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Notícies :: sexualitats
La cuestión homosexual
16 des 2006
La cuestión homosexual
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Es de agradecer el esfuerzo que hace Carlos Salord Comella en su artículo (diario "Menorca": "Comprendiendo la homosexualidad", 6-12-06) para acercarse a un tema espinoso a partir de su conocida y respetable militancia religiosa, aunque ciertamente, si todos los intentos de "comprensión" de la homosexualidad son como el suyo o el del citado profesor de la Universidad de Navarra Jokin de Irala, a los homosexuales no les hacen falta enemigos en un momento en que estamos siendo testigos de un definitivo e irreversible cambio cultural en Occidente con respecto a la cuestión gay.

Sostienen Irala/Salord que la homosexualidad es el resultado de un desarrollo inadecuado de la identidad sexual, que uno "no nace" homosexual sino "que se hace", y en un alarde de sensibilidad y compasión proponen que cualquiera "que sufra por su orientación" y desee "reencontrarse" con la heterosexualidad puede "recurrir a un especialista". El final del artículo del señor Salord es realmente antológico, al calificar estas teorías de "firme alegato a favor de la racionalidad y la libertad", en contraposición al opresivo "homosexualismo político" (sic) que pretende dar una imagen de la homosexualidad como "algo normal". En fin, vayamos por partes.

Con todo mi ánimo de civilizada polémica creo ineludible comentar algunos aspectos porque se está jugando con el disco duro de la dignidad de una considerable minoría de personas hasta hace bien poco recluidas en el gueto de la injuria y la marginación. Atención a lo que afirma Sara Miles en una canción del disco de Bob Ostertag, All the Rage:

La primera vez que alguien me llamó "marica" y comprendí que era yo, el mundo se reveló brutalmente con esa simple palabra que brota de la frase como una explosión, algo malo que hice, algo que no debería ser, "marica".

E insiste el verso de Genet:

El insulto me hace saber que soy una persona distinta de las demás, que no soy normal. Alguien que es "queer": extraño, raro, enfermo. Anormal

En el amplio estudio realizado sobre la homosexualidad hace ya unos lustros, el llamado informe Kinsey, es altamente revelador al concluir que sólo el 50% de los hombres son exclusivamente heterosexuales, y en el otro 50% hay toda una gama de matices. Si entendemos al homosexual como aquella persona que manifiesta una preferencia afectiva y atracción sexual claramente definidas por individuos de su mismo sexo, estamos hablando de una minoría que la mayoría de estudios cifran entre un 5 y un 10% de la población, cifra que se cuestiona hoy por baja dado el aún persistente fenómeno del "armario", fruto de la represión social aún en boga (de hecho, muchos gays entran y salen del armario según las circunstancias, para conseguir trabajo, etcétera). En el "informe Kinsey", la homosexualidad femenina resulta notoriamente inferior.

En cuanto al meollo del artículo de Carlos Salord, el del que el homosexual "no nace" sino "que se hace" y que por tanto, "puede curarse", nada más lejos de la realidad científica, aunque haya que agradecerle al comentarista que no haya invocado "el vicio" o que "el defecto" sea consecuencia de conductas antisociales, o de unos padres ineptos y /o alcohólicos u otras estupideces que se van diciendo con absoluto desparpajo. Por el contrario, a todos nos vienen a la memoria numerosos genios de las artes y las ciencias gay que han contribuido y contribuyen a la mejora del género humano.

Investigadores de todas las ramas coinciden en que la orientación homosexual le viene dada al individuo. Nadie puede convertirse a la homosexualidad por un simple acto de voluntad. Por otra parte, no existe en los anales de la psicología clínica un solo caso constatable de éxito en la modificación de la "orientación" sexual, a lo sumo se ha logrado entrenar para la relación heterosexual (por supuesto cualquier adulto es muy dueño de intentarlo, otra cosa es la licitud moral de someter a los niños adolescentes a estas prácticas). Ningún estudio serio avala el carácter patológico de la condición homosexual, aunque sigue sin conocerse su causa exacta; cada día, sin embargo, más estudios científicos corroboran la idea de que se trata de una variación innata de los mecanismos biológicos que modulan la atracción romántica, y que tendría lugar en el cerebro del feto durante la gestación.

