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Notícies :: globalització neoliberal : criminalització i repressió : mitjans i manipulació : xarxa i llibertat
Nadie nos recordará por no hacer nada
23 ago 2013
En Mayo de 1886 se produjo la Revuelta de Haymarket, en la que cinco trabajadores anarquistas, fueron condenados a muerte...

Recordamos su lucha cada 1º de Mayo porque es una fecha que ha sido usurpada por el capital y el estado como el día del trabajador, de la misma manera que el día internacional de la mujer trabajadora (8 de Marzo), es otra apropiación del recuerdo de la lucha de las mujeres con su propia vida y libertad.

Casi 40 años después del ya "mítico" 1º de Mayo, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, fueron ejecutados un 23 de Agosto, en la silla eléctrica.
Al recuerdo de las últimas palabras de los conocidos como los "Mártires de Chicago", les seguirían muchas más palabras de otros y otras anarquistas, algunos de ellos ejecutados y asesinados por el estado a causa de sus ideales.

"El principio fundamental de la anarquía es la abolición del salario y la sustitución del actual sistema industrial y autoritario por un sistema de libre cooperación universal, el único que puede resolver el conflicto que se prepara. La sociedad actual sólo vive por medio de la represión, y nosotros hemos aconsejado una revolución social de los trabajadores contra este sistema de fuerza. Si voy a ser ahorcado por mis ideas anarquistas, está bien: mátenme".
(Albert Parsons)

"Solamente tengo que protestar contra la pena de muerte que me imponen porque no he cometido crimen alguno... pero si he de ser ahorcado por profesar mis ideas anarquistas, por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo inconveniente. Lo digo bien alto: dispongan de mi vida"
(Adolf Fischer)

"No, no es por un crimen por lo que nos condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos los tonos: nos condenan a muerte por la anarquía, y puesto que se nos condena por nuestros principios, yo grito bien fuerte: ¡soy anarquista! Los desprecio, desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!"
(Louis Lingg)

El corresponsal del periódico La Nación de Buenos Aires en Chicago, José Martí, dejó el siguiente relato de sus últimos instantes:
"...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable..."
(José Martí)

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En 1927, Sacco y Vanzetti serían ejecutados por el presunto robo a mano armada y asesinato de dos personas en 1920 en Massachusetts. Ambos escribieron cartas con elocuentes declaraciones de su inocencia.

"No le desearía a un perro o a una serpiente, a la criatura más baja y desafortunada de la tierra — no le desearía a ninguno de ellos lo que he sufrido por cosas de las que no soy culpable. Pero mi convicción es que he sufrido por cosas de las que soy culpable. Estoy sufriendo porque soy un radical, y sí soy un radical; he sufrido porque soy italiano, y sí soy italiano... Si me pudieran ejecutar dos veces, y si pudiera renacer dos veces, viviría de nuevo todo lo que ya he vivido".
(Vanzetti en su último discurso al Juez)

"Recuerda, también esto, hijo mío. No olvides jamás, Dante, cuantas veces seas felíz en la vida, de no ser egoísta; comparte siempre tu dicha con los más infelices, más pobres y más débiles que tu, y no seas sordo nunca hacia quienes reclaman socorro".
(Nicola Sacco a su hijo Dante)

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"¿Qué importa que ningún rayo de sol, que ningún trozo de cielo llegue jamás a las prisiones construídas por los hombres para los hombres?
Yo sé que no sufrí en vano. He ahí por qué cargo mi cruz sin duelo.
Pronto, los hermanos no se batirán con sus hermanos; los niños ya no serán privados del sol, ni alejados del verdor de los campos; ya no está lejano el día en que ha de haber un pan para cada boca, un lecho para cada cabeza, felicidad para cada corazón.
Y ese será el triunfo de vuestra acción y de la mía, mis compañeros y amigos.

