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Anàlisi :: amèrica llatina |
Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per nopassaran |
16 set 2007
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Dedicat als que odien i insultan des de la ultra dreta...i als "progres" que repeteixen com a lloros les consignes perque Chavez ès el mirall on totes les seves contradiccions apareixen resaltades. |
Decálogo para hablar mal de Hugo Chávez
Emir Sader
Carta Maior
Traducido por Àlex Tarradellas
Recordatorio colgado en frente de los periodistas de los medios de comunicación oligárquicos:
1. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque recupera el papel del estado, descalificado y enterrado por nosotros hace tiempo.
2. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque se nombra antiimperialista y ése es un tema hace tiempo prohibido en los medios de comunicación.
3. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque funda un nuevo partido, cuando martillamos todos los dÃas que todos los partidos son iguales, que son negativos, que siempre reflejan intereses de grupitos.
4. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque recupera el papel de la polÃtica cuando todo el trabajo cotidiano de los medios es para decir que la polÃtica es irrecuperable, que sólo vale la pena la economÃa.
5. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque vende petróleo subsidiado a los paÃses que no pueden pagar el precio del mercado –inclusive a pobres de los Estados Unidos-, lo que evidentemente hiere las leyes del mercado, por lo cual tanto velan los medios de comunicación.
6. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque es un mal ejemplo para los militares, que sólo deben intervenir en la polÃtica cuando sea necesario un golpe militar y nunca para defender los intereses de cada nación
7. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque ataca a los medios de comunicación privados y fortalece los medios públicos. Porque ha acabado con el analfabetismo en Venezuela, tema sobre el cual debemos callarnos. Porque va a disminuir la jornada de trabajo en 2010 a 6 horas y ese tema es odiado por los patronos.
8. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque asà me identifico con los intereses del dueño del medio de comunicación donde trabajo, garantizo el empleo, fortalezco los partidos y las empresas aliadas del patrono.
9. Debo hablar mal de Hugo Chávez porque hace que se vuelva a hablar del socialismo, después del trabajo que nos dio tratar de enterrar ese sistema, enemigo del capitalismo, al que estamos profundamente integrados.
10. Debo hablar mal de Hugo Chávez (y de Evo Morales y de todos los no blancos), sino estos van a querer dirigir los paÃses, los periódicos, las televisiones, las empresas, el mundo. Será nuestro fin.
*Emir Sader es profesor de la Universidad del estado de RÃo de Janeiro (UERJ), coordinador del Laboratorio de PolÃticas Públicas de la UERJ y autor, entre otros, de “A Vingança da Históriaâ€? (“La venganza de la Historiaâ€?). |
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Comentaris
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per Extraido de la Haine |
16 set 2007
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“No creo que haya revolución en Venezuela�
Eduardo Pérez
Entrevista con José Quintero Weir, activista indÃgena venezolano :: Cuando se trata de Venezuela, las crÃticas al “Gobierno bolivarianoâ€? suelen venir desde posiciones de derecha. Sin embargo, dentro del paÃs se oyen voces crÃticas con el chavismo desde perspectivas revolucionarias.
Es el caso de José Quintero Weir, profesor en la Universidad de Zulia y miembro del movimiento indÃgena venezolano. La Haine conversó con él en el marco de unas jornadas organizadas por colectivos autónomos de la ciudad de México, donde Quintero presentó su libro El camino de las comunidades (Red_eZ, 2005).
EDUARDO PÉREZ: ¿Cuál es la situación actual de los pueblos indÃgenas venezolanos?
JOSÉ QUINTERO: La Constitución anterior decÃa que los pueblos indÃgenas de Venezuela no podÃan ser afectados por la explotación de los recursos, y sus territorios estaban sometidos a un régimen especial. Por ejemplo, si unos extranjeros iban para allá y querÃan visitar una comunidad indÃgena, tenÃan que pedir autorización al Ministerio de la Defensa. Eran como reservas, estábamos aislados. Sin embargo, eso permitió que durante mucho tiempo ninguna compañÃa pudiera entrar a explotar nada.
La Constitución de 1.999 elimina esa condición y dice que los indÃgenas tienen derecho a un hábitat. Hábitat es un concepto de la biologÃa. Lo que nosotros decimos es que tenemos territorio, que es el concepto polÃtico. Todo pueblo es pueblo en tanto que posee un territorio. Fue muy exacta la designación de hábitat en esa Constitución, realizada por tipos que no son revolucionarios y vienen de los gobiernos anteriores. La Constitución tiene los argumentos legales y jurÃdicos que necesitaban las empresas, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo... Ha habido un cambio de constituciones en toda América Latina, porque son las nuevas condiciones de la globalización y las compañÃas transnacionales para penetrar en espacios donde no habÃan podido penetrar: Amazonia, sierra de Perijá, parte de la cordillera andina, es decir, zonas de alta biodiversidad, reservas de agua, uranio, minerales...
Por otro lado, el Estado es el dueño de todas las tierras. Nosotros decimos que no, porque las poblaciones indÃgenas son previas al Estado. Las tierras del delta del Orinoco eran de los waraos. Se las quitaron, porque aquà es donde está la mayor cantidad de gas de Venezuela, y esto fue entregado a la Chevron-Texaco para 100 años de explotación. No es explotación nacional, son empresas mixtas. El único rÃo que tienen los wayuu lo están perdiendo porque va a ser copado por la producción de carbón. Las otras minas están del lado barà y del lado yubka, todas esas ya están otorgadas en concesiones a empresas sudafricanas, norteamericanas, japonesas, inglesas, brasileñas...
Aparte de eso, nunca se ha afectado ni se va a afectar el suministro petrolero al principal cliente, los Estados Unidos. Venezuela produce dos millones de barriles diarios, de los cuales 200.000 son nuestros, de consumo interno. El resto de la producción es para Estados Unidos.
E.P.: ¿Cuáles son las consecuencias de la explotación de los recursos naturales?
J.Q.: Las minas son lo que llaman “minas a cielo abiertoâ€?, porque no hay socavones, no se hacen catacumbas para sacar el mineral, sino que se mete dinamita, se vuela toda la parte exterior y por supuesto se tumba todo el bosque, y te queda al descubierto una gran hondonada. Ellos sacan la piedra de carbón, la trituran y cargan los camiones. Esa piedra triturada se va al puerto, no se procesa en Venezuela. Resulta que se mide la calidad del carbón por la presencia de azufre. Mientras más azufre tenga, menor calidad del carbón. Menos azufre, mayor calidad. Cuando hacen el hoyo, el carbón queda al descubierto, y tienes que mojarlo, porque si no se prende fuego él solo. Resulta que esa agua, con el azufre, genera ácido sulfúrico. Todas las fuentes freáticas se mueren y esas tierras quedan inservibles, no hay proceso de recuperación sino por vÃa natural. Para que eso se recupere, esa vÃa natural puede tardar mÃnimo cuatro siglos. De tal manera que nosotros no sabemos qué carajo va a pasar con nuestras tierras. El Gobierno está ofreciendo otras tierras en otro lugar y dinero, pero resulta que ésas no son nuestras tierras.