En cuanto al término "homofobia", fue acuñado en 1972 por G. Weinberg para definir un tipo de fobia, o miedo irracional, comparable con la agorafobia o a la claustrofobia, y no menos patológicas que éstas, y al contrario de lo que opina Salord, eso también incluye a los que sostienen que la homosexualidad es defecto, desviación o enfermedad porque con ello, de buena o mala fe, tratan de apartar, o en el mejor de los casos, "rehabilitar" al diferente o "raro". La raíz del pánico está en el estigma y el tabú social, lo mismo que les ocurrió a los judíos en la Alemania nazi. No es cuestión de "corrección política" ni mucho menos de "homosexualismo político" (hay algunos políticos gays pero todavía no son mayoría, salvo que el armario sea gigantesco), sino de simple y llano sentido de humanidad compartida.

No creo que el señor Salord y quienes opinan como él se hayan parado a pensar en lo que es para un adolescente darse cuenta de su orientación, de que es uno esos "seres defectuosos" o "enfermos" a los que hay que "reeducar". Afirmar alegremente que no hay "personas homosexuales" sino solamente "actos homosexuales" equivale, como afirma Didier Eribon en su libro"Reflexiones sobre la cuestión gay" (Edit Anagrama 2001), a descartar todas esas experiencias individuales, intensamente vividas, en las que no hace falta que los actos hayan sido practicados para que la identidad se haya construido. Por supuesto que hay personas homosexuales, concluye Eribon, y los "actos" homosexuales no son más que uno de los elementos que permiten definirlas. ¿Acaso no es consciente el señor Salord de la cantidad de jóvenes vidas confinadas a la marginación más sórdida o directamente destruidas por actitudes represivas o "reeducadoras"? Otrosí: ¿es ésta una actitud cristiana?

En pocas palabras, y a la vista de los datos que nos ofrece no sólo la ciencia sino el propio sentido común, hay que concluir que las personas de orientación homosexual son seres perfectamente sanos, en muchos casos incluso ejemplares en su comportamiento personal y social y que tienen todo el derecho el mundo a vivir su sexualidad como ellos quieran, siempre con libre consentimiento entre adultos, sin verse reprimidos, coartados o marginados social o políticamente por su condición sexual.

Como afirma Luis Rojas Marcos, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Nueva York, la homosexualidad no es una cuestión religiosa, ni tampoco moral, sino un desafío social, político, legal y, sobre todo, un reto a nuestra razón y a nuestra humanidad.

This work is in the public domain

Comentaris

Re: La cuestión homosexual
16 des 2006
¿Cómo que "libre consentimiento entre adultos"? A ver si vamos aparcando de una puñetera vez el adultismo sexual. Mucho me temo que si lo que dice el pollo éste sobre la homosexualidad lo dijera sobre la pedofilia no extrañaría a nadie.
La cuestión homosexual
17 des 2006
ZP O LA HETEROSEXUALIZACIÓN DEL
MUNDO HOMOSEXUAL

Hace tiempo que observo con cautela y a distancia las legislaciones que el gobierno pretendidamente progresista del PSOE con ZP al frente ha ido haciendo en relación al mundo homosexual. Mis conclusiones distan mucho de las que ha sacado el mundo gay oficial cada vez más dependiente del PSOE y más vinculado a esta formación, hasta el punto de que es difícil saber donde acaba el gobierno y donde empiezan las distintas asociaciones de gays y lesbianas. Nunca he creído en los proyectos basados en los "agradecimientos a los servicios prestados" ni en las dependencias y favores políticos, tampoco creo pues, en un mundo gay legislado por heteros y con demasiadas ramificaciones políticas.

