afortunadamente la fuerza de los piquetes y de la huelga fue suficiente en esta oportunidad para vencer. En esta ocasión, la debilidad del gobierno –sumido en varios frentes de tormenta- impidió a la patronal que siguiera en una lÃnea confrontativa. Esta es una enseñanza importante de cara a futuras luchas donde las condiciones no sean tan favorables y se de un curso más duro de acción, donde a los trabajadores se les plantee la necesidad de postularse como fuerza dirigente uniendo sus reivindicaciones a las de los usuarios.6 horas para todos, un programa para toda la clase obreraEn la huelga los compañeros avanzaron en un programa que sienta bases para convertirse en bandera de todos los trabajadores. Varios delegados han planteado que quieren “sacar hacia afueraâ€? esta demanda, es decir impulsarla en otros sectores obreros. SerÃa un gran paso adelante. La cuestión de las 6 horas y de implementar un turno más apunta -si se supera el marco corporativo de la empresa- a resolver el problema de la desocupación. ¿Qué pasarÃa si esta demanda se tomara en las grandes fábricas donde los obreros son superexplotados 12 horas o más? o ¿si en las empresas de servicios públicos privatizadas como las telefónicas, se propusiera aumentar un turno para cubrirlo con trabajadores desocupados? El cuerpo de delegados del subterráneos, los ceramistas de Zanon, los dirigentes de los sindicatos docentes opositores, ferroviarios, fábricas recuperadas, los movimientos piqueteros combativos, tienen la oportunidad de formar un polo antiburocrático para pelear por esta perspectiva, porque está en juego empezar a unir las filas de la clase obrera, un camino común de ocupados y desocupados. Reestatización bajo control de trabajadores y usuariosLa huelga del subte desnudó la razón de ser de MetrovÃas cuyo único fin es obtener mayores ganancias en detrimento de los trabajadores y los usuarios. Su esencia hará que –tarde o temprano- esta patronal vuelva a la carga. Desde 1993, Aldo Roggio es concesionario de la lÃnea de subterráneos MetrovÃas. Gracias a esto recibe ingresos por las publicidades y tarjetas magnéticas de pasajes, cobra el alquiler de cada local ubicado en el subte, recibe todos los meses un subsidio estatal de 2,7 millones de pesos y el cien por cien del valor del costo del pasaje que los usuarios pagan todos los dÃas. Toda inversión que se realice no la paga la empresa sino el estado. Para dar una respuesta de fondo, estará planteado la unidad de trabajadores y usuarios. Asà se podrá aislar a MetrovÃas, el gobierno y la campaña de los medios, y demostrar que solo del lado de los trabajadores podrá garantizarse un servicio más barato y más seguro. Desde el PTS venimos insistiendo en la necesidad de asumir las huelgas obreras en general y las de los servicios públicos en particular como “huelgas polÃticas metropolitanasâ€?, es decir, movimientos que engloben solidariamente y de manera militante a distintos sectores de trabajadores y usuarios. Se trata de acciones que tengan la capacidad de afectar a toda la ciudad e involucrar a la población trabajadora, en su defensa y extensión. En el caso del subte llevarÃa a cuestionar la concesión, actualizando la demanda de reestatización bajo control de trabajadores y usuarios, como expresión programática, de un movimiento de tamaña envergadura. Opinan trabajadores de boleterÃa y tráfico de las lÃneas A y D¿Cómo y por qué motivo comienza el paro?K: El paro empieza por la firma de un acuerdo entre UTA y MetrovÃas donde se reduce la jornada laboral a 7 horas a cambio de instalar máquinas expendedoras y la posibilidad de rotación de horarios. El acuerdo se firma un jueves, el viernes, discutimos en todas las lÃneas, a partir de la iniciativa del Cuerpo de Delegados, rechazar el acta, porque los paritarios no participaron en la discusión, era un acuerdo ilegal, firmado por la burocracia a espaldas de los trabajadores. El viernes a las 16:30 se paran todas las lÃneas y el premetro. Fue contundente, los conductores a esa hora paran los trenes en las estaciones y en boleterÃas a las 16:15 se empieza a avisar a los pasajeros que Ãbamos al paro y explicamos el porqué. También reforzamos las boleterÃas que sabÃamos que no iban a parar. Salvo algunas no se vendió ningún boleto después de las 16:30.C: Lo bueno fue que las 5 lÃneas pararon al mismo tiempo, por eso fue contundente. Los trenes quedaron varados todos a la misma hora, no hubo incidentes, salvo el percance en la estación Carlos Pellegrini, que pareció un poco actuado. Además estaba la seguridad diciendo que el subte andaba y alentaba a la gente a que pase. El discurso de la empresa era que el subte tenÃa demora, pero que iba a funcionar.¿Cómo es que llegan a hacer piquetes en las vÃas?C: Siempre que hicimos paro aparece algún jefe a querer mover el tren, cuando esto pasa nos tiramos a las vÃas para que no pueda avanzar, nosotros en la lÃnea nos tiramos todos. El sábado la empresa quiere volver a dar servicio, pero habÃa fuerza para impedirlo. A las 4:30 de la madugada nos tiramos todos a las vÃas, la empresa entra con escribanos a las cabeceras para presionarnos. Para que se vea nuestra disposición el viernes cuando estábamos todos los trabajadores juntos, viene el jefe de lÃnea y nos pregunta si vamos a trabajar, no -contestamos todos-, entonces responde que estamos despedidos. Fue peor, porque si está despedido uno, estamos despedidos todos. Los despidos no asustaron porque estábamos muy unidos.¿Cómo vivieron esa unidad?K: Fue muy importante que pararan los trabajadores de tráfico (maquinistas y guardas), porque ellos ya tenÃan la jornada de 6 horas establecida. Este conflicto fue tomado por todos los compañeros, más allá de la lÃnea que tiró el cuerpo de delegados, todos opinaban que habÃa que seguir hasta las últimas consecuencias. También hubo apoyo desde afuera, nos empezamos a contactar con las organizaciones que conocÃamos, estudiantes, desocupados, partidos de izquierda. C: Los trabajadores de base éramos los que decidÃamos y los delegados funcionaron como mediadores. Un comportamiento totalmente diferente a la UTA.