La población más afectada es la que está alrededor de los campos petroleros en la costa oriental del lago de Maracaibo. Aquà viven poblaciones añú. Hay pueblos que han desaparecido, que son desalojados. Cuando la compañÃa petrolera va a iniciar un nuevo pozo, se desaloja a la población. El que no se va, sabe que se va a morir enfermo. Por la tradición, los matrimonios son muy jóvenes. Esta región está produciendo petróleo desde hace 100 años y en la actualidad toda está contaminada. Las vacas no paren, y si paren, los hijos son deformes. La producción agropecuaria se liquidó. Los pescadores tienen que viajar distancias enormes para pescar. Han desaparecido muchas especies que antes eran de consumo interno. Ahà es donde se produce la mayor cantidad de niños que nacen sin cerebro. Cuando llega el momento de parir, ya está muerto. Por la contaminación del aire, por todo lo que produce la industria petrolera y petroquÃmica en esta región. Somos el paÃs con más casos de niños sin cerebro. Además, toda esta región nos la declararon teatro de operaciones militares. Ahà no hay libertad de tránsito. Para poder andar en nuestra propia tierra, tenemos a cada rato que enseñar nuestra credencial al Ejército.
Donde se está produciendo carbón, ahà la enfermedad es respiratoria: neumoconiosis, los pulmones se le vuelven piel a la gente. Hay compañeros allá que trabajaron en esas minas, hay un compañero que tiene 30 años y le calculan 80 por su aspecto.
E.P.: ¿Ha habido cambios en cuanto a la participación polÃtica de los indÃgenas?
J.Q.: Al principio muchos compañeros creyeron que en verdad nos estaban dando una participación. Hay 157 diputados en el paÃs: tres son indÃgenas, designados por el partido del Gobierno y no por las comunidades. Ninguna comunidad los reconoce como sus dirigentes o representantes.
E.P.: Desde fuera, parece observarse una fuerte implicación de la izquierda social venezolana con Chávez. ¿Cuál es la relación actual, incluyendo al movimiento indÃgena?
J.Q.: El movimiento indÃgena en Venezuela nunca habÃa tenido tanta fuerza como ahora. Hay un movimiento social no sólo indÃgena, sino a nivel de los desempleados, de gente de los barrios urbanos, que salieron a la calle en la rebelión de 1989 y no han regresado a sus casas. Por eso se dio la victoria de Chávez, capitalizó a su favor todo ese movimiento social. Hace dos años, si criticabas al Gobierno te decÃan: “Estás favoreciendo a la derecha que quiere derrocar a Chávezâ€?. Era muy difÃcil ser crÃtico en ese momento, sobre todo en el contexto del referéndum revocatorio. Nosotros decÃamos: “No vamos a votar ni a favor ni en contra, nos vale madre ese referéndum, estamos defendiendo una cosa que no está dentro de ese juegoâ€?. Inmediatamente te identificaban con la derecha golpista. Ahora que esa derecha tradicional ha perdido mucha fuerza, lo que está sucediendo es que nuestro discurso ya no es solamente nuestro, también lo utilizan los obreros: “Ya se chingaron los partidos tradicionales, ¿cuándo vamos a asumir nosotros el control?â€?. Ahà está el debate ahora.
Es cierto que el Gobierno cooptó mucho de ese movimiento social, pero hay muchos grupos que dicen que siguen creyendo en Chávez, pero están exigiendo. Comienzan a dar un salto polÃtico, a hacer la evaluación de qué están viviendo realmente. Yo no creo que Chávez tenga posibilidad de cambiar: el modelo y los acuerdos con las compañÃas transnacionales están muy claros y muy definidos.
E.P.: En su defensa, el Gobierno venezolano suele argumentar su labor en educación, el aumento en la participación popular, etc.
J.Q.: Es parte del proceso populista del asunto, pero eso no se constituye en una estrategia real, sino en salidas tácticas y momentáneas. Se fundaron 10 de lo que llamaron los fundos zamoranos, cooperativas parecidas a los kibbutz israelÃes. Quedan tres. Eso no funciona si no va acompañado de una polÃtica agraria. También se han entregado empresas en quiebra. Por cierto, buen negocio para el capitalismo. Yo soy el dueño de la fábrica, la quebré y tengo mi capital en Estados Unidos, pero tengo una infraestructura abandonada, vieja y prácticamente inservible. Viene el Estado y me la compra, y además sigo siendo socio junto al Estado y los trabajadores. Es lo que llaman la cogestión, que apenas ha empezado en Venezuela por lo que no se puede hablar de resultados. Pero eso tampoco está respondiendo a una polÃtica de industrialización interna.
La gente no está aspirando a que le lleven una bolsita de comida. Porque bueno, sÃ, es verdad, el plan BolÃvar 2000 te lleva bolsas de comida. Son paños calientes que incluso fueron necesarios, pero no formaron parte de un proyecto estratégico. La gente está exigiendo trabajo, poder decidir sobre el presupuesto, etc.
Otro problema es que todo poder genera corrupción. Los funcionarios no son como los pueblos, que tienen paciencia. Chávez nos está diciendo: “Compañeros, pacienciaâ€?. Ya lleva siete años en ese plan. Y el pueblo ha tenido paciencia, pero sus funcionarios no. Cuando se produjo la eclosión de los precios petroleros, eso generó una movilización de divisas incalculable y un mayor enriquecimiento ilÃcito.
E.P.: ¿Hay una revolución en Venezuela?
J.Q.: No creo que haya ninguna revolución. Ha habido un gobierno progresista tras ganar unas elecciones. Los cambios que se han producido incluso venÃan de antes. Para hablar de revolución tiene que haber una transformación del modelo económico, y eso nunca se ha dado. De hecho, el primer gabinete económico de Chávez, de 1998 a 2002, fue el que dejó Rafael Caldera, que era el que habÃa negociado con el Fondo Monetario Internacional. Todos esos funcionarios habÃan sido impuestos por el FMI a Caldera. En 2002 Chávez cambió de personas, pero no de polÃtica. Venezuela es en la actualidad el mejor pagador de la deuda externa. Sà podemos hablar de que ha habido una apertura de compuertas. El pueblo se sintió realmente identificado con Chávez y su propuesta, salió a la calle y lo ha defendido. Esto ha permitido que ahora se esté exigiendo mucho más. En este momento, el gran problema de Chávez son las exigencias populares desde sus propios sectores, desde su base social. La disyuntiva es que o lo controlan ellos, o los controla él, una de dos.
E.P.: Mucha gente apoya a Chávez como ‘mal menor’ ante los gobiernos tradicionales.
