Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Calendari
«Juliol»
Dll Dm Dc Dj Dv Ds Dg
          01 02
03 04 05 06 07 08 09
10 11 12 13 14 15 16
17 18 19 20 21 22 23
24 25 26 27 28 29 30
31            

Accions per a Avui
Tot el dia

afegeix una acció


Media Centers
This site
made manifest by
dadaIMC software

Envia per correu-e aquest* Article
Anàlisi :: ecologia
¿Las nucleares otra vez?
04 nov 2006
EL DEBATE NUCLEAR

Joaquín Nieto. Secretario confederal de Medio Ambiente de CCOO
(Publicado en «Daphnia», revista ecológica de CCOO)

En los últimos meses, diversos analistas, políticos y medios de comunicación, tanto en el ámbito europeo como en España, están lanzando la idea de la necesidad de reabrir el debate sobre la conveniencia de reactivar la opción nuclear. La dependencia energética de nuestros países respecto de recursos, fundamentalmente petróleo y gas, obtenidos en zonas geográficas muy inestables, la notable subida de los precios del petróleo y la necesidad de utilizar fuentes energéticas que no emitan gases de invernadero que alteran el sistema climático son los argumentos más comunes de quienes sugieren este replanteamiento.

Hay 434 reactores nucleares en el mundo, que producen un 6 % de la energía primaria y un 16 % de la electricidad total. España ocupa el undécimo lugar, con sus nueve reactores en siete emplazamientos y una potencia instalada de 7.876 MW. En abril de este mismo año se cierra la central de Zorita (Guadalaja-ra), que tiene una potencia de 160 MW, y que habrá que descontar de estas cifras. Aunque la potencia nuclear ins-talada supone un 10,9 % del total nacional, la producción bruta de energía eléctrica de origen nuclear era del 22,7 % en 2004. Este porcentaje, ob-viamente, puede variar ligeramente de un año a otro.

La energía nucear también es dependiente
Quienes tratan de abrir el mencionado debate destacan mucho las supuestas ventajas de la opción nuclear, y señalan poco sus inconvenientes. Se suele ar-gumentar que otras fuentes energéti-cas (petróleo, gas) generan una preo-cupante dependencia energética, mientras la opción nuclear es autócto-na. Dejando a un lado que la tecnología nuclear que utilizamos es funda-mentalmente norteamericana, alema-na o francesa, hay que tener en cuenta que desde hace tiempo no contamos con minería de uranio y que de los cuatro ciclos o etapas del combustible nuclear —la minería y la fabricación de concentrados de uranio, la conversión de éste a hexafluoruro de uranio, su enriquecimiento y la fabricación de combustible nuclear— sólo se realiza aquí (por la empresa pública ENUSA) la última etapa, por lo que no puede decirse que no dependamos de otros países en materia nuclear. Por no hablar del reprocesamiento en el extranjero del combustible gastado de las centrales.

La energía nuclear sigue siendo insegura
Se afirma, también, que uno de los aspectos más problemáticos, el de la se-guridad, ha mejorado mucho, al me-nos en los países occidentales. Sin embargo, aunque se haya reforzado la tecnología y las garantías de seguridad en las instalaciones, hay tres aspectos que preocupan, con razón. Primero, que la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares más allá de los años para los que habían sido diseña-das incrementa peligrosamente las po-sibilidades de escape o accidente. Se-gundo, que el nuevo régimen de liberalización para las eléctricas en el que los costes de seguridad no están ya reconocidos como antes, sino que recaen sobre las compañías propieta-rias, relaje las inversiones en los sistemas, de control y seguridad. Y tercero, que la expansión de las acciones terroristas alcance los emplazamientos de producción nuclear o de almacenamiento de los residuos.

Ciertamente, la probabilidad teó-rica de un accidente grave en una ins-talación nuclear puede ser muy peque-ña, pero también es cierto que si ocurre sus efectos pueden .ser devastadores para la salud humana y para las condiciones de productividad de una amplísima área geográfica. Después de 20 años, Ucrania sigue resintiéndose de los, efectos del accidente de Chernóbil. Hoy sabemos que si el incendio que inutilizó la central de Vandellós I en 1989 hubiera llegado al edificio del reactor, los daños habrían sido terri-bles y todo el noreste de la península hubiera retrocedido varios lustros en su desarrollo económico y social.

El problema de los residuos nucleares sigue sin resolverse
Como se sabe, uno de los problemas principales de la energía nuclear es el de los residuos de las centrales, que es-tán clasificados en residuos de baja, de media y de alta actividad. Estos últi-mos tienen una vida de decenas de mi-les de años y en los 60 años de investi-gación tecnológica nuclear no se ha logrado poner a punto ningún méto-do para reducir o limitar su peligrosi-dad. La única opción es su almacena-miento confinado, sea temporal o definitivo, en depósitos subterráneos o en superficie. El periodo de gestión es tan impresionantemente largo, en coste económico y en garantía de se-guridad, que sólo cabe calificarlo co-mo de irresponsabilidad civilizatoria.

