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Notícies :: amèrica llatina |
¿La izquierda catalana contra México?
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per Oriol Malló |
11 mai 2007
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El extraño caso de la diputada Bonás |
El verano del 2006, este periodista residente en México decidió que habÃa llegado la hora que mis compañeros de Izquierda Republicana de Cataluña, ERC, tercer partido en número de votos, apoyo parlamentario de Zapatero, y viejos creyentes en la independencia y el socialismo, tomaran una posiciòn ante el golpe de estado electoral que se desencadenó en México tras los comicios del 2 de julio.
La gravedad de los hechos, y el testimonio directo que yo tuve de ellos, por mi estancia en Guadalajara donde el segundo recuento de votos terminó en orgÃa de casillas sin precinto y sin lista nominal, ante el asombro de observadores como mi amiga la columnista Mónica Pérez Taylor, me indujeron a llamar a la dirección del partido, muchos de ellos amigos de los tiempos de la lucha armada, y partÃcipes todos de ese gran proyecto que fue terminar con la hegemonÃa de la derecha regionalista y convertir el independentismo progresista en el eje de una nueva polÃtica. Tal y como se consiguió en el otoño del 2005 con la victoria de las izquierdas y el fin de 25 años de poder pujolista en Cataluña.
Tras mucho insistir, se puso en contacto conmigo la diputada Rosa Maria Bonás, miembro además de la comisión de asuntos exteriores del Congreso de Diputados, que pese a los ocios vacacionales me pidió le mandara toda la información disponible sobre el proceso electoral. Cuando viajé a la capital para apoyar la resistencia civil, busqué a Saul Escobar, secretario de relaciones exteriores del PRD para que le mandara un informe completo sobre el tema. Al cabo de dÃas, Rosa Maria Bonás me envió un correo electrónico, fechado el 12 de septiembre del 2006, donde decÃa creer “que habÃa suficientes elementos para tener en cuentaâ€? la existencia de un fraude electoral y me añadió que buscarÃa información sobre Antonio Solá, el famoso asesor catalán de la campaña negra contra López Obrador.
Y pese a todo, ella y el presidente del grupo parlamentario de ERC, Agustà Cerdá, se escudaron en que toda acción a tomar dependÃa de un solo hombre: Joan Puigcercós, el secretario general del partido, viejo amigo de universidad, de quien habÃa publicado en 2004 una hagiografÃa exitosa donde contaba sus andanzas por Madrid como diputado y su fascinante descubierta de esta oligarquÃa polÃtico-financiera que desde los tiempos de Carlos V dominaba el estado y los destinos de un imperio que después del genocidio franquista y la transición se habÃa reconstruido a base de grandes monopolios privatizados por Felipe González y José MarÃa Aznar, los dos heraldos del neoliberalismo español y de la alianza con EEUU.
Pese a buscarlo desesperadamente, la única respuesta de mi amigo Puigcercós fue decirle a uno de mis enlaces que ya dejara de molestarle con tonterÃas mexicanas. Y ahà acabó todo. Hasta que en noviembre mandé otro mail a la diputada Bonás para quejarme que el presidente del partido, Josep Lluis Carod Rovira, acusara al candidato convergente, Artur Mas, de no aceptar la derrota como si fuera López Obrador. .
Rosa MarÃa Bonás, pues, tenÃa todos los elementos, incluida la cuestión de Oaxaca que yo mismo le mencioné y que la prensa peninsular trató, pese a todo, en grandes titulares. Pero mi tristeza se tornó rabia cuando hace pocos dÃas, movido por la insana curiosidad, reparé en la página oficial del Congreso de Diputados y topé con la transcripción de la plenaria de la comisión de exteriores que tuvo lugar el 21 de noviembre del 2006 y donde compareció la secretaria de estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez.
