Represión contra la izquierda abertzale y ultraje a las aspiraciones vascas - Indymedia Barcelona

Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/

Independent Media Center


Anàlisi :: pobles i cultures vs poder i estats
Represión contra la izquierda abertzale y ultraje a las aspiraciones vascas
per Felipe Alegría	22 oct 2007
Una de las primeras obligaciones de cualquier gobierno democrático es iniciar la negociación con ETA y con la representación política de los vascos. Una negociación que parta, en primer lugar, de aceptar desde el principio que el Estado asumirá pacíficamente la decisión que tomen libremente los vascos con respecto a sus relaciones con España.

RepresiÃ³n contra la izquierda abertzale y ultraje a las aspiraciones vascas Felipe AlegrÃa A Luchar por el Socialismo n.Âº 42 () Â¿DE QUÃ� DEMOCRACIA HABLAN? El gobierno Zapatero y los jueces, mano a mano, detuvieron primero a Otegi y a Olano, luego encarcelaron a la Mesa Nacional de Batasuna y siguen sin parar con las detenciones. La idea de Zapatero es que, cuando lleguen las elecciones, todos los dirigentes abertzales que se hayan puesto a tiro estÃ©n en prisiÃ³n y ANV y EHAK ilegalizadas. Al mismo tiempo, este mes de octubre Zapatero recibÃa a Ibarretxe, para decirle que ni se le pasara por la cabeza convocar cualquier consulta a la poblaciÃ³n y que sobre el derecho de los vascos a decidir sus destinos no habÃa nada que hablar. La detenciÃ³n de la direcciÃ³n abertzale es la agresiÃ³n mÃ¡s grave contra las libertades pÃºblicas desde la ilegalizaciÃ³n de Batasuna y la respuesta de Zapatero a Ibarretxe es una afrenta a las aspiraciones democrÃ¡ticas de todo un pueblo. Sin embargo, exceptuando Euskal Herria y, a escala muy minoritaria Catalunya y Galicia, la respuesta social a estos atropellos ha sido prÃ¡cticamente inexistente. La mayorÃa de la poblaciÃ³n trabajadora ha vivido estos hechos con indiferencia. La izquierda institucional tiene mucho que ver en la creaciÃ³n de este estado de opiniÃ³n. Hace ya mucho que esa izquierda convirtiÃ³ en patrimonio propio lo que en su momento habÃan sido ideas exclusivas de los herederos del franquismo. Ahora toda la clase polÃtica espaÃ±ola comparte la misma fe. Ã�stos son sus argumentos. EL ESTADO DE DERECHO O â��CONTRA EL TERRORISMO VALE TODOâ�? Frente al terrorismo, dicen oponer el Estado de derecho. Y con este argumento lo justifican todo. La doctrina GarzÃ³n, una aberraciÃ³n jurÃdica que se ha convertido en doctrina de Estado, establece que ETA ya no es ETA sino un extenso â��complejo terroristaâ�? que, por definiciÃ³n, agrupa a toda la izquierda abertzale; que los delitos dejan de ser individuales y que la presunciÃ³n de inocencia desaparece. El Ãºltimo auto de GarzÃ³n roza el delirio cuando plantea que el comunicado en que Batasuna denuncia la detenciÃ³n de su Mesa Nacional es una prueba de su pertenencia a ETA, porque contiene una frase que dice: â��que no piense el Gobierno del PSOE que con esto nos amedrentaremosâ�?. TambiÃ©n han metido en el mismo saco penal los atentados de ETA y la quema de cajeros: todo es terrorismo. En nombre de la batalla antiterrorista, se cargan las libertades de prensa, expresiÃ³n, asociaciÃ³n y manifestaciÃ³n. En el 2002 -con la oposiciÃ³n de la ciudadanÃa, ayuntamientos y parlamento vasco- ilegalizaron Batasuna, una organizaciÃ³n que contaba con 934 cargos electos, 52 alcaldes y mÃ¡s de 200.000 votos y que congregaba a buena parte de la juventud y del activismo social vasco. Con los