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Notícies :: un altre món és aquí
Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
22 abr 2014
¿Aproximación o Contradicción?

Artículo que discute, desde una perspectiva histórica y teórica, la relación entre anarquismo y poder y entre anarquismo y poder popular.


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El debate latinoamericano y Europa*

Antes que nada, me gustaría agradecer la invitación de los compañeros de la revista Ekintxa Zuzena, que, a través de la lectura del libro Anarquismo y Poder Popular: teoría y práctica suramericana[1], se interesaron por el tema allí expuesto y decidieron debatirlo. Para mí y para la corriente anarquista a la que pertenezco, el anarquismo especifista, el debate sobre el poder en general y el poder popular en particular es de suma importancia, no solo para una relectura de los clásicos anarquistas, sino también para la práctica política de carácter revolucionario. Por ello, debemos saludar y felicitar esa decisión.

En América Latina hay alguna polémica en torno a este debate, aunque en diferentes países y para muchos grupos y organizaciones – como por ejemplo es el caso de las nueve organizaciones brasileñas que componen la Coordenação Anarquista Brasileira (CAB) y de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), por no mencionar otros –, se trate de algo que forma parte, hace algunos años, de un amplio acuerdo. Es importante que ese debate continúe realizándose en Europa, en alguna medida sumándose a otros, como el que se lleva adelante por la Federazione dei Comunisti Anarchici (FdCA) italiana, a partir de las contribuciones de la CAB brasileña.


Los términos del debate

Desgraciadamente, los términos del debate sobre poder y poder popular, tal como fueron presentados en Anarquismo y Poder Popular, son bastante problemáticos, en especial por parte de aquellos que se oponen a la relación que se ha establecido entre anarquismo y poder y entre anarquismo y poder popular. Ello puede constatarse especialmente en las contribuciones de Patrick Rossineri y Rafael Uzcátegui.[2] Existen por lo menos tres problemas fundamentales que complican el debate y que son apuntados a seguir.

En primer lugar, los autores aciertan al sostener que ese debate no se puede producir con la intención de comprobar quien es el más anarquista; tampoco puede, sin mayores argumentos, acusar al otro lado de no ser anarquista. Pero cuando los autores sostienen que la defensa del poder popular implica “una forma de integración al sistema”[3] o afirman que “el término PP [poder popular] es una actualización de aquello que los autoritarios definían, antes de la caída del Muro, como ‘dictadura del proletariado’”[4], están diciendo, entre líneas, que si hay anarquistas que defienden el concepto de poder popular, estarían integrados en el sistema y/o defenderían la dictadura del proletariado, la cual, al constituir una de las principales banderas del marxismo clásico, los aproximaría del marxismo y los distanciaría del anarquismo. Esa descalificación de la posición adversaria, además de carecer de una argumentación consistente, no establece debida y seriamente el debate.

En segundo lugar, una discusión de ese tipo debe tener en cuenta la distinción entre forma y contenido; se trata de diferenciar un fenómeno histórico y/o una posición estratégica de la terminología utilizada para referirse a ellos. Esto es necesario, pues el debate sobre el poder entre anarquistas, tal como se está produciendo, comprende mucho más una cuestión de terminología – o sea, de la validez/relevancia de usar ese concepto – que un debate sobre pensamiento y acción anarquistas. Al fin y al cabo, el término poder, como muchos otros –democracia, libertad, socialismo e incluso anarquismo –, tiene históricamente significados diferentes. Y, conscientemente o no, escogemos en cada momento utilizar/disputar o no el significado de términos y conceptos.

Utilizando el argumento de los autores citados, podría decirse que James Guillaume, uno de los nombres más importantes del anarquismo de primera generación, no debía de ser considerado anarquista, puesto que siempre se mostró contrario a la utilización de ese término y nunca se reivindicó como tal. Parece que la utilización terminológica no puede ser el criterio único para definir si alguien es o no anarquista. Otro aspecto relevante en ese sentido es que el anarquismo no tiene, obligatoriamente, que ser estudiado por medio de conceptos utilizados históricamente por anarquistas. Se puede, con el debido rigor y sin mayores dificultades, recurrir a otros conceptos – por ejemplo, “identidad colectiva” o “capital simbólico” –, incluso aún cuando éstos no hayan sido utilizados por los anarquistas.

Más allá de eso, se constata que parte considerable del recurso metodológico de Rossineri y Uzcátegui no tiene fuerza argumentativa. Con él es posible, por ejemplo, afirmar que defender la libertad es ser liberal; se define libertad basándose en un clásico liberal y se asocia al adversario con el liberalismo; lo mismo se puede hacer con el término “socialismo” y la aproximación con el marxismo.

Todos los conceptos utilizados poseen un significado; no es posible quedarse con la forma sin tener en cuenta el contenido. En el caso en cuestión, si el poder fuese conceptuado en términos de dominación y/o Estado, obviamente se puede decir que los anarquistas estaban y están históricamente contra el poder. Lo mismo vale para los conceptos de libertad y socialismo; si la primera fuera defendida en el sentido liberal y el segundo en el sentido marxista, también es posible decir que los anarquistas eran/son contrarios a ellos. Sin embargo, los anarquistas que defienden el vínculo anarquismo-poder dan a ese término un significado distinto. Así, lo que está en cuestión es la necesidad o relevancia de utilización de la noción de poder.

Es bastante respetable el argumento de que, por variadas razones, es preferible, en un determinado contexto, que los anarquistas no utilicen los términos poder y poder popular; ese fue el caso, durante algún tiempo, de la Federação Anarquista do Rio de Janeiro (FARJ).[5] Sin embargo, parece un absurdo querer asociar la defensa de los anarquistas del poder o del poder popular al marxismo o a otra corriente más o menos de izquierda, simplemente por la preferencia en la utilización de ese concepto.

En tercer lugar, es necesario distinguir la lectura histórica (pasada o presente), de los objetivos y estrategias futuras que son defendidas por los anarquistas. La historia del anarquismo es muy amplia; fuera del foco eurocéntrico, y adoptando la visión global y amplia de los sudafricanos Michael Schmidt e Lucien van der Walt[6], para discutir teóricamente el anarquismo es necesario fijar una serie de conceptos, ya que, en 150 años no hubo, por parte de los anarquistas, una conceptualización homogénea.

