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Notícies :: laboral : dones
Vida de una trabajadora precaria
per e.b.	11 abr 2004
Elena. Trabajadora en Precario. Intervención en la asamblea popular del 7 de marzo en plaza catalunya.
Hola buenos días. Me llamo Elena B. Soy mujer, soltera, madre de tres hijos, mi profesión es trabajadora en precario y mi especialidad es trabajo invisible. Empezé a los doce años en la venta ambulante, con mi madre. Después estuve en el servicio doméstico, limpiando la casa para otras personas y cuidando de sus hijos, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, eran quince horas diarias. Después los demás trabajos que tuve mi juventud fueron siempre mal pagados que muchas veces me estafaron la seguridad social todas las empresas con las que trabajé. Simplemente me cotizaban por el primer día de contrato y el resto en el aire, nadie cotizó...tipo buzoneo, degustaciones, promociones, etc...no ha cambiado esto para los jóvenes. Luego estuve catorce años en el servicio doméstico para poder conciliar la vida familiar y la vida laboral, seis casas enteras a limpiar a fondo, seis días a la semana, durante seis horas, mas la mía. Luego tenía las tardes para cuidar a mis hijos, si no estaba lo suficientemente agotada. Durante catorce años de mi vida laboral he estado sin papeles, sin derechos, sin cotización a la seguridad social. Hace dos años y en vista de la penosa vida laboral a la hora de la cotización, empecé a salir a trabajar a Ett's, empresas de servicio, de limpieza, subcontratas, por lo menos para cotizar; simplemente lo que me pasa ahora es que estas empresas no están obligadas a aplicar la ley de conciliación de vida laboral y familiar a lo que están obligadas otras empresas. Muchas veces me hacen hacer cursillos preparatorios que consisten en ocupar el puesto de trabajo por el que deberían estar pagándome, o como el último cursillo, que para hacer de camarera de pisos me obligaban a rascar la superficie del nuevo hotel que se iba a abrir durante un mes como un cursillo preparatorio en el que no me iban a pagar. De hecho hubieron mas de 50 mujeres inmigrantes que hicieron este cursillo, esclavizadas. En algunas empresas en las que voy a trabajar como extra me han ofrecido que al final aunque sean cotizados, siempre son alegales: 40 horas de trabajo que se convierten en 80 reales, trabajos nocturnos en los que no te quieren pagar el 25% mínimo de plus de nocturnidad, trabajos 2x1=medio, en la que se cargan las matemáticas (un puesto que podían hacer dos personas lo realiza una y cobra la mitad)...y así sucesivamente. Así, desde los doce años y hasta mis cuarenta actuales, llevo 28 años sin cotizar, nada mas que tres años, siete meses y dieciseis días, y suena a lo que es, es mi sentencia para la vejez. Solamente por ser mujer, como lo somos muchas autóctonas o inmigrantes, todas mujeres, todas sentenciadas. Mis compañeras de trabajo han sido básicamente inmigrantes, con y sin papeles, mujeres que llevan su propio hogar, generando un beneficio a la sociedad, que en su día se estudió, en el agora 2001, lo llevó a cabo gracias a muchas mujeres. Se nos calculó al milimetro todo el trabajo realizado por el ama de casa. Resultado: 18.000 euros al año. Mi propuesta hoy aquí es que se nos inscriba a las amas y amos de casa a la seguridad social en régimen general como cualquier otro trabajador, acogiéndome al artículo 35 de la segunda sección de la constitución, ya sabeis, aquella en que todos podemos elegir nuestro oficio. Y que todas mujeres sindicadas o sindicalistas exijan a sus respectivos sindicatos que contribuyan a la promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios a su creación y al ejercicio de su actividad apoyándonos con nuestras peticiones y nuestros movimientos, básicamente con la petición de hoy: seguridad social en reconocimiento a tanta riqueza generada, para todas las mujeres, con o sin papeles; todas generamos en nuestro hogar una riqueza para la sociedad.
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