J.Q.: Yo no pongo en duda que Chávez tenga las mejores intenciones, pero ése no es el problema. No podemos decir que la pobreza o el desempleo son culpa de Chávez. Son culpa de un modelo económico capitalista y dependiente que se mantiene a pesar de que hablamos de que está sucediendo una revolución. Hubo mucha esperanza de que se cambiara el modelo, y muchos compañeros creyeron y creen todavÃa que es posible que el Gobierno dé un golpe de timón. Pero no.
Uno de los grandes conflictos que tenemos todos los que estamos en el proceso de transformar el mundo es qué hacemos en lo inmediato. Todos pensamos en lo estratégico. SÃ, se trata de un proceso, pero resulta que nunca arrancamos el proceso. Mientras vamos arrancándolo, siempre hacemos concesiones, que no son nada banales. Si nosotros no arrancamos con otro modelo, cuando quieras arrancar estás listo, porque estás atado por las concesiones que has dado.
No podemos seguir sosteniendo la filosofÃa del mal menor, no podemos seguir sosteniendo que falta mucho para llegar. Es ver la historia lineal: “Algún dÃa vamos a llegar alláâ€?. No, para nosotros la historia son ciclos y nosotros pensamos que es necesario cerrar este ciclo e iniciar el nuevo tiempo. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per Redado |
17 set 2007
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"Aparte de eso, nunca se ha afectado ni se va a afectar el suministro petrolero al principal cliente, los Estados Unidos. Venezuela produce dos millones de barriles diarios, de los cuales 200.000 son nuestros, de consumo interno. El resto de la producción es para Estados Unidos."
La circunstancia de Chávez. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per Redado |
17 set 2007
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"que es necesario cerrar este ciclo e iniciar el nuevo tiempo."
Buf. Otro que sabe como llegar al "nuevo tiempo": destruir lo poco que funciona en éste. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per Ni Redado Ni BoliburguesÃa |
17 set 2007
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http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/316856/index.php |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per anti-intoxicants |
17 set 2007
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La Universidad IndÃgena de Venezuela: revolución en la selva
Soraya González Guerrero
Diagonal
Tauca, en el Estado de BolÃvar, es el único lugar de Venezuela donde existe una universidad para indÃgenas, y lo que es más importante: de indÃgenas, pues son las propias comunidades sus propulsoras.
Acogerse a la misión Sucre, una inédita propuesta del Gobierno bolivariano que persigue municipalizar la educación superior llegando a las aldeas más recónditas, incluidas las indÃgenas, serÃa, quizás, un camino fácil. Sin embargo, la Universidad IndÃgena de Venezuela (UIV) ha optado por el camino de la autonomÃa, asumiendo las penurias económicas y la inestabilidad, pues es la única garantÃa de un proceso educativo propiamente indÃgena.
De esta forma, la Universidad, registrada formalmente en el año 2004 tras un proceso de reflexión que arranca en 1999, va gestándose en simbiosis con las comunidades. Éstas, mediante sus órganos tradicionales de decisión, son las que eligen a los estudiantes; no en función de criterios académicos, sino de capacidades para la organización polÃtica en pro de la defensa de derechos colectivos. Los estudiantes que no dominan el castellano -herramienta de comunicación interétnica- lo aprenden en la UIV.
El curso académico es semestral: cuatro meses permanecen en Tauca impartiendo asignaturas teóricas y demostrativas (como derecho indÃgena, historia, lengua, apicultura, psicultura o lombricultura) y los dos restantes acuden a sus comunidades, donde realizan un trabajo de campo sobre el tema que han escogido para su tesis. “La investigación es con los sabios porque nosotros no tenemos experiencia del pasado. Estamos aprovechando su saber antes de que desaparezcanâ€?, comenta un estudiante de la etnia Warao (del Estado Delta Amacuro) que está investigando sobre los mitos fundacionales de su etnia. “Los ancianos son nuestra bibliotecaâ€?, añade Tandé, de la etnia Pumé (Estado Apure), cuya investigación se centra en la agricultura tradicional de su pueblo. Hablar de agricultura indÃgena es hablar de las tierras ancestrales, un tema que está investigando Kobá, también Pumé: “Tenemos un problema muy grande de territorio. Ahora hay hambre en las comunidades porque los terratenientes nos han quitado las tierras ancestrales, nos han dejado con una parcelita y no podemos cazar o pescar. Si pasamos nos amenazan, incluso nos matanâ€?. Tokaná, el quinto estudiante con el que conversamos, investiga sobre la educación Pumé antes de la irrupción de la escuela formal: “Ahora no hay profesores indÃgenas en la comunidad. Todos los docentes que van a las comunidades están criollizados y algunos no hablan el idioma indÃgenaâ€?.
Junto con los pumés y waraos, a Tauca llegan, de momento, indÃgenas de ocho etnias: ye’kuana, piaroa, e’ñepá, sanema, kariña y pemones. Algunos pueden tardar 14 dÃas en llegar desde el Amazonas o desde el delta del Orinoco, y a veces no es fácil encontrar recursos para el viaje.
Aprendiendo a escribir
A través de entrevistas con los ancianos y especialmente con las ancianas, los estudiantes rescatan ese saber ancestral en vÃas de extinción. Su cosmovisión, idioma, medicina tradicional, manejo del canuco (huerto indÃgena), etc., se han venido trasmitiendo de forma oral, y la educación formal que ha irrumpido en las comunidades indÃgenas ya no es depositaria de este saber. Por eso, el destino de los resultados de la investigación es un libro, que ellos mismos editarán en su lengua materna. Una tarea delicada y complicada, especialmente para las culturas que son ágrafas y primero tienen que crear un alfabeto adecuado a sus fonemas.
La escritura es una respuesta a la catástrofe del olvido, asumirla no es criollizarse, sino fortalecerse en un contexto de invasión cultural, según nos explica el jesuita vasco Korta, conocido entre los pueblos de la amazonÃa venezolana como Ajishama: “La herramienta más fulminante de una dominación cultural es la escritura y Occidente maneja todos los conocimientos escritos del mundo. Sin escritura no hay vida. Pero ¿cómo nos la han transmitido? Con una alfabetización criollaâ€?. Para revertir este proceso, el espÃritu de la UIV germinaba con el proyecto de crear cartillas para aprender a leer y a escribir en distintas lenguas indÃgenas. La escritura, como la tecnologÃa electrónica o el derecho positivo son elementos exógenos a la cultura indÃgena, originarios del pensamiento occidental. La Universidad IndÃgena reconoce sus peligros, pero favorece su dominio por parte de los indÃgenas porque las considera herramientas necesarias para romper la asimetrÃa cultural. “Con esas herramientas, asumidas con conciencia, van a poder defender sus tierras, porque las leyes están a su favor ahoraâ€?, explica Ajishama.