¿Qué enseñanza creen que esta lucha deja al movimiento obrero?K: Fundamentalmente que sean los trabajadores los que tomen en sus manos el conflicto y le den su propia salida. Para nosotros fue muy importante la pelea frontal con la burocracia, por la reducción de la jornada laboral y por más trabajo.¿Cuántos nuevos puestos de trabajo implica la reducción de la jornada laboral?K: Aproximadamente 250. Tenemos un plan de abrir una bolsa de trabajo para que los puestos sean ocupados por los que apoyaron nuestra lucha, los desocupados, estudiantes, usuarios, los militantes de los partidos polÃticos. Esta lucha nos dejó un cambio en la conciencia, un crecimiento como clase. Hoy la pelea es fortalecer la lucha por la reducción de la jornada laboral para todos los trabajadores y el reparto de las horas de trabajo. La pelÃcula de los trabajadores del subte en el Rosa LuxemburgoImágenes de un triunfoLa proyección de “La Huelga del Subteâ€? fue un éxito, por primera vez después del triunfo, más de setenta trabajadores de todas las lÃneas se juntaron en el Centro Cultural Rosa Luxemburgo, haciendo del encuentro un verdadero festejo compartido. Su triunfo también significaba el nuestro, desde el primer momento de la huelga nos volcamos a apoyarlos en todas las cabeceras. Impulsoresde la comisión de solidaridad, más de 100 compañeros del PTS nos hicimos presentes el dÃa que esta se conformó, al igual que lo hicieron trabajadores y delegados de distintos gremios, miembros del periódico obrero militante Nuestra Lucha, como también las compañeras de Pan y Rosas que intercambiaron diálogos y vivencias con muchas compañeras trabajadoras. El material presentado por el colectivo ContraImagen (suficiente para hacer un largometraje en el cual a propuesta de Contraimagen los trabajadores están participando en el guión y confección de la pelÃcula) fue producto de la seriedad y profundidad del apoyo que le dimos a esta lucha ejemplar. En la comisión de solidaridad, los artistas de Contraimagen propusieron realizar un festival de solidaridad, el cual contó con la presencia del músico mendozino Metric, que desplegó su hip hop de letras revulsivas y revolucionarias sobre el escenario.Por el festival que tuvo como principal protagonistas a los trabajadores del subte, pasaron más de medio millar de personas.Dos dÃas después, 21.30hs, horario en que la proyección se ponÃa en marcha y las paredes del centro cultural parecÃan apretar a las 130 personas que colmaron la sala.Los compañeros del subte aguardaban expectantes para ver la gesta que solo dos dÃas atrás habÃan realizado. Y no era para menos, si todos sus paros se habÃan resuelto en no más de cuatro horas, la huelga que ya empezaba a conmover a la cuidad, los conmovió extremadamente.La alegrÃa del triunfo invadió todo y preanunciaba la fiesta. El grito de “se va acabar la burocracia sindicalâ€? terminó envolviendo a todo el auditorio.La confraternización con los trabajadores se dio desde el primer momento y en el reencuentro abundaron las discusiones polÃticas y no faltaron las bromas.Trabajadores del Periódico Nuestra Lucha en el que vienen escribiendo y difundiendo compañeros del subte no podÃan estar ausente. Fue Juan Orellana, del sindicato ceramista, el encargo de invitarlos formalmente a ser parte del periódico obrero. Luego, un delegado invitarÃa a Orellana a participar en la próxima reunión de delegados para que hiciera la propuesta.Invitamos a los compañeros para que hagan del Centro Cultural Rosa Luxemburgo su casa. Un lugar para divertirse (en él realizaron su fiesta de fin de año con más de 80 compañeros) y también para el estudio y discusión polÃtica sobre la historia de nuestra clase. Una vez más, queremos saludar su triunfo, y esperamos que este ayude a la clase obrera para enfrentar a la patronal explotadora y a sacarse de encima a la burocracia sindical.H. A
Levantamiento contra la ocupacion imperialista en Irak Juan Chingo
Como ya informamos en números anteriores de LVO, entre el 19 y el 25 de abril se reunirá en Buenos Aires la II Conferencia de la Fracción Trotskista – Estrategia Internacional, integrada por el PTS de Argentina, la LTS-ContraCorriente de México, Estrategia Revolucionaria-Quarta Internacional de Brasil, la LOR-CI de Bolivia, Clase contra Clase de Chile, y compañeros de Francia, Gran Bretaña, Alemania y España.El sábado 24 tendrá lugar una Sesión Abierta dedicada a discutir la lucha por la reconstrucción de la Cuarta Internacional a partir de las caracterÃsticas centrales de la situación mundial, analizando los efectos del salto que ha protagonizado la resistencia iraquà a la ocupación imperialista. Presentamos aquà extractos de las “Tesis sobre la coyuntura internacionalâ€? presentadas a la II Conferencia de la FT que analizan la nueva situación en Irak y sus repercusiones en Estados Unidos (ver pág 11).Desde el PTS, propondremos a todas las organizaciones que se reclaman antiimperialistas impulsar una gran campaña por el retiro de las fuerzas de ocupación y en apoyo a la resistencia iraquÃ. Llamando a impulsar actos, marchas, charlas, eventos y distintas actividades que permitan poner en marcha un gran movimiento militante contra el imperialismo.Una nueva etapa de la resistencia iraquÃLos acontecimientos sucedidos en los pasados dÃas señalan la entrada en una nueva etapa de resistencia iraquà a la ocupación imperialista tanto cuantitativa como cualitativamente.Cuantitativamente se manifiesta en la escalada de la lucha armada, incluyendo el mayor número de tropas que se despliegan en combate como la mayor variedad de armamento utilizado. También es evidente en el aumento de las bajas, con unos 60 soldados de la coalición, la mayorÃa norteamericanos, muertos la semana pasada comparado con el promedio de 30 mensuales durante el año previo. La extensión geográfica de los enfrentamientos, desde Mosul en el norte de Irak a Basora en el sur, junto al hecho de que el ejército iraquà adicto se negó a pelear contra sus hermanos, y la escasa resistencia de muchos los contingentes extranjeros que