La mayoría de los clásicos anarquistas daba al concepto de poder un contenido restringido de Estado y/o dominación; por eso se declaraban contrarios a él. Bakunin enfatiza que “quien habla de poder político, habla de dominación”[7]; Kropotkin afirma que “en la medida en que los socialistas constituyan un poder en la sociedad burguesa y en el Estado actual, su socialismo morirá”[8]; Malatesta critica a los socialistas autoritarios afirmando que ellos “se proponen la conquista del poder” para emancipar al pueblo, que eso significa utilizar el “mismo mecanismo que hoy lo tiene esclavizado” y, como propuesta libertaria, sugiere la “abolición del gobierno y de todo poder”[9]. Aún así, cuando el poder es definido de otra forma – lo que parece más adecuado para establecer una interlocución con otros autores y militantes, para fundamentar el papel de los anarquistas en las luchas sociales y para formular estrategias de intervención adecuadas –, los anarquistas clásicos pueden ser considerados defensores de un cierto tipo de poder, que se tiene llamado “poder popular” o “poder autogestionario”[10]. En términos históricos, de hecho no es común que el poder sea así definido por los anarquistas. Aunque haya ejemplos, por lo menos desde los años 20, de utilización del concepto en ese sentido, como en el caso del anarquismo coreano[11], parece haber sido solamente después de los años 60 cuando ese sentido se difundió más ampliamente entre los anarquistas.

Diferente de esa lectura histórica, sin embargo, es la formulación de estrategias anarquistas, a partir de determinados objetivos. Cuando los anarquistas apuntan en ese sentido, pueden considerar más o menos relevante utilizar un término, dependiendo del contexto en cuestión. En un contexto en que haya una comprensión masiva de que “democracia”, por ejemplo, significa democracia representativa, los anarquistas pueden decidir no utilizar ese término; lo mismo se pasa con otros términos. Ese fue exactamente el argumento de Guillaume para no denominarse anarquista, dado que la comprensión general de ese término era, en aquel contexto, y desde su punto de vista, engañosa.


Anarquismo y poder

La problemática entre forma y contenido señalada anteriormente no se reduce a los estudios anarquistas. También es apuntada por Tomás Ibáñez en un riguroso estudio del poder.

“El hecho de que los investigadores de las relaciones de poder sigan, después de tantos años, dedicando una parte importante de sus esfuerzos a clarificar y depurar el contenido de la noción de poder, el hecho de que no exista un acuerdo mínimamente generalizado sobre el significado de ese término y de que las polémicas versen más sobre diferencias de conceptualizaciones que sobre operaciones y resultados logrados a partir de esas conceptualizaciones, todo ello indica claramente que la teorización sobre el poder topa, en algún que otro sitio, con un obstáculo epistemológico que le impide progresar.”[12]

Esa falta de significado común en relación al término poder y el obstáculo epistemológico a los que se refiere Ibáñez también son notados por Rossineri y Uzcátegui. Y también se constatan en los escritos anarquistas, complicando el establecimiento de una discusión precisa del poder en el anarquismo.

Como hemos visto, para los anarquistas clásicos, el término poder está, en prácticamente todos los casos, asociado al Estado o a la dominación. Por otra parte, ellos tratan, muchas veces, como sinónimos los términos dominación y autoridad. Sin embargo ¿Debe el poder ser conceptuado solamente como dominación o Estado? ¿Son sinónimos poder, dominación y autoridad? Considero que no, en ambos casos.

La posición hegemónica en el anarquismo, por lo menos hasta los años 70, y que aún pervive en la actualidad, por ejemplo en las posiciones de Rossineri y Uzcátegui, es la de que los anarquistas están en contra del poder, entendiéndolo como sinónimo de dominación y/o Estado. Las posiciones de este tipo fueron y aún son relativamente comunes: “toda la teoría anarquista se funda sobre una crítica al poder y los efectos que produce”. Es más, “los anarquistas nunca propusieron el poder popular, ni el poder para una clase. […] Cuando existe simetría y reciprocidad en una relación social, es porque la relación de poder dejó de existir.”[13] Sin embargo, posiciones como esas fueron responsables, en algunos momentos históricos, del alejamiento de los anarquistas de la política, de la intervención real en el juego de fuerzas de la sociedad, terminando por condenarlos al papel de observadores críticos de la realidad, sin posibilidad de intervenir en ella; en otros casos, se tradujeron en decisiones estratégicas equivocadas, con consecuencias desastrosas.

Profundizando en el análisis y extrapolando los aspectos de forma, se puede afirmar, como se viene haciendo más enfática y claramente en los últimos 40 años, que no parece aceptable, como señala Ibáñez, “considerar que la relación del pensamiento libertario con el concepto de poder solo se pueda formular en términos de negación, de exclusión, de rechazo, de oposición o incluso de antinomia”.[14] Es más, él considera que las innumerables definiciones del poder pueden ser agrupadas en tres grandes enfoques: 1.) del poder como capacidad. 2.) del poder como asimetría en las relaciones de fuerza, y 3.) del poder como estructuras y mecanismos de regulación y control. Teniendo en cuenta estos tres enfoques, se pude afirmar: “existe una concepción libertaria del poder, es falso que ésta consista en una negación del poder”.[15]

Los ejemplos históricos son abundantes en la demostración de que los anarquistas nunca se opusieron a la noción de que personas, grupos y clases sociales poseen capacidad de realizar algo; que la sociedad está compuesta por diversas fuerzas en juego y que, al buscar una transformación social, los anarquistas deben de estimular el crecimiento de una fuerza determinada que se sobreponga a las fuerzas enemigas, preponderantes en el campo social; que, al mismo tiempo en que se oponen a las estructuras y mecanismos de regulación y control autoritarias, los anarquistas proponen otras, de base libertaria, que constituyen los fundamentos de la sociedad futura que proponen.