Coyuntura polÃtica y social
La Constitución bolivariana (1999) es todo un referente en materia indÃgena. La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades IndÃgenas (2005) reconoce y protege derechos como la propiedad colectiva indÃgena. El problema, según nos comentan varios estudiantes, es que las comunidades indÃgenas no se han apropiado aún de la Constitución porque no la conocen, y aunque lo hicieran “va a ser difÃcil que se cumpla la leyâ€?. Korta es más escéptico: “Si se reapropian de sus derechos, serÃan masacrados ahorita porque son muy débiles frente al mundo criollo, los ganaderos y el poder económicoâ€?.
De momento, la reivindicación de sus derechos pasa por demarcar sus tierras ancestrales, para lo que es vital el trabajo de campo con los sabios, asà como el conocimiento de sus derechos constitucionales, que aprenden durante el cuatrimestre que permanecen en Tauca a través de un profesorado voluntario. Esta embrionaria fase no está exenta de retos: la financiación gubernamental sin ataduras; la inserción de las herramientas occidentales en su matriz cultural sin dependencias, y la más importante: la participación de la mujer indÃgena en este proyecto.
Cuando les preguntamos por esto último, se toman su tiempo para contestar: “Las muchachas están en el proyecto pero hace falta recursos, y para las mujeres indÃgenas es muy complicado venir, a menos que haya aquà una familiaâ€?, explica Sedumenedu, de la etnia Ye’Kuana y coordinador académico de la UIV. “El control social de la relación entre ellas y ellos se da a través de una autoridad en cada etniaâ€?, matiza Korta, “y nosotros no tenemos la capacidad para ese control social. Se ha planteado traer un matrimonio anciano, que tiene una autoridad muy grande. Pero la mayorÃa de los indÃgenas no saben la importancia de la Universidad, cuando lo vayan sabiendo tienen que poner los mecanismos de su parteâ€?. “El problema es muy complejoâ€?, continúa, “hemos convocado a las mujeres desde el comienzo, y han venido. Pero ha fracasado. No queremos convocar a la mujer sin garantÃas de éxito... El machismo criollo está dentro de las comunidades. Antes era la mujer la que administraba los recursos del conuco. Ahora el hombre está secuestrando su rol porque como el sueldo es personal [ahora muchos trabajan de peones para los ganaderos] él maneja los reales; para cambiarlo por aguardiente muchas veces. Los antivalores de nuestra cultura han entrado en la indÃgena. Y esto debe cambiarâ€?. Ya en Madrid, Julio Ã?valos, profesor voluntario en la Tauca, explica que “el que no vayan a la UIV es parte del proceso que las ha convertido en la esperanza de sus familias primero y de sus pueblos en última instanciaâ€?.
Con el Gobierno, pero sin él
La Constitución bolivariana ha abierto jurÃdicamente la puerta a muchos procesos de corte revolucionario como la ocupación de tierras improductivas y de fábricas paradas. La Universidad IndÃgena de Venezuela (UIV) también ha aprovechado esta oportunidad, pero no quiere crecer en brazos del Estado. En materia indÃgena, esta Constitución es un referente: el artÃculo 121 reconoce a los pueblos indÃgenas el derecho a una educación propia. El Ye’kuana Sedumenedu lo reconoce: “Anteriormente no tenÃamos marco jurÃdico para tener una educación propia de hechoâ€?. Para el jesuita vasco conocido como Ajishama, “lo más grande que Chávez puede hacer en favor de los indÃgenas es hacer posible que sus universidades funcionen de manera autónoma y real, dirigidas por los propios indÃgenas concientizados [en este caso]â€?. Este concepto de autonomÃa nada tiene que ver con el que manejan los estudiantes opositores: nace de la necesidad indÃgena de afirmarse culturalmente, no de sus privilegios económicos. Por otra parte, la propuesta de la UIV no excluye el apoyo económico gubernamental, siempre que los indÃgenas sigan siendo los gestores del proyecto. De hecho ya ha recibido apoyos importantes de varias instituciones. Tampoco, excluye el reconocimiento gubernamental de sus licenciaturas, en negociación. La financiación gubernamental puede ser un arma de doble filo. Por eso, para Ajishama “hay que diferenciar un apoyo económico de una claudicación al Gobierno, que es lo que les está pasando a los pueblos indÃgenas, les dan grandes cargos polÃticos y se ponen desde el partido a liderizar polÃticas del Estado para lograr la integración de los pueblos indÃgenas en el modelo occidentalâ€?.
CONCIENCIA INDÃ?GENA
Sin concienciación no hay emancipación indÃgena, y esta sólo se consigue formando nuevos educadores. A esta lectura crÃtica llega el jesuita Korta, tras ver los estragos en el Amazonas venezolano: de las misiones que hacÃan “proselitismo católicoâ€? (amparadas por una ley de misiones que ha desaparecido con el actual gobierno) primero, y después, en los ‘70, del desarrollismo que devino en un individualismo fortÃsimo, erosionador de la vida comunitaria indÃgena. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per Un testimoni de primera ma |
17 set 2007
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Venezuela: viaje a las regiones indÃgenas
Maurice Lemoine
Le Monde Diplomatique
Lejos de los poderosos e influyentes movimientos indÃgenas de Bolivia y Ecuador, los indÃgenas de Venezuela han recuperado reconocimiento y participación polÃtica desde la reforma constitucional del presidente Hugo Chávez. Pero las contradicciones que surgen de sus condiciones precarias, sus estructuras polÃticas propias y las luchas de intereses ligadas a sus territorios, frenan un proceso lleno de expectativas.
Y “Chávezâ€? vino. Y la luz se hizo. El Chávez en cuestión, cuyo nombre de pila es Hugo, habÃa sido elegido Presidente de la República de Venezuela. En 1999, uno de sus primeros desplazamientos fue a Saimadoyi, la pequeña capital de los indÃgenas barÃ. Se encuentra en la Sierra de Perijá (Estado de Zulia), en el extremo oeste del paÃs. No muy lejos del lago Maracaibo, una selva de torres de perforación en un mar de petróleo (el crudo surgió allà por primera vez en 1922). Cerca también de la frontera colombiana. En las soiacas, sus viviendas de tierra cubiertas de hojas de palma, los indÃgenas vegetaban miserablemente. Y entonces, “Chávezâ€? surgió. “No tenÃamos luz, vivÃamos en la oscuridad. Y él dijo: ‘Voy a enviarles la electricidad’â€?.
