En este momento lo más sensato y cuerdo no es atisbar el fuego, sino alentar el fin de las hostilidades para evitar una escalada que pueda afectar catastróficamente a Irán, a Israel, y al resto del mundo.
En los viejos tiempos, para los que estudiamos la historia de las guerras, podíamos ver que, a pesar del horror de la guerra, había generales caballeros. Y lo demostraban contra su oponente, o recíprocamente.
Es clarísimo que una guerra total entre Irán e Israel no conviene a ninguna de las partes, una de ellas tiene armas nucleares, y la otra, el poder disuasorio de miles de misiles hipersónicos. Una guerra sería una destrucción mutua asegurada, 100% asegurada. Aunque Irán posee mucha mas chance de sobrevivencia con sus bunkers en lo profundo de sus montañas de piedra.
Todo ataque sobre las instalaciones nucleares iraníes, resultarían, en el mejor de los casos para Israel, en fugas radioactivas miles de veces peores que Chernóbil, contaminando el planeta entero ya que los vientos llevarían las nubes radioactivas con lluvias contaminantes a la gran mayoría de suelos del planeta Tierra.
Y un ataque contra las instalaciones petrolíferas iraníes resultaría en un ataque a todas las monarquías petrolíferas del Golfo Pérsico, que ardería por mucho tiempo. Ya no habría más petróleo ni gas para el resto del mundo, solo Rusia, Venezuela y Noruega, debido a sus cuantiosas reservas, podrían sobrevivir. EEUU es dependiente del petróleo que pasa por el estrecho de Ormuz, si se cierra, su crisis económica sería catastrófica, y mucho más sería, para países que no producen petróleo ni gas, como Uruguay. El problema no sería que todo el petróleo y gas subiría a un precio estratosférico, sino que, además, no se podría comprar en el mercado, una sola gota de petróleo, ni de gas.
Una guerra sólo sería la válvula de escape para Netanyahu, y su camarilla, ya que esperan juicios y condenas una vez terminado el conflicto. Con la guerra, Netanyahu trata de alinear a la población colona detrás de sí. También se relaciona estrechamente con la campaña electoral en EEUU, y las posiciones de sus candidatos.
Desde un punto de vista militar (Netanyahu no lo es, ni puede ver las consecuencias reales de una guerra total con Irán) sólo más que claro que no habría triunfadores, pero todos serían perdedores, más si los sionistas de Israel logran involucrar de lleno a EEUU en las hostilidades de forma directa. Ya que ni las bombas nucleares de penetración B61 12 ni 13, podrían destruir las instalaciones nucleares iraníes. Y sus bases militares en Medio Oriente serían aniquiladas.
Desearía, repito, que la cordura prime, por sobre los orgullos, ambiciones y odios, porque la humanidad y su seguridad está en juego. La Ley del Talión del ojo por ojo, diente por diente, no tiene base lógica ni ética en el mundo actual ni en las relaciones internacionales sensatas. Golpe por golpe solo dejaría a ambos ciegos y desdentados, ya que a toda acción llevaría una contra acción, o reacción, propia de la inercia, y luego a un golpe de respuesta a la respuesta anterior, en un círculo vicioso sin fin, "rueda de hámster" o Uroboros.
El caso de duelo personal más famoso en nuestro Uruguay fue entre José Batlle y Ordóñez y Washington Beltrán. En los viejos tiempos también, incluso los duelistas caballeros, solían responder apuntando su pistola hacia arriba, sobre la cabeza de su adversario, y fallar deliberadamente. En este caso, de golpes y contragolpes en la guerra entre Irán e Israel, podría concluir temporalmente, con el llamado tipo de duelo propugnatorio, o “a primera sangre”, y no los mortífero “decretorios”.
¿Violencia para dirimir disputas? Resolver un problema a golpes es síntoma de inmadures, insensatez, y también criminal, si esta controversia arrastra a gente inocente que no estaba involucrada directamente desde un principio. Los efectos colaterales de una guerra en Medio Oriente serían planetarios.
¿Una cuestión de honor? Las guerras tienen sus causas, y no solo ellas son calamitosas, sino, además, el periodo de paz crear las condiciones y excusas para fabricarlas. Los soldados van y mueren en ellas, pero son los intereses económicos, políticos y religiosos los que muchas veces las crean. Y son los civiles las que las pagan con su sangre.
Irán había declarado que, “Si el ataque es limitado, y se centra en instalaciones militares secundarias y depósitos de municiones, Irán estaría considerando abstenerse de responder.”
“Pero si el ataque -declaró el ayatola iraní. “se centra en instalaciones petroleras, energéticas o nucleares, la respuesta iraní será devastadora” y también se cerrará el estrecho de Ormuz, y el Golfo Pérsico, de donde sale casi todo el petróleo y gas para el planeta.
Consideramos a esto, prudente y razonable en el primer caso, e, inevitable y dramático, en el segundo.
