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Notícies :: @rtivisme : laboral
Hambre de tiempo libre
20 oct 2003
Un colectivo norteamericano convoca el 24 de octubre protestas para reclamar más tiempo libre
Un Colectivo norteamericano convoca para el 24 de octubre «el día para reclamar tu tiempo», como forma de rebeldía para evitar que el exceso de horas que dedicamos al trabajo acabe por asfixiar nuestras relaciones.

Quien tenga tiempo, que tire la primera piedra. Quien pueda hacer un alto en esta carrera diaria de obstáculos contra el cronómetro, que dé un paso al frente y nos diga cómo se hace, a quién hay que llorarle, de qué manera podemos reclamar todas esas horas impagables que antes existían y que alguien nos ha ido robando a traición. Nos falta el aire, nos falta el tiempo. El contrato dice 40 horas, pero rara es la semana que baja de las 50, y rara la noche que ponemos el pie en casa antes de que empiece el telediario.



Basta con echar una ojeada a las estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para ver que estamos cerca, muy cerca de los hiperactivos norteamericanos, con todas sus neuras y sus males. De Estados Unidos nos llega ahora el antídoto. Desde su epicentro en Seattle, el Foro de la Vida Simple pide a sus compatriotas que se rebelen contra el sistema y celebren el 24 de octubre una fiesta inaudita y pagana: el Take Back Your Time Day, el día para reclamar tu tiempo.

«¡Trabajamos más que los campesinos medievales!», se lamenta John De Graaf, periodista y padrino del día de los relojes caídos.«Nos prometieron que en el siglo XXI no sabríamos qué hacer con tanto ocio, pero ya vemos cómo estamos. La falta de tiempo nos está asfixiando y nos pasa una altísima factura en forma de estrés, depresiones, rupturas, desencanto vital».

«Ciudadanos de Michigan, el 24 de octubre tómenselo con calma y dedíquense de una manera especial a sus familias, a sus comunidades y a todo aquello para lo que habitualmente no tienen tiempo», proclama en su bando el gobernador Granholm... Cientos de instituciones locales se han unido al día T. Los sindicatos han pedido a los trabajadores que salgan antes del trabajo o se tomen la jornada libre, a modo de huelga simbólica. Decenas de colegios recortarán ese viernes el horario escolar. Habrá reuniones festivas a media tarde en los parques e iglesias. Y también manifestaciones delante de las todopoderosas sedes de las corporaciones, donde se parapetan los dueños y señores de nuestro tiempo.

«Queremos que sea un día de reflexión y de reivindicación, que la gente se mentalice de la gravedad del problema y entre todos hagamos presión a los políticos y a las empresas para que tomen cartas en el asunto», proclama John de Graaf, que anda estos días aceleradísimo con los trajines del tiempo. De Graaf, de raíces holandesas, mira hacia Europa con sana envidia y nos recuerda cómo los norteamericanos trabajan una media de nueve semanas más al año que los privilegiados centroeuropeos... «Aunque el acelerador de la globalización no perdona, y a todos nos quieren implantar el mismo modelo».

«FULL TIME»

Los norteamericanos trabajan 199 horas más al año que en 1973.Las vacaciones medias son de dos semanas, y uno de cada cuatro decidió renunciar a ese privilegio el último verano. El 39% de los neoyorquinos no para a la hora del almuerzo, y la mayoría confiesa tomarse media hora escasa para partir el día (es un decir). «Entre 1850 y 1950, el aumento de la productividad se tradujo en la reducción de la jornada laboral hasta llegar a la conquista de las 40 horas semanales», sostiene la economista de Harvard Juliet Schor. «Pero en las tres últimas décadas, pese a la avalancha de las nuevas tecnologías, a los trabajadores se les exige más y más. Todos bailamos al compás de la sociedad que funciona 24 horas al día, siete días a la semana».

