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La situación real de la economía griega
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03 gen 2013
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La situación real de la economía griega |
Fragmento de un texto publicado en la página web contrainformativa http://eagainst.com/.
Tan sólo unos meses después las últimas elecciones, la coalición de los tres partidos del gobierno ya ha disipado las ilusiones de los que habían confiado en ella. Todas las promesas de la campaña prelectoral sobre la renegociación del memorándum o la desvinculación de su cumplimiento se han olvidado y fueron sustituidas por el escalonamiento de la política brutal de los dos últimos años, con la aprobación del paquete de las medidas más duras desde el comienzo de la crisis. Se trata de unas medidas que en cantidad son muchísimas más que las del febrero pasado. Originalmente llegaban a los 11,5 mil millones de euros, durante su votación en el Parlamento supimos que llegaron a los 13,5 mil millones, y más tarde se reveló que al final alcanzan los 18,9 mil millones de euros, descontando las cláusulas que conciernen a la reposición automática impuesta por la Troika[1]. En otras palabras, se trata de unas medidas que superan el 8,5% del PIB, y que es seguro que profundizarán la recesión, contribuirán al aumento del desempleo y provocarán el empobrecimiento de la inmensa mayoría de la población.
Los ejes principales de estas medidas, que son propias más bien de un gobierno de ocupación, son los recortes horizontales en los salarios, las pensiones y los subsidios, la reducción de todos los gastos sociales, la destrucción de la Sanidad y la Educación públicas, el desmantelamiento de la Administración pública y de los sistemas de seguridad social y, sobre todo, los nuevos y fuera de toda lógica aumentos de los impuestos, que literalmente exterminan a las clases media y baja. Simultáneamente, en el sector laboral ya ha comenzado el debate sobre una serie de ajustes que, de ser aplicados, harán retroceder la legislación laboral del país al siglo XIX.
Se supone que todo esto se hace para conseguir el reintegro de un plazo de 31,5 millones de euros, que supuestamente es absolutamente necesario para evitar la quiebra y para la supervivencia del país. Según la propaganda oficial, este dinero ayudará a la reactivación de la economía, dinamizando el mercado y resolviendo el problema del efectivo disponible del Estado, el cual según las declaraciones recientes del primer ministro se agotaría el 16 de noviembre. Sin embargo, es bien sabido que ni un céntimo de los 31,5 millones de euros se destinará a salarios y pensiones, mientras que un porcentaje insignificante se destinará a la economía real: los 25 mil millones se destinarán a la recapitalización de los bancos, los 3,5 millones para pagar los bonos con vencimiento y el resto se destinará al pago de la deuda del Estado a financiar a varios capitalistas.
Pensando que de todas las “inyecciones de liquidez” anteriores, ya sea en efectivo o en forma de garantías estatales, que desde 2008 llegan ya a los 168 mil millones de euros, los bancos no han puesto ni un céntimo en la economía real, nos damos cuenta de que el optimismo del gobierno de que esta vez los bancos si van a hacerlo, está totalmente infundado. En cambio, es seguro que una vez más los bancos van a retener este dinero, no sólo porque en condiciones de recesión económica profunda y de hundimiento económico extremo todos los préstamos desembolsados sean automáticamente arriesgados, sino también para adquirir la suficiencia de capital que, con arreglo a las normativas de la Unión Europea, les es necesaria para poder pedir préstamos en el mercado interbancario. En cuanto al pago de la deuda a los particulares, es seguro que concierne casi exclusivamente a los grandes proveedores y contratistas y no a los miles de empresarios medianos y pequeños que negocian con el Estado.
Basándose en lo anteriormente mencionado, las reiteradas afirmaciones del primer ministro sobre que estas son las últimas medidas suenan realmente cómicas, como se evidencia en la cláusula impuesta por la Troika sobre la sustitución automática de cualquier fallo del programa por más recortes de salarios y pensiones, principalmente en el sector público. De todas formas, el debate sobre unas nuevas medidas ya ha comenzado, apenas unos días después de la votación de las últimas.
La situación global de la economía griega
Pero fijémonos en qué economía han sido aplicadas estas medidas. Como muestran las cifras que se van a exponer más abajo, es difícil, por mucho que uno busque, encontrar otro ejemplo de este tipo de hundimiento, por lo menos en la Europa de la posguerra.