ZP afirma haber ampliado los derechos de muchas personas en este país permitiendo el matrimonio homosexual y las adopciones, así como otras legislaciones consideradas de menor importancia y por ello dotadas de menos presupuesto. El mundo gay es hoy el más grande avalador del gobierno ZP y no pierden la oportunidad de elogiarlo. A mi forma de entender lo hecho por ZP no tiene nada que ver con una ampliación de derechos, es mas, creo que en realidad, nos los ha reducido hasta el punto de haberlos eliminado por completo. Me explico. ZP y su gobierno de heteros instauraron el matrimonio homosexual mediante una mínima reforma lingüística en el código civil pero el matrimonio es una institución hecha por y para heteros e impuesta a los homosexuales. Zapatero y su gobierno no crearon las bases para que el mundo homosexual tuviera la oportunidad mediante su espíritu creativo de construir su mundo a partir de sus propias bases, no creó la infraestructura necesaria para que creáramos nuestra identidad desde nuestros esquemas y a partir de nuestras necesidades, simplemente llevó adelante un ejercicio de imperialismo heterosexual, de perpetuación de "su modelo" hegemónico ampliándolo en el espacio y en el tiempo. En España a día de hoy no hay un espacio heterosexual y un espacio homosexual iguales en derechos y obligaciones pero basando esa igualdad en el reconocimiento fáctico y real de la diferencia existente entre los dos mundos, no, simplemente hay un mundo hetero que tienen que utilizar tanto heteros como homosexuales. Tenemos hoy pues, hombres heteros que se casan con mujeres heteros, hombres que se casan con hombres bajo estructuras heterosexuales formando matrimonios heteros formados por homosexuales y igual pasa con las mujeres homosexuales.

El colectivo homosexual y su capacidad creadora y rompedora de los esquemas sociales, políticos y morales ha quedado eliminado bajo el prisma de la imposición de un modelo, el heterosexual, al que todos estamos obligados a recurrir queramos o no a la hora de decidir como formalizar nuestras relaciones. Es pues, este gesto, un ejercicio de imposición de lo hetero al mundo homosexual, de la heterosexualización del mundo homosexual. Fijaos bien en las tiendas de bodas para homosexuales, tienen el vestido para él y el vestido para el otro él, pero que sigue el patrón del negro para uno y el blanco para otro. Cuando dos mujeres o dos hombres mantienen una relación siempre hay quien pregunta quien hace de hombre y quien de mujer porque ese es el esquema. Veo a mi alrededor muchos homosexuales que viven exactamente de la misma forma que lo hacen mis padres y de la misma forma que lo hicieron mis abuelos.


Es realmente esto lo que queremos? ser heteros casados con otros hombres? tan poca ambición tenemos? Renunciamos pues a inventar y a imaginar y a crear libremente nuestro propio esquema homosexual de vida diferenciado del heterosexual hegemónico aireando un poco el olor a rancio de lo viejo, de lo antiguo, de una estructura como el matrimonio heterosexual que ya huele a podrido de lo viejo que es y que está en la base de casi todos los divorcios y separaciones. Quiero hacer un llamamiento a la creación, a la invención, a la igualdad desde la diferencia reconocida, a no quedarnos en el paso dado que no es mas que pasar de la intransigencia al mundo de la tolerancia y la coexistencia, que no el mundo del respeto y la convivencia. Fijaos que lo único homosexual que realmente existe es un mundo vanal, desvirtuado en el que existen dos modelos de homosexual creados por el prisma heterosexual, ambos creados bajo el prisma de "la cultura gai" que tiene poco que ver con la cultura homosexual. Si nos aceptan tan bien es precisamente porque aceptan lo gai pero no lo homosexual, han desexualizado nuestro mundo para poder aceptarlo. El primer modelo de gai es el de las llamadas "locas", que responden al modelo de gai que los heteros no pueden aceptar porque supone aceptar la idea de un hombre no ligado a la idea de masculinidad tan típica y tópica. El otro modelo es el del "gai que no lo parece", el del gai que al responder a la idea de masculinidad heterosexual, deja su homosexualidad en la esfera privada, renunciando a un espacio público. Ambos modelos constituyen un error creado por los heteros. Nuestro mundo está creado por ellos. Va siendo hora de que todos los gais y lesbianas creeemos nuestro mundo homosexual, si..sexual...lo que nos define e identifica es nuestra manera de sentir, querer y follar. Va tocando crear nuestro mundo desde nuestro prisma, desde nuestros esquemas, desde nuestras bases rechazando las imposiciones heteros "de buena voluntad" para conseguir unos votos asegurados. El mundo homosexual continúa hoy pendiente de ser imaginado, pensado y construido. No nos engañemos, ZP simplemente extendió y consolidó el modelo hetero creyendo que es tan bueno que hasta nos va a servir a nosotros que no lo somos. Es el colmo del heterosexismo y la homofobia.