Bakunin afirma que “el ser humano más ínfimo representa una minúscula fracción de la fuerza social”.[16] Kropotkin enfatiza: “fuerza – y una gran cantidad de fuerza – es necesaria para evitar que los trabajadores se apropien de aquello que consideran haber sido injustamente apropiado por unos pocos”.[17] Malatesta recomienda:

“Debemos de trabajar para despertar en los oprimidos el vivo deseo de una transformación social radical y convencerlos de que, uniéndose, ellos tienen la fuerza necesaria para vencer; debemos extender nuestro ideal y preparar las fuerzas morales y materiales necesarias para vencer a las fuerzas enemigas y organizar la nueva sociedad.”[18]

Vencer las fuerzas enemigas implica, para Malatesta, hacer la revolución, socializando la economía y la política con la “creación de nuevas instituciones, de nuevos agrupamientos, de nuevas relaciones sociales”; se trata de iniciar una reconstrucción social que pueda “proporcionar la satisfacción de las necesidades inmediatas y preparar el porvenir”, que deberá destruir “los privilegios y las instituciones nocivas y hacer […] funcionar, en beneficio de todos, las instituciones útiles que hoy trabajan en exclusiva o principalmente en beneficio de las clases dominantes”.[19]

No es posible, por lo tanto, afirmar, a partir de la triple definición de Ibáñez, que los anarquistas sean contrarios al poder.


Poder: entre la dominación y la autogestión

Cuando los anarquistas afirmaron estar contra el poder, ellos utilizaban la “palabra ‘poder’ para referirse, en realidad, a un ‘determinado tipo de relaciones de poder’, a saber, y muy concretamente, al tipo de poder que encontramos en las ‘relaciones de dominación’, en las ‘estructuras de dominación’, en los ‘dispositivos de dominación’, o en los ‘aparatos de dominación’, etc.”[20] La crítica anarquista a la explotación, a la coerción, a la alienación, siempre tuvo como telón de fondo una crítica de la dominación de una manera general, incluyendo la dominación de clase y las dominaciones de género, raza y entre países o pueblos (imperialismo).

Al defender el federalismo, los anarquistas proponían, según René Berthier, relaciones sociales basadas en una amplia participación en los procesos decisorios, por medio de un sistema en el que no hubiese “ni absorción de todo el poder por arriba (centralismo), ni atomización del poder (autonomismo)”.[21] Como señala Frank Mintz, el término “autogestión” surgió sólo en los años 60 para referirse, también, a un modelo organizativo basado en una amplia participación popular.[22] Aunque haya habido tentativas posteriores de restringir el federalismo al ámbito político y la autogestión al ámbito económico, el hecho es que los términos engloban nociones bastante próximas y han sido comúnmente utilizados por los anarquistas. La defensa anarquista de la socialización de la propiedad privada, de la socialización del poder político, de una cultura que refuerce ese proyecto, y de una articulación de abajo a arriba, se fundamenta en la autogestión generalizada, teniendo en cuenta todos sus aspectos sociales, que contiene a su vez la noción de federalismo.

Dominación y autogestión están directamente relacionadas al concepto de poder que será aquí definido de acuerdo con el segundo enfoque de Ibáñez. Definir el poder de ese modo permite conceptuarlo como una relación que se establece en las luchas y disputas entre diversas fuerzas sociales, cuando una(s) fuerza(s) se impone a la(s) otra(s); poder y relación de poder funcionan, de este modo, como sinónimos.[23] El vínculo entre dominación, la autogestión y el poder se dan por medio de la noción de participación; considerando que la participación es establecida por las relaciones de poder, ella puede ser mayor, aproximándose a la noción de autogestión, o menor, aproximándose a la de dominación. Dominación y autogestión serían, así, tipos ideales de las relaciones de poder, tomando como base la participación; cuanto más dominador sea el poder, menor participación; cuanto más autogestionario, mayor participación.

“Los extremos constituidos por la dominación y la autogestión marcan, teóricamente, las posibilidades lógicas de límites en los procesos de participación. Independientemente de la posibilidad real o no de llegar a uno de los tipos ideales, extremos, lo que es relevante es concebirlos como un modelo teórico lógico para la comprensión de las diferentes relaciones de poder, de los tipos de esas relaciones, y de las distintas formas de participación que de ellas se derivan. […] Concebir las relaciones de poder dentro de esos dos extremos, a partir del eje de la participación, constituyen un método de análisis para las relaciones en los distintos niveles.”[24]

De acuerdo con ese modelo, el objetivo de los anarquistas fue siempre sustentar relaciones sociales que incorporasen mayor participación y substituyesen poder dominador –“dominación, jerarquía, alienación, monopolio de las decisiones por una minoría, estructura de clases y explotación – por poder autogestionario – autogestión, participación amplia en las decisiones, agentes no alienados, relaciones no jerárquicas, sin relaciones de dominación, sin estructura de clases y explotación”.[25]

Esa manera de concebir el poder rechaza que poder sea sinónimo de dominación y/o de Estado. La dominación, como se sostiene, es un tipo de poder, así como la autogestión; las relaciones de poder pueden establecerse manteniendo mayor o menor participación; así, poder no implica, necesariamente dominación. El Estado es un elemento central del sistema de dominación y, en todas sus formas históricas, implica relaciones de dominación, fundamentalmente las de tipo político-burocrático y la coerción; por otro lado, las estructuras de poder político autogestionario, defendidas por los anarquistas para sustituir al Estado, también representan poder, pero no dominación.
Felipe Corrêa

Notas:
1. VVAA, 2011.
2. ROSSINERI, 2011; UZCÁTEGUI, 2011. Las críticas que se realizan a continuación pretenden estimular el debate serio, respetuoso y fraterno.
3. ROSSINERI, 2011, p. 15.
4. UZCÁTEGUI, 2011, p. 29.
5. CORRÊA, 2011. Ese texto forma parte del debate sobre el poder que se dio, en aquella época, entre los militantes de la FARJ y que terminó con la decisión de utilizar y defender las nociones de poder y poder popular.
6. SCHMIDT; VAN DER WALT, 2009.
7. BAKUNIN, 1998, p. 100.
8. KROPOTKIN, 1970a, p. 189.
9. MALATESTA, 2008, pp. 183; 200.
10. CORRÊA, 2012a.
11. CRISI, 2012.
12. IBÁÑEZ, 1982, p. 11.
13. ROSSINERI, 2011, pp. 19-20.
14. IBÁÑEZ, 2007, p. 42.
15. Ibid. pp. 42-44.
16. BAKUNIN, 2009, p. 34.
17. KROPOTKIN, 1970b, p. 69.
18. MALATESTA, 2008, p. 94.
19. RICHARDS, 2007, pp. 147; 154.
20. IBÁÑEZ, 2007, p. 45.
21. BERTHIER, 2011, p. 32.
22. MINTZ, 1977, pp. 26-27.
23. CORRÊA, 2012b.
24. Ibid.
25. CORRÊA, 2012a, p. 98.