Comenzando por la recesión, que continúa por quinto año consecutivo, resulta que de forma acumulativa en junio de este año alcanzó el 17,4% del PIB, mientras que el pronóstico oficial para finales del año la aumenta hasta el 21%. De hecho, recientemente el ministro de Economía declaró que el ascenso continuará otros dos años, alcanzando el 25% en 2014. Por supuesto, la verdad es mucho peor. En todo caso la cifra real superará el 28%, sin que se descarte la posibilidad de una explosión por encima del 30%, si se confirman las predicciones de muchos expertos y organizaciones internacionales. Ya para el 2013, Moody´s ha predicho un 7%, Citigroup un 10,7%, mientras que el Centro de Programación e Investigaciones Económicas que hace tres meses preveía un 9,1%, recientemente, probablemente después de unas intervenciones políticas, bajó su estimación al 5%. La misma cifra del 5% era la estimada por la Troika en las negociaciones con el gobierno griego sobre las últimas medidas. Sin embargo, insistía estúpidamente en el increíble 3,8%. Aun así, esta predicción es suficiente para desmentir la estimación del Ministerio de Economía de una recesión acumulativa del 25% a finales de 2014, ya que esta cifra habrá sido superada ya desde 2013. Lo que es realmente ridículo es que al final la Troika y el gobierno encontraron una solución de compromiso, aceptando en común un 4,2%, como si la recesión dependiera de sus estimaciones, que por cierto son casi siempre equivocadas.
Recordamos que la estimación inicial para el 2012, la cual está incluida en el presupuesto presentado en noviembre de 2011, era del 2,8%. La estimación fue revisada (modificada) hacia arriba cinco veces durante el año, al tiempo que la cifra real de la recesión superaba el 7% (7,2% fue el porcentaje de la recesión en el tercer trimestre de 2012 y 6,7% su porcentaje durante los primeros nueve meses del mismo año, según lo anunciado por el Instituto Nacional de Estadística el 14 de noviembre de 2012).
Porcentaje de reducción del PIB griego (recesión)
2008: -0,2 %
2009: -3,2 %
2010: -4,9 % [1]
2011: -7,1 % (208,5 billones de euros) [1]
2012: -6,6 % (estimación – 194,7 billones de euros)
2013: -4,2 % (estimación)
Aparte de la recesión, son verdaderamente espeluznantes las cifras de la tasa de desempleo, la cual en agosto de 2012 alcanzó el 25,4% (1.267.595 de desempleados), con la tasa de desempleo entre jóvenes rozando el 58% y la de las mujeres el 29%. Se trata, desde luego, de las tasas de desempleo oficiales y no de las reales, las cuales están por lo menos de 3 a 4 puntos por encima de ellas. Aun así, la tasa de paro en Grecia es la más alta en Europa – ya que por primera vez superó a la española – mientras que las tasas de paro entre los jóvenes y las mujeres tienen el triste privilegio de ser las primeras en Europa desde hace varios meses.
Teniendo en cuenta que desde el inicio de la crisis cada año se nota un ascenso casi a la par entre recesión y tasa de desempleo, la predicción del Instituto Científico de la Confederación General de Trabajadores Griegos para un 29% de tasa de paro oficial (un 33% real) a finales de 2013, resultará probablemente correcta. También hay que tener en cuenta que 735.000 desempleados no reciben ningún tipo de subsidio de desempleo, que se han eliminado o se van a eliminar todos los subsidios por desempleo especiales y por baja temporada, y que hay 224.000 familias sin un solo miembro trabajando. Aun más preocupante e indicativo de la dinámica cero de la economía griega es el crecimiento del desempleo en pleno verano (del 24,4% en junio al 25,1% en julio), un período en que tradicionalmente la tasa de desempleo en Grecia se reduce a causa del empleo de un gran número trabajadores en el sector turístico.