mismos argumentos, cerraron los periÃ³dicos Egin y Egunkaria. Aunque las normas de Derecho en un rÃ©gimen de democracia burguesa rechacen la existencia de tribunales especiales, el aparato judicial espaÃ±ol tiene como ariete a la Audiencia Nacional, un tribunal especial dominado por los jueces mÃ¡s reaccionarios, que actÃºa como continuidad del tristemente cÃ©lebre Tribunal de Orden PÃºblico (TOP) franquista. ENCARNIZAMIENTO CON LOS PRESOS DE ETA Ni Gobierno ni jueces reconocen a los presos de ETA el carÃ¡cter de presos polÃticos, pero no dudan en tratarlos de una manera absolutamente distinta que a los presos comunes. La primera medida es su dispersiÃ³n en prisiones lejos de su entorno familiar, en abierta contradicciÃ³n con la ley general penitenciaria, que obliga al cumplimiento de las penas en el territorio al que pertenece el preso. La polÃtica penitenciaria es directamente usada como arma polÃtica. El Tribunal Supremo se ha sacado de la manga la llamada â��doctrina Parotâ�? para impedir que los presos etarras que estaban a punto de acabar su condena, salieran a la calle. Les han alargado las penas convirtiÃ©ndolas, de hecho, en cadena perpetua. Para lograrlo, les han aplicado retroactivamente un CÃ³digo Penal que no estaba vigente en el momento de cometerse los delitos, algo que su propia ConstituciÃ³n prohÃbe expresamente. Mientras, el ex general Galindo, condenado a 75 aÃ±os por el secuestro, tortura y asesinato de Lasa y Zabala, ha salido de la cÃ¡rcel, â��por razones de saludâ�?, tras cinco aÃ±os de pena. Vera, alto cargo del Ministerio del Interior de Felipe GonzÃ¡lez, condenado como jefe de la organizaciÃ³n terrorista GAL y por apropiaciÃ³n de fondos pÃºblicos, tambiÃ©n estÃ¡ en la calle. Una de las normas mÃ¡s elementales del Derecho es que a una persona no se le puede condenar dos veces por el mismo delito. Pues bien, el preso Henri Parot ha sido condenado por segunda vez por pertenencia a ETA, con 11 aÃ±os mÃ¡s de prisiÃ³n. SI LA VIOLENCIA ES DEL ESTADOâ�¦ ENTONCES NO HAY PROBLEMA Esta clase polÃtica que hace bandera del antiterrorismo no le hace ascos al terrorismo de Estado. El PP nunca ha ocultado su pedigrÃ franquista. Ha apoyado incondicionalmente la polÃtica â��antiterroristaâ�? de Bush, el terrorismo de Estado de Israel, la brutalidad sanguinaria de Putin contra los chechenos o las prÃ¡cticas terroristas del narcopresidente colombiano Uribe. La direcciÃ³n del PSOE se llena la boca de democracia y derechos humanos, pero su polÃtica prÃ¡ctica no es muy diferente: en la TransiciÃ³n aceptÃ³ la impunidad de los criminales franquistas, a los que no se les tocÃ³ un pelo. MÃ¡s tarde, organizÃ³ el GAL sin que nunca haya reconocido su culpa. Ahora apoya el cerco genocida de Israel contra Gaza; envÃa soldados a AfganistÃ¡n como tropa auxiliar de los generales norteamericanos que ocupan el paÃs; da apoyo polÃtico y vende armas a Uribe; y no dice ni una palabra del terrorismo de Estado de Putin en Chechenia. Para la clase polÃtica la violencia, si la ejerce el Estado, ya no es violencia sino actuaciÃ³n en pro de la paz y el orden. Las detenciones y encarcelamientos arbitrarios, la represiÃ³n salvaje de las manifestaciones, el secuestro o cierre de publicaciones son actos legÃtimos. Y cuando se les va la mano, como con el GAL, los jueces se encargan de poner las cosas en su sitio liberando a los responsables al cabo de un tiempo. La arbitrariedad no se limita, por lo demÃ¡s, a la izquierda abertzale. JÃ³venes de distintos