El proceso de normalización de la homosexualidad se hizo, en parte, a costa de su desexualización. A veces tengo la sensación, que compartimos muchos y muchas homosexuales, de que la mayoría social, esto es, los y las heterosexuales, pudo aceptar la diferencia sexual de los y las homosexuales reduciéndola a una diferencia sin adjetivos, una diferencia abstracta que no necesita concretarse ni visualizarse. En este sentido, el archiconocido término “gay� de raíces latinas y provenzales, ha resultado muy útil colaborando en la tarea de extender la idea de que uno puede ser gay o lesbiana sin que eso signifique necesariamente que es homosexual. Esto que estoy diciendo puede parecer una obviedad o una tontería, pero no lo es. Que a los y las homosexuales no nos gusten las personas del sexo contrario no significa que no nos sintamos atraídos por nadie, no significa que no podamos quedar enmarcados en alguna categoría sexual, significa que tenemos una sexualidad propia. Lo que nos diferencia de los y las heterosexuales no es que no nos sintamos atraídos y atraídas por las personas del sexo contrario ni que no mantengamos relaciones afectiva y sexuales con ellas, sino todo lo contrario, es decir que nos sentimos atraídos y mantenemos dichas relaciones con personas de nuestro mismo sexo, y eso parece no estar muy claro a juzgar por el comportamiento de la mayoría social hacía nosotros y nosotras. Es muy importante resaltar este punto porque, sin miedo a exagerar, puedo afirmar que la actual visibilidad social puede provocar el desastre de volver a los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y intersexuales más invisibles que nunca en algo tan fundamental en nuestra vida como es precisamente el sexo.

La sociedad de la coexistencia tolerante en la que vivimos hoy permite nuestra identidad social siempre y cuando no nos mostremos sexual o afectivamente. Pero sin el sexo, ¿Cómo o por qué tendríamos que ser lo que dicen y decimos que somos? ¿En qué quedaría nuestra tan reivindicada diferencia? Sin la presencia real del sexo, ¿Qué nos diferencia de los llamados metrosexuales? Resulta increíble que muchos heteros nos reprochen que compremos revistas porno gays o veamos porno gay o yendo con ellos en el seno de un grupo de amigos, dos gays que mantengan una relación del tipo que sea, expliciten su afecto en público. También resulta sorprendente que algunos heteros nos traten como si el hecho de ser gais nos alejara de tener sexualidad o de poder enamorarnos, como si el hecho de ser gais no se pudiera concretar en ningún enamoramiento ni deseo sexual, y cuando ello aparece, cuando el gay y el homosexual confluyen en un punto, entonces parecen sorprendidos, y su aceptación y su pretendido progresismo, se diluyen en un mar de huidizas explicaciones poco concluyentes. Pero entonces, ¿De qué hablamos cuando hablamos de homosexualidad? Para cualquier ser humano el sexo es fundamental, para nosotros, es, simplemente, vital, porque ello define precisamente lo que somos o lo que no somos.