Afectuosamente"
(Bartolomeo Vanzetti despidiéndose de sus hermanas)

"No creo en la justicia corrompida de América, pero dirijo el pensamiento hacia el proletariado del mundo y hacia los buenos camaradas. De ellos solo podremos esperar la libertad".
(Nicola Sacco)

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"Muero como he vivido, luchando por la libertad y por la justicia. ¡Oh, si pudiera comunicar a todos que no tengo nada que ver con ese horrendo crimen... Mi corazón está lleno, rebosante de amor por los míos. ¿Como despedirme de vosotros? ¡Oh, mis queridos amigos, mis bravos defensores, a todos vosotros el afecto de mi pobre corazón, a todos vosotros mi gratitud de soldado caído por la causa de la libertad! ...Continuad la soberbia lucha, que yo también en lo poco que pude, he gastado mis energías por la libertad y por la independencia humana. ...¿Que culpa tengo si he amado demasiado la libertad? ¿Por qué he sido privado de todas las cosas que hacen deliciosa la vida? Ningún reflejo de la propia naturaleza, del cielo azul y de los esplendidos crepúsculos en las tétricas prisiones construídas por los hombres para los hombres. Pero yo no he llevado mi cruz en vano. No he sufrido inútilmente. Mi sacrificio valdrá a la humanidad a fin de que los hermanos no continúen matándose; para que los niños no continúen siendo explotados en las fábricas y privados de aire y luz. No está lejos el día en que habrá pan para todas las bocas, techo para todas las cabezas, felicidad para todos los corazones. Tal triunfo será mío y vuestro, compañeros y amigos."
(Bartolomeo Vanzetti)

"¡No hay justicia para los pobres en América! ...¡Oh, compañeros míos, continuad vuestra gran batalla! ¡Luchad por la gran causa de la libertad y de la justicia para todos! ¡Este horror debe terminar! Mi muerte ayudará a la gran causa de la humanidad. Muero como mueren todos los anarquistas -altivamente, protestando hasta lo último contra la injusticia. ...Por eso muero y estoy orgulloso de ello! No palidezco ni me avergüenzo de nada; mi espíritu es todavía fuerte. Voy a la muerte con una canción en los labios y una esperanza en mi corazón, que no será destruida..."
(Nicola Sacco)

"Afirmo una vez más que no confío más que en los amigos, en los compañeros, en el proletariado revolucionario internacional, la victoria de esta causa. A ellos solos les debemos la vida, a ellos solos deberemos el que el verdugo no nos tenga en sus manos".
(Bartolomeo Vanzetti)

"Os saludo hoy, como mañana, desde el cadalso, os enviaré el último beso.
(Nicola Sacco)

El Juez Webster Thayer, quien presidió el caso, describió a los dos como "bastardos anarquistas".

El caso Sacco-Vanzetti evidenció las políticas norteamericanas para acabar con las voces de oposición, ya que quedo evidenciado que estos dos hombres fueron implicados en un crimen que jamas cometieron, pero todo se trataba nada mas de "darle un golpe a los anarquistas".

Tras 86 años de su muerte, la memoria de su lucha sigue viva frente a nuestra amnesia. Ellos mostraron un camino que hoy nos hemos cerrado.

Como anarquistas jamás tuvieron vergüenza de declararse inocentes de los crímenes que se les acusaban y culpables de ser anarquistas. Hoy, los anarquistas que proclaman su inocencia, son señalados como herejes de la anarquía.

No hemos entendido nada. Los anarquistas no juzgamos y sólo podemos mostrar, como hicieron Sacco y Vanzetti, amor, fraternidad y solidaridad con nuestros hermanos y hermanas anarquistas.

Cada 23 de Agosto, deberíamos de recordar, como todos los días del año, a quienes nos precedieron y les fueron arrebatadas sus vidas por este capital y sus estados.

Salvador Puig Antic, Agustín Rueda, Josep Lluís Facerías, Quico Sabater... Cada día es una lucha, cada lucha es una fiesta de rebeldía...

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