lugares del Estado han sido acusados de terrorismo por acciones callejeras. Independentistas catalanes han sido encausados por â��injurias a la Coronaâ�? por quemar fotos del rey. Pero han ido mÃ¡s lejos todavÃa: a CÃ¡ndido y Morala, luchadores obreros asturianos de Naval-GijÃ³n, les han condenado a tres aÃ±os de cÃ¡rcel en base a la legislaciÃ³n antiterrorista, acusados de destrozar el cajetÃn de una cÃ¡mara de trÃ¡fico. Es la primera vez desde la TransiciÃ³n que unos trabajadores eran encarcelados por su lucha sindical, con lo que representa de criminalizaciÃ³n de la lucha obrera y de represiÃ³n de derechos fundamentales. Los trabajadores del Prat de Iberia que ocuparon las pistas estÃ¡n encausados Â¡por sediciÃ³n! y amenazados de aÃ±os de cÃ¡rcel. Los empresarios, en cambio, disfrutan de impunidad para meter la mano en la caja, deslocalizar empresas, precarizar empleo o ir aÃ±adiendo muertos en accidentes laboral. Â¿DEFENSA DE LA DEMOCRACIA O DEL RÃ�GIMEN MONÃ?RQUICO? La clase polÃtica espaÃ±ola rechaza las demandas vascas de autodeterminaciÃ³n en nombre de la democracia. SegÃºn Zapatero, un referÃ©ndum vasco, serÃa una imposiciÃ³n nacionalista pero, en cambio, es plenamente democrÃ¡tico que los vascos se sometan a una ConstituciÃ³n que rechazaron masivamente en su dÃa (en el referÃ©ndum de 1978, sÃ³lo votÃ³ a favor el 30% de los electores). Una amplia mayorÃa de vascos (incluida una parte significativa de votantes socialistas) es partidaria de que la sociedad vasca decida su destino. Sin embargo, para Zapatero (y el PP) lo democrÃ¡tico es que el Gobierno, los tribunales y las Cortes espaÃ±olas decidan por ellos. En las Ãºltimas elecciones en Navarra, Zapatero y la direcciÃ³n del PSOE mostraron hasta dÃ³nde llega su amor a la democracia, cuando â��por cÃ¡lculos electorales- entregaron a la derecha franquista del PP/UPN el gobierno foral que Ã©sta habÃa perdido en las urnas. La indignaciÃ³n de la mayorÃa de los navarros y la voluntad de sus propios afiliados no contaban frente a la â��alta polÃticaâ�?. La clase polÃtica espaÃ±ola sÃ³lo admite un Ãºnico referÃ©ndum en Euskal Herria: aquel que estÃ© convocado por el Gobierno de Madrid y que tenga como Ãºnico objetivo ratificar un texto estatutario previamente aprobado por las Cortes espaÃ±olas y que reconozca la soberanÃa espaÃ±ola sobre el PaÃs Vasco. Todo intento de convocar referÃ©ndum por parte del Gobierno Vasco serÃ¡ impedido por las buenas o por las malas. Si el Gobierno Vasco se mantuviera en sus trece, la AutonomÃa serÃa suspendida y se impondrÃa un estado de excepciÃ³n. Esto es lo que dice la ConstituciÃ³n monÃ¡rquica, que Zapatero (y la derecha franquista) presenta como la encarnaciÃ³n suprema de la democracia. Pero esta ConstituciÃ³n se levantÃ³ sobre el rechazo del derecho de autodeterminaciÃ³n, la continuidad de los aparatos estatales franquistas y de los privilegios de la Iglesia, la impunidad de los crÃmenes de la dictadura y la preservaciÃ³n de los grandes intereses econÃ³micos que Ã©sta resguardaba. El broche de oro fue la aceptaciÃ³n de la MonarquÃa restaurada por Franco, reconociÃ©ndole la jefatura suprema del EjÃ©rcito y exculpÃ¡ndole de cualquier responsabilidad por sus actos. Pero no hay democracia de verdad que no se apoye en el respeto al derecho de autodeterminaciÃ³n de los pueblos, que es la condiciÃ³n para una uniÃ³n libre entre Ã©stos. No hay que olvidar aquella gran enseÃ±anza de Marx: â��un pueblo que oprime a otro no puede ser libreâ�?. El PSOE