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Notícies :: pobles i cultures vs poder i estats |
Juicio a A. Sáadt del FPLP. Su alegato
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per FPLP |
22 gen 2007
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EL TRIBUNAL SIONISTA DE ISRAEL APLAZA EL JUICIO…
Y EL SECRETARIO GENERAL DEL FPLP RECHAZA PONERSE DE PIES ANTE EL JUEZ Y REAFIRMA: “QUE ES A LA OCUPACIÓN, A QUIEN HAY QUE LLEVAR A JUICIO�
El camarada Ahmad Sáadat, presentó durante el juicio que tuvo lugar ayer dÃa 14.01.06 en Ofar (Palestina Ocupada) una alegación polÃtica donde reafirmó su rechazo a juzgar a la resistencia palestina y a sus combatientes y dijo: “que es a la ocupación, a quien hay que llevar a juicioâ€?. |
A continuación, el texto Ãntegro de su alegación:
No se puede separar este juicio del proceso de lucha histórica en Palestina y que continúa hasta el dÃa de hoy entre el Movimiento Sionista y el pueblo palestino, una lucha que gira alrededor de la tierra palestina, su historia, su civilización, su cultura y su identidad. Asà que, cualquier intento de saltar por encima de esta realidad a la hora de tratar las repercusiones del conflicto, serÃa una intencionada arbitrariedad en contra de los hechos y de la razón. Una arbitrariedad abastecida por los impulsos de la arrogancia vertida desde la parte fuerte del conflicto que, trata de someter a la parte contrapuesta (la débil), utilizando las varas de medir y a los equilibrios de fuerza que controlan sobre el terreno, dicho conflicto.
Y si la función de cualquier aparato judicial es la consecución de la justicia como elemento básico de sus fines, entonces, cualquier práctica honesta, legal y ética, deberÃa dejarse arbitrar por una jurisdicción independiente y por unas leyes que converjan con la legalidad internacional, como autoridad, para realizar una justicia relativa en los conflictos internacionales. Y la legalidad internacional y su organismo legislativo (NNUU), más el conjunto de resoluciones emitidas por el mismo, no legalizó vuestra ocupación, instó a poner fin a su estatus y a eliminar sus consecuencias. Incluso, cuando reconoció a Israel como Estado, en los prolegómenos de la resolución de reconocimiento, se establece como condición, el retorno de los refugiados palestinos que fueron forzados a emigrar. Hasta ahora, no ha sido cumplida dicha condición, además, las convenciones emitidas por dicho organismo, avalan el derecho de nuestro pueblo a resistir a la ocupación, como medio para conseguir la independencia nacional y practicar su derecho a la autodeterminació n.
En cuanto a vuestro aparato judicial, que es de donde emana este Tribunal, es uno de los instrumentos de la ocupación cuya función es la de cubrir de legitimidad legal, los crÃmenes de la ocupación y sus prácticas contrarias a la lógica y a los textos de la ley internacional, además de, legitimar a la ocupación y consagrar sus conceptos, imponiendo los mismos sobre nuestro pueblo a la fuerza, formando parte de una visión israelà impuesta como medio para la administració n del conflicto y su naturaleza y caminar por la lógica de la legalidad internacional utilizando la cabeza, en lugar de utilizar los pies, para vendernos el estatus de la ocupación, que es la peor forma de un terrorismo de estado organizado, como si estuviese en un permanente estatus de autodefensa. En frente, se visualiza a la legÃtima resistencia de nuestro pueblo como si fuese el terrorismo al que hay que combatir, liquidar, juzgar a quienes lo practican, lo apoyan o sueñan con él. Y ante esta contradicción entre las dos lógicas, tendrÃa que haber una sentencia de condena. No me encuentro obligado a revolver las páginas de la ley internacional o de la Declaración Universal sobre Derechos Humanos para describir la situación, ya que, existe un testigo entre vosotros, que es un lÃder del partido laborista fundador de vuestro Estado, quien ya lo hizo hace mucho tiempo. Dicho lÃder, describió a las leyes excepcionales internacionales legisladas por la ocupación británica en 1945 un año después de su emisión como “peores que las leyes nazisâ€? y añadió: “es verdad que los nazis habÃan cometido crÃmenes, sin embargo, ellos no llegaron a legislar para estos crÃmenesâ€?. ¿Acaso esto no es una sentencia de condena, cuando tanto vuestro Tribunal, como la lista de acusaciones, se basan en dichas leyes y colocan a la ocupación y a sus instrumentos en la posición de la acusación particular y en la emisora de la sentencia de condena?