apoyan a los Estados Unidos, que en el mejor de los casos realizaron combates esporádicos cuando en otros decidieron no resistir y recluirse en sus cuarteles, ha significado una fuerte presión para el ejército norteamericano.Más significativos son los desarrollos cualitativos de la resistencia con la incorporación de la fracción más radicalizada de la mayorÃa chiÃta a la lucha guerrillera junto al endurecimiento de la guerrilla sunnita, que hasta ahora era la única oposición armada que enfrentaba a las tropas de ocupación. Los chiÃtas constituyen alrededor del 60% de los 25 millones de habitantes de Irak. Aunque la fracción de Muqtada al-Sadr es una minorÃa, posiblemente tenga peso sobre un 15% según algunas estimaciones, lo cual es una base social considerable desde el punto de vista logÃstico y para el reclutamiento de nuevos luchadores.Más importante aún es el hecho que estos dos procesos guerrilleros sunnitas y chiÃtas se combinan con levantamientos populares, como dan cuenta distintos informes presenciales sobre el rol de las mujeres en la preparación de las municiones hasta de la ayuda de los niños en el levantamiento de barricadas. Esta mayor cohesión de la base social de las fuerzas combatientes permitió permitido no sólo las clásicas operaciones guerrilleras como emboscadas o ataques sorpresivos, sino lo nuevo que muestra la profundidad del enfrentamiento: estas fuerzas han sido capaces de capturar y sostener territorios en las ciudades. Este es el caso de Fallujah y en cierta medida de Ramadi, donde los lÃderes guerrilleros sunnitas no han escapado sino que se atrincheraron con el apoyo de la población para repudiar el hostigamiento norteamericano. A su vez, las guerrillas chiÃtas tomaron el control sobre gran parte de Najaf, Karbala, Kufa y están luchando en la ciudad de Sadr en Bagdad.Por último, y como más promisorio, a pesar de la animosidad histórica entre sunnitas y chiÃtas, comenzaron a desarrollarse incipientes sÃntomas de unidad sobre todo en las barriadas donde existe mayor convivencia como en Bagdad, donde contingentes chiÃtas del barrio Kadhimiya unieron fuerzas con guerrillas del barrio sunnita del área Adamiya. Incluso antes del levantamiento chiÃta, miembros de estos barrios, participaron de una marcha conjunta con carteles que decÃan: “Ni sunnisimo. Ni chiÃsmo. Unidad del Islamâ€?. Iguales intentos de lucha común se dieron en Ramadi, una zona sunnita donde los insurgentes fueron apoyados por brigadas de combatientes de al-Sadr. Estos elementos constituyen las primeras manifestaciones o las fases iniciales de gestación de una guerra de liberación nacional.La respuesta del ejército norteamericano a este salto y radicalización de la resistencia fue el empleo de tácticas extremadamente agresivas, que incluyen el uso de armamento pesado como bombas guiadas por láser, los bombarderos AC-130, ataques misilÃsticos desde helicópteros, etc., no sólo contra los combatientes sino sobre la población civil que los respalda. Siguiendo el ejemplo de hostigamiento del ejército israelà contra los palestinos en la ocupación militar de Gaza y Cisjordania, estos métodos elevaron el número de muertos (se calculan 518 iraquÃes muertos en el sitio de Fallujah) y de destrozos de partes enteras de las viviendas e infraestructura de las ciudades.A pesar de este endurecimiento represivo del ejército invasor que busca derrotar y desmoralizar a la resistencia y las masas que lo respaldan, el resultado puede ser el inverso: al aumentar el número de bajas, crece el odio y la determinación de pelear contra el ejército de ocupación creando las bases para una generalización de la resistencia.Las dificultades para formar un gobierno que avale la ocupaciónLas condiciones polÃticas del actual levantamiento están en las dificultades norteamericanas de lograr un delicado equilibrio entre los distintos grupos étnicos chiÃtas, sunnitas y kurdos que componen Irak, que rediseñe el entramado artificial creada por los británicos a la caÃda del imperio Otomano después de la Primera Guerra Mundial. Desde la caÃda de Bagdad, los norteamericanos no logran cerrar esta cuestión esencial que impide toda estabilización de posguerra, creando por el contrario las bases para la crisis e inviabilidad de su ocupación y la permanencia de sus tropas. Luego de un primer intento de establecer una autoridad norteamericana después de la rápida victoria militar, la emergencia de una resistencia guerrillera sunnita inclinó a EE.UU. hacia buscar el apoyo de la mayorÃa chiÃta, que a cambio de un lugar privilegiado en el futuro polÃtico de Irak garantizaba a los norteamericanos al menos su cooperación mientras estos se dedicaban a exterminar militarmente a la guerrilla. Esta era la base de una ocupación militar norteamericana “a bajo precioâ€?. La clave de este compromiso fue el Ayatollah Ali al-Sistani que comanda la fracción mayoritaria y moderada del clero chiÃta. Esta relación se fue deteriorando paulatinamente después de la captura de Saddam Hussein y la creencia de que la guerrilla sunnita se habÃa debilitado con respecto a su pico durante la ofensiva del Ramadán. Agrandado por este éxito, EE.UU. consideró que era menos dependiente de la colaboración del clero chiÃta buscando limitar la influencia del mismo en el destino polÃtico de Irak, intentando seducir a los jefes tribales sunnitas, además de aumentar el peso de los partidos kurdos que son desde el comienzo el sector más confiable para los norteamericanos. Esto llevó a un tironeo entre Brenner y Al-Sistani sobre el carácter de la nueva constitución y sobre el futuro gobierno, exigiendo este último que el Corán fuera establecido como guÃa suprema del nuevo Irak y el llamado a elecciones cuanto antes, de forma de asegurarse el control absoluto del futuro gobierno debido al peso de la mayorÃa chiÃta. Estos reclamos, que fueron acompañados por masivas protestas pacÃficas y de presión, fueron ignorados “cortésmenteâ€? por la autoridad civil norteamericana e incluso por el representante especial de la ONU al que la máxima autoridad religiosa chiÃta habÃa