presenta a los que defienden este derecho democrÃ¡tico como nacionalistas o como extremistas. Pero nos oculta que en la Ã©poca de la lucha contra la dictadura, Ã©l mismo defendiÃ³ ese derecho, que luego traicionÃ³ al pactar la TransiciÃ³n con los franquistas. Su congreso de Suresnes, en 1974, se manifestÃ³ a favor del â��pleno reconocimiento del derecho de autodeterminaciÃ³n de las nacionalidadesâ�? y por â��una RepÃºblica federal de las nacionalidades que integran el Estado espaÃ±olâ�?. TambiÃ©n se manifestÃ³ pÃºblicamente por la unidad de Navarra y Vascongadas. Ha llovido mucho desde entonces. LA VIOLENCIA DE ETA El Gobierno argumenta que no hay nada que hacer mientras se mantenga la violencia de ETA. Para Zapatero, el terrorismo de ETA no es el reflejo de un grave problema polÃtico que viene de lejos, sino la gran excusa para hacer frente a las aspiraciones de soberanÃa de los vascos. Sin embargo, una de las primeras obligaciones de cualquier gobierno democrÃ¡tico es iniciar la negociaciÃ³n con ETA y con la representaciÃ³n polÃtica de los vascos. Una negociaciÃ³n que parta, en primer lugar, de aceptar desde el principio que el Estado asumirÃ¡ pacÃficamente la decisiÃ³n que tomen libremente los vascos con respecto a sus relaciones con EspaÃ±a. Y en segundo lugar, que ponga en marcha las conversaciones para el desarme de ETA a cambio del fin de la represiÃ³n y de la liberaciÃ³n de sus presos. La fracasada negociaciÃ³n de Zapatero fue una parodia de negociaciÃ³n, que se acompaÃ±Ã³ de mÃ¡s represiÃ³n en lugar de medidas de distensiÃ³n y no buscÃ³ otra cosa que la rendiciÃ³n polÃtica de la izquierda abertzale. Siempre nos hemos manifestado con la mayor dureza polÃtica contra los mÃ©todos de terrorismo individual de ETA. Con ocasiÃ³n de los coches bomba indiscriminados y de los atentados contra concejales del PSOE y del PP, declaramos que habÃan servido para "entregar la iniciativa a la derecha mÃ¡s retrÃ³grada, facilitar la sumisiÃ³n de la izquierda institucional, ofrecer coartadas represivas para tapar el problema vasco y aislar la lucha de su pueblo". Criticamos abiertamente su ideologÃa militarista, que otorga la Ãºltima palabra a la acciÃ³n armada y convierte la acciÃ³n de masas en pieza secundaria y subordinada. De la misma manera, nos hemos expresado frente a su concepciÃ³n de que la conquista de la libertad nacional vasca es una partida entre los vascos (y mÃ¡s particularmente su vanguardia armada) y el Estado espaÃ±ol, desplazando del escenario a la clase trabajadora del resto del Estado. Sin embargo, una crÃtica tan categÃ³rica no nos impide reconocer que sus militantes encarcelados son presos polÃticos que han asumido un compromiso extremo con la causa vasca y que la propia continuidad de ETA descansa, en Ãºltimo tÃ©rmino, en la existencia de una mayorÃa de vascos que reclama su derecho a decidir como pueblo. De la misma forma, es de pura justicia hacer frente comÃºn con la izquierda abertzale para exigir, frente al sadismo penitenciario oficial, el acercamiento de los presos y el tercer grado o la excarcelaciÃ³n para los enfermos graves. Ni mÃ¡s ni menos que lo que hacen con los presos comunes. EL NACIONALISMO ESPAÃ�OL Si traemos a la memoria los aÃ±os de la lucha contra la dictadura, recordaremos la gran simpatÃa con la que los trabajadores espaÃ±oles acogÃan la movilizaciÃ³n de vascos y catalanes, que entendÃan como parte de su misma lucha contra el franquismo. Ahora, sin embargo, no es raro escuchar en ambientes