En base a lo ya dicho, considero que vuestro juicio a los combatientes de nuestro pueblo como un crimen y una prolongación de los demás crÃmenes cometidos contra los hijos de nuestro pueblo, empezando por la expropiación de las tierras, pasando por el secuestro de su libertad, el asesinato de sus niños, mujeres, ancianos y su liderazgo polÃtico, o juzgando a sus luchadores y lÃderes, como ya ha ocurrido cuando se asesinó a Abu Ali Mustafa, el Cheij Ahmad Yasin o Yaser Arafat, o cuando se detuvo a ministros, diputados elegidos en elecciones democráticas legitimadas por la Comunidad Internacional, quien habÃa alabado su transparencia, honestidad y libertad y que fueron aprobadas, en su dÃa, por vuestro gobierno. Los referidos crÃmenes, se siguen cometiendo, y es por ello, por lo que instamos al patrocinador de la legalidad internacional a detenerlos, a presentar a la ocupación y a sus lÃderes ante un “Tribunal Internacional de Justicia como criminales de guerraâ€?.
Pero lo más importante, o lo que aun es peor, es que la conducta de vuestros sucesivos gobiernos, sigue insistiendo en practicar una lógica fracasada para imponer una solución al tema de la seguridad en el conflicto, en lugar de buscar un tratamiento polÃtico basado en la legalidad internacional y en las resoluciones de la legitimidad internacional como preámbulo realista para la resolución de un conflicto crónico que tiene ya más de un siglo de vida, y asÃ, abrir camino para su solución de forma democrática, civilizada y humana. El liderazgo israelÃ, a través de las sucesivas formaciones de sus gobiernos, se basó en el equilibrio de fuerzas internacional, sobre el cual se fundó su Estado, y sobre la explotación del manifiesto desequilibrio favorable a los intereses militares israelÃes, para que Israel recurra continuamente al lenguaje de la arrogancia y de la soberbia como medio para eliminar un conflicto que gana dinamismo en base a realidades históricas objetivas. Asà pues, dicho liderazgo, trató hacer fracasar cualquier intento o movimiento para resolver el conflicto pacÃficamente y a través de los medios polÃticos, mostrando su predisposició n, a rechazar cualquier iniciativa para construir un proyecto polÃtico equilibrado y que emane de las resoluciones internacionales. AsÃ, fue rechazada la iniciativa franco–española– italiana para celebrar una conferencia internacional, incluso antes de delimitar sus funciones, referencias o competencias. Esta polÃtica, podrÃa corresponder a los intereses de este liderazgo o tal administració n norteamericanos, pero y definitivamente, no sirve a los eslóganes que el liderazgo israelà trata de vender a la población judÃa de Palestina o a los pueblos del mundo, con referencias al tema de la seguridad y de la lucha contra el terrorismo, puesto que la seguridad, nunca se pudo conseguir en un área donde hay un conflicto entre la ocupación y un pueblo ocupado utilizando la maquinaria militar, fuese como fuese la fuerza y la brutalidad del ocupante. La seguridad, no se realiza más que por la paz basada en una lectura objetiva sobre las realidades del conflicto, y esta paz, comienza al poner fin a la ocupación y al reconocer los derechos nacionales del pueblo ocupado. Comienza por el respeto a la ley internacional, y no por un tratamiento hacia la ocupación como si ésta, estuviese por encima de la ley recurriendo a la lógica de la arrogancia y de la soberbia y, mostrándose al estilo como quien dice: “lo que piensa Mussolini, es la verdadâ€?, lo cual, alimenta los cÃrculos del conflicto y vuestro gobierno, será responsable por las vidas de las personas que se van a desperdiciar y por la pérdida de la seguridad, la estabilidad personal, social y económica a ambos lados del conflicto. Esta realidad, deberÃa impulsar a los judÃos en Palestina, a los pueblos del mundo y a sus fuerzas vivas que aspiran a conseguir la justicia y la libertad, para comprender las causas y los impulsos de esta polÃtica. Entendemos, con seguridad, que las razones de la polÃtica de la ocupación no se basan en la ignorancia polÃtica ni en el miedo al futuro o para preservar la seguridad de los judÃos como difunden algunos, ya que, la historia contemporánea no ha registrado en sus páginas que un pueblo que lucha por su libertad, y que pudo conseguirla, tuviese que tratar con injusticia, incluso a aquellos que le esclavizaron y le humillaron a lo largo de muchos años. Los ejemplos, y en condiciones similares al conflicto de Palestina, son muchos, como lo fue el caso de Sudáfrica o Zimbabwe.