acudido para conseguir su reclamo. La nueva Constitución tiene un carácter bastante secular, señala al Corán como una fuente más y da un poder de veto a la minorÃa kurda, cosa que no es aceptada por los chiÃtas. Este entredicho agrió las relaciones entre los norteamericanos y la mayorÃa chiÃta en Irak. Junto con esto y durante los pasados meses, en el vecino Irán, con el cual los clérigos chiÃtas tienen excelentes relaciones, se produjo un cambio en las relaciones de poder de la República Islámica donde los conservadores retomaron la ofensiva frente al fracaso total de la estrategia de reforma gradual y liberalización del estado teocrático del actual presidente Khatami. Los conservadores no cuestionan el trato hecho con los norteamericanos en Irak pero consideran que EE.UU. no retribuyen cabalmente el enorme rol que ellos juegan en la estabilización de Irak con las continuas amenazas sobre el programa nuclear iranÃ, la oposición al proceso de paz en Medio Oriente, el alegado apoyo a los grupos terroristas y la insistencia sobre los derechos humanos. Son éstas las circunstancias internas y en la vecina Irán que han precedido al levantamiento del ala más radicalizada del clero chiÃta comandada por Muqtada Al Sadr.Los lÃmites para una salida negociadaDespués de una semana de intensos combates hubo una leve reducción de los enfrentamientos como producto de una serie de negociaciones bilaterales-concertadas entre los miembros del Consejo de Gobierno Iraquà y otras organizaciones cÃvicas y religiosas- entre las fuerzas de la coalición y las varias fracciones sunnitas y chiÃtas. Como resultado de esto se mantuvo un tenue cese del fuego en Fallujah entre las fuerzas norteamericanas y los insurgentes sunnitas, y el Ejército Mahdi de Muqtada al-Sadr se ha retirado de las estaciones de policÃa de Najaf, Karbala y Kufa. Para los Estados Unidos esto significa un cierto respiro después de una situación crÃtica que amenazaba con tirar al abismo el conjunto de su estrategia en Irak. Sin embargo esta salida inmediata tiene repercusiones a largo plazo para la estrategia norteamericana.Estados Unidos querÃa dar una lección a los militantes de Fallujah responsables por el asesinato y mutilamiento de cuatro miembros del personal de seguridad privada norteamericanos a fines de marzo, cuyas imágenes habÃa sensibilizado a la opinión pública norteamericana. La respuesta de EE.UU. desencadenando un sitio a la ciudad para aterrorizar a la población, tenÃa el objetivo de señalar el mensaje que dichas acciones eran inaceptables y todos los que habÃan participado en ellas –o le dieran refugio a quienes participaron– serÃan golpeados hasta el máximo.Pero cuando los norteamericanos deciden marchar sobre la ciudad, comienza a desarrollarse enfrentamientos en todo Irak con el Ejército Mahdi de Muqtada al-Sadr. Este nuevo frente, en el marco de las restricciones existentes al despliegue de tropas y las reglas de combate que ordenan un mÃnimo de bajas civiles –y de bajas propias– por la reacción que puede generar, hicieron que los Estados Unidos cambiaran sus planes y entraran en negociaciones. La tregua de Fallujah más que lograr el fin de los combates con las fuerzas sunnitas, buscan permitir una pausa en la actual pelea, al tiempo que abrir negociaciones con Al-Sadr y fundamentalmente con el Ayatollah Ali al-Sistani. Los Estados Unidos no pueden afrontar un enfrentamiento simultáneo de los militantes de Al Fallujah y de los chiÃtas en todo Irak, en el marco de los sÃntomas iniciales de cooperación entre ambas ramas del Islam, cuestión que presenta un serio peligro potencial para las operaciones de su ejército.(...)PolÃticamente, las negociaciones bilaterales en curso han logrado una cierta distensión de la situación. La tregua de Fallujah marca la primera vez que los Estados Unidos tratan con las guerrillas sunnitas como una fuerza coherente, es decir, con una estructura de comando con la cual alcanzar ciertos compromisos. Por su parte, Al-Sistani que dejó correr el levantamiento, criticando a los norteamericanos por el tratamiento de la revuelta y llamando en general a la calma, busca sacar partido de la situación aumentando las concesiones que los norteamericanos se verÃan obligados a dar para contar con su aquiescencia, como serÃa su reclamo de un lugar dominante para la mayorÃa chiÃta en el futuro Irak. Por eso sigue atentamente el resultado de las negociaciones en Al Fallujah. Los rebeldes sunnitas saben por su parte que no pueden esperar mucho de los norteamericanos. Las maniobras de estos entre todas las partes con objetivos de corto plazo, pueden resultar muy estrechas cuando se discuta la formación del gobierno transicional, poniendo a Washington en la difÃcil situación de no poder satisfacer a todos los lados y sus actuales promesas, lo que puede desencadenar un nuevo pico de violencia.Como resultado de esta semana de intensos combates entramos en una nueva fase de la guerra de Irak, donde se ha deteriorado rápidamente la posición norteamericana y se angostan los márgenes para una salida polÃtica duradera. Estados Unidos buscará con las múltiples negociaciones que esta encarando, llevar adelante su anunciada transferencia del poder el 30 de junio. El punto para la administración Bush no es tanto ceder soberanÃa a un gobierno de transición iraquà sino fundamentalmente de salvar la percepción pública doméstica. Esta transferencia de poder es más simbólica que real, pero Bush no puede permitirse posponer el cronograma haciendo lo posible para mantener su imagen en el marco de la intensa presión sobre su polÃtica de seguridad durante los desarrollos de la Comisión que investiga el 11/9 y de los desafÃos que enfrenta la ocupación en Irak.Pero de conjunto la situación en Irak ha pegado un salto involucrando una creciente insurgencia, que mezcla acciones guerrilleras y levantamientos populares, con el intento de las fuerzas de la resistencia de tratar de ganar y sostener territorios. Esto no significa que no haya más negociaciones, pero estas llevaran a treguas temporarias y no a un fin de la guerra.