Tasa de desempleo Porcentaje % Miles de personas desempleadas
Junio de 2009 8,9 443
Diciembre de 2009 10,3 514
Junio de 2010 11,8 594
Diciembre de 2010 14,2 712
Junio de 2011 16,6 823
Diciembre de 2011 21,0 1.034
Junio de 2012 24,4 1.216
Agosto de 2012 25,4 1.268
Aparte de la recesión y el desempleo, todos los índices de la economía griega sin excepción alguna están en peligro de colapso, dando una imagen real de la desolación absoluta. Recientemente (9 de septiembre de 2012) el ministro de Finanzas estimó en 49 mil millones de euros los “sacrificios” de los griegos desde el comienzo de la crisis, de los cuales los 16,2 millones conciernen a recortes de salarios y pensiones. Con las medidas aprobadas el 7 de noviembre estas cifras llegan a los 67,9 mil millones y a los 25,8 millones de euros, respectivamente, y…continuará muy pronto. Esta excesiva sangría económica se refleja claramente en la reducción de los depósitos bancarios, que de los 237, 5 mil millones de euros en diciembre de 2009 han bajado en julio de este año a los 150,5 mil millones de euros. Por muy cierto que sea el hecho de que una parte de este dinero salió del país y otra parte está guardada por la gente en casa, es seguro que la mayor parte se ha usado para compensar los continuos recortes de los ingresos, y muchos son los desempleados que viven del dinero ahorrado, así como los que sacan dinero del banco para pagar los impuestos, las contribuciones de la seguridad social, varios gastos médicos, e.tc.
Según un informe AlphaBank, en agosto de 2012 la situación respecto de los depósitos era la siguiente:
Porcentaje de depositantes Depósitos bancarios
81,5 % 0 – 2.000 euros
11,3 % 2.000 – 10.000 euros
5,9 % 10.000 – 100.000 euros
La disminución dramática de los depósitos es debida al descenso del salario bruto medio[2], de los 20.457 euros en 2010 a los 15.729 euros en 2011. Esta reducción del 23,1%, o del 25% si se calcula la inflación, coincide del todo con el descenso del 25% en la demanda interna para el mismo período. Al mismo tiempo, el descenso del poder adquisitivo desde principios de 2010 alcanza el 45% en promedio, haciéndonos retroceder a los niveles de 1978. De hecho, según los últimos datos de Eurostat procesados por el Centro de Estudios e Investigaciones de la Cámara de Comercio, el salario promedio griego se ha desplomado a los 10.110,60 euros anuales.
Además, los préstamos no pagados, del 15,9% (39 millones de euros) en diciembre de 2011, se estima que van a superar el 20% (49 millones de euros) a finales de 2012. Hasta agosto de 2012 se habían contraído 224.384 préstamos hipotecarios y 441.038 créditos de consumo y se habían cargado otras tantas tarjetas de crédito correspondientes a ellos. La solución que están poniendo en marcha los bancos es convertir los contratos de préstamo en contratos de arrendamiento por 49 ó 99 años, según el modelo español o inglés, en los cuales a cambio de la reducción del importe del plazo el banco retiene la propiedad del inmobiliario. Se trata de una confiscación indirecta y traspaso del costo del pago del préstamo a los nietos o bisnietos del prestatario. La coincidencia temporal de la exigencia de la Troika del levantamiento de la prohibición de la confiscación de la primera vivienda con una declaración del ministro Voridis, quien dijo exactamente lo mismo el 20 de octubre de 2012, no puede ser fortuita.
Igual de problemática es la situación de los ingresos fiscales, a pesar de la imposición de impuestos cada vez más gravosos a todas las categorías de los contribuyentes. Las deudas confirmadas, de los 32 mil millones de euros en diciembre de 2009, ascendieron a los 42 millones de euros en diciembre de 2011 y a los 48,8 millones de euros en agosto de 2012. Parece que, debido a la continua y generalizada reducción de los ingresos, en combinación con las nuevas medidas fiscales exterminadoras impuestas a finales de 2013, los que objetivamente no van a ser capaces de cumplir con sus obligaciones van a superar los 2 millones. Se trata de una verdadera bomba en el sector de los ingresos públicos, ya que como el número de los deudores es tan alto, el Estado tiene unas armas legislativas (y administrativas) muy limitadas para enfrentarse a la situación. Es indicativo el hecho de que tan sólo en agosto de 2012 las deudas sin cobrar aumentaron en 3 mil millones de euros, a pesar de que este año el 70% de los contribuyentes ha pagado un promedio de 1.550 euros de más que el año pasado.
En cuanto a la situación de las finanzas públicas es importante destacar la situación trágica de los fondos de pensiones, que por supuesto es imposible que se recuperen de la participación del sector privado en la normalización del pago de la deuda, que les ha costado 13,5 mil millones de euros.