No pretendo reivindicar un modelo identitario tan cerrado, normativizado e inflexible como es el modelo heterosexual, tampoco pretendo condenarlo ni dar a entender que hay modelos mejores y peores. No, simplemente quiero transmitir la idea de que hay modelos diferentes, que los hay y que la igualdad real pasa por la aceptación de esta igualdad en la diferencia. Los y las homosexuales, bisexuales y transexuales debemos tener un espacio propio, debemos tener la libertad de aportar nuestra propia mirada del mundo. Si no lo tenemos, tenemos el derecho y la obligación de exigirlo. Los y las homosexuales, bisexuales y transexuales hemos aceptado de buena gana por ausencia de voluntad de auténtica reflexión introspectiva la imposición de un modelo, el heterosexual, que no tiene otra función que la de impedir la construcción de nuestro propio espacio afectivo-sexual, social y político desde nuestra especial y original mirada del mundo. Lo verdaderamente importante en todo esto no es llegar a una conclusión, a un punto final en el que ya podamos decir que todo está hecho y dicho y ya no exista la posibilidad de seguir imaginando otros mundos posibles. Lo realmente importante es precisamente el camino, la búsqueda, la creación basada en la imaginación, la invención que cada uno tiene derecho a hacer de su propio modo de andar su camino. No precisamos de un único modelo homosexual al que todos se sientan obligados a ceñirse quieran o no, lo que necesitamos es inventar, crear cada uno su propia verdad, su propia mirada del mundo, su propio camino según sus deseos, necesidades y libertades. Y tampoco pretendo en esta reflexión menospreciar el modelo heterosexual, tan sólo afirmar que este modelo es legítimo para un parte de ellos y ellas, de los y las que creen y se ciñen a él, que tampoco son todos y todas y que debe ser respetado profundamente por nosotros, porque eso también nos diferencia, ellos nos rechazan y nos imponen su modelo, nosotros debemos respetarles tan sólo exigiendo poder construir nuestro propio espacio sin descalificar a nadie. Tenemos que poder convivir en igualdad de condiciones, pero para ello debemos exigir el cese de las imposiciones heterosexuales y debemos construir cada uno su original forma de entender, vivir y ver sus sentimientos, afectos y sexualidades.
Re: La cuestión homosexual
17 des 2006
no he leido el texto de Martí detenidamente (un poco largo para mi pantalla y mis ojos), pero da la sensación de que está convencido de que los heteros dominamos el mundo, al igual que para una feminista los machos dominamos el mundo, para un negro los blancos idem, etc.

creo que estas simplificaciones no se corresponden con un pensamiento crítico, la separación blancos/negros, homo/hetero, hombre/mujer, más allá de la que pueda ser natural y lógica, viene impuesta desde "arriba", el matrimonio y el actual "modelo hetero" no está pensado para los heteros, está pensado para _controlar_ a los heteros, la dominación hombre- mujer o blanco-negro, sirve intereses superiores, el hombre blanco hetero no saca más que pobres beneficios a cambio de mantener un status del que no es más que un eslabón más de una cadena de dominación, ni es el último ni el más importante.

mujeres y hombres, heteros y homos, amarillos, verdes, negros y blancos sólo somos personas luchando por la vida y en busca de la libertad y del propio desarrollo. Vivienda, alimento, educación, salud, afectividad, libertad, entorno,... todos tenemos las mismas necesidades, los mismos derechos, nuestra lucha es la misma.
Re: La cuestión homosexual
17 des 2006
a dalt/a baix, rics/pobres, vida/no vida, persones/no persones???

a veure si anem avançant amb el pensament critic i identifiquem els beneficis que comporten viure en un sistema d'opressió; ja esta bé de pobres alienats amb l'anima més bona que el pa; ja està de bons (oh que bons que som) i dolents (o que dolents que són)
Destruyendo las identidades
18 des 2006
A David C.: me parece un articulo interesante el tuyo, y sin embargo, no acabo de ver clara esta afirmación que realizas: "Más estudios científicos corroboran la idea de que se trata de una variación innata de los mecanismos biológicos que modulan la atracción romántica, y que tendría lugar en el cerebro del feto durante la gestación".

Lo cierto es que elucubrar sobre genes que nos hagna una cosa u otra tan solo favorece la teoría de que existan personas X o Y, heteros u homos... así ke me adhiero a lo dicho por Lo Carraco, ya que me parec acertada su apuesta por dejarnos de nombres y etiquetas.


A Martí Avinyoá: Oye, tu tienes un problema, y no está bien que trates de extenderlo a todo el mundo. Me da igual la relación que exista entre el PSOE y el mundo gay. Tú criticas esta unión, yo critico la misma existencia de este colectivo. Si bien tiene todo mi respeto y admiración por la parte de lucha que han llevado a cabo, no me siento identificado con dicho "Movimiento".