El Presidente mantuvo su palabra, la luz llegó (allÃ, y a todas las aldeas de los alrededores). Asà como también una gran cancha de básquet cubierta, un dispensario, una nueva escuela en construcción, becas para los estudiantes y una camioneta para poner fin al aislamiento de la comunidad. Todo suministrado y pagado por el gobierno bolivariano. Como el rebaño de bovinos de la comunidad vecina, Bachichira. Héctor Okbo Asokma, cacique de Saimadoyi y de sus setecientas almas, no oculta su gratitud: “Ese Chávez nos miró, y las cosas cambiaron. Lo queremos muchoâ€?. SÃ, pero…
Una vida muy difÃcil
¡Pobre Chávez!, estarÃamos tentados de escribir… Cada vez que resuelve un problema, surge otro. En 1999 llegó a Saimadoyi en helicóptero. Por eso no vio la ruta. Una huella de tierra. En fin, que hace las veces de camino. Cuando se viene de Machiques, la ciudad más cercana –a unos 80 kilómetros–, he aquà lo que puede ocurrir. En primer lugar, hay que apiñarse junto con muchos otros en un “rústicoâ€?, un vehÃculo del tamaño de un Renault Espace, previamente atiborrado de bolsas, recipientes y canastos, bártulos de todo tipo, ruedas de auxilio y una caja de herramientas. En segundo lugar, hay que encontrar una posición que permita evitar los calambres. Y finalmente, distenderse. Hasta que los frenos fallan en medio de una pendiente particularmente empinada… El “rústicoâ€? desciende a toda velocidad en un profundo mar de barro que lo detiene al llegar a la parte baja, felizmente sin accidentes, mientras los viajeros disfrutan de las salpicaduras que entran por las ventanas laterales, totalmente abiertas dado que hace un calor insoportable.
Después de la reparación realizada ahà mismo, en “un cierto tiempoâ€?, se vuelve a partir. Se llega al primer rÃo. Ha llovido en las cumbres. El agua cae con estruendo, se derrama y desborda, y hay que dar media vuelta ya que es imposible vadearlo. Considerando el desastre con una mirada apagada, un pasajero se desahoga: “Cada vez ocurre lo mismo, no se puede prever ni planificar nadaâ€?.
En el otro sentido, de Saimadoyi hacia Machiques se encuentra, forzosamente, el mismo problema. Se desencadena una tormenta y nada puede circular. Los viajeros, a veces encerrados entre dos rÃos, deben pasar la noche en el lugar, a merced de los mosquitos de la selva. Durante “un cierto tiempoâ€?, la única vÃa de tránsito posible es la montaña escarpada. A pie, doblados bajo el peso de la carga y de los niños pequeños, por un improbable sendero: “En los momentos de urgencia, cuando hay que transportar un enfermo al hospital, esto hace la vida muy difÃcilâ€?, suspira Ã?lvaro Akondakai Konta, un indÃgena tranquilo, de hablar lento. Otros se muestran menos complacientes: “¡Y el gobierno nacional, que gasta millones y millones de bolÃvares! ¿En qué lo hace? ¡Exigimos una verdadera ruta, con puentes!â€?
Porque acá se exige. Un pueblo bravo, los barÃ. Muy conocido en España en la época de la conquista y de lo que siguió. En aquel tiempo se los llamaba “motilonesâ€?. Muy valientes, muy orgullosos, resistÃan. A golpes de lanza y ráfagas de flechas. Su reputación llegó hasta Madrid y Sevilla, donde se canturreaba: “Los indios motilones, ¡te cortaron los cojones!â€?
Ni siquiera la República pudo doblegarlos. Sólo expresaba desprecio por esos “salvajesâ€?. Durante mucho tiempo, matar a un indÃgena constituÃa apenas un delito. Unos lo hacÃan con plomo, los otros con flechas… Los barà fueron uno de los últimos grupos autóctonos que permitieron el acercamiento de los misioneros capuchinos y la “civilizaciónâ€?. Recién en los años ’60, no antes, descendieron de la montaña, aceptaron el contacto con los criollos y se agruparon en aldeas.
Trabajo comunitario, zafarrancho de combate. Socialistas precoces, los indÃgenas actúan colectivamente. Los hombres suben a la camioneta “de Chávezâ€? y a la del cura; ¡ah! sÃ, también hay un cura español. Vive con los barà desde hace treinta y dos años. No es un revolucionario, pero es abnegado. Se dirigen hacia el rÃo Ogdavia que, enloquecido por las inclemencias del tiempo, aÃsla a Saimadoyi. Ya que Caracas no se mueve, ya que el gobernador no… ¿Perdón? ¿El gobernador de Zulia? ¡Bah! Nadie conoce su nombre (1). Se sabe vagamente que en diciembre de 2006 fue candidato de la oposición a la presidencia. QuerÃa reemplazar a “nuestro comandante Chávezâ€?, “pero los indÃgenas a él no le importan; nunca hizo nada por nosotrosâ€?.
Con el agua hasta la cintura, alguien con un tronzador acomete contra el desorden sembrado por los elementos, que obstruye el lecho del rÃo y hace crecer el torrente, hasta más arriba del vado. Cada uno hace lo que tiene que hacer, como una pequeña tribu bien organizada. Voltean un árbol, y luego dos. Jadeando bajo piedras más grandes que ellos, empujan, tiran, transpiran, se agotan, recuperan el aliento durante algunos minutos, y vuelven a la tarea. Una jornada de un trabajo extenuante para levantar un dique y desviar la corriente. Para recubrir el vado con un piso de rocas y guijarros. La primera camioneta se lanza y pasa acompañada de aplausos. La ruta está nuevamente abierta. ¿Por cuánto tiempo?
Reconocimiento y participación
BarÃ, pemón, warao, kariña, chaima, yarabana, kurripaco, yukpa, wayuú, hoti, jivi… Treinta y cinco pueblos originarios, alrededor de 535.000 personas (2,1% de la población) según el Censo de Población de 2001, viven en las regiones más inaccesibles y menos pobladas del paÃs. En cambio, sufren un vejamen común, ya que hasta fines de los años ’90 Venezuela tenÃa el régimen más atrasado de todo el continente en lo que concierne a los indÃgenas.
Luego apareció el presidente Chávez, elegido a fines de 1998. Asumiendo la herencia de su abuela, una pumé, se convirtió en el más ardiente defensor de esta población. En 1998, siendo candidato, asumió “el compromiso de saldar la deuda históricaâ€? del Estado con los indÃgenas. Al convocar en 1999 una Asamblea Constituyente, la nueva elite “bolivarianaâ€? abrió un espacio de acción colectiva (2). Es cierto que los amerindios, desde los wayuú de los centros urbanos, bien asimilados, hasta los yanomani de la jungla del Amazonas, sin contacto con el resto de la sociedad, tienen niveles de integración muy diferentes. Sus organizaciones, relativamente nuevas, están aisladas de los demás sectores sociales y sufren divisiones. Algunas, sobre todo las de los wayuú que viven en Maracaibo, están afiliadas a los partidos tradicionales (especialmente Acción Democrática). Hay una cierta vacilación…
Venezuela no es como Ecuador y Bolivia, donde poderosos movimientos indÃgenas han convulsionado regularmente la vida polÃtica. “AquÃ, el espacio fue abierto por los criollos, y no por su presión –observa, en Maracaibo, el sociólogo y antropólogo Daniel Castro–. Sin embargo, la reconstrucción del paÃs emprendida por Chávez despertó en ellos viejas expectativas relativas a la recuperación de las tierras, la defensa de su modo de vida, etc.â€?. El hecho de que se los invitara a participar en la redacción de la Constitución creó una dinámica entre los indÃgenas. El 17 y 18 de julio de 1999, los 600 delegados del Consejo Nacional IndÃgena de Venezuela (Conive) eligieron sus tres representantes para la Asamblea Constituyente, que se unieron a los 128 delegados criollos, con propuestas concretas elaboradas por las bases. Se trataba entonces de hacerlas aceptar.
