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Notícies :: laboral
Qui ens roba no es Madrid sino Sarrià
per Solidaridad Obrera	14 oct 2012
Qui ens roba no es Madrid sino Sarrià. Cuando se está escribiendo este editorial aún no se ha realizado la que posiblemente será una de las mayores manifestaciones que el independentismo catalán realizará en la Rosa de Foc de cara a la diada del 11 de setiembre. En ella, el “govern dels millors” insta a los catalanes a participar masivamente, cerrando filas con el President Mas alrededor de lo que ellos llaman el pacte fiscal. Al fin y al cabo, tener el poder sobre la caixa de los impuestos. Hay que decir que como estrategia les ha salido hasta el momento bastante bien. El motivo no es otro que articular un discurso y un enemigo externo (“Madrit”) que parece que sea el responsable de todas nuestras desgracias, creando una especie de mito que permite a unos y otros desviar la atención sobre el desmembramiento social y el incremento del conflicto de clases. En Catalunya, igual que en muchos otros territorios, los ataques constantes a la clase trabajadora se están generalizando y esto aunque lo digan con la boca pequeña, las élites catalanas (esas 200 familias que decía Millet) son plenamente conscientes de las consecuencias que tarde o temprano les puede acarrear. No es de extrañar por tanto, que desde la Conselleria d'Interior, así como ciertos centros de poder tanto institucional y del mundo del control informativo se hayan centrado en analizar y atacar a organizaciones populares que están plantando cara a las ofensivas planeadas des de instituciones y empresas. El chiringuito catalán, ese cortijo de tierra, llamado oasis que quieren para su único disfrute esas élites que padecemos, sin que otras de fuera, como las que controlan el funcionamiento del Estado Central o los lobbys de Bruselas les digan que es lo que tienen que hacer y aún peor que no les tengan en cuenta tan siquiera, es lo que en el 11 de setiembre se pretende defender con una demostración de fuerza que se prevé masiva. Llegados a este punto no es difícil intuir que la batalla a la que nos quieren llevar los de la Casa Gran del Catalanisme y otros a izquierda y derecha es a la de cerrar filas con “nuestra élite” para así tener fuerza de cara a.... controlar por parte de nuestra querida Generalitat, los impuestos generados en Catalunya. Se nos dice con ello, que si se eliminase el déficit fiscal desaparecerían los recortes en la sanidad, enseñanza, que todo iría mucho mejor, etc. La historia (y las hemerotecas) son tozudas y nos demuestran que mucho de lo que nuestros queridos gobernantes catalanes han tocado lo han corrompido (igual que en otros sitios, dicho sea de paso). Garantías no hay ninguna, cuando vemos como para el supuestamente esquelético Presupuesto de la Generalitat sí que existe dinero para ampliar cargos de confianza (con sueldos de 100.000 al año o más), para dar cuantiosas subvenciones a empresas, organizaciones e instituciones afines, para ampliar la plantilla y los materiales de un cuerpo que causa tanto terror entre el pueblo como la Brigada Móbil de los Mossos, para ayudar a empresas como Spanair o Ryanair, para bajarse los pantalones con un empresario que quiere destrozar el Delta del Llobregat o para pagar unos intereses desorbitados por una deuda que han generado principalmente esas élites. El Noi del Sucre, Salvador Seguí miraba a los ojos a nuestros enemigos de clase (la Lliga Regionalista) y les decía que en nada luchaban por la libertad de Catalunya, ya que solo miraban por sus intereses de clase e incluso únicamente familiares. Años después, la situación no ha cambiado mucho, cuando vemos a uno de los herederos del clan Pujol-Ferrusola (enchufado como líder natural en CiU), Oriol Pujol, afirmando que para él lo más importante es la familia. Diadas a parte, se prepara un otoño caliente, donde la convocatoria de huelgas generales en Euskadi y Galicia, junto con numerosas manifestaciones y contraataques obreros ante una situación cada vez más desesperada formarán parte de nuestro día a día. La posición de ambos gobiernos, catalán y español no parece muy fuerte ante sus superiores, motivado en gran parte por la necesidad de petición de rescate. No olvidemos tampoco, las muy pomposas declaraciones de la vicepresidenta (y supuesta licenciada) Joana Ortega de que el mismo no acarreará consecuencias políticas para la Generalitat. El proceso de recentralización de las Comunidades Autónomas hacia el Gobierno Central será un proceso que probablemente veremos agudizado en este otoño con la excusa de la crisis. Es el reparto de las competencias, léase del poder, por lo que tan preocupados se muestran nuestros dirigentes. Al fin y al cabo, rojigualda o senyera, el Estado es el Estado y de ello son conscientes aquellos independentistas como Sallarés, Tremosa o Cardús que más allá de manifestaciones y brindis al sol, hablan claro y conciso sobre temas que históricamente el independentismo no se atrevía a hablar, como la seguridad y el orden público, el modelo económico (liberal evidentemente), el poder de la Generalitat, etc. en una Catalunya independiente. Independencia o no, este es un debate que afortunadamente está fuera de la organización, ya que nuestra lucha coge como referencia la clase, y si la CNT es de ámbito español no es por simpatía hacia lo hispano, sino por una cuestión jurídica y socioeconómica. El día que el Estado Catalán se independice (si es que lo hace) del Estado Español, la CNT de Catalunya hará un nuevo andar separada de nuestros hermanos íberos. Al fin y al cabo la lucha del pueblo es contra todas las instituciones y contra el capital, tengan el color que tengan. Salut y anarcosindicalismo. Secretariat Permanent del Comité Regional de Catalunya i Balears.
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