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Notícies :: antifeixisme : criminalització i repressió : guerra
La estrategia de la tensión
11 mar 2004
Los acontecimientos de esta mañana en Madrid recuerdan de muy cerca la "estrategia de la tensión" que vivió Italia durante los años 60 y 70. Una mirada hacia esta historia nos puede ayudar a entender qué hay detrás de tanta brutalidad.
El 12 de diciembre de 1969, con la bomba que explotó en el Banco Nacional de Agricultura en milan, los italianos entraron en una fase histórica que iba a durar más de una década: el terrorismo. De repente, en la escena nacional, entraron muertos asesinados, no por la policía durante las manifestaciones (como había acontecido el año pasado), no por la mafia (cuyos habitos sanguinarios eran interes más de los folclorístas que de los políticos), sino por alguien que era parte de algo que la mayoría tenía dificultades en identificar.

El año anterior era el 1968, con las revueltas estudiantiles de todo el mundo; en otoño las ideas de cambio revolucionario habían entrado en contacto con los obreros en lucha para la mejora de sus condiciones laborales. El Partido Comunista Italiano había crecido mucho en las elecciones y sobretodo, el viejo régimen dominado por la Democracia Cristiana (que también se beneficiava de los votos de la derecha más reaccionaria, empezaba a agrietarse. Los EEUU estaban atravesando su momento más negro, con una guerra larga e impopular en Vietnam que desencadenó una fuerte oposición interna, que hizo temblar el sistema en un país que tenía que ser ejemplo de todas las naciones occidentales. En Grecia, el régimen de los coroneles que tomó el poder con el golpe de estado fascista de 1967, perdía siempre más credibilidad. Incluso la URSS había tenido que intervenir para reprimir duramente los intentos checoslovacos de hacer más democratica su democracia, enclaustrada en el bloque comunista: y eso había bajado aún más su credibilidad como modelo alternativo al sistema capitalista. Una gran confusión!

Hubo alguien que intentó recorrer otra vez el mismo camino experimentado con éxito por Hitler y los nazis con el incendio del Reichstag: realizar atentados, atribuir la culpa a la izquierda, y utilizar el miedo y el disgusto de los ciutadanos para instaurar un gobierno autoritario.

Después de las bombas se intentó acusar a los anarquista, a lo mejor porqué en el imaginario colectivo representaban algo oscuro, sin dios, intocable y peligroso. En realidad se escogió a los anarquistas porqué eran desorganizados, ingenuos, pobres y aislados por las demás fuerzas políticas. Uno de ellos, el ferroviario Giuseppe Pinelli, voló por una ventana de la comisaria de Milan, el dirigente de la cual era el comisario Calabresi (que fue asesinado, y sobre cuya historia todavía está abierto un largo proceso judicial). Otro era un bailarin, que se quedó en la carcel durante años, hasta que el propio parlamento italiano tuvo que votar una ley para ahorrarle más injustos sufrimientos y al estado una verguenza inaguantable. Otro se declaraba anarquista, pero era un fascista que se había encontrado en medio de los acusados por una casualidad: intentaba hacer el provocador (y a lo mejor había sido entrenado a eso por los militares golpistas de Grecia) pero se encontró implicado en una historia más grande de él que le hizo pasar muchos años en la carcel, para encontrarse, él también, inocente. A treinta años de la masacre, todavía no se sabe quiénes son los culpables.

Clinton ha hecho recientemente unas admisiones sobre la implicación de la CIA, vinculada con una parte de los fascistas italianos de entonces. El régimen democristiano intentó encubrirlo todo, así como una gran parte de los servicios de seguridad del estado (muchos oficiales de los carabinieri, de la policía, fueron investigados y condenados por boicotear la investigación en los años siguientes) pero, hoy, nadie sabe exactamente quién ha sido a decidir la muerte de ciutadanos inocentes cuya única culpa era la de encontrarse en un banco a cambiar un talón, hacer un ingreso de dinero o pagar una cambial.

http://www.informagiovani.it/Terrorismo/piazzafontana/default.htm

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