La resistencia más importante proviene de los sectores económicos interesados en la explotación de los recursos naturales y, sirviéndoles como caja de resonancia, del conjunto de los medios de comunicación. En una palabra, de la oposición. Por el lado “chavistaâ€?, la Comisión de Seguridad y Defensa, compuesta de ex oficiales, denunció un posible ataque a la soberanÃa y a la integridad de la nación. También apoyada por el núcleo editorial y televisivo. Hubo discusiones conflictivas y fuertes debates. Finalmente, el 3 de noviembre, se aprobó el texto sobre los “Derechos de los pueblos indÃgenasâ€?, que constituyó la matriz del capÃtulo 8 de la Constitución Bolivariana, ratificada el 15 de diciembre, mediante un referéndum, por el 71% de los venezolanos (con un 60% de participación). En materia de derechos indÃgenas, es la versión más progresista de todos los paÃses de América. Las prácticas paternalistas (en el mejor de los casos) fueron sustituidas por una polÃtica de reconocimiento y de participación (ver “Nuevos derechosâ€?).
Tucupita es un pueblo taciturno. Aquà termina la ruta que da lugar al gran Delta Amacuro, por el cual el Orinoco desemboca en el Atlántico, en el nordeste del paÃs. Un gigantesco laberinto de caños –canales– estrÃa la jungla y los manglares, en territorio warao. Plantas acuáticas, aromas y nenúfares derivan lentamente junto con el agua. Cuando la noche cae, desaparecen de a poco. Los pájaros se callan. En medio del rÃo, con un ronroneo de motor, la piragua se hunde en la oscuridad.
Un pequeño haz de luces débiles: Guarakajara de la Horqueta. Un embarcadero se dibuja al pie de cada palafito, bohÃos montados sobre pilotes. No hay paredes. Un largo techo de hojas de palma de temiche desciende sobre los costados. Cerca, un grupo electrógeno ronronea sin interrupción. Un joven warao de Tucupita, José Gregorio Aramillo, sonrÃe: “El Presidente dijo que todas las comunidades deben tener electricidad. Teléfono también (señala con el dedo uno sobre un estante). Las personas comienzan a llamarse de un lugar a otro. Gracias a este gobierno, hubo muchos cambios. Pero seguimos siendo waraos; hay que preservar la lengua y el modo de vidaâ€?. Terrible desafÃo. Sentado sobre el suelo de troncos de palma manaca, una veintena de indÃgenas hipnotizados contempla un televisor conectado a un lector de DVD. En la pantalla, con tangas y minicorpiños, las cantantes del grupo ecuatoriano “Caramelos calientesâ€? juegan lascivamente con sus caderas y senos.
En Guajakajara hay alrededor de quinientos habitantes. Tareas artesanales, pequeñas plantaciones –el conuco–, caza y pesca. En su origen los warao –los “señores de la piraguaâ€?– eran nómades. Pero desde hace algunos años se han ido haciendo sedentarios. Las calabazas han dejado su lugar a las palanganas de plástico, y los arcos a los fusiles. Los recursos locales se agotan, lo que acarrea malnutrición. Algunos dependen de un salario –de allà los televisores–, porque están empleados en la escuela o en el dispensario. Otros no tienen nada. “No hay trabajo, y no nos ayudan.â€? Es un nuevo modo de vida, parcialmente integrado. Al mismo tiempo que hablan interminablemente sobre la selva, el rÃo, la naturaleza y el medio ambiente, tiran al agua, al pie de la vivienda, desperdicios, bidones, bolsas y botellas de plástico… Una cloaca nauseabunda.
No es que el Delta haya sido abandonado a su triste suerte. “Muchos motores fuera de borda fueron entregados por el gobierno, facilitando el transporte de un lugar a otro�, constata un warao. Los Consejos Comunales, creados en 2006 para permitir a la población expresar sus necesidades y hacerlas llegar a las autoridades competentes, asà como administrar ellos mismos los presupuestos, han recibido créditos. ¿Y aqu� Deserios Silva esboza una pequeña sonrisa a modo de respuesta. “Hemos elegido nuestro consejo y yo soy el responsable. Es algo nuevo, y está bien. Pero yo no estudié, no sé redactar un proyecto.� Y, en apariencia, no sucede nada.
Pero sólo en apariencia. MarÃa Chavy, coordinadora del Ministerio de Participación Popular y Desarrollo Social (Minpades), recorre entre un haz de espuma los cuatro municipios del Delta: Tucupita, Casa CoÃma, Antonio DÃaz y Pedernales. Tiene la tarea de establecer y reforzar las instituciones locales. Con éxito: a través de sus consejos comunales, las diecinueve comunidades totalmente indÃgenas del municipio Pedernales han podido desarrollar sus proyectos socio-productivos de pesca, cultivos y productos artesanales. Con zonas de sombra, como en Guarakajara. “Por naturaleza, los waraos son organizados. Pero tienen una cultura oral. Nuestra misión es enseñarles a comunicarse con las instituciones y también preparar a éstas para darles una respuestaâ€?. Una tarea inmensa. Por tantos retrasos acumulados desde hace tantos años. Y tantos obstáculos, a pesar de la manifiesta voluntad polÃtica del gobierno. “En muchas circunstancias chocamos con los politiqueros, que se introducen en las comunidades y desnaturalizan los proyectos. Y en otras ocasiones, desgraciadamente, los recursos sólo les llegan a algunos…â€?.