Bibliografia:

BAKUNIN, Mikhail. “A Ilusão do Sufrágio Universal”. In: WOODCOCK, George (org.). Os Grandes Escritos Anarquistas. Porto Alegre: LP&M, 1998.
________________. A Ciência e a Questão Vital da Revolução. São Paulo: Imaginário/Faísca, 2009
BERTHIER, René. Do Federalismo. São Paulo: Imaginário, 2011.
CORRÊA, Felipe. “Crear un Pueblo Fuerte”. In: Anarquismo y Poder Popular: teoría y práctica suramericana. Bogotá/Manresa: Gato Negro / Rojinegro, 2011.
______________. Rediscutindo o Anarquismo: uma abordagem teórica. São Paulo: USP (Mudança Social e Participação Política), 2012a. [http://ithanarquista.wordpress.com/2013/01/14/felipe-co...rica/]
______________. “Poder, Dominación, Autogestión”. In: Anarkismo.net, 2012b. [http://www.anarkismo.net/article/22345]
CRISI, Emílio. “Revolución Anarquista en Corea: la Comuna de Shinmin (1929-1932)”. In: Anarskismo.net, 2012. [http://www.anarkismo.net/article/23228]
IBÁÑEZ, Tomás. Poder y Libertad. Barcelona: Hora, 1982.
______________. “Por un Poder Político Libertario”. In: Actualidad del Anarquismo. Buenos Aires: Anarres, 2007.
KROPOTKIN, Piotr. “Modern Science and Anarchism”. In: BALDWIN, Roger (org.). Kropotkin’s Revolutionary Panphlets. Nova York: Dover, 1970a.
KROPOTKIN, Piotr. “Anarchist Communism”. In: BALDWIN, Roger (org.). Kropotkin’s Revolutionary Panphlets. Nova York: Dover, 1970b.
LÓPEZ, Fabio López. Poder e Domínio: uma visão anarquista. Rio de Janeiro: Achiamé, 2001.
MALATESTA, Errico. Ideologia Anarquista. Montevidéu: Recortes, 2008.
MINTZ, Frank. La Autogestión en la España Revolucionaria. Madri: La Piqueta, 1977.
RICHARDS, Vernon (org.) Malatesta: pensamiento y acción revolucionários. Buenos Aires: Anarres, 2007.
ROSSINERI, Patrick. “La Quimera del Poder Popular: una forma de integración al sistema”. In: Anarquismo y Poder Popular: teoría y práctica suramericana. Bogotá/Manresa: Gato Negro / Rojinegro, 2011.
SCHMIDT, Michael; VAN DER WALT, Lucien. Black Flame: the revolutionary class politics of anarchism and syndicalism. Oakland: AK Press, 2009.
UZCÁTEGUI, Rafael. “Grupos Libertarios y Poder Popular”. In Anarquismo y Poder Popular: teoría y práctica suramericana. Bogotá/Manresa: Gato Negro / Rojinegro, 2011.
VVAA. Anarquismo y Poder Popular: teoría y práctica suramericana. Bogotá/Manresa: Gato Negro / Rojinegro, 2011.


* Artículo publicado originalmente em la revista Ekintza Zuzena 41, 2014.

This work is in the public domain

Comentaris

Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
Molt interessant.

Sembla que hi ha altres corrents anarquistes força espernçadores. Haurien de tenir més difusió per aquestes terres. Si no ens trobem amb que la majoria que se sent i escolta és d'un caire negativista i anti-tot més propi de etiquetes de tribu urbana que de moviment politic.

Volem més coses d'aquestes especifistes!!

Una abraçada a la gent de la Enkintza
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
Por este pequeño espacio libre de todo poder ni se acerquen con esa consigna, "poder popular". Pues nos esta totalmente de mas, no la necesitamos.

Ni siquiera en tercera, cuarta o quinta definicion. Si no somos esperanzadores, si no somos movimiento politico, si somos tribu urbana o rural, negativistas o anti-todo, que mas nos da. Decidanlo y acuerdenlo en los grandes analisis y grandes debates.

Aqui, ni poder privado ni poder popular. Aqui, hablamos de autonomia popular.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
més enllà de que a mi tampoc m'agrada les connotacions que implica la frase "poder popular", és absurd el que una part de l'anarquisme fa al negar l'existència perenne i infinita de poder, el poder existeix i existirà sempre, podem parlar de descentralització o socialització del poder, per parlar de la destrucció del poder es normal que ens mirin com a bitxos raros. La nostra tasca com a anarquistes ha de ser la de minimitzar el més possible l'acumulació de poders, a partir d'aquesta premisa ja podem discutir al voltant de poder popular en tant si ens es necessari crear un contrapoder capaç de disputar el poder al govern, o si la mateixa creació d'un contrapoder amb aquestes possibilitats facilitaria un mer canvi de jaqueta en vers d'una revolució social.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
mas allá de la terminología usada, lo novedoso de esto para el anarquismo es que supone reflexiones medianamente serias, teorias trabajadas con base en filosofías modernas y no tan solo las escrituras sagradas de hace 150 años o el pensamiento que cabe en 5 páginas de zine.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
Jo estic d'acord amb tú, Anarquista, però crec que qui no enten lo de "destrucció del poder" i entra en debats lingüistics es perque vol i normalment perquè li convé.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
Si, resulta novedoso hablar de poder popular, tanto como de dictadura del proletariado o lucha de clases.