Tampoco comulgo con lo que tu consideras el "mundo heterosexual". De hecho, no considero que existan realmente ningunoi de esos espacios. Existen en tanto que tu los ves así (y quizá la haga mucha gente), pero arrogarse la representación de todas las personas homosexuales (como se vienen haceindo históricamente), no es más que una deformación de la realidad, que no siempre pasa por "mundos", "modelos", "esquemas", "grupos", "identidades"... acaso no es mejor hablar del mundo que vive en mi manzana de casa?

Se qué estoy frivolizando de alguna manera, pero es que deberíamos superar de una vez los mundos y las desgracias. Oye, yo soy feliz con mis amigos,con mi cuadrilla, y ni ellos viven en un mundo paralelo al mío ni yo en otra dirección. Ni ellos, ellas, están en una acera, ni yo en otra. Y ni yuo soy algo X, ni otros son otro X, porque, acaso no somos seres enb movimiento y en cambio constante?

Por último, creo que ese rollo del matrimonio que llevas no va en las coordenadas adecuadas. Si se ha ampliado la lista de matrimonios posibles, y la genmte está contenta y se casa, eso ya es positivo. Si la gente que antes se sentía discriminada, ahora opina que ya está en las mismas condicones ante la ley... bien por ello. Y quien no se quiera casar, no se casa. Acaso está alguien obligado a ello? Nadie prohibe pensar, crear e imaginar más allá del mismo sistema capitalista y patriarcal. A

sí que puedes imaginar y construir, puedes hacerklo y está en tu mano. Pero no te equivoques de enemigo; ya que si alguien reprime la sexualidad en su conjunto y ha hecho del matrimonio un trámite bastante cutre es el mismo sitema. No el de los heterosexuales, ni el de patatín ni patatán... Deja ya de dividir entre unos y otros. Qué le importa al conjunto de mi cuadrilla que dentro de ella exsitan muchas personas a las que les gustan los tíos a las tías? Hubieran salido igualmente ha manifestarse el 28 de junio, o cuando haga falta, en favor de lo que consideran una causa justa.

Creo que deberíamos empezar por nosotros mismos la construcción de lo imposible, de ser realistas y cimentar la vida que nosotros queremos. Está en tu mano, tan solo basta con abstraerse y empezar a construir sobre las palabras. Yo, de este estado burgués, ya no espero más, una vez se ha conseguido la iguladad material ante la ley.

