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Notícies :: sanitat |
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Islam y Derechos Humanos
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per - |
19 mar 2004
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La inminencia del Mundo Infeliz de Huxley, pura apariencia de armonía bajo la férula de la brutalidad institucional parece cada vez más próxima. El error en que se sustenta consiste en pretender armonizar concepciones vitales que son totalmente antagónicas. |
Del árbol caído es de donde se obtienen las mejores astillas. Después de haber servido a sus criminales fines, los abyectos y luctuosos atentados de Madrid están siendo ahora rentabilizados políticamente, con cierto éxito, por el mismo sector ideológico que les ha dado origen y sus comparsas. Habló Blas y habló por su mal. El ambiguo y caritativo lema de "Inmigración no es delincuencia" se erige en ciertos ambientes, con su apariencia de ecuación matemática indiscutible, como un nuevo y poderoso tótem de la españolidad responsable; pero como nadie había dicho hasta ahora que cada mahometano pudiere tener una mochila de dinamita dispuesta debajo de su catre, salir al paso en cencerrada con tales alharacas parece cuanto menos sospechoso, por interesado y caprichoso, o por memo. No todos los carnívoros son caníbales, desde luego, pero ese no es el tema.
De todas maneras, no nos engañemos y no nos dejemos engañar: toda la población musulmana, toda sin excepción (sectores estadísticamente inapreciables aparte), se rige, más o menos estrictamente, por parámetros de tipo religioso incompatibles, en determinados aspectos, con nuestro innegociable compromiso con los Derechos Humanos. Todos, todos sin excepción, uno por uno, los piadosos islamitas, sin ir más lejos, mutilan genitalmente a todos sus hijos varones menores de edad, uno por uno; buena parte de ellos hacen lo mismo con sus propias hijas. Este fenómeno social muestra como no se trata de meros matices intrascendentes o de enriquecedoras diferencias culturales: lo que para ellos es una fiesta sagrada para nosotros es una sádica, monstruosa y abominable depravación. No se pueden poner ni en discusión ni en manos del verdugo Derechos Humanos tan elementales como el derecho a la integridad física y el derecho a la libertad de conciencia.
Prueba política suficiente e indiscutible del abismo que en este sentido nos separa son las continuas reservas expresadas explícitamente por los gobiernos de confesión de mahometana desde el año 1948, en el momento de la firma de todos los tratados y convenciones que se han acordado internacionalmente al respecto de los Derechos Humanos desde entonces. Que, personalmente, a tal o cual individuo le traiga más a cuenta callar, fingir o aparentar, para pasar lo más desapercibido posible en su barrio, en su trabajo o en su finca, no altera para nada el panorama global del asunto. De este modo, y siguiendo con el anterior ejemplo, medio millón de víctimas de tan espantosa mutilación residiendo habitualmente en nuestro país exigen algo más que nuestra estúpida conmiseración desde el momento en que, a su vez, se convierten en mutiladores que no solo se ganan el pan, sino que, al menor descuido, ejercen implacables sus primitivos rituales contra la infancia. Y si no, que se lo pregunten a mi hijo.
Una inmigración que no acepta ni respeta, personal ni colectivamente los Derechos Humanos constituye la peor de las delincuencias, desde el momento en que llega constituirse en un auténtico agregado social cada vez más numeroso, cual es el caso; y quien diga lo contrario, como podría establecer entre dientes el propio Galileo sin demasiados cálculos y en contra de la más obtusa de las mayorías, miente como un bellaco. A nosotros nos corresponde ponerlos, a unos y a otros, en cintura. Basta. |
Comentaris
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Re: Islam y Derechos Humanos
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per Kusk |
19 mar 2004
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No olvidemos que esa "mutilacion sexual" (circuncisión) ha sido practicada también a la gran mayoría de varones norteamericanos, sea cual sea su religión. Dicen que por motivos higiénicos ¿¿?? |
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Re: Islam y Derechos Humanos
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per Aberroes |
19 mar 2004
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"Razonemos: la técnica es demasiado refinada, la elección del momento, la simultaneidad de los ataques" dijo, según el Corriere della Sera, que no precisa en qué circunstancias obtuvo las declaraciones, el Jefe del Gobierno italiano Silvio Berlusconi, despues añadio a la Stampa "Una operación de este tipo debió ser concebida por espíritus muy sofisticados que conocían bien la situación en España. Es la razón por la cual no creo que algo de este tipo pueda ser organizado por esos cuatro beduinos de Al-Qaeda". |
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Re: Islam y Derechos Humanos
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per blanquita |
19 mar 2004
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Los aviones militares caen en picado sobre el abarrotado mercado y lanzan sus bombas químicas. Civiles de todas las edades y géneros caen fulminados o yacen con horribles quemaduras provocadas por el gas, un gas que también contaminará sus campos y sus pozos. ¿Se trata de los poblados de los kurdos iraquíes, arrasados con gas mostaza por Sadam Hussein? ¿O son los proyectiles de uranio empobrecido que la OTAN lanzó sobre los civiles yugoslavos? Podría ser uno de esos casos, pero no es así: estamos en 1920, las víctimas viven en El Rif, y el ejército que ataca a civiles deliberadamente con armas químicas es el español.