La energía nuclear no es viable económicamente
Considerando los riesgos enunciados anteriormente, no resulta sensato impulsar una opción nuclear, pero exis-ten además elementos de carácter eco-nómico que hay que analizar. A pesar de lo que se lee y escucha en algunos medios de comunicación de que el kw nuclear es el más barato, esto no es así. Por el contrario, si se tienen en cuenta los costes de inversión, la gestión de los residuos o sus impactos ambienta-les, el coste es muy elevado y nada competitivo. En el actual mercado eléctrico liberalizado "la inversión en las centrales nucleares es muy elevada, diez veces más que la correspondiente a los ciclos combinados" (E. Menén-dez, 2004) y si no hay apoyos públicos, a las compañías eléctricas no les salen los números para presentar proyectos. Por eso quienes tanto hablan a favor de la energía nuclear no presen-tan un solo proyecto de inversión, por-que no es rentable; sino que en todo caso esperan que sean el Estado y los ciudadanos quienes asuman los costes, como ha sucedido en el pasado.

La energía nuclear no es alternativa frente al cambio climático
Quienes quieren reabrir el debate nu-clear defendiendo la opción nuclear como solución frente al cambio climá-tico deberían explicar si es viable un despliegue de centrales a nivel mun-dial capaz de cubrir la demanda en las próximas décadas y sustituir a los combustibles fósiles, porque esa reac-tivación sólo tendría sentido y trascendencia si se hiciera globalmente y con una magnitud significativa. Sin em-bargo ese despliegue es inviable. Para atender la previsión de demanda eléctrica sustituyendo simultáneamente el uso de combustibles fósiles para el ho-rizonte de 2030, sería necesario cons-truir más de 4.500 reactores, es decir, uno cada dos días en los próximos 25 años, lo que monopolizaría las inver-siones energéticas con un elevado ries-go financiero, reduciría la seguridad y produciría una elevadísima cantidad de residuos nucleares muy dificil de gestionar.

La energía nuclear no es una alter-nativa viable. De hecho quienes han desatado la ofensiva a favor de las nu-cleares, que saben que no es viable, lo que pretenden en realidad es prolon-gar el funcionamiento de las centrales existentes el máximo de tiempo, muy por encima del periodo de actividad inicialmente previsto, ya que, una vez amortizadas, sus beneficios serían muy cuantiosos, aunque su inseguri-dad sería también creciente.

Las reservas de uranio son limitadas
El aumento del parque nuclear agota-ría el combustible en pocos años. En un escenario en el que las reservas de uranio se calculan, al ritmo de consu-mo actual, para 50 o 100 años, las ne-cesidades de multiplicación de la pro-ducción de aquél por 15 para atender la demanda mencionada en 2030 hace inviable esta perspectiva. Hagan cuen-tas de ello.

Abandonar paulatinamente la energía nuclear
Comisiones Obreras ha mantenido una posición clara de abandono de la energía nuclear desde hace tiempo.

En su 6º Congreso Confederal (1996) definió su política energética apostando por "sustituir de forma pla-nificada y gradual el actual modelo energético por otro que dé prioridad al ahorro y a la eficiencia y sustituya las fuentes actuales por otras renovables y ecológicamente compatibles. La nu-clear debería ser abandonada a corto plazo". Ésta es la posición oficial del sindicato.

Hay que situarse en la perspectiva del cierre paulatino y ordenado de las centrales españolas, poniendo en mar-cha el programa electoral del PSOE y los compromisos asumidos expresa-mente por el presidente del Gobierno en su investidura y en el debate sobre el estado de la nación. Un calendario de cierre pactado es necesario para ga-rantizar que ese proceso se realiza ne-gociando el mantenimiento de las ac-tuales plantillas a lo largo de los prolongados períodos de desmantela-miento y elaborando anticipadamente planes para el desarrollo socioeconó-mico de las comarcas donde se sitúan los actuales emplazamientos.

Reducir el uso de combustibles fó-siles, abandonar progresivamente la energía nuclear y satisfacer las deman-das energéticas presentes y futuras es perfectamente posible. Para ello es ne-cesario aplicar contundentes medidas para el ahorro y la eficiencia energéti-cas en todos los sectores: el industrial, los servicios y el transporte, y dirigir los apoyos para la investigación y para la inversión hacia la utilización de fuentes renovables, que tienen, ade-más, un enorme potencial de creación de tejido industrial autóctono y de empleo. Un escenario así es económi-ca y tecnológicamente viable.

Dicho esto, el debate sobre el fu-turo energético no sólo es deseable, sino que es muy necesario. Y en este debate, como en todos los debates li-bres, caben todos los interrogantes y toda apertura de miras, sin prejuicio alguno, claro está. Sin prejuicios pero con datos sobre costes y sobre riesgos. Para construir desde el presente un fu-turo energético económica y ambien-talmente sostenible.

This work is in the public domain

Ja no es poden afegir comentaris en aquest article.
Ya no se pueden añadir comentarios a este artículo.
Comments can not be added to this article any more