Tampoco el sector privado va bien. No son sólo los cierres de las medianas y pequeñas empresas comerciales que se van multiplicando (porcentaje de pequeñas empresas cerradas: 25% en Atenas, 27,5% en Tesalónica), sino que todos los sectores de la actividad económica están en declive. En concreto, para el segundo trimestre de 2012 tenemos las siguientes cifras:
Reducción de la producción industrial: 8,3%
Reducción de los gastos de consumo privado: 7,2%
Reducción de los gastos de consumo público: 9,1%
Reducción de capital fijo: 19,4%
Hasta las exportaciones, que después de la disminución excesiva del coste laboral era la gran esperanza de los defensores del programa, después de un aumento significativo provisional tuvieron un descenso del 4,1%, y las exportaciones a países de la UE se redujeron en un 20%.
El sector inmobiliario está experimentando una verdadera catástrofe. La caída del precio de la vivienda desde el año 2009 ha alcanzado el 50%, la reducción de las compras y ventas alcanzó casi el 75%, mientras que la construcción de nuevas viviendas es casi inexistente. Todo esto, junto con el continuo aumento del valor catastral y los altísimos impuestos inmobiliarios, han contribuido a la devaluación total de la propiedad popular, la cual en Grecia había tenido la particularidad de concentrarse en gran escala en la compra de inmobiliarios. Por lo tanto, no sería inapropiado decir que de alguna manera, a través del ataque al sector inmobiliario, el Gobierno y la Troika meten mano tanto en los ingresos de las generaciones anteriores – devaluando tanto el valor de sus bienes traspasados a la generación actual – como en los ingresos de las generaciones futuras, devaluando el valor de los bienes que se traspasarán a ella. Además, la paralización del sector de la construcción aumenta desproporcionadamente el desempleo, ya que una gran parte de la población activa está empleada en el sector de la construcción.
La desregulación de las relaciones laborales en el sector privado es total, conseguida a través de la abolición del Derecho laboral. Uno de cada tres trabajadores trabaja sin seguridad social, el porcentaje de los que tienen un trabajo flexible ha aumentado un 42% en tan sólo un año, mientras que los trabajadores a los que se les debe de uno a diez salarios ya son unos cientos de miles. La situación se deteriorará aún más si se aplica tan tan sólo la mitad de las medidas laborales que ha exigido la Troika y ha aceptado el gobierno.
Aquí es necesario señalar que la imposición de condiciones laborales de plena esclavitud en el sector privado nada sirve para reducir la deuda pública, la cual constituye el problema más grave del país. Estos ajustes se supone que se han hecho para mejorar la competitividad de nuestra economía, la cual, de acuerdo con las obsesiones neoliberales, depende casi exclusivamente de la reducción excesiva del coste laboral, que es considerado el único factor productivo que puede y debe ser adaptado a las condiciones de la crisis, ya que la rentabilidad del Capital es sagrada…
Sin embargo, a pesar la dureza, sin precedentes a nivel mundial, de las medidas que han reducido los salarios un 40% respecto a 2009 y el coste laboral por unidad producida un 26% (informe de AlphaBank , agosto 2012), la competitividad del país está en caída libre: Desde el 67º lugar de la clasificación mundial en 2008, llegó al 90º en 2011 y al 96º en junio de 2012.
Pero tampoco el nivel de la deuda pública muestra algún progreso, aunque su limitación se supone que es el “gran objetivo nacional”, que por conseguirlo se hacen todos estos “sacrificios”. Según los datos revisados de la Oficina de Estadística, anunciados el 22 de octubre de 2012, la trayectoria de la deuda de la deuda es la siguiente:
Año Deuda pública (en billones de euros) Deuda pública como porcentaje % del PIB
2009 299,7 129,4
2010 329,5 145,0
2011 355,6 170,6
2012 340,6 174,8
2013 346,2 (estimada) 179,3 (estimada)
De la lectura de estos datos se sacan las siguientes conclusiones:
a) El beneficio real de la reducción de la deuda era tan sólo 15 mil millones de euros.
b) El objetivo de la reducción de la deuda al 120% del PIB en 2020 es algo más que imposible. Esto ya que es un hecho reconocido por todos. De acuerdo con las estimaciones más optimistas hechas en la actualidad, la deuda como porcentaje del PIB continuará aumentando, por lo menos hasta el año 2015, antes de comenzar a descender, pero a un ritmo mucho más lento que el inicialmente estimado.
c) La prolongada recesión profunda de la economía griega contribuye al aumento de la deuda como porcentaje del PIB, a pesar de su ligero descenso en cifras absolutas. Es decir, el denominador de la fracción (PIB) se reduce más rápidamente que el numerador (deuda).