Algunos elementos históricos para comprender la situación en Irak Claudia Cinatti
La rebelión iraquà contra la ocupación norteamericana, que ha pegado un salto en las últimas semanas, está mostrando sÃntomas de lo que podrÃa transformarse en una verdadera pesadilla para Washington: la posible confluencia entre la resistencia armada que se viene desarrollando en lo que se conoce como el “triángulo sunnitaâ€? en el centro del paÃs y el levantamiento de un sector radicalizado de la comunidad chiÃta para enfrentar a las tropas imperialistas, hecho que no ocurrÃa desde la rebelión anticolonial de 1920 contra Gran Bretaña. El origen de la division entre sunnitas y chiitasEl chiÃsmo surgió tempranamente en la historia del Islam, producto de la disputa sobre la sucesión del califato a la muerte del profeta Mahoma en el año 632. Lo que estaba en juego era en qué clan recaerÃa la dirección del cada vez más poderoso imperio islámico que ya dominaba la llamada “medialuna fértilâ€? y que luego se extenderÃa al norte de Africa y la penÃnsula ibérica. Para los sunnitas el sucesor debÃa surgir de la comunidad de los creyentes, a diferencia de los chiÃtas que pretendÃan seguir la lÃnea de sucesión en la familia del Profeta. Contra la opinión de AlÃ, yerno de Mahoma, el califato recayó en el clan Umaya que representaba a la aristocracia tribal de la Meca. Luego de tolerar por algunos años esta situación, Alà y sus seguidores se rebelaron y asesinaron al tercer califa en el año 656 lo que dio lugar a la primera guerra civil islámica. Traicionado por sus propios partidarios, Alà fue asesinado en el año 660. Veinte años más tarde, su hijo Husein, también fue derrotado y muerto en la batalla de Karbala. Esto llevó a la división definitiva del Islam entre sunnitas y chiÃtas. El chiÃsmo, que significa literalmente el “partido de AlÃâ€?, estableció sus propias dinastÃas en lo que actualmente es Irán. Aunque son una minorÃa de entre el 15 y el 20% en todo el mundo islámico, los chiÃtas son mayorÃa en Irak, componen alrededor del 60% de la población árabe del paÃs, mientras que los sunnitas son alrededor del 30% repartidos por igual entre árabes y kurdos. En Irak están los lugares santos de los chiÃtas como las ciudades de Najaf donde está la tumba de Alà y Karbala donde está la tumba de Husein. Chiitas y sunnitas en IrakLa división entre sunnitas y chiÃtas está en el corazón de la constitución del moderno estado iraquà en 1921, con la unificación de las tres provincias otomanas ocupadas por Gran Bretaña –Basora, Mosul y Bagdad- tras el desmembramiento del imperio otomano luego de su derrota en la I Guerra Mundial. En 1920 el imperio británico enfrentó un levantamiento anticolonial que empezó en las zonas del sur incitado por clérigos chiÃtas pero al que después se sumaron sectores sunnitas, planteando un serio desafÃo al dominio británico. Esta rebelión anticolonial fue derrotada luego de cinco meses de sangrientos combates. Para “estabilizarâ€? la situación Gran Bretaña puso al frente del naciente estado de Irak a la monarquÃa tÃtere del rey Faisal apoyándose en los ex oficiales del ejército otomano, árabes sunnitas en su gran mayorÃa, marginando a los chiÃtas a quienes veÃan potencialmente peligrosos. En 1958 un golpe nacionalista puso fin a la monarquÃa y consolidó el régimen del partido Baath, que estableció un estado laico, en el que los sunnitas mantuvieron el control del estado y por esta vÃa consolidaron los privilegios económicos de sus élites polÃticas, profundizando las divisiones sociales entre sunnitas y chiÃtas. Después de la revolución iranà en 1979, Saddam Hussein, que habÃa llegado al poder en 1968, temÃa que la mayorÃa chiÃta de Irak siguiera el ejemplo y buscara establecer un estado teocrático. A pesar de que durante la guerra Irak-Irán en la década de los ’80 (en la que Saddam recibió el apoyo estadounidense y de otras potencias “occidentalesâ€?) gran parte de la base del ejército iraquà estaba compuesta por chiÃtas que combatieron contra la república islámica, Hussein nunca perdió su temor que se transformaran en “quinta columnaâ€? iranà en el curso de la guerra.En 1991, con la derrota del ejército baathista en la primer guerra del Golfo, los chiÃtas protagonizaron un levantamiento en el sur del paÃs, creyendo contar con el apoyo norteamericano. Sin embargo, Estados Unidos optó por mantener a Hussein en el poder y este levantamiento fue brutalmente aplastado por la Guardia Republicana.Esto llevó a una represión cada vez más brutal y al asesinato por parte del régimen de Hussein de importantes figuras del clero chiÃta, entre ellos al prestigioso ayatollah Mohamed al-Sadr, padre del lÃder religioso Muqtada al-Sadr quien hoy encabeza la rebelión contra las tropas norteamericanas. Con la caÃda de Hussein los clérigos chiÃtas vieron