España va bien, eso nos dicen. Y en el ranking de supertrabajadores estamos ya por encima del listón de las 1.800 horas anuales, a una sola jornada laboral (ocho horas exactas) del idolatrado modelo americano. Los españoles, es cierto, seguimos arrastrando mundialmente la fama de tomarnos la vida con calma y con buen humor. Que si siempre llegamos tarde, que si la marcha de nuestras ciudades noctámbulas, que si nuestras interminables sobremesas seguidas del yoga ibérico, que Cela practicaba con pijama y orinal...Pero esa mítica España de la fiesta y de la siesta, que aún pervive en pequeñas reservas del territorio nacional, se encuentra tan amenazada como el lince ibérico o nuestras últimas playas salvajes.

De la noche a la mañana nos hemos convertido en una de las sociedades más hambrientas de tiempo. Según el último informe de la OIT, España es el tercer país de Europa donde se trabaja más horas al año, después de Grecia e Islandia. El español medio se deja en el tajo 1.807 horas al año, muy por encima de las 1.444 horas de los alemanes o de las 1.350 de los holandeses, los más cachazudos de Europa. El estrés laboral es el segundo problema de salud europeo, después del tabaco, y el propio Ministerio de Sanidad ha dado la voz de alarma: la mitad de los trabajadores realizan sus tareas bajo una presión excesiva y en unos plazos muy ajustados.

Los síntomas de la escasez de tiempo saltan a la vista. Las parejas se casan y tienen (menos) hijos cada vez más tarde. La comida rápida va ganando terreno a la paciencia del pil-pil. Las tiendas extienden sus horarios. Las relaciones personales menguan hasta caber en un mensaje de texto de 20 caracteres. Pero el engranaje económico ya chirría con quejas por el sobreesfuerzo. Desde los sindicatos que piden la reducción de la jornada y el fin de las horas extras no remuneradas, hasta las asociaciones de mujeres que denuncian la misión imposible de ser madre, trabajadora y ama de casa en la la vida diaria.

«Sé a la hora a la que entro a trabajar, pero nunca a la que voy a salir», se queja Alicia Benítez, 34 años, madre de un niño de dos y abogada en Madrid. «A mi hijo le está criando la abuela; a mí sólo me da tiempo a despertarle y llevarle a la guardería por las mañanas... Y como yo está casi toda la gente de mi edad.Casi siempre nos dan las nueve de la noche en el despacho. Llegas a casa agotada. Esto no es vida». El 40% de los niños españoles padecen estrés y la depresión afecta al 10%.

Uno de los pioneros en la lucha contra este fenómeno fue el doctor Larry Dossey, autor de Espacio, tiempo y medicina, que ponía a sus pacientes a prueba con un experimento infalible. Con los ojos cerrados, les pedía que calcularan interiormente el trascurso de un minuto. La mitad de ellos creía haber llegado al final cuando faltaban aún treinta segundos... ¿Su remedio? «Volver a conectar con nuestros ritmos biológicos y vivir menos a expensas del tic-tac del reloj». Pero el entorno en el que vivimos tira de nosotros. Por mucho que nos resistamos a navegar contra la corriente sufriremos un proceso de arrastre. Eso es lo que opina otro experto, el profesor Stephan Rechtschaffen, que recorre Estados Unidos con su seminario Timeshifting (El giro del tiempo).

Para Rechstschaffen, la respiración es la manera más inmediata de conectar con nuestro ritmo interior. La meditación y la visualización son otras dos herramientas para desmenuzar nuestro concepto del tiempo. «Un cierto grado de estrés es no sólo necesario sino saludable en nuestra vida. Pero cada vez que notemos el "arrastre", tenemos que ser capaces de parar. ¿Cómo?», se pregunta Rechstschaffen antes de aportar la respuesta: «Abriendo "pausas conscientes" a lo largo del día, momentos en los que frenamos en seco por unos minutos creando paréntesis temporales, en los que no permitiremos que ningún estímulo rompa nuestro ritmo interior».

El profesor del tiempo reivindica el valor de las tareas mundanas - fregar los platos, barrer, planchar...- y nos invita a «desprogramarnos una tarde entera, prefentemente a media semana, y a santificar las fiestas, que para eso se hicieron» (y no para pasar agobios en el centro comercial).

Más información en www.timeday.org y http://tiempo.lawebespiral.org

Comentaris

Re: Hambre de tiempo libre
20 oct 2003
Felicidades, Irene, hoy es tu santo.
me siento en un espejo
20 oct 2003
hambre de tiempo libre

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