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De cada uno segun sus deseos, a cada uno segun sus sueños
per yo	06 set 2003
Nací en un barrio, asqueroso, de una ciudad cualquiera. Crecí en un piso de mierda que mis padres tratan de pagar con un sueldo de mierda para poder vivir su miserable vida de mierda y cuya única solución práctica para tener algo en común y no perder lo único que tenían: el uno al otro, fue tenerme a mi. Yo, cohabitaba con los nazis, con los votantes del PP, con las madres empastilladas, con los bares llenos de adictos a las colillas, a los cafιs, al dominó y al real Madrid. Y por supuesto, compartía mi vida y mis juegos con los coches. En este barrio, como en tantos otros, la sangre roja paso a convertirse en la sangre aceitosa y oscura de la gasolina. Esto, la hipoteca y mucha hipocresía eran lo único que compartían la mayoría de mis vecinos. Pero un día, descubrí la “anarquíaâ€?. Y decidí que yo pertenecía a la clase proletaria. Y que como tal, tenia que cumplir con mi deber histórico: organizarme y vencer al malvado capital e instaurar un nuevo sistema. El comunismo libertario. Pero resultó, que no conseguía llegar a la gente. Yo había descubierto la utopía, la verdad, pero nadie me hacía caso. Resulta que mis compañeros de clase: el nazi, el votante del PP o mi amigo rojo (mas bien que tenia una camiseta de barón rojo) no comprendían mi, nuestro deber histórico. ¿Clase? Si ahora todos somos iguales. Pero, ¿niño, si la gente es muy egoísta para que se va a unir no ves que todo el mundo va a lo suyo?. La culpa lo tienen los inmigrantes, ¿o eso no es lo de la guerra?. Yo a pesar de todo, nunca desistí: carteles, pegatas, charlas. Todo era válido: adaptar mi mensaje para llegar a la gente, hacer charlas soporíferas de temas que no me interesaban, entrar en plataformas vecinales. Lo único que daba algo de satisfacción es ver como se vendía la música y las camisetas. “Esto llegará a la gente, ingenuo de miâ€?. Nunca lo hizo. Despues empecé a trabajar y ahí vi la posibilidad de poner en marcha mi deber histórico. Y de organizar a la masa trabajadora. Una masa trabajadora que me hacia hablar con el jefe porque desde el principio me tildaron de sindicalista, una masa trabajadora que acudía a mí solo para los convenios, una masa trabajadora que se quejaban de la mala gestión del jefe y decían “si yo fuera jefeâ€?. ¿Y cuando llegó la huelga? Fui el único de mi empresa que la hizo. Supongo que fue la gota que colmó el vaso. El caso es que cuando al cabo del tiempo despidieron a todos mis compañeros, yo meses antes había descubierto que era el trabajo y me largué, estaban muy indignados porque habían recibido menos dinero… yo, lleno de placer, de satisfacción, de alegría solo sonreí. Y pensé: (me arrepiento de no haberselos dicho) “Os jodéis, por insolidarios e hijos de putaâ€?. Los palos, las peleas, los golpes (físicos y morales) de la policía, mi hastío hacia el trabajo, mi desengaño hacia la complicada, manipulable, autoritaria y farragosa estructura de las organizaciones formales (y eso que éramos 4) más algunos que otros libros, panfletos, discusiones, reflexiones, llantos y desengaños. Impulsaron en mi la necesidad de tomar una decisión. Mi cuarto de siglo se acercaba y el síndrome de la hipoteca (¿os habιis preguntado porque la gente abandona el movimiento a los 25 años?), empezaba ha hacer mella en mí. Era el momento de decidirme: a) Seguía como hasta hora: intentando movilizar a una masa inamovible que sabiendo perfectamente la mierda que representan en este mundo quieren subir al próximo escalón. b) Me iba y me montaba una vida, con menos problemas y preocupaciones. c) Cambiaba radicalmente mis planteamientos y sobre todo mi forma de