la oportunidad de negociar su ubicación en un futuro gobierno iraquÃ, tolerando mayormente la ocupación norteamericana. Como explicamos en la nota de páginas centrales, Muqtada al-Sadr dirige un ala radicalizada de los chiÃtas iraquÃes. A diferencia de los clérigos moderados, como el ayatollah Alà Sistani, Muqtada al-Sadr se opuso desde el comienzo a la ocupación imperialista y se negó a integrar el Consejo de Gobierno IraquÃ, a quien con razón denunció como tÃteres de las fuerzas de ocupación. A pesar de no gozar de una gran autoridad religiosa, su legitimidad surge de la herencia de su padre y de su prédica nacionalista que llama al conjunto de los iraquÃes a expulsar a las tropas imperialistas y a establecer un estado teocrático. Aunque dirige una fracción minoritaria, ha representado un problema para la salida de postguerra de Estados Unidos, basada en la negociación con los lÃderes chiÃtas moderados para el establecimiento de un gobierno iraquà a partir del 30 de junio de este año. Inicialmente la base social de Muqtada al-Sadr estaba mayormente entre los chiÃtas empobrecidos de los suburbios de Bagdad y Najaf, pero su influencia se ha extendido luego de comenzada la rebelión contra las tropas de la coalición. La creciente solidaridad entre su movimiento y las guerrillas sunnitas en el marco del descontento generalizado de la población son los elementos que indican que Estados Unidos no está enfrentando a “grupos terroristasâ€? sino a las primeras expresiones de una guerra de liberación nacional. Antiimperialismo e Islam polÃticoLa rebelión que lidera el clérigo Muqtada al-Sadr contra Estados Unidos o el apoyo popular del que goza Hamas entre los palestinos en su lucha contra la opresión del estado de Israel, muestra una vez más que el llamado “Islam polÃticoâ€? se ha transformado en una vÃa de canalización del profundo antinorteamericanismo de las masas árabes y musulmanas, tras una estrategia reaccionaria de establecer estados teocráticos, basados en el Corán como constitución. La explosión de este Islam militante se remite a las últimas dos décadas del siglo pasado, tomando como punto de referencia la revolución iranà de 1979 y tiene en su raÃz el fracaso del nacionalismo burgués árabe y la sumisión de las élites gobernantes al imperialismo. El islamismo repudia y combate a las ideologÃas como el marxismo que sacan a luz la división en clases de la sociedad y la necesidad de la unidad de la clase obrera para derrotar a sus explotadores locales y sus aliados imperialistas. Tras la ilusión de la unidad de la “comunidad de los creyentesâ€?, el islamismo garantiza el dominio de las burguesÃas de la región, aunque tenga una prédica radical e incluso “antiimperialistaâ€?. Esto mostró con creces la tragedia de la revolución iranÃ, en la que el movimiento obrero concentrado en las refinerÃas petroleras habÃa jugado un rol central en la caÃda del sha Reza Pahlevi, pero la dirección del proceso recayó en el ayatollah Khomeini que terminó instalando una teocracia profundamente reaccionaria, reprimiendo brutalmente a la izquierda, y por esa vÃa garantizando el dominio de la burguesÃa local.En el otro extremo, la monarquÃa de Arabia Saudita también hace un uso polÃtico del Islam lo que no le impidió ser el principal aliado de Estados Unidos en la región. En la década de 1980 financió a la llamada “jihad afganaâ€?, como forma de contrarrestar el impacto radical de la revolución iranÃ. Los “jihaidistasâ€? afganos tenÃan como causa la lucha contra la Unión Soviética, para liberar a Afganistán de los “infielesâ€? e “impÃosâ€? y estaban dirigidos por Osama bin Laden, representante de una poderosa fracción de la burguesÃa saudita. Estados Unidos también apoyaba y financiaba a los militantes de la “jihadâ€? a los que llamaba los “combatientes de la libertadâ€?, aprovechando el profundo anticomunismo y el carácter reaccionario de este movimiento. De este movimiento surgieron los talibán y la red Al Qaeda, que de aliado se transformó en el enemigo número uno de Estados Unidos y “Occidenteâ€?. Los sucesivos intentos por terminar con la opresión imperialista en Medio Oriente y el mundo árabe, siempre chocaron -y chocan- con los lÃmites impuestos por las direcciones nacionalistas y/o religiosas. La tarea de terminar con el atraso y la miseria legada por la herencia colonialista, tiene que ser encarada por las masas árabes de manera independiente de las archirreaccionarias burguesÃas regionales, lo cual sólo se puede lograr bajo la dirección de la clase obrera. El proletariado internacional tiene que tomar este combate en sus propias manos, como parte de la lucha contra la barbarie capitalista. Nuevamente cobra valor la consigna que lanzara la Internacional Comunista de Lenin y Trotsky: Proletarios y pueblos oprimidos del mundo ¡UnÃos!.