"1.) del poder como capacidad. 2.) del poder como asimetría en las relaciones de fuerza, y 3.) del poder como estructuras y mecanismos de regulación y control."

lo novedoso aqui seria el primer y el segundo punto, el tercero es de sobra conocido. Si esto es todo lo fresco del debate teorico que se puede aportar en relacion con la vieja cantinela del poder popular, da a pensar que todo ese debate es fruto del aburrimiento mas que de un necesario debate teorico, eso o directamente unos analisis y debates que a quienes realmente sirven e interesan que se den, es a quienes no creen que el poder pueda desaparecer en algun momento de nuestras vidas, o creen que pueda pasar a ser historia pero gradualmente y por etapas.

al "poder" como capacidad, otra vez, le decimos autonomia, cuando somos autonomos somos capaces. al "poder" como asimetria en las relaciones de fuerza, por ejemplo, hablamos de fuerza. y al poder, ahora si, no entrecomillado, como estructuras y mecanismos de regulacion y control, pues simple y llanamente le decimos poder.

una pregunta, por decirlo de alguna manera, por que anarquistas incorporan en su ideario conceptos como "poder popular" ya sea en primera y segunda definicion, y marxistas "ortodoxos" o mejor dicho autoritarios ni se molestan en plantearse otros como autonomia popular. quizas, con la autonomia del pueblo y mientras esta se desarrolla gran parte de su ideario revolucionario carece de sentido y muere por el camino, mientras que si se sigue hablando del poder del pueblo, de poder popular, sus tesis se reafirman y consolidan.

ya disculparas el poco poder como capacidad para entrar en este sarao, ademas de que lo dicho mas arriba no sea mas que una burda repeticion de escrituras sagradas de hace 150 años o un colacao de ideas que caben en una o cinco paginas de zine.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
poder popular = autonomía popular -de verdad alguien piensa seriamente que los movimientos que acuñan el término son autoritarios?
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
Jo no el veig tan complicat com alguns. Estic força cansat de llenguatge negatiu (contres, antis, etc).

Al igual que autogestió, socialisme, autonomía democracia. Que venen d'altres corrents han estat adaptades al anarquisme sense gaires complexes(sempre hi ha agut el que es queixa fins i tor per una coma). Així ha aparegut el terme socialisme llibertari, democracia directa, etc Autogestió ha quedat relegat a algo més economic però en origen no era així.

Doncs bé, Poder Popular Llibertari (PPL) es un terme força auto-explicatiu. El poder resideix al poble. Igual que democracia directa. A més, alguns trobem, pel que hanat parlant, que és encoratgador i pro-positiu. Potser si estem massa habituats a termes negatius, només acabem projectant negativitat (crec que moltes vegades hem caigut em això).

Sobre el "poder". Crec que els anarquistes, en general, hem caigut en una falta de sinceritat. Perque dir que el poder es destruirá sona a magia. El poder s'haura de socialitzar, democratitzar, etc (socialisme llibertari, autogestió, democracia directa, etc) però destruir així en abstracta no vol dir res. Es va destruir en la revolució a Mancchuria, Ucrania, México o a aquí mateix a Catalunya? No. el poder era, aleshores, del poble. Poder Popular.

Crec que cada cop més anarquistes volem sortir de certes dinàmiques i lloses. Sense por a l'autocritica. Buscant estrategies i tactiques més eficaces. També en lo comunicatiu-terminologic.

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
23 abr 2014
Vayanse a la merda con su poder popular y cualquier otro concepto autoritario. Somos acratas y queremos destruir todo el poder, la autoridad! Si crees porque alguno de tus heroes de la historia a escrito alguna tontaria en su vida deberiamos que cambiar el anarquismo en social-fascismo o nacionalismo libertario?
Que gilipolleces llegan a Barna desde Bilbao??
Lxs anarquistas eramos somos y seamos revolucionarixs incontrolables independientemente quien quiere pararnos, el estado o sus esbirros-manipuladorxs que se disfrazan de anarquistas!
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
Cierto "I". Salir de las consignas facilonas e identitarias es un avance. La mentalidad binaria en política, que ve todo en blanco y negro nos puede dejar agarrotadxs y paralizadxs en posturas y poses que no van más allá de eso: pose.

Salud.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
Querría añadir a lo dicho que "Autogestión" vienen del socialismo yugoslavo, y que ha sido adaptada al lenguaje libertario desde los años 70.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
El poder "difumina" al pueblo de la misma manera que el estado lo hace con el socialismo. Dejando a un lado este detalle, no llego a entender esa estrategia y tactica mas eficad, tambien en lo comunicativo y terminologico, de emplear conceptos como poder popular o poder popular libertario. Mas bien pareciera una contradiccion en si misma como cuando hablan de Estado Socialista. Este ultimo nada autoritario por cierto.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
"Pero yo ante todo soy anarquista y luego sindicalista, y creo que muchos otros primero son sindicalistas y luego anarquistas. Hay una gran diferencia... El culto a los sindicatos es tan nocivo como el del estado, pero existe y amenaza ser más grande cada vez. Parece que los hombres no pueden vivir sin dioses, y apenas han derribado una divinidad cuando ya surge otra nueva. Si la divinidad de los socialdemócratas es el estado, la divinidad de los socialistas libertarios parece ser el poder popular.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
Sorprenen alguns comentaris. Ja que denoten que no han llegit el text i pot ser tampoc alguns dels comentaris.

El pensament circular entorn a les propies certeces ens deixa paralisats. Sembla com si no es pugues sortir de certes tradicions iberiques... Perque s'ha construit una mena d'identita única del que és anaquisme. I com diu el text, no es un bon punt de partida per un debat de veritat.

Una pena.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
y la unidad popular otra pena. el pensamiento circular entorno a las propias certezas nos tiene paralizados, claro, claro... hablar de poder popular como capacidad o como fuerza asimetrica sale del pensamiento circular y se torna pensamiento... cuadrado? vamos que hay que tener cara dura y estar muy aburrido. el poder popular, pena, penita, pena.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
Sembla que més que el pensament circular és el binari. Deu ser això de la modernitat, postmodernitat i l'era digital(0 o 1). O deu la nit dels "haters" vivientes que surten a fer comentaris sense aportar res.

Canviant de tema per no alimentar més als trolls. M'han dit que la imatge que acompanha el text és del CSA Can Vies, de Barcelona. Molt bon el mural!