Acaba de publicarse la obra "Abrazo Mortal" del historiador Sebastián Balfour, que arroja luz definitiva, junto a los recientes estudios de R. Kunz o A. Viñas, sobre ese negro capítulo de la historia española, pregonada a los vientos en esos años en Marruecos y Europa, pero nunca reconocida por nuestro país. España, atascada en una guerra cruenta y larga, volvió los ojos hacia las armas químicas como medio para doblegar a la población que sustentaba a la guerrilla de Abdel Krim. Para ello no dudó en emplear masivamente las mismas que ya los occidentales habían arrojado sobre los soldados en los frentes de la Primera Guerra Mundial. La triste novedad aportada por nuestro país fue su empleo indiscriminado y sistemático contra civiles, sobre mercados, arrasando pueblos, contaminando cultivos, matando ganado, envenenando ríos. Balfour detalla cómo esta decisión fue tomada por el dictador Primo de Rivera, con el apoyo entusiasta de Alfonso XIII, que no era partidario de "inquietarse por vanas consideraciones humanitarias", pues pensaba que eran precisos "bombardeos intensos y continuos...con ayuda del más dañino de todos los gases".
Miles de kilos de fosgeno, cloropicrina y, sobre todo, gas mostaza, de origen alemán o de fabricación española, regaron los campos de El Rif, con especial intensidad entre 1924 y 1927. El protectorado marroquí, mezcla para España de empresa económica e ideal imperial, acabó siendo sometido, tras lo que nuestro país ratificó la Convención de Ginebra contra las armas químicas. No parece ser una casualidad que el mismo ejército que no tuvo reparos en aplicar tales crueldades desarrollara en la Guerra Civil, bajo el mando de otro dictador, bombardeos aéreos y artilleros sistemáticos contra numerosas ciudades, también los primeros de las guerras contemporáneas.
El día 6 de Diciembre de 1921 en el diario Defensor de Albacete el columnista Ariel escribía, refiriéndose a las acusaciones internacionales contra España: "No es verdad que nuestro Ejército cometa esas atrocidades, pero, aunque así fuera, ¿es que esos salvajes rifeños...merecen trato de gentes civilizadas?". Ese racismo y eurocentrismo también ayuda a explicar por qué el ejército no tuvo reparos en gasear a los civiles africanos. Mientras tanto, la mayoría del pueblo español estaba en contra de la guerra, sobre todo sus clases más humildes, que eran las que ponían los muertos mientras la burguesía salvaba a sus hijos y explotaba las minas rifeñas.
Ochenta años después de aquellos sucesos, El Rif sigue siendo la zona de Marruecos con más altos índices de cáncer, y uno de cada dos niños que acude con esa enfermedad al hospital de Rabat procede de esa región. El gobierno marroquí dificulta las tareas de las asociaciones de familiares de afectados, pues para el régimen de Mohamed VI eso equivaldría a reconocer la lucha por la independencia, también de Marruecos, de los rifeños.
El estado español jamás ha reconocido públicamente los hechos ni, en una época en la que Alemania está pagando indemnizaciones a las víctimas del nazismo, ha dado ningún paso para aliviar el sufrimiento de aquellos rifeños y sus descendientes. La salida a la luz de este drama a raíz de las investigaciones de los especialistas da al gobierno español la oportunidad histórica de, en vez de preparar otra nueva guerra que mate a más civiles en Irak, dedicarse a reparar las injusticias cometidas por nuestro país: asumiendo públicamente los hechos, reconociendo la responsabilidad del Directorio militar y de Alfonso XIII, y habilitando los recursos médicos necesarios para aliviar las consecuencias de aquel ejercicio de crueldad. |
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Los piadosos mutiladores de menores
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per xxx |
27 mar 2004
Modificat: 06:09:31 |
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Una de las caracteristicas ideológicas del papanatismo moderno que se ha hecho universalmente con el poder, si es que llega a tener alguna, es la de su bienpensante tolerancia con cualquier tipo de criterios y actitudes, hasta con los más nauseabundos e inadmisibles, siempre que vengan refrendados por un determinado colectivo. El objetivo final quizás no sea más que el de mantener un volumen discreto de caos en el que sea imprescindible su presencia pprivilegiada como gestores de los distintos rebaños que contribuyen a la miseria social global.