Luchas de intereses
Hay que terminar con los mitos. “El hecho de ser indÃgena no implica que uno sea perfecto –sonrÃe Daniel Castro–. La corrupción y los conflictos también existen en este universo.â€? Eso sucede en el Delta, en La Culebrita. El rÃo y las piraguas. Los palafitos. Los proyectos del consejo comunal en vÃas de realización: diez embarcaciones y redes para relanzar la pesca artesanal, créditos para construir letrinas dignas de ese nombre. La electricidad (y llegó Chávez…). La electricidad, justamente: un grupo electrógeno que funciona las veinticuatro horas, a gasoil, gratuitamente, subvencionado por el gobierno, la alcaldÃa del municipio. Salvo que…
Salvo que el plantero –responsable warao de la instalación– es un granuja. “Pone a funcionar el grupo recién a las 16 horas y lo detiene a las 22, pretendiendo que hacerlo funcionar más lo estropearÃa. Y, por esas pocas horas, nos hace pagar el gasoil…â€? ¿Adónde va a parar el resto del combustible? El dédalo acuático del Delta es propicio para el contrabando. No muy lejos, en el mar, las islas de Trinidad y Tobago aprecian el gasoil barato. En La Culebrita, siguen siendo igualmente pobres. Los escasos productos del trabajo artesanal sirven ahora para pagar la electricidad…
Hay contradicciones de todo tipo. Los consejos comunales crean algunos problemas (3). Entre los barÃ, estructurados en una democracia bastante vertical, los consejos corresponden a la organización ancestral y se integran naturalmente. En otras partes, como entre los warao o los yupa, las autoridades tradicionales –cacique, consejo de ancianos, chamán–, ven con malos ojos a estos nuevos dirigentes elegidos, porque pierden su autoridad. Aparecen divisiones. Los indÃgenas de Mérida, por ejemplo, se dejan intimidar por polÃticos vinculados a los partidos tradicionales, que en algunos casos conservan todavÃa poder local.
Por otra parte, la concepción del dinero y del tiempo que tienen los criollos y las comunidades indÃgenas difieren profundamente. En éstas, la noción de “inversiónâ€? prácticamente no existe. “Lo que constituye el éxito de los consejos comunales en el paÃs –comenta Daniel Castro– es que la organización popular se ha hecho cargo de ellos. La situación es más compleja entre los indÃgenas. Sin embargo, éstos comprenden muy bien lo que ocurre y tratan de traducirlo en función de su visión. Aunque de manera mucho más lenta que en el resto del paÃs, comienza a funcionar.â€?
Regreso a los barÃ. Los hay satisfechos. “Los gobiernos anteriores no hacÃan nada. Tenemos problemas, pero este Chávez nos ayuda, y por eso le estamos agradecidos.â€? Pero también los hay en efervescencia y descontentos. ImagÃnense… La ley de demarcación de las tierras indÃgenas fue aprobada el 12 de enero de 2001. Estamos en 2007. Como estaba previsto en su texto, los indÃgenas procedieron a la delimitación de su territorio. Al término de largas discusiones con los ancianos y los jefes, los profesores de las pequeñas escuelas y los campesinos han detectado las montañas que recorrÃan los ancestros, los sitios sagrados y las zonas de alimentación. Todo está listo. Incluso evitaron escuchar a quienes, tratando de empujarlos a una sobrevaloración –“ecologistasâ€? criollos que se dicen anarquistas–, les sugirieron que, “en el tiempo pasadoâ€?, el hábitat barà ocupaba todas las tierras hasta Maracaibo. “Desde la zona fronteriza, RÃo de Oro, hasta el rÃo Santa Rosa, dos mil hectáreas, es lo que exigimos como barÃâ€?. Nada más y nada menos.
El 12 de octubre de 2006, las autoridades les prometieron el tÃtulo de propiedad colectiva. “Y después, ¡nada! Todo se detuvo.â€? ¿Qué pasó? Nadie sabe nada. Algunos sugieren que, como la densidad del hábitat otorgado es tan baja (de alrededor de 1.600 personas), entregarles ese tÃtulo equivaldrÃa a crear un latifundio. Otros cuestionan la inercia y la ineficacia de los funcionarios. Se habla también de las fuerzas armadas, preocupadas de ver a los barà adquirir tanta autonomÃa en una zona fronteriza con Colombia, particularmente sensible para la seguridad del paÃs. Se menciona a los grandes propietarios de tierras. Pero, sobre todo, la inquietud tiene un nombre: las empresas mineras, con razones evidentes para tratar de impedir la demarcación.
La ley dice claramente que una vez que los indÃgenas estén en posesión de su territorio, habrá que pedir su opinión sobre la posible explotación de sus recursos. En última instancia, serán ellos los que decidirán. Es un progreso considerable, porque en tiempos anteriores –“antes de nuestro presidente Chávezâ€?, como se dice aquÖ, las empresas mineras podÃan asolar rÃos y bosques, acumulando beneficios exonerados de impuestos y sin ninguna restricción para la protección del medio ambiente. Al enfrentar a los indÃgenas con la policÃa, la guardia nacional o el Ejército, no han faltado los conflictos, a veces violentos.
Los principales Estados indÃgenas del paÃs (Amazonas, BolÃvar y Zulia) tienen reservas considerables y estratégicas: uranio, oro, metales preciosos, carbón. Y los barà lo saben desde siempre. Si los polÃticos y los terratenientes se interesan en la Sierra de Perijá, en lugar de árboles van a crecer billetes y comenzará la gran devastación. Y no sólo para ellos, ya que la sierra alimenta de agua a la ciudad de Maracaibo, afectada a veces cruelmente por su escasez.
En las presidencias anteriores ya se abrieron dos minas en el norte de Zulia, Estado donde viven los wayuú, los barà y los yukpa. Instituciones del Estado vinculadas a las multinacionales, como la Corporación de Desarrollo de la Región Zulia (CorpoZulia) y su filial CarboZulia hacen campaña, incluso en las cercanÃas del poder, con mucho dinero, para extender su actividad. Desde hace dos años tiene lugar una sorda batalla que, a veces, opone a los indÃgenas entre sÃ. Las minas emplean a 7.000 trabajadores en la explotación, transporte y exportación. Muchos wayuús están empleados en ellas. “Etnias que no defienden el territorio –se enoja, con el rostro sombrÃo y los ojos brillantes de cólera, una indÃgena de Karañakal, en la Sierra de Perijá–. Llega cualquiera, que les da dinero, y ellos se venden. Pero los barà no somos asÃ.â€?
En Saimadoyi, en 1999, el Presidente afirmó que el carbón no saldrÃa de la tierra si eso afectaba el medio ambiente. Sin embargo, el retraso en la demarcación dio lugar a curiosos desarrollos. Las legÃtimas inquietudes de los indÃgenas han sido reemplazadas por la voz de “ecologistasâ€? que orquestan una campaña anti-Chávez, tratado como “pro-cónsul del Imperioâ€?, aliado a las transnacionales. Estos grupos, poco numerosos pero que disponen de un gran poder mediático gracias a internet, entre los cuales están Homo y Natura, se han beneficiado en el extranjero con el apoyo de numerosos sitios progresistas y también de páginas web financiadas por la Fundación Rockefeller. “Personas que hablan en lugar de los indÃgenas –comenta Daniel Castro– para defender sus propios intereses. Cuando vamos a ver a los indÃgenas, ellos no dicen eso. Incluso dicen lo contrario, o varias cosas al mismo tiempo…â€?.