Lluitar, crear, poder popular!
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
de can vies? wuaauu con encapuchadxs y toda la pesca, como mola.

PODER ES FASCISMO, FASCISMO ES PODER!!
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
Es nota quan no hi han arguments...
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
se nota cuando la gente como tu no quieran aprender nada y sigan diciendo lo mismo todo rato, pp (poder popular) = MIERDA de gentuza que suenan de dominar las masas con sus doctrinas podridas, llamalo socialismo o cualquier otra basura de la historia que solamente ha cambiado el nombre y el color de su banderita pero siempre oprimiento y manipulando al pueblo, creando elites politicos etc.
A ver si consigues encender tu cerebro...
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
El anarquismo es contrario al dominio. Como indica el texto.

Se nota que no has leído nada y sigues repitiendo consignas sin argumentos. Eres cansino y demuestras cada vez que escribes, con diferentes nombres, que no sabes de que se está hablando.

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
24 abr 2014
y el poder en primera? segunda? tercera definicion es dominio. a que quieres que argunmente, a esto?

"Sembla que més que el pensament circular és el binari. Deu ser això de la modernitat, postmodernitat i l'era digital(0 o 1). O deu la nit dels "haters" vivientes que surten a fer comentaris sense aportar res.

Canviant de tema per no alimentar més als trolls."

Pero claro que no se de que estoy hablando, otro dia me lo cuentas que es eso del poder popular, la unidad popular... venga, bona nit.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
Que te lo cuente?. Vamos que no has leído ni el artículo ni varios comentarios. Nada, cerrazón orgullosa. Así nos va.

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
Si lo he leido, por que dices que no? Si son cinco minutos, tambien lei los comentarios. anda, "piratea" el que trata sobre la "implosion" de la unidad popular en el pais de los vascos, ese tambien tengo ganas de leerlo.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]m
25 abr 2014
Entonces no argumentas y preguntas por cosas que se explican en el texto por: a) trolear, b) no entender nada c) porqur crees pertenecer a la única corriente verdadera y tienes que 'atacar' a "lxs otrxs".

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
la opcion c me ha hecho mucha gracia, juas! en serio. -única corriente verdadera y tienes que 'atacar' a "lxs otrxs".-

me quedo con la d, seguro que hay opcion d.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
Sí, la d) era la del aburrido que usa indymedia para dar rienda a sus frustaciones.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
y del texto algo que me llama la atencion, "Bakunin enfatiza que “quien habla de poder político, habla de dominación”"

"las estructuras de poder político autogestionario, defendidas por los anarquistas..."

Lo cierto que no me suena de haber oido o leido en ningun lugar algo parecido hasta ahora, "poder politico autogestionario". Por lo que parece Bakunin se mostraba en contra del poder politico, quizas ante el poder politico autogestionario se posicionaria de diferente manera. quien sabe.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
la d es la que me da la gana a mi, y no es otra mas que te puedes ir a la pinga con el poder popular.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
Pero si la acabas de aceptar! Ya es tuya la opción d) Ahora es tarde!

Tornant al debat, hi ha un estudi sobre escrits de Bakunin fet per la revista Comunismo Libertario, que parla d'aquestes coses. El que passa es que moltes vegades ens hem quedat amb una part molt superficial del conceptes, texts, etc.

Era poder polític i/o poder popular llibertari el "Consejo de Aragón" presidit per Ascaso? Era, o son constructors de poder popular els moviments populars, fugint de la institucionalitat? Jo entenc que sí.

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
bueno, los movimientos populares pueden construir hasta puentes, todo depende de que se pongan a ello o no.

no he leido mucho, mas bien poco sobre el consejo de aragon, en algun momento mientras estuvo activo se definieron como tal, como poder politico o poder popular libertario?
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
Com govern, si no me equivoco si que es van definir com que gestionaven/governaven (que no és poc) aquella part d'Aragó. Això que ara sonaria com sacrilegi per certes persones que defensen una idea idealitzada i simplista del anarquisme.

A part que no és tant per auto-definició, ja que és impossible que es definís, ni com autogestionaris, ni com poder popular llibertari, etc ja que son termes posteriors. La qüestió és si aquest poder real, que tenien era popular, es a dir, emanava del poble com construcció de abaix cap amunt o era vertical. Jo crec que tendia força a ser de abaix cap a d'alt i per tant era una construcció popular (del poble) i exercia aquest poder.

I qui diu el Consejo de Aragón, diu la republica de Manchuria, o el territori sota la Makhnotichivista, etc.

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
25 abr 2014
"El Consejo de Aragón estuvo compuesto, desde un principio, exclusivamente por miembros de la CNT. Los socialistas rechazaron su participación y contemplaron con hostilidad la formación de una Junta, que con su existencia cuestionaba, los intentos del gobierno para reconstruir su autoridad en la región. Las organizaciones republicanas, ante la actitud del PSOE, decidieron abstenerse de participar. Socialistas y comunistas oficiales atacaron la formación del nuevo organismo acusándolo de ser una dictadura anarquista camuflada y de cantonalismo (139).

También la Generalitat de Catalunya vio con malos ojos la formación de un poder territorial en Aragón que le disputaba su influencia sobre la región. El gobierno de Madrid no estaba en condiciones para evitar su formación. Sólo lo reconocería mucho más tarde, como maniobra para someterlo a su autoridad. El reconocimiento político del Consejo sería el paso previo para su absorción y disolución, que daría paso a las instituciones del estado republicano reconstruido.

Sin embargo, una de las principales oposiciones a la formación del Consejo de Aragón provino de la misma dirección estatal anarcosindicalista.

"... los propios dirigentes de la CNT proclamaron su descontento. Según ellos, la creación de este Consejo no sólo entorpecía sus gestiones para integrarse en el gobierno sino que además, era ilegítimo ya que no había sido decidido con la aprobación del Comité nacional, ni ratificado por ningún pleno o congreso regular" (140).

La dirección de la CNT, presa de sus compromisos con el gobierno y el Frente Popular, sacrificaba todo lo que pudiera significar profundización en la organización del poder revolucionario, en aras de una "unidad antifascista" que pretendía restaurar el viejo orden republicano."