Muestra de esta indecencia consagrada se encuentra al comprobar como las mismas voces que se rasgaban indignadas ante la lapidación de una pobre mujer en la otra parte del mundo, callan culpables cuando se les plantean las mutilaciones genitales de menores que se están perpetrando en serie en nuestro país. Los hay incluso que responden diciendo que pronunciarse o no al respecto es una decisión política que puede tomarse o no. Ver para creer. |
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Ver y oir para no creer
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per xxx |
28 mar 2004
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Documentación histórico-jurídica al caso:
http://www.lpj.org/Nonviolence/Sami/articles/spn-articles/circ.esp.htm |
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Mutiladores a domicilio
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per xxx |
28 mar 2004
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No son todavía los entierros , en esta nueva España que nadie se cree, lugar ideal para que se reconcilien víctimas y verdugos, pero cuanto menos, proporcionan un terreno favorable para que se hermanen los simpatizantes descerebrados de uno y otro lado y, por encima de todos, quienes detentan el monopolio de las apariencias de concordia. Y no falta quien les preste la tribuna para ello...
Por esto, como padre de un niño que ha sido mutilado fría y criminalmente en nombre del Islam, dentro de lo que se considera una ceremonia rutinaria quiero condenar públicamente la hipocresía de todos los mahometanos que han aprovechado los salvajes atentados de Madrid para hacer declaraciones de su repudio de los hechos, su solidaridad, su pésame, su sincero dolor y su largo etcétera en pro del entendimiento mutuo.
Acusando a los demás, no podrán confundir a quien los conozca bien: el terrorismo en nombre de Dios no está constituído exclusivamente por un puñado de exaltados. Estos mismos musulmanes aparentemente moderados que ahora ponen cara de circunstancias, estos mismos y no otros, no nos engañemos, no dudarán ni un segundo, en mandar mutilar genitalmente a todos sus hijos varones menores de edad, antes de que lleguen siquiera a tener uso de razón. Y en esto, no hay nada que matizar, pues no hay diferencia alguna entre integrismo furibundo y mahometanismo de andar por casa: todos sin excepción mutilan a sus propios hijos.
Su particular e interesada condena de la violencia política aparece, de este modo, ensombrecida por un oscuro hilo de sangre que sale de sus propios y entrañables hogares. Basta de mutilaciones rituales de menores. |
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Acerca del video (circuncisión médica)
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per Libero |
06 mai 2004
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Fimosis en niños y adolescentes
Entendemos por fimosis la dificultad o imposibilidad para la retracción de la piel prepucial, esto es, de la piel que recubre el extremo del pene o glande. No debe confundirse con la presencia de adherencias balanoprepuciales (entre la piel del prepucio y el glande del pene) que son muy frecuentes en niños y que son independientes de la presencia o ausencia de fimosis. Estas adherencias deben ir liberándose progresivamente desde la infancia con objeto de facilitar la higiene del pene. En algunos niños estas adherencias se acompañan de una estrechez en la piel del prepucio que produce un intenso dolor al intentar de retraer esta piel y que en ocasiones hace que los niños cuando pretenden miccionar presenten antes de la salida de la orina una "hinchazón" del prepucio. En casos más leves solo presentarán dolor al intentar retirar el prepucio para limpiar el glande.
La fimosis supone un problema tanto funcional (imposibilidad para mantener una relación sexual satisfactoria) como, fundamentalmente en los niños, de higiene. La ausencia de limpieza del pene provoca el acúmulo entre la piel y el glande de una secrección fisiológica que se denomina esmegma y que con frecuencia se sobreinfecta dando lugar a las balanitis: infecciones locales dolorosas y con frecuencia con presencia de pus.
Las fimosis pueden corregirse quirúrgicamente mediante 2 técnicas: la clásica o circuncisión (eliminar toda la piel del prepucio dejando el glande expuesto al roce) o la más actual o prepucioplastia de Duhamel (dilatación del segmento estrecho que impide retraer la piel). La elección de una u otra técnica dependerá de las características personales de cada niño aunque, en general, el postoperatorio de la circuncisión es más molesto y el resultado menos estético que cuando realizamos una prepucioplastia; sin embargo en los casos de infecciones locales o infecciones urinarias de repetición es más recomendable la primera.
Esta intervención no está indicada antes del año de edad (para minimizar el riesgo anestésico) salvo en niños con infecciones de repetición o en los casos de indicación por motivos culturales (como ocurre por ejemplo en la población judía en que es tradición circuncidar a los recién nacidos como parte de un ritual religioso). Dado que la incidencia de balanitis es significativamente mayor a partir de los 3 años, y por el bajo riesgo de las técnicas empleadas, no es conveniente esperar a la aparición de infecciones para solventar la presencia de una fimosis.
Generalmente se realiza con anestesia local y sedación para garantizar la colaboración del enfermo. En adolescentes colaboradores puede realizarse con anestesia local únicamente. |
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