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Notícies :: sense clasificar |
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Mundo basura
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per blog |
18 abr 2010
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La basura, lo desechable, residual, sin valor—excepto para la industria de reciclaje, en muchos sentidos el negocio más sucio del mundo—, es la metáfora idónea del mundo actual, sometido a un proceso de degradación sin precedentes e inundado por millones de toneladas de basura. El uso del término basura ya es general, aplicado a muchos ámbitos relevantes como: la comida, el trabajo, la política, la televisión,.. Pero también existen el urbanismo y la arquitectura basura, el “espacio basura” tal como lo teoriza Rem Koolhaas:
“Si la basura espacial son los desechos humanos que ensucian el universo, el ‘espacio basura’ es el residuo que la humanidad deja sobre el planeta. El producto construido de la modernización no es la arquitectura moderna, sino el ‘espacio basura’. El ‘espacio basura’ es lo que queda después de que la modernización haya seguido su curso o, más concretamente, lo que se coagula mientras la modernización está en marcha: su secuela. La modernización tenía un programa racional: compartir las bendiciones de la ciencia, para todo. El ‘espacio basura’ es su apoteosis, o su derretimiento…”
Vivimos rodeados de basura y, según muchos, ese es el síntoma de que todo va bien. Basura producida, basura consumida, basura digerida. La felicidad consiste en consumir un sinfín de marcas y quedar absorto en un reality show reproducido hasta la saciedad. La basura catódica se repite en el mundo global sólo en menor medida que las bases militares norteamericanas y los McDonald's.
En el Tercer mundo la coexistencia con la basura es literal y dramática, con una porción muy grande de la población que sobrevive rebuscando en los basureros. O intentando “eliminar” la basura tecnológica importada del Primer mundo.
En este mapa, España figura como líder mundial en telebasura, aunque tampoco se queda corta [siempre ocupando los primeros puestos] en basura urbanística o política. Así se ha convertido la costa mediterránea en general y la levantina en particular en una costa-basura. Este "mérito" coincide con la capacidad de producir, consumir y anunciar toneladas de telebasura que ningún otro país aceptaría. Finalmente, la corrupción generalizada convierte al sistema político en una versión sucia y degradada de democracia. |
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