"...el problema más grave reside en la actitud adoptada frente a Joaquín Ascaso por los comités dirigentes del movimiento libertario tras la disolución del Consejo, que en algunos casos todavía permanece en la actualidad. Frederica Montseny manifestaba recientemente (1984):
'El Consell d'Aragó va a acabar una mica malament, perqué s'hi havien ficat alguns elements poc escrupulosos, que no es van a portar prou bé, ni van actuar amb prou netedat. Hi había bona gent peró n'hi había d'algres com l'Ascaso ... Joaquín Ascaso eh! No té res a veure amba la familia Ascaso.' No solo se le descalifica sin aportar detalles, sino que se niega su parentesco con los hermanos Ascaso (era primohermano). Lógicamente para Frederica Montseny, el mito de Francisco Ascaso debe mantenerse y resulta peligroso relacionarle con un anarquista que, como otros juncos, fueron juzgados por sus propios compañeros por acontecimientos considerados posteriormente funestos."
La cita completa es de:
Joaquín Casanova
Anarquismo y revoluciónen la sociedad rural aragonesa 1936-1938
Madrid, Siglo XXI, 1985. p. 279
La cita en catalánde Frederica Montseny:
Pons, Agustí, Converses amb Frederica Montseny. Frederica Montseny, sindicalismo i acracia." Barcelona, Laia, 1977. p. 19.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
26 abr 2014
En el Consejo no sólo había miembros de CNT. Había de Izquierda Republicana, UGT y PCE.

https://pbs.twimg.com/media/Bl7i7yaCIAA-WJC.jpg:large
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
26 abr 2014
dictadura anarquista tiene mas pegada no te parece?donde va ir a parar...
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
26 abr 2014
Dictadura anarquista es un oximoron que usaron los comunistas (stalinistas) Carece de sentido, como tu comentario.

Salut.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
26 abr 2014
"Dictadura anarquista es un oximoron que usaron..." lo que carece de sentido igualmente es hablar de poder popular libertario, no se si te vas dando cuenta.

dictadura anarquista ha sido usado por cualquiera que ha visto peligrar el poder que mantenian o ansiaban conseguir, desde estalinistas, izquierdistas de todo pelaje hasta la burguesia. siempre que lo utilicen ellos se puede decir que estoy de acuerdo con el termino, a causa del miedo que les produce las situaciones de "vacio" o devilidad del poder que haria temblar sus privilegios no pueden llegar a entenderlo sino como una "dictadura anarquista".


unos parrafos de un texto sobre la "revolucion de los claveles". poder popular aparece entrecomillado, no me preguntes el por que, otros como autogestion, autonomia aparecen tal cual.