populares comentarios despectivos sobre vascos, catalanes o gallegos. La ideologÃa espaÃ±olista viene de antiguo y tiene como origen la incapacidad histÃ³rica del capitalismo espaÃ±ol para constituir una naciÃ³n unificada. La unidad del Estado no se basÃ³ en la fortaleza de la burguesÃa espaÃ±ola, sino en la fuerza del EjÃ©rcito y en el papel de la MonarquÃa. La represiÃ³n polÃtica y cultural de las nacionalidades ha sido una constante de la historia espaÃ±ola, que alcanzÃ³ su cima bajo el franquismo, que pretendiÃ³ â��resolverâ�? el problema mediante los mÃ©todos mÃ¡s brutales del fascismo. El nacionalismo espaÃ±ol hunde sus raÃces en esta negra tradiciÃ³n. Y como todo nacionalismo dominante, el espaÃ±ol no se reconoce a sÃ mismo como tal nacionalismo. Los nacionalistas son los otros. La unidad forzada de EspaÃ±a es algo â��naturalâ�?, lo mismo que la supremacÃa del castellano. Aunque curiosamente, los mismos portavoces de la unidad forzada de EspaÃ±a, luego no tienen inconveniente en defender la desintegraciÃ³n de Irak, la independencia de Montenegro o en apoyar el separatismo reaccionario de la burguesÃa cruceÃ±a en Bolivia. Una de las grandes obligaciones de todo defensor de la causa de la democracia, y mÃ¡s aÃºn de la causa del socialismo, es combatir el nacionalismo espaÃ±ol que envenena las relaciones entre los pueblos y provoca la divisiÃ³n entre los trabajadores. www.marxismo.info () A Luchar por el Socialismo es una publicaciÃ³n mensual del PRT-Izquierda Revolucionaria, secciÃ³n oficial en el Estado EspaÃ±ol de la Liga Internacional de los Trabajadores â�� IV Internacional (LIT-CI)
This work is in the public domain

Comentaris

Re: Represión contra la izquierda abertzale y ultraje a las aspiraciones vascas
per Redado	23 oct 2007
Â¿DE QUÃ� DEMOCRACIA HABLAN? La espaÃ±ola. Donde estamos todos. EL ESTADO DE DERECHO O â��CONTRA EL TERRORISMO VALE TODOâ�? Contra el estado de derecho vale todo. Â¿No era asÃ? ENCARNIZAMIENTO CON LOS PRESOS DE ETA Encarnizamiento= Tenerles en cÃ¡rceles separadas SI LA VIOLENCIA ES DEL ESTADOâ�¦ ENTONCES NO HAY PROBLEMA En un estado de derecho, el monopolio de la violencia es del estado. Efectivamente. Â¿DEFENSA DE LA DEMOCRACIA O DEL RÃ�GIMEN MONÃ?RQUICO? El Ãºnico problema son los que quieren hacer fronteras en su barrio para ganar referendums. EL NACIONALISMO ESPAÃ�OL Â¿AlgÃºn dia en Indymedia habrÃ¡ alguien que me sepa explicar que caracterÃsticas definen a un pueblo, que no sirva para EspaÃ±a en su conjunto y si para los vascos? Aparte de argumentos como me lo dijo mi papÃ¡ que nunca me mentirÃa, o Jordi Pujol, o DiÃ³s, que tampoco lo harÃan; hay otros como: Me despierto oprimido por las maÃ±anas y cuando me rasco los huevos tres veces recuerdo que mi naciÃ³n estÃ¡ dominada por el imperio espaÃ±ol, y me digo: "serÃ¡ eso..." y me pregunto "seremos libres algÃºn dia para que no me tenga que rascar las bolas por las maÃ±anas?".

Re: Represión contra la izquierda abertzale y ultraje a las aspiraciones vascas
per retardado	23 oct 2007
retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado,retardado, A mi m'agradaría saber a quin grup feixista pertany aquest paio. Per mi que (per l'hora en que fa els comentaris) és un poli de la brigada d'informació que entra a currar pel matí, i està avorrrit, i la primera feina del dia que li toca és mirar-se indymedia aviam que passa. I és tan burru que no sap aguantar-se els comentaris. Podriem fer una porra aviam d'on surt aquest paio.

Sindicato Sindicat