Lo que mueve la polÃtica de vuestro gobierno, es la función adjudicada desde el imperialismo a Israel. Esta función, convierte a los eslóganes levantados por el liderazgo israelà para las masas judÃas, en eslóganes engañosos, y hace que su lógica, no solo fuese una justificación para los crÃmenes de la ocupación, sino y también, una polÃtica de discriminació n racial practicada en contra de las masas de nuestro pueblo en la parte ocupada de Palestina en 1948. Dicha discriminació n, es una caracterÃstica que va acompañada a la fuerza imperialista y conexa a su cultura que, tampoco excluye a la comunidad judÃa oriental o a los inmigrantes judÃos procedentes de Ã?frica y EtiopÃa. La cima del pirámide polÃtico en Israel, siempre fue ocupada a favor de los intereses de un puñado de capitalistas sionistas locales e internacionales, coaligados con las compañÃas del monopolio imperialistas de todo el mundo, y que son al dÃa de hoy, quien dirige y orienta las polÃticas de EEUU e Israel. La paz, la seguridad, la democracia y el bienestar para los judÃos en Palestina, además de todos los eslóganes ya consumidos, no son más que ingredientes para la imposición del proyecto norteamericano- imperialista en el Gran o el Nuevo Oriente Medio, tal como lo llamó Simón Pérez y que ya no niegan ni encubren los miembros de los polos de la coalición de la globalización imperialista internacional con EEUU a la cabeza.
En base a todo lo dicho, y en defensa de la justicia de nuestra causa y en defensa de la legÃtima lucha de nuestro pueblo en contra de la ocupación, rechazo reconocer la legitimidad de vuestro Tribunal o legitimar vuestra ocupación o ponerme de pie ante cualquiera de ellos, puesto que, lo que ustedes llaman una lista de acusaciones o de “infracciones de seguridadâ€?, son en realidad, deberes patrióticos, “si es que tuvieron lugar efectivamente o noâ€?, y que habrÃa que enmarcar dentro del deber general en un contexto de resistencia en contra de la ocupación. Al mismo tiempo, y como Secretario General del Frente Popular para la Liberación de Palestina, quisiera reafirmar mi orgullo por pertenecer al Movimiento Revolucionario Palestino y a las prolongaciones de dicho movimiento en el plano regional, nacional e internacional y que forman los componentes del Movimiento Internacional Contra el Sistema de Globalización Imperialista, asà como, por el marco dirigente de la lucha de los pueblos del mundo y sus clases sociales oprimidas que luchan por la libertad, la democracia, el socialismo, el progreso mundial, el justo reparto de la riqueza, la igualdad entre los pueblos y la paz, rechazando la represión y el concepto de libertad imperialista basado en el expolio, la injusticia y la discriminació n racial, y a favor de construir una cultura y una civilización mundiales, humanistas y progresistas para devolverle al hombre su humanismo y abrirle el camino hacia el libre desarrollo.
Me siento orgulloso de ser combatiente a favor de: ponerle fin a la ocupación israelÃ, realizar la independencia nacional, garantizar el retorno de nuestro pueblo y construir los necesarios mecanismos que conduzcan a una solución democrática e integral al conflicto en Palestina. Una solución capaz de conseguir una paz permanente para toda la población de Palestina, sea judÃa o árabe. Una solución capaz de realizar la reconciliació n histórica, la igualdad y la ecuanimidad, tanto en los deberes como en los derechos, en el marco de un solo Estado democrático sostenido por un sistema democrático que, detesta todas las formas de discriminació n basadas en la religión, el nacionalismo, la etnia, la clase social o el sexo.
En fin, puede que este Tribunal no quisiera escuchar esta posición, puede considerar que esta posición está fuera del marco de sus funciones, siendo esta teorÃa, y dentro de una concepción estrecha, acertada, aunque mi posición esté cohesionada con la lógica y el fundamento del conflicto y sus objetivas causas, la solución minuciosa es aquella que trata las causas y no los resultados. Y ante esta fundamental contraposició n, quisiera terminar mi alegación diciendo lo siguiente: “este es vuestro Tribunal y poséis la fuerza para celebrar el juicio y condenarme en base a vuestras listas de acusaciones, la pública y la secreta, y podréis dictar una sentencia preparada por el aparato polÃtico y de seguridad que es quien está detrás de este juicio. Pero yo también, poseo una voluntad obtenida desde la justicia de nuestra causa y la determinación de nuestro pueblo para rechazar cualquier papel de este juicio-comedia, y preservando un equilibrio lógico y cohesionado, asà como, mi determinación a resistir vuestra ocupación junto a los hijos de nuestro pueblo, a pesar de las reducciones de espacio que imponéis a mis limitados movimientos como prisionero por la libertadâ€?.
Traducido del árabe por jamal halawa. |
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