El asesinato de Ahmed Yassin y el terrorismo de estado israelà Claudia Cinatti
El 22 de marzo el ejército israelà asesinó salvajemente a Ahmed Yassin, fundador y lÃder espiritual de la organización islámica palestina Hamas, cuando salÃa de una mezquita en Gaza. El gobierno de Sharon justificó el accionar criminal del estado de Israel como parte de la “guerra contra el terrorismoâ€? de su aliado Bush. Desde el comienzo de la segunda intifada en septiembre de 2000, el estado de Israel practicó el asesinato sistemático de lÃderes y activistas, disparando misiles desde sus helicópetros Apache y sus aviones de guerra F16 que generosamente le provee Estados Unidos. En los últimos tres años ya “ejecutóâ€? a más de 150 dirigentes de la intifada y el total de muertos palestinos ascienden a más de 2500, muchos de ellos niños. El asesinato de Yassin es un salto en las acciones militares del estado sionista, ya que se trata del segundo lÃder más importante del movimiento nacional palestino, después de Yasser Arafat. Su funeral se transformó en la mayor movilización contra la ocupación sionista de los últimos años. Más de 200.000 palestinos desfilaron clamando venganza. Las movilizaciones de repudio e idignación contra Estados Unidos, Israel y los gobiernos árabes, se extendieron por importantes paÃses de la región como Egipto y Jordania. Un nuevo plan de “apartheidâ€?El asesinato de Yassin coincidió con el anuncio de Sharon de un plan de “retiro unilateralâ€? de las tropas israelÃes de la franja de Gaza, que no se harÃa efectivo por lo menos hasta dentro de dos años. A cambio de reemplazar la ocupación militar directa por un “sitio por aire, mar y tierraâ€? de los territorios palestinos, Sharon pretende anexar al estado de Israel los casi 200 asentamientos de colonos israelÃes enclavados en el corazón de los territorios palestinos. Con el aval norteamericano Sharon abandona todo pretensión de “diálogoâ€? y ha socavado a la Autoridada Nacional Palestina, presidida por Arafat, quien se encuentra confinado en sus oficinas en Ramallah, virtualmente bajo arresto, cercado por las tropas sionistas.Con el pretexto de la “seguridad nacionalâ€? Israel está construyendo una muralla vergonzante protegida por rejas electrificadas, que circunda las ciudades palestinas transformándolas en campos de concentración custodiados por las tropas sionistas, sin ninguna continuidad territorial ni existencia viable. A pesar de ser una solución completamente reaccionaria que busca reafirmar la ocupación colonial y el sometimiento del pueblo palestino, dos de los cuatro partidos de la coalición gobernante de extrema derecha que preside Sharon y un ala del partido Likud encabezada por el ex ministro Benjamin Netanyahu presentaron fuertes objeciones al plan, sobre todo porque implica el traslado de los 7.000 colonos que viven en la Franja de Gaza en medio de 1,3 millones de palestinos. Incluso miembros de su gobierno pretenden una solución más drástica. Por ejemplo, el Ministro de Vivienda, representante de los colonos ortodoxos y del Partido Nacional Religioso, propuso que los territorios palestinos actualmente ocupados por Israel sean “transferidosâ€? a Egipto y a Jordania, como forma de completar la limpieza étnica de la población árabe iniciada con la fundación del Estado de Israel en 1948.Razones y consecuencias del asesinato de YassinEn lo inmediato, con este ataque a Hamas, Sharon probablemente haya buscado acallar a sus crÃticos de extrema derecha y lograr apoyo interno a su gobierno, que está seriamente cuestionado por actos de corrupción y por una persistente crisis económica. En ese sentido la operación tuvo éxito y un 60% de la población israelà aprobó el asesinato del lÃder de Hamas.En el mediano plazo, Sharon necesita destruir a las organizaciones palestinas y quebrar la resistencia de la población a la ocupación colonial para poder concretar su “solución finalâ€? al conflicto y borrar toda aspiración de autodeterminación nacional. Es que a pesar de la reocupación militar directa de los territorios palestinos y de la polÃtica de aterrorizamiento permanente de la población –que incluye además de “asesinatos selectivosâ€?, demolición de viviendas, bombardeos a campamentos de refugiados densamente poblados, humillación en puestos de control, toque de queda, entre otros horrores cotidianos-, Sharon no logró quebrar la lucha de liberación nacional y tampoco evitar que militantes palestinos realicen atentados dentro del estado de Israel.La franja de Gaza es la cuna de la intifada y constituye la base de apoyo más firme de Hamas, que se nutre de una militancia radicalizada por las condiciones insoportables de miseria y opresión. El asesinato de Yassin apunta a debilitar cualitativamente a Hamas y es un mensaje claro a los dirigentes palestinos de que son “blancos legÃtimosâ€? para las tropas sionistas. Para el ex primer ministro Benjamin Netanyahu, aunque en el corto plazo el asesinato de Yassin puede llevar a una ola de atentados suicidas en Israel, “en el largo plazo Hamas se verá limitado, porque sus lÃderes sabrán que enfrentan la amenaza de asesinatoâ€?.Según el diario británico The Guardian, los jefes militares israelÃes consideran que “Hamas está en retirada tras el asesinato de su fundador y lÃder espiritualâ€? y que “ya no representa un obstáculo para que Sharon diseñe un estado palestino en sus propios términosâ€?. Sin embargo esta opinión no es unánime. Para el servicio de inteligencia israelà Shin Bet, “la ejecución de dirigentes de alto nivel y cuadros medios de Hamas debilitó la capacidad de la organización (...) pero la muerte del jeque Yassin probablemente produzca una nueva afluencia de voluntarios para misiones suicidas, o para unirse a los combates callejeros en Gazaâ€?. Aunque no está claro hasta dónde fue socavada la capacidad operativa de Hamas, su nuevo lÃder Abdel Aziz al-Rantisi, considerado como representante del “ala duraâ€? de la organización prometió redoblar los ataques contra Israel y por primera vez amenazó con atacar al propio Sharon. Probablemente este llamado encuentre eco en jóvenes desesperados que viven el infierno cotidiano de la ocupación militar y del “terrorismoâ€? del estado israelÃ. El asesinato de Yassin se da en el marco de una situación de crisis de la polÃtica ofensiva que Estados Unidos pensaba implementar en Medio Oriente luego de la guerra de Irak. Las tropas imperialistas enfrentan en Irak a una resistencia armada que aunque no es masiva, persiste en el tiempo y se cobra diariamente la vida de soldados norteamericanos. A su vez, la coalición que encabeza Estados Unidos sufrió un duro golpe tras la pérdida de España como aliado clave con la derrota de Aznar luego del brutal atentado del 11M. El gobierno polaco también anunció que retirarÃa sus efectivos de Irak. Las diferencias con las potencias imperialistas europeas se han vuelto a manifestar. Estados Unidos no sólo fue el único paÃs que no repudió el asesinato de Yassin, sino que también vetó una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que condenaba la polÃtica de “ejecuciones extrajudicialesâ€? de Israel. Las consecuencias del asesinato de Yassin, considerado como héroe y mártir en todo el mundo islámico, probablemente se hagan sentir más allá de Israel, haciendo aún más inestable la situación en la región.