En su turno, Rosa Maria Bonás le pidió que fuera “sensible con los pueblos indÃgenas que han sufrido durante años genocidios y expoliosâ€?. Si la señora Bonás no supiera que aquellos mismos dÃas la PFP y el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, mataban, torturaban y desaparecÃan indÃgenas la hubiera tomado por cándida pero ya en agosto le habÃa hablado de la caravana de la muerte contra los plantones de la APPO y su candidez se tornaba, pues, complicidad y cinismo cuando ya la represión era noticia mundial.
Pero hasta la ignominia todos los pasos son fáciles porque luego insistió a la funcionaria que España debÃa ser “garanteâ€? de los derechos humanos en América Latina y no le preguntó tan siquiera sobre esta compatriota, Cristina Valls Taberner, que fue torturada en Atenco antes de aplicarle el artÃculo 33.
En toda su intervención, ninguna pregunta sobre el proceso electoral. Ni una sola referencia. Cuando Trinidad Jiménez era la indicada y fue contactada por el PRD para expresar su inconformidad con el madruguete de Zapatero a Calderón antes de que el TRIFE legalizara su supuesta victoria. Pero a fin de cuentas el único problema que preocupa a una mujer de izquierdas e independentista es que las corporaciones españolas respeten “exquisitamente las normas de buen gobiernoâ€? pues “saben que en esos paÃses la corrupción es una costumbre, y España debe ayudar a que esa corrupción se extinga y no debe colaborar a través de sus empresas a fomentarlaâ€?. No sabÃa, claro, de tantos escándalos locales como la compra de Bancomer por BBVA, regalo del gobierno de Fox y todos los mexicanos, vÃa Fobaproa, que se basó en un entramado de corrupción que incluye al director del Banco de México, Guillermo Ortiz, y al secretario de hacienda, Francisco Gil DÃaz, hoy asesor de Telefónica Móviles. Asunto feroz, todavÃa no concluido.
Rosa Maria Bonás estuvo la semana pasada en la reunión interparlamentaria México-España que se celebró en tierras aztecas. Pura normalidad democrática. Al final todo se entiende: Pero yo era “compaâ€? de un gran partido que Lázaro Cárdenas ayudó a salvar dándoles una nueva patria. También fui solidario con un partido que puso en evidencia a las oligarquÃas del siglo XXI y se atrevió a desafiar al monopolio catalán de la Caixa, cuyas filiales, Repsol, Gas Natural y Aguas de Barcelona, están a la reconquista de México. Yo estaba al lado de unos compatriotas que no se vendÃan al cártel de los borbones ni defendÃan el imperio español. La razón desmiente a los ilusos y el sentido común termina por imponerse: Rosa MarÃa Bonás ha apoyado, a sabiendas, el golpe de estado contra la república mexicana. No son ni republicanos, ni izquierdistas, ni independentistas. Lo que México puede esperar de la madre patria se supo con certeza hace meses: expolio y silencio. Lo que la tortura y la cárcel, la lucha, enseñaron a muchos independentistas puede, a la poste, resultar peor: si no puedes vencer al enemigo, únete. Sólo queda la estúpida cuestión: ¿A cambio de qué?
* Oriol Malló es periodista y ensayista |
Mira també:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=50703 |
Re: ¿La izquierda catalana contra México?
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per llibertari potablava |
11 mai 2007
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Aquest senyor no mereix cap mena de credibilitat. Una perona que passa de Terra Lliure a guardià pretorià d'Albert Boadella i el Foro Babel. Un individu que passa d'associar catalanisme a xenofòbia i la cultura catala com a racista ( Tierra de fariseos) a amenaçar de mort a Boadella i a Ciutadans dient que aquesta gent s'ha d'exterminar (article Falangistas taxidermistas). Un personatge que escriu un llibre "De les armes a les urnes" que és una picada d'ullet a ERC i ara escriu aquest article ha d'estar molt cascat.
El problema del que fa aquest individu és que causes justes les transforma en projectes individuals i omple de miseria allò que toca. Per desgràcia fa anys que conec aquest individu i cada cop em fa més llàstima ja que, coneixent-lo, ser que no el mou la solidaritat amb el poble de Mèxic i les comunitats indígenes sinó la seva pròpia promoció i notorietat. Pobre Mèxic. |
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