Hay todo tipo de guerras, incluso las justas e injustas, y hay también paces calamitosas, que esconden guerras internas, declaradas o no. Ya que una paz injusta, o Paz Romana, no es otra cosa que la paz de los cementerios. También están las guerras justas, de liberación colonial, como la de Artigas, en nuestro caso, o las de liberación nacional, anti-coloniales o neo-coloniales, y están las guerras de defensa, cuando un país es agredido, o una minoría nacional es oprimida o exterminada o desplazada por otra nacionalidad dentro de fronteras establecidas, legalmente o arbitrariamente, por eso existe el derecho de autodeterminación, consagrado por la ONU.
En el caso del conflicto irano-israelí, existe claramente de un lado, una nación colonialista, expansiva, y del otro, una nación defensiva.
A los intereses económico-políticos, se agregan los religiosos, siendo que ambos tienen un origen común en Abraham, ¿entonces, Ismael o Isaac? Pero, además, los chiitas iraníes, son lo contrario a los sunies, aunque ambos tienden a hacer frente común contra el sionismo israelí, patrocinado por EEUU, con un Destino Manifiesto muy similar.
Irán se encuadra, además, dentro del Nuevo Mundo Multipolar dentro de los Brics, junto a China, Rusia y los países del Sur Global.
Y por el otro lado, Israel junto a EEUU y los países de la OTAN.
Ambos bloques luchan por la hegemonía del mundo, la OTAN, por la fuerza de las armas, y el BRICS, por la razón, la paz, y una economía más justa y soberana.
Si ambos bloques se enfrentaran en Medio Oriente manu militare, el resultado seria una Tercera Guerra Mundial, y nuclear, que acabaría con toda forma de vida en el planeta Tierra.
Entonces, ¿en que juega todo esto en el conflicto a que nos referimos? ¿Debiera el honor y la honra estar por encima de todo? Irán tiene derecho a responder, ¿responderá ahora? ¿O recogerá el guante? ¿Esperara a contestar en el futuro?
EEUU lo amenazó, y le dijo que no respondiera, porque si no, EEUU sería el que respondería por Israel. Pero EEUU no es monolítico, existen divergencias en cuanto a la “solución” del conflicto, ya que ellos se sienten todavía, el juez y sheriff del planeta. Veremos…
Personalmente, no deseo que la guerra escale, esto podría pasar a ser incontrolable e impredecible, y no es tiempo ni hora para una guerra nuclear, ni para que los países se queden sin fuentes energéticas.
Y, “si no hay más que un Dios”, no creo que este, en esta guerra, haya elegido parte, ya que, si es único, representaría a toda la humanidad, y no a una etnia entre miles. No confundir judaísmo con sionismo.
Y, entre ataque y contraataque, agravios y reparaciones, está el pueblo que no tiene nada que ver con uno ni otro, y ni siquiera tiene Dios alguno. ¿Como lavar la “ofensa”? ¿Como dirimir la controversia? ¿Como resolver la contienda? ¿Como ajustar cuentas?
No siempre se puede dejar a ambos conformes, pero se puede, por la fuerza de la conveniencia, está, acordar, conciliar, pactar, caballerosamente, una pausa en el conflicto, o posponerlo para meditar y negociar. Cuando hay intereses comunes, se negocia, se acuerda. Y a veces, en la guerra, y en la política, es prudente y necesario, dar hoy un paso atrás, (para acumular fuerzas) para mañana, dar dos adelante, sobre todo, si lo dan también, terceras partes no involucradas en el conflicto en sí. Es solo cuestión de táctica y estrategia, pero, sobre todo: ética y responsabilidad.
Ya que esto no sería un simple duelo entre dos, con sus padrinos, sino que las pistolas podrían tener carga nuclear, y afectar a todos por igual, al atacante, al atacado, y al tercero que no participa en ella.
Antes, la ONU fue erigida con la finalidad del arbitraje, para resolver conflictos, diferendos, controversias y litigios, hoy ya no puede, ni se quiere, pues es suma de partes contradictorias y enfrentadas.
En el papel esta, Carta de las Naciones Unidas, Capítulo VI:
Arreglo pacífico de controversias, Artículo 33
“Las partes en una controversia cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales tratarán de buscarle solución, ante todo, mediante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección.”
Buena voluntad hay, lo que no hay es voluntad que pueda aplicarse en la práctica sobre papel mojado. Y ambas partes tienen que aceptar, consentir, en que se dirima el conflicto, es decir, que atribuyan competencia a un tribunal arbitral.
No hay unanimidad en el Consejo de Seguridad. Y siempre termina confirmándose la sentencia de Clausewitz en el sentido de que toda guerra es la “continuación de las relaciones políticas… por otros medios”, los armados.
Cuando la guerra es total, los límites ya no son posibles, las consecuencias impredecibles, la diplomacia muere, y si pierden o mueren ambos contendientes, solo queda la paz de los cementerios, con cenizas nucleares.
Esperemos que el sentido común y la razón, la detenga, y ponga en pausa.
Sebastian Bestard Molina
Pensador y analista político-militar. |