A través del canal de televisión estatal Vive TV, los venezolanos se han enterado de lo siguiente: los ecologistas no son los portavoces de los indÃgenas; éstos tienen su propia voz. También por este canal los barà pudieron expresar sus preocupaciones, y fueron escuchados. El 21 de marzo, por orden del Presidente, la ministra de Medio Ambiente Yubiri Ortega de Carrizalez anunció que prohibÃa abrir nuevas minas de carbón en Zulia y ampliar las explotaciones ya existentes. Pensando en el largo plazo, el gobierno considera una estrategia de desarrollo diferente: agricultura, ganaderÃa y turismo.
En la región indÃgena se multiplican las realizaciones: demarcación de las tierras en los Estados de Anzoátegui y Monagas; envÃo de barcos ambulancia a Amazonas, BolÃvar y Apure; instalación de paneles solares en algunas comunidades de Apure, para generar electricidad; distribución de raciones alimentarias en el Delta Amacuro… A veces desordenada, la revolución no ha escatimado la creación de organismos, como el Instituto Regional de Asuntos IndÃgenas (dependiente de los gobernadores), la División Regional de Asuntos IndÃgenas (en el Ministerio de Educación), las “misionesâ€? Guaicaipuro (polÃticas sociales destinadas a los indÃgenas), Robinson (alfabetización), Rivas (estudios secundarios), Barrio Adentro (salud), etc. A tal punto que los interesados terminan por perderse, como el cacique Karañakal: “Un dÃa llega un funcionario, al dÃa siguiente otro, y luego otro, y no comprendemos nada…â€?.
En 2006, para remediar esta situación, se creó el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos IndÃgenas, que tiene como ministra a una indÃgena, Nicia Maldonado. A esta estructura, y vinculada a ella, se agrega la designación de coordinadores provenientes de las comunidades. Es cierto que las dificultades continúan. Pero, señala Daniel Castro, “hay que diferenciar el discurso polÃtico y lo que ocurre en la realidad. No porque sea contradictorio, sino porque se ubican en tiempos diferentes. En el terreno, el éxito es forzosamente lento. Pero al menos, se sabe en qué dirección vamosâ€?. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per llibertari, malgrat tot, amb els companys de "El Libertario" |
17 set 2007
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M'he molestat en llegir-me els tres textos de resposta a l'article : el d'Eduardo Pérez, el de Soraya González i el de Maurice Lemoine i crec que el més sintètic i que explica millor la coyuntura actual del país és el primer. Els altres dos són més aviat relats de fets puntuals que no situen l'anàlisi a un pla general. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per a |
17 set 2007
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maurice lemoigne i els membres de Le monde diplomatique tenen la redaccio a caracas a una suite de l'hotel hilton...visca la revolució!! |
debo hablar bien de hugo chavez
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per capdebolo |
17 set 2007
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debo hablar bien de hugo chavez...
1. porque es un hombre de estado, aunque a veces piense que "el estado es el" y se otorgue poderes absolutos con su refomra constitucional.
2.Porque es antiimperialista, en sus discursos, aunque firme contratos de cooperación con las transnacionales más salvajes del imperio.
3.porque crea el partido del pueblo, aunque se niegue la voz a quienes no pertenezcan a él.
4. porque recupera la política, aunque limite la participación a las normas del estado "rojo rojito"
5. porque vende petroleo a los paises pobres, aunque someta la economia del suyo propio a las rentas que le deja el mercado capitalista.
6. porque es un ejemplo como militar, aunque ponga militares sin experiancia politica en puestos de control, y por la intencion de militarizar más el pais dandole funciones policiales al ejército en la consagrada reforma.
7. Porque ataca algunos medios de comunicación privados, aunque deje tranquilos a los más fascistas, y ate a los medios comunitarios con subvenciones tramposas que imponen una opinión. Porque ha acabado con el analfabetismo con la renta petrolera, mientras la enseñanza básica siga deficitaria en estructura, para generar nuevos analfabetos que alimenten sus misiones propagandisticas. Porque va a disminuir la jornada de trabajo, aunque en este pais hiperinflacionado a nadie le llegue el salario que se mantiene congelado, forzando a la gente a hacer horas y dias extras.
8. porque así me identifico con una revolución que no entiendo, que no cuenta conmigo si no me integro a las estructuras creadas, pero que según mi comandante va a mejorar mi situación, podré comprarme una secadora y un frigo no-frost gracias al socialismo del siglo XXI, sin dejar de ser solidario
9. Porque me llevará al tan anhelado socialismo, aunque políticamente sea un calco del bolchevismo y económicamente un tímido reformismo dentro del capitalismo, al que ya estoy tan acostumbrado.
10. Debo hablar bien de Hugo Chavez porque es de mi mismo color y de mi misma extracción social, y eso garantiza que, todas las medidas son por mi propio bien,igual que demostró que un sindicalista iba a llevar el socialismo a Brasil cuando ganó Lula da Silva, un obrero.
* Yo no soy profesor de la universidad, pero tampoco soy un facho. Simplemente soy socialista, como Chavez dice ser,pero ANTIAUTORITARIO |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per socialisto y antiChávez |
18 set 2007
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ès una discusió inútil...a pinyó fixe els antichavistes "llibertaris" continuen amb la seva.
Ja pots posar els articles que vulgues.
Ells tenen la raó....gent com ara Saramago, Chomsky,Garcia Márquez, Galeano, Bonafini,Gordimer, Golinger, Dieterich etc. ès gent analfabeta (o com ells diuen "estalinistes")
El dogma i la veritat sòn ells.
Visca la llibertat! |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per Re : socialisto y antiChávez |
18 set 2007
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Ningú ha dit que siguin analfabets són simplement REFORMISTES i punt. També hi ha, i hi ha hagut altres intel·lectuals que no defensen el govern de Chavez, com per exemple Domingo Alberto Rangel i Simon Saez Mérida (DEP), veneçolans amb una provada trajectòria revolucionària, aquest últim va lluitar amb les armes contra la dictadura de Marcos Pérez Jimenez, per exemple.
"Este no es un gobierno revolucionario, el gobierno de Chávez es una continuación de la Agenda Venezuela". Simon Saez Mérida
No se qui es més dogmàtic i qui es creu més posseïdor de la veritat tenint en compte que a cada noticia penjada per "El Libertario" hi segueix una llista d'insults i desqualificacions gratuïtes i cap argument de pas que contradigui els seus.
Salut i Anarquia. |
Re: Intoixicació permanent."Tots contra Chávez"
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per a |
19 set 2007
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em canso de epetir que la politica macroeconomica i sobretot i molt greu, la politica petrolera de chavez es una continuacio el que han fet els anteriors governs de dretes a venezuela.El qui no vol veure aixó es que comulga amb el socialismo del siglo XXI, peró li importa uns collons que existeixi algun segle XXII. Hi ha moltes altres coses a criticar, pero bueno...crec que amb aquesta hi ha prou. |
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