"El Estado contra el “poder popular”
La institucionalización de la reforma agraria no fue un caso aislado. De marzo a agosto de 1975, el gobierno de Gonçalves -que llevaba una política dirigista de intervención en la economía conforme a su orientación comunista- trata de normalizar la situación social. Para responder a las inquietudes populares ante el paro, y bajo la presión del Partido Comunista que encuentra en ello un medio de reforzar su implantación en el Estado, el gobierno acelera el proceso de nacionalización de empresas. Reglamenta sin parar, reprime movimientos, acciones o iniciativas independientes, buscando un acuerdo con las fuerzas políticas de la derecha, y de la Iglesia católica en particular. Por medio de financiaciones, y como lo había hecho con la reforma agraria, el Estado sofoca las experiencias de autogestión en la industria. En efecto, a partir del verano de 1974, y tras la ocupación de numerosas fábricas abandonadas por los patronos, se puso en pie una red de empresas en “autogestión”, sobre todo en el textil. Esas empresas siguieron funcionando según las leyes del mercado, incluso aunque hubiera intentos de instaurar una mayor igualdad en los salarios, la rotación de tareas y el cuestionamiento de la jerarquía. En efecto, los trabajadores y las trabajadoras se limitaban a vender directamente al público las mercancías producidas y no lograban su salvación sino gracias al trabajo extra y al endeudamiento con el Estado. Al margen de una experiencia limitada de autogobierno de empresa, y en ausencia de una ruptura con la lógica capitalista, la autogestión se había transformado en auto-explotación.
En un año, el Partido Comunista ha pasado de ser un grupo clandestino a ser una fuerza política dominante en el Estado, una fuerza nada comparable con su implantación social. En las administraciones públicas y las grandes empresas, en los ministerios, sus militantes o compañeros de viaje ocupan puestos de responsabilidad.
Esta rápida ascensión y ese ansia de poder cristalizan miedos antiguos y hacen nacer una nueva hostilidad. Naturalmente, el Partido es rechazado por los sectores conservadores de la población sometidos al dominio de los notables, los caciques locales y la Iglesia, que conspiran abiertamente. Pero su actitud arrogante en el aparato del Estado y en los sindicatos, sus campañas productivistas de puro estilo estalinista y su oposición a los movimientos de huelga apuntan a los trabajadores más combativos. Se organiza una nueva corriente, denominada de “poder popular”. Reivindican una alternativa al poder cada vez mayor del Partido Comunista y se han implantado en las zonas urbanas de Lisboa, Setúbal y Oporto, en torno a algunas comisiones de trabajadores o de habitantes de barrios pobres, y comités de soldados, organizaciones aparecidas en el verano de 1975. Si bien las concepciones vanguardistas del maoísmo dominan, las ideas de un socialismo no autoritario comienzan también a manifestarse.
En abril de 1975 tiene lugar en Lisboa el Congreso de Consejos Revolucionarios, por iniciativa de un pequeño partido que preconiza el reforzamiento de los vínculos horizontales entre organizaciones unitarias de base. Blanco de las fuerzas reaccionarias, que lo atacan, el Partido busca momentáneamente una alianza con la extrema izquierda y las organizaciones del “poder popular”, para cambiar de opinión rápidamente y ponerse del lado de los militares conservadores que preparaban el golpe del 25 de noviembre de 1975. La posición de la dirección del Partido se siente responsable. En realidad, el aplastamiento de las corrientes izquierdistas por parte del Ejército no hizo sino cumplir los designios técnicos de los comunistas. “La actitud firme del Partido frente a una situación política y contra las acciones aventureras ha contribuido mucho a que el levantamiento militar del 25 de noviembre no haya desembocado en levantamientos en masa que muchos aventureros pseudo-revolucionarios hubieran deseado provocar y que habrían tenido trágicas consecuencias para el movimiento obrero y popular”. Con ese reajuste de último momento, el Partido Comunista negocia su supervivencia política en la nueva situación. En el lenguaje estereotipado marxista-leninista, “salvar el movimiento obrero y popular” significa salvar la organización.
La ausencia de “doble poder”
Los límites de la experiencia portuguesa eran sobre todo inherentes al aislamiento de aquella agitación social y política en una Europa capitalista que seguía con aprensión los acontecimientos, temiendo un posible contagio a la vecina España. Ahora bien, la transición del régimen franquista hacia una democracia parlamentaria se desarrolla sin peligro para las fuerzas del capitalismo privado. Y el proyecto de un socialismo de Estado lusitano no podía encontrar el más mínimo apoyo en un bloque soviético, por entonces ya muy hundido en su crisis mortal.
Cuando una agitación social generalizada va acompañada del nacimiento de organizaciones independientes, todo ello dentro de un marco de debilitamiento del poder del Estado, se puede plantear la cuestión del doble poder. En Portugal, tras la caída del antiguo régimen, algunos cuerpos del Estado -las administraciones locales, los órganos represivos- parecieron afectados de parálisis. Pero esas instituciones no fueron desmanteladas, con la excepción de algunos servicios con demasiadas connotaciones con el antiguo régimen y finalmente superfluos en una democracia parlamentaria. El poder político había estallado, fraccionado en varios centros siempre en conflicto unos con otros. Pero nunca estuvo vacante, y nunca hubo doble poder.
La estructura golpista del Ejército -el Movimiento de Fuerzas Armadas- ha asegurado durante todo ese periodo confuso la continuidad del Estado. El Partido Comunista y el Partido Socialista cooperaron en el aparato del Estado con el fin de hacer aplicar mejor la ley y el orden. Para asumir bien ese papel, la izquierda ha jugado con el miedo constantemente, invocando los peligros del extremismo, del aventurerismo y, por último, la amenaza del regreso del fascismo.
Por su parte, los trabajadores, que habían descubierto su fuerza colectiva, no veían menos en el Ejército que en la izquierda la garantía de sus intereses. Y las organizaciones del “poder popular”, cuando se enfrentaron al Partido Comunista y al Estado, han buscado siempre un apoyo en una de las fracciones del Ejército. Como si todos esperaran de las luchas en el interior del Ejército la salida del combate decisivo. Ya fuera respetando las instituciones legitimadas por los partidos de izquierda, ya fuera respetando la fracción izquierdista del Ejército.
Los últimos focos de la agitación social
El 25 de noviembre de 1975, un segundo golpe de Estado militar restaura la autoridad central del Estado, neutraliza los centros de poder de la izquierda militar. Lo fácil de la operación demuestra que las fuerzas militares, de las que se decía que estaban en manos de comités de soldados así como de grupos de extrema izquierda formados en el activismo y poseedores de armas, no era más que un camelo.
Las organizaciones de “poder popular” demostraron ser impotentes. Las luchas políticas incesantes, las divisiones, habían terminado por desgastar a los militares, vaciando a las organizaciones de toda iniciativa y de imaginación. En un movimiento social agotado, las autoproclamadas estructuras del poder militar revolucionario no eran más que conchas vacías.
Es importante desentrañar lo que durante dos años fue el producto de prácticas rígidas del vanguardismo, y lo que fue fruto de la acción autónoma de luchas, las experiencias de autogobierno. Las acciones directas, las ocupaciones de fábricas, la coordinación de las organizaciones autónomas, las expropiaciones de tierras y viviendas, las tentativas de gestión colectiva de la producción y el intercambio de bienes, la liberación de la palabra y del pensamiento crítico, todo ello vincula la “revolución de los claveles” a las corrientes modernas de emancipación social. Buscando respuestas a los problemas del momento, los trabajadores más combativos se enfrentaron al Partido Comunista y comprendieron la necesidad de construir un nuevo contenido para la idea del socialismo. El concepto recién nacido durante ese movimiento, no partidista, simboliza bien ese paso subversivo.
El fracaso de la “revolución de los claveles” significa la victoria de la transición democrática. La clase dirigente portuguesa podrá liquidar los arcaísmos del salazarismo y crear las bases de un nuevo ciclo de explotación del trabajo. Portugal está maduro para aportar su granito de arena al edificio europeo. Terminaron los días en los que “la poesía está en la calle”, por emplear la expresión del pintor Vieira da Silva. A partir de ahora, será el día a día de la grisura y la náusea de la política insignificante, con su cortejo de mediocridades, de corrupciones, de sinvergonzonerías, de oportunismo y la violencia corriente en las condiciones de vida, del trabajo y del no trabajo."
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
26 abr 2014
Poder Popular no es un oximorón. Es la demostración del pueblo organizado. Pero te lo explico sin hacer copy&paste de textos que veo que tampoco comprendes, o coges lo que te interesa sin investigar más allá.

Básicamente porque tienes una concepción prejuiciosa de lo que es anarquismo, poder popular y autogestión.

Precisamente en el PREC portugués se producen fenómenos muy interesantes, superadores de la instituciones e incluso de las organizaciones de izquierda. Pero fue reconducido y echa la pinza entre disputas partidarias y la socialdemocracia. El equivalente al psoe acabó llevandose la pesca en ese mar revuelto.

Eso invalida el pode popular? No, igual que perder las revoluciones no invalida sus propuestas. Nos deben servir para rehacer nuestras estrategias. Profundizando en las positivas y deshaciendonos de la carga de las que son lastres (como el sectarismo, las capillas, el liberalismo individualista, etc).

El poder popular o será libertario o no será. Igual que libertad sin socialismo es privilegio e injusticia, y socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad.
Re: Poder y Anarquismo [Ekintza Zuzena n41]
28 abr 2014
"de textos que veo que tampoco comprendes" oye pues nada, gracias por los intentos de ampliar mi capacidad en lo que atañe a comprension lectora.

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