Por la reconstrucción de la Cuarta Internacional Carolina, Mendoza
Como informamos en la edición anterior de LVO, el 23 de marzo entregamos a la dirección del PO una carta dirigida a todos los integrantes del MRCI donde, ante la coincidencia de la realización de sendas conferencias en Buenos Aires en la última semana de abril, proponÃamos hacer los máximos esfuerzos para organizar una conferencia común. Al cierre de esta edición, no hemos recibido una respuesta de parte de los integrantes del MRCI. Esta actitud ha tornado prácticamente imposible realizar la conferencia unitaria, dado que faltan pocos dÃas para el inicio de ambas conferencias. Sin embargo, esperamos poder iniciar un intercambio constructivo para lo cual, en la Conferencia de la FT, discutiremos nuevas propuestas. Publicamos a continuación, un aporte de una compañera, miembro de la Dirección Nacional del PTS.Sobre el centrismo y el metodo para reconstruir la Cuarta InternacionalEn la nota “Reformismo, centrismo y Cuarta Internacionalâ€? (LVO 136) se plantea que “como buenos marxistas que intentamos ser, no definimos a las corrientes que se reivindican de la Cuarta Internacional por su programa solamente, sino también por su práctica polÃtica, por su acción en la lucha de clasesâ€?. Quiero desarrollar aquà por qué esto está en consonancia con el método de Trotsky. En la polÃtica hacia los centristas (“El Centrismo y la Cuarta internacionalâ€?, 1934) Trotsky aconseja prestar especial atención en los pasos prácticos, y en la necesidad de apoyarse en la experiencia para explicar a los obreros las diferencias del bolchevismo con los centristas y el resto de los partidos, llegando incluso a resaltar la incapacidad práctica y organizativa del centrismo, en lo que respecta al trabajo legal e ilegal, quienes en la práctica se adaptan a la democracia burguesa (“Una vez más sobre el centrismoâ€?, 1934).También utiliza el mismo método para explicar las caracterÃsticas de la Komintern. Esto puede verse en las discusiones contra la polÃtica del ILP (Partido Laborista Independiente), un grupo que habÃa roto con el laborismo inglés y que Trotsky definÃa en aquel entonces (años ’33- ‘34) como centrista de izquierda, sugiriendo a la sección británica que le hiciera entrismo. El ILP planteaba la necesidad de llamar a un Congreso Mundial a todas las organizaciones, incluida la Komintern y allà definir la capacidad de ésta para cambiar de polÃtica. Contra esto, Trotsky respondÃa:“No hay que olvidar que los congresos representan los elementos de ‘parlamentarismo’ que existen dentro del propio movimiento obrero. Aunque el parlamentarismo es inevitable y necesario, no se puede agregar nada fundamentalmente nuevo a lo que se logró en la lucha de masas. Esto no se aplica solamente al parlamentarismo del estado burgués sino también a las instituciones ‘parlamentarias’ del propio proletariado. Tenemos que orientarnos por la actividad real de las organizaciones obreras...â€?. La catástrofe alemana y el rol de la Tercera, era para Trotsky mil veces más ilustrativa para el proletariado mundial que mil declaraciones y congresos.En este sentido, si bien en aquel entonces tanto la III Internacional como el reformismo eran de masas, y por lo tanto, su rol tenÃa que ver con su intervención en la lucha de masas, para mà sirve como método para analizar los congresos y encuentros internacionales de las organizaciones que hoy se reivindican revolucionarias, y advertir que la clave es cuál es su intervención en los hechos concretos de la lucha de clases (hoy expresados en luchas parciales) y no sólo sus declaraciones y discursos.Trotsky medÃa tanto al estalinismo (en ese entonces caracterizado como centrismo burocrático) como a los centristas que por izquierda rompÃan con el reformismo, por su actuación en los grandes eventos de la lucha de clases, y especialmente en la actuación de los partidos en el plano sindical donde “más evidentemente se revela la incapacidad de un partido para establecer relaciones correctas con la claseâ€? (“El ILP y la Nueva Internacionalâ€?, 1933, aquà hace referencia a Inglaterra y la cuestión del sindicato minero).MedÃa al centrismo especialmente en lo que respecta a su actuación en la recuperación de los sindicatos y la actitud hacia la burocracia y el impulso de concejos obreros.Pero lo más interesante es el método de Trotsky para los reagrupamientos internacionales y la preparación de la Cuarta Internacional. Frente a la Conferencia de las organizaciones socialistas y comunistas de izquierda realizada en ParÃs (1933), llamada por distintos partidos, reformistas y centristas y de carácter bastante heterogéneo, donde la Oposición de Izquierda hace un acuerdo con el SAP, el OSP y el RSP1, para intervenir en común, Trotsky marca la diferencia entre la discusión fraternal programática y la acción conjunta en cuestiones prácticas y la formación inmediata de una nueva internacional: “Todo el desarrollo del proceso plantea la orientación hacia una nueva internacional. Sin embargo, esto no significa que propongamos proclamar inmediatamente la nueva internacional. Lo habrÃamos propues |
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Comentaris
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03 mar 2006
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