Cordialmente, Martí y demás, y con ánimo de mantener la discusión,

ander
Re: La cuestión homosexual
30 des 2006
La cuestión homosexual, por alusiones
Publicado en el Diario de Menorca el 23 de Diciembre de 2006
Leo con interés la respuesta de D. Pedro J Bosch a unos comentarios publicados por D. Carlos Salord respecto a mi libro “Comprendiendo la Homosexualidad� (Diario de Menorca, 16 de diciembre). Como es habitual entre quienes defienden que es indiferente ser homosexual u heterosexual, su artículo está lleno de comentarios aparentemente democráticos y tolerantes aunque en el fondo tienen una finalidad sectaria.
En primer lugar, parece que no ha leído mi libro porque hace afirmaciones equivocadas que contradigo con datos científicos. Además, utiliza la táctica habitual de citar la “militancia religiosa� de aquel a quien quiere criticar, como si esto fuese prueba de que todo lo que diga u opine un creyente fuera de entrada sesgado e incorrecto y deba ser rechazado. Con bastante ironía e indirectas insinúa que somos personas que pretendemos “aparentar� ser comprensivos, sensibles, tolerantes. Nos “agradece� por evitar términos como “vicio� o “defecto� y a la vez utiliza términos como “gueto de la injuria y la marginación� como si en algún momento pensásemos que son actitudes aceptables ante la homosexualidad. De manera intolerante nos llama homófobos simplemente porque no estamos de acuerdo con lo que el activismo homosexual quiere. Finalmente, nos quiere llevar al terreno emocional utilizando citas y versos pero se olvida que también nosotros queremos de verdad a personas homosexuales. Pero los sentimientos no deben oscurecer los datos científicos. Las personas homosexuales deben ser acogidas con respeto y delicadeza. Es preciso evitar, respecto a ellos, todo signo de discriminación; en esto, afortunadamente muchos estamos de acuerdo. Pero debería ser compatible con permitir que los científicos podamos discrepar en temas científicos. Ante todo esto, remito al lector a mi libro.
Sobre sus dudas respecto al homosexualismo político, sorprende que no parezca extrañarle que las personas homosexuales o sus mensajes estén presentes de manera tan desproporcionada en la radio, en la política, en películas como “Love actually�, en los dibujos animados como los Simpson o Shreck II, en programas de televisión, teleseries, “reality shows� e, incluso, en el espacio infantil “Los Lunnis�, en un intento de inculcar a lo niños la opinión oficial del gobierno y de los colectivos de gays y lesbianas. Le recuerdo que en los años 70 algunos colectivos de gays y lesbianas contrataron a los mejores especialistas en marketing de prestigiosas universidades americanas, para que les organizaran una campaña de propaganda mundial con el objetivo de “normalizar� la homosexualidad. Como consecuencia de presiones, amenazas y actos violentos sin precedentes de algunos activistas homosexuales, la Asociación de Psiquiatras Americanos (APA) acabó eliminando la homosexualidad del manual de clasificación de enfermedades: votaron solamente el 25% de los miembros de la APA y esta minoría decidió por votación simple que la homosexualidad debía considerarse “normal�. No fue fruto de un debate y análisis científico sereno ni serio y no hay ningún precedente similar en la medicina. Se intenta hacer todo lo posible para que nadie conozca estos hechos y se insulta de homofobia a quien discrepe.
D. Pedro J Bosch utiliza en varias ocasiones la palabra “evidencia científica� pero, como especialista en salud pública, debo recordarle que la evidencia científica se demuestra con hechos y estudios y no con afirmaciones. A estas alturas de siglo, citar al informe Kinsey es desconocer que dicho estudio es inválido, sesgado y poco representativo y que no aguantaría hoy ningún examen de revisión por especialistas en metodología científica. Mal que pese a algunos, hoy no hay ninguna evidencia científica válida a favor de las teorías genéticas de la homosexualidad de Le Vay, Bailey o Hamer ni de que la homosexualidad sea innata.
Muchos científicos entienden que hay evidencias abrumadoras para clasificar la homosexualidad como un “desarrollo alterado de la identidad sexual� y ofrecen ayuda a los homosexuales que así lo desean. Son médicos y terapeutas y no nos debe sorprender su disponibilidad para ayudar a quien libremente lo solicita. Sus logros se están presentando en congresos médicos. Prueba de ello es que hay asociaciones de exhomosexuales que cuentan sus experiencias biográficas y las dificultades y coacciones que han sufrido desde algunos movimientos de gays y lesbianas por querer ejercer este derecho. Quieren que otras personas homosexuales sepan que el cambio es posible a pesar de la intolerancia de quienes niegan esta realidad (http://www.peoplecanchange.com/).
Negar que hay personas homosexuales que se sienten bien con su homosexualidad y que no perciben la necesidad de ayuda sería absurdo. Pero parece increíble que uno no pueda informar que muchos homosexuales, y sus seres queridos, quieren comprender la naturaleza de su orientación sexual; quieren modificarla y piden, para ello, que se les ayude. Aunque a D. Pedro no le guste, muchos lo consiguen y no son menos dignos que las personas homosexuales que no perciben la necesidad de ayuda.
Por supuesto que hay personas homosexuales genios de las artes y de las ciencias como los hay ateos, cristianos, judíos, musulmanes y heterosexuales pero esto no es prueba de la normalidad de la homosexualidad. Los diabéticos también pueden ser genios y no por ello dejan de tener una diabetes.
Por último, D. Pedro Bosch, revise usted sus “anales de la psicología� porque Spitzer, quien inicialmente trabajó para eliminar la homosexualidad del manual de clasificación de enfermedades, ahora ha cambiado de criterio y trabaja en la asociación NARTH de especialistas y terapeutas en homosexualidad. Ha publicado sus resultados en la revista médica Archives of Sexual Behavior en 2003, demostrando que la posibilidad de cambio de orientación sexual es un hecho.

Jokin de Irala
Doctor en Medicina y Doctor en Salud Pública

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