d) Todo lo anterior sucede porque el dinero que entra en el país en calidad de préstamo, regresa de inmediato a los prestamistas para el pago de los intereses, sin entrar en la economía real, ayudando a generar nuevos ingresos. Así que el desarrollo sigue siendo un objetivo imposible de alcanzar.
e) A diferencia de Italia y España, que lo han logrado evitar, en el caso de la deuda griega si cuentan las enormes cantidades de dinero que se destinan a la recapitalización de los bancos…
En cuanto a este último, no se puede dejar de notar la deficiencia total de los gobiernos de Papadimos, Papandreu y Samarás en las negociaciones con los acreedores. Ninguna de las ventajas del país fue utilizada al mínimo. En cambio, los gobiernos griegos se portaron como si fueran presos, con el argumento de que si no satisfacíamos todas las exigencias de los acreedores, nos iban a echar fuera de la eurozona. Esto, sin embargo, aparte de que con base en la legislación vigente es imposible, sería económicamente desastroso para el resto de los países miembros de la Unión Europea. Recientemente el Banco Central Europeo estimó que el costo para la eurozona de una posible salida de Grecia sería de mil billones de euros. No es imposible, según el mismo banco, que esta salida signifique la disolución definitiva de la unión monetaria, hecho que tendría gravísimas consecuencias para todos, especialmente para los países más ricos. Según estimaciones del Ministerio de Finanzas alemán, reveladas por la revista alemana Der Spiegel el 24 de junio de 2012, tal desarrollo significaría para Alemania una recesión del 10% y 5 millones de nuevos desempleados. Entonces, los gobiernos griegos, en lugar de utilizar todos los medios para limitar el desastre, han dado y siguen dando tiempo a los acreedores de proteger sus economías, y sobre todo sus bancos, para que la inevitable, según parece, expulsión de Grecia de la eurozona, les cueste mucho menos de lo que les costaría inicialmente.
Por si fuera poco, el gobierno griego ha procedido a la liquidación de la riqueza pública del país a unos precios literalmente humillantes, devaluando por voluntad propia el producto que vende, según muestran las declaraciones recientes de altos funcionarios griegos sobre la viabilidad y las perspectivas de rentabilidad de la Caja de Ahorros y de la Agencia de Quinielas. Estas declaraciones dieron lugar a la caída libre de sus acciones y del valor de estas corporaciones, las cuales, sin embargo, son rentables. Lo mismo y aún peor sucedió en el caso del Banco Rural, vendido a un precio casi igual al valor de uno de sus inmobiliarios, en el caso de la empresa de productos lácteos Dodona, vendida por 21 millones de euros a una persona que le debía 12 millones de euros, al tiempo que sus ganancias antes de impuestos eran 44 millones de euros al año, y en varios otros casos. La liquidación de todos sus bienes es realmente criminal, si pensamos que socava cualquier posibilidad de recuperación económica en el futuro, cualquiera que sea el gobierno del país.
A nivel comunicativo, todo este saqueo es justificado (por el Régimen) con una intensa campaña de criminalización del pueblo y sobre todo de la clase obrera, a través de sus medios de comunicación totalmente manipulados. Sin embargo, a pesar de lo que dicen sus periódicos amarillistas y los telediarios, la deuda- pues se supone que todo se hace para limitarla- no es debida al hecho de que hemos vivido durante años “por encima de nuestras posibilidades”, o al hecho de que somos perezosos (ya que los griegos antes de la crisis eran los trabajadores peor remunerados de la eurozona, con la excepción de los portugueses, y los que trabajaban más horas al año), ni al “Estado redundante” (ya que el Estado griego, tanto como gasto sobre el PIB como porcentaje de funcionarios sobre la población activa estaba por debajo del promedio de la eurozona), ni, desde luego, a la corrupción de una pequeña minoría de funcionarios, ni a los pequeños fraudes de los que cobraban la pensión de su abuelo difunto…
La deuda ha sido creada paulatinamente y ha tomado dimensiones monstruosas, debido principalmente a los siguientes factores, que son los mismos, en mayor o menor medida los factores que contribuyeron al disparo de la deuda de muchos otros países:
1. Las enormes cantidades de dinero que ha estado pagando el Estado griego por la compra de armamentos militares en todo el período de la transición (desde 1973 hasta la fecha). En parte este dinero se dirigía a los países de la Unión Europea que ahora nos están castigando por nuestra elevada deuda pública, el aumento de la cual no les molestaba en absoluto cuando nos vendían sus armas.
