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Notícies :: educació i societat : sanitat |
de la paranoya liberataria al hijoputismo cobarde
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per Yo mizm@ |
12 des 2005
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Se sabe, desde hace tiempo, que lo peor que le puede pasar a un paranoico es que le persigan de verdad y en los circulos libertarios o anarcosindicalistas se ejemplifica muy bien ese circulo vicioso que oscila entre realidad y patologia.
Es evidente que todas las organizaciones susceptibles de ser infiltradas lo son, sin mas, por la paranoia del poder que no es menor que la de sus enemigos. El poder, paranoico por definicion, piensa que todos conspiran todo el tiempo contra el, algunas veces, pocas, incluso acierta. Los anarquistas, enemigos declarados del estado, sienten la persecucion de este, omnipresente, omnisciente, algo asi como el ojo divino que todo lo ve, todo lo vigila, todo lo sabe. El razonamiento es el siguiente: Si el estado es mi enemigo, yo soy enemigo del estado. Si el estado lo ve todo, o casi todo y lo sabe todo, sabe que soy su enemigo. Si sabe que soy su enemigo y todo lo puede me destruira. Esta logica en principio conduce a que cada uno de nosotros seamos nuestro propio policia; el enemigo me observa, las camaras me filman, la policia me conoce. Es una espiral que lleva a la paralisis y consigue que gente que en su vida ha roto un plato, por el mero hecho de militar o simpatizar en segun que organizaciones, piense que su telefono esta pinchado, su correo intervenido....puede que incluso llegue a sentir el aliento en la nuca de alguien inidentificable. Esto es asi por que no solo es posible que sea asi, sino por que hemos llegado a que sea incluso probable. En organizaciones abiertas la infiltracion es tan facil como inevitable. Eliseo Melis es el caso historico mas conocido en la CNT. Era un militante con responsabilidades que trabajaba para el comisario Quintela y acabo muerto a manos de un grupo de accion tras una raras peripecias en las que el propio Melis cuenta a la organizacion como ha sido forzado por Quintela para ponerse a su servicio y, sorprendentemente nadie en la organizacion le hace caso. La figura despreciable del confite o del infiltrado es aun mas ruin cuando su funcion no es tomar nota de las acciones e informar a sus jefes sino llegar a la cupula de las organizaciones y dirigirlas segun conveniencias inimaginables para un militante de a pie. Sentirse perseguido cuando se es perseguido no es paranoia es una percepcion correcta de la realidad. Pero la realidad puede volverse neblinosa y que acabemos cayendo en la enfermedad; el quiosquero me vigila, el vecino lee mis cartas, el locutor del telediario me habla directamente a mi. En Londres vi una pintada firmada con la A que no se me ha olvidado: Beware mind control, cuidado con el control mental. Y cuidado con la salud mental. Aunque, eso si, es mejor estar loco que ser un chota.
Salud.
P.d.- Chivatos, chotas perras...haberlos hailos:)
respeto¿?...
( A las Barricadas) |
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Re: de la paranoya liberataria al hijoputismo cobarde
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per A |
12 des 2005
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Es una buena reflexion. |
Re: de la paranoya liberataria al hijoputismo cobarde
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per A |
12 des 2005
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Cual de las dos¿? |
teneis que aprender de alqueda
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per Moro Muza |
13 des 2005
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que utiliza a la propia guardia civil para agenciarse la goma2 |
Re: de la paranoya liberataria al hijoputismo cobarde
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per huebo huebok@yahoo.es |
05 feb 2006
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podría parlar amb tú?, Eliseo Melis es familiar meu... |
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