vivir y empezaba a aplicar los valores del anarquismo de manera diferente. No en una organización sino en mi vida. Es decir dedicarme a autogestionar mi vida, mis deseos, mis sueños y atacar y defenderme del autoritarismo, que me lo impide. Ahora, soy individualista y estoy en contra del trabajo. Mis compañeros anarquistas me suelen llamar: utópico, vago, que quiero el caos. Pero yo, intento explicarles que el movimiento anarquista como tal no representa ningún peligro. Que somos 4 quema papeleras, 4 protestones. Que la anarquía no te la da un carné o pertenecer a un grupo de afinidad con un nombre pomposo, sino el rechazo de cada uno a toda la autoridad que nos envuelve (moral, tecnológica, laboral, policial, política). Que lo importante del movimiento anarquista no son tanto nuestras publicaciones, charlas, asambleas o manis como nuestra solidaridad, amistad y ganas de divertirse (y ojo, esto no es una proclama pacifica, ni mucho menos) Que no podemos ir de Gandhis por la vida, que no podemos ponernos delante de una sociedad insolidaria y acobardada o que simplemente no quiere luchar, recibiendo todos los palos por ellos. Aparte de por el dolor, porque esto supone un proceso de vanguardización. Que tenemos que ser mas listos. Que es mucho, mucho mas fácil destruir que construir. Que tenemos que minar la moral de la peña, del sistema que tenemos que paralizar, entorpecer el funcionamiento de sus estructuras. Que aparte de ser mucho mas fácil y mucho menos perjudicial para nuestra salud, supone un enfoque diferente a la idea clasica del anarquismo. Porque ahora, antes que personas, somos consumidores. Porque yo, puedo tener una televisión o un coche, mejor que el del cabrón de mi vecino o de mi jefe. Por que en el mundo del capital, la libertad es la posibilidad de consumo. Y en eso hay que reconocer que todo el mundo tiene, en un principio, la mismas posibilidades… y si no las tienen, se la creen gracias al “sueño americanoâ€?. Y ante todo esto, ¿que proponemos los anarquistas?. ¿Cual es nuestra alternativa a este mundo de aburrimiento, de contaminación, gris, y horrible… ¿el mismo mundo?¿pero gestionado por nosotros? Y como lo vamos a hacer. Soportando ¿ interminables asambleas? ¿Discusiones políticas? ¿Tejemanejes?. Ante una organización compleja del mundo, los anarquistas proponemos otra organización compleja del mundo… Ante su aburrimiento, nosotros le ofrecemos mas aburrimiento, para llegar a una hipotética sociedad futura. Compañeros, tenemos que golpear al enemigo donde duele, ocultarnos y golpear otra vez y así sin descanso, pero con cuidado. No sabemos si el sistema caerá mañana,y si esto sera por una crisis económica, ecológica, armamentística o porque un dia a toda la gente se le hinchen las narizes… Pero mientras llega o no llega, dediquémonos a vivir nuestra individualidad, a buscar las grietas y abrirlas. A jugar, a divertirnos, a cumplir nuestros sueños y deseos. Nosotros estaremos mas felices, influiremos en la gente no mediante panfletos o consignas sino mediante nuestra vida y si el sistema se tambalea, ya sabremos que hacer ;). Esto no es un dogma, ni una fé. Yo tengo que trabajar aunque muchísimo, muchísimo, muchísimo menos que antes. Y se, que todo el mundo tiene unas condiciones diferentes, pero hay que buscar el modo. El modo de no sacrificarse, pero de estar ahí golpeando, escondiendose, golpeando… y deseando y soñando y haciendo el amor y la guerra con nuestros compaÏ?eros, entre nosotros: es decir vivir… Porque la anarquía es para vivirla, para disfrutarla, para amarla y para desearla. ¡No es para leerla, encerrarla, o enmarcarla! ¡Por la revoluciσn interior! Extraido de Alasbarricadas.org

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