2. La liquidación-a unos precios bajísimos-de la propiedad pública, que a pesar de la propaganda sobre el “Estado enorme”, había comenzado ya desde la época del gobierno derechista de Mitsotakis (1990-1993) y continuó durante los mandatos de los gobiernos de Simitis y Karamanlís (1993-2009), privando al país de cualquier oportunidad de desarrollo autónomo.
3. El desmantelamiento del tejido productivo del país, gradualmente desde 1979, cuando Grecia ingresó en la Comunidad Económica Europea, con el fin de aumentar las importaciones de productos europeos. Esto ha dado lugar al estancamiento del PIB (ya antes de la crisis) a niveles inferiores a la capacidad productiva real del país.
4. La posición de Grecia en la división internacional del trabajo, que le priva de las oportunidades de enriquecimiento, como las que tienen los países económicamente fuertes. Las cosas están empeorando por la distribución desigual de las inversiones internacionales y por los depósitos bancarios, que después de la crisis de 1973 se concentran en los bancos de los países de las economías más fuertes, dejando un déficit de financiación en los países de la periferia. Este vacío lo llena el Estado tomando un préstamo, por lo que hay tantos países altamente endeudados en la actualidad.
5. El “abrazo mortal” del Estado por el Capital privado, el cual sistemáticamente y durante varias décadas está robando la riqueza pública. No nos referimos sólo a la evasión de impuestos inimaginable o al uso de métodos obviamente ilegales, como la inversión en la Bolsa de los fondos de las cajas de seguros. Aún más devastadora es la financiación directa del Capital por parte del Estado, con préstamos de bajo interés, subvenciones y exenciones fiscales provocativas, que se supone que lo van a dirigir hacia inversiones productivas. Estas últimas, sin embargo, por razones que explicaremos más adelante, nunca vienen, ya que el Capital sigue retirándose de la producción sin devolver el dinero que no ha utilizado para el fin con el que lo tomó. Ese dinero es colocado en la economía virtual, reportando nuevos beneficios al Capital. A continuación el Capital concede más préstamos al Estado que anteriormente se había endeudado para concederle un préstamo al Capital. Encima, estos préstamos que toma el Estado tienen unas tasas de interés altísimas. De hecho, en el caso de Grecia, uno se pregunta cómo el gran Capital griego ha llegado a estar prácticamente quebrado, a pesar del “pleno apoyo” del Estado.
Concluyendo con este estudio sobre el estado de la economía griega, no podemos dejar de mencionar el déficit, que tampoco se puede equilibrar. Ya la última revisión de los datos de la Oficina de Estadística que conciernen al déficit, muestran que el déficit en 2011 ha ascendido al 9,4% en vez del 9% que era la cifra prevista, y del 2012 al 6,9% en vez del 6,6% que era la cifra prevista. Aquí también, el objetivo del 3% parece inalcanzable en el plazo fijado.
En general, el estado sombrío de la economía griega se confirma en el anteproyecto de presupuesto de 2013, que prevé un déficit del 4,2%, una recesión económica del 3,8% de disminución (finalmente un 4,2% después de regatear su cifra con la Troika), una reducción de la demanda interna del 6,1 %, una reducción del consumo privado del 5,9%, una reducción del consumo público del 7,2%, un descenso de las inversiones del 3,7%, un aumento de la tasa desempleo que llegará al 24,7%, como promedio anual. A pesar de que estas previsiones son deliberadamente optimistas, siguen siendo una pesadilla.
En conclusión, la política económica seguida, en general conduce a una asfixia a toda la actividad económica, lo que hace imposible el desarrollo, hace crecer el déficit y la deuda, dispara el desempleo y profundiza la recesión. Cada nuevo paquete de medidas es la causa del próximo. Ni uno de los objetivos del programa de ajuste puede ser alcanzado. Para permanecer Grecia en la UE y la eurozona, tiene que acercarse cada vez más a los estándares de África. La posición del país a nivel internacional va empeorando y la deuda, que se vuelve cada vez menos viable después de la participación del sector privado en los procesos de regularización, es principalmente una deuda a Estados y no a individuos.
La crisis genera millones de tragedias individuales y familiares, ya que la embestida de la pobreza y el colapso de toda la protección social transforman la cotidianidad de la sociedad en un infierno. La crisis económica se va transformando gradualmente en crisis humanitaria.
[1] Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Unión Europea.
[2] N.d.T. El salario neto medio oscila por los 11.000 euros, siempre según los datos oficiales. No hace falta repetir que la situación real es muy diferente.
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