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Notícies :: immigració
Granada: La irrupción de rumanos lleva la zona norte a la degradación de hace 30 años
09 mai 2005
Una anécdota servirá para ilustrar la situación. Corría la precampaña de las elecciones municipales de 2003 cuando un político de determinado partido se dirigió a la zona norte de Granada -el 'polígamo'- para intentar ganar votos. Se encontraba en plena calle, al lado de un edificio habitado por numerosos rumanos y dispuesto a soltar una perorata al vecindario, hasta que un veterano gitano del barrio se apiadó del político y le dijo: «¿¿Véngase 'usté pacá', buen hombre, quítese de ahí!! ¿No ve 'usté' que los rumanos tiran los microondas por la ventana y le van a dar en la cabeza y lo van a aporrear? ¿¿Éstos no son gente 'civilizá', no son como nosotros!!».
Granada: La irrupción de rumanos lleva la zona norte a la degradación de hace 30 años
Usan niños y ancianos para pedir limosna por las calles y no entran al sistema educativo ni sanitario. Decenas de ellos se han instalado en pisos de la parcela 80, donde muchos gitanos han optado por irse
RAFA LÓPEZ/GRANADA - IDEAL

Una anécdota servirá para ilustrar la situación. Corría la precampaña de las elecciones municipales de 2003 cuando un político de determinado partido se dirigió a la zona norte de Granada -el 'polígamo'- para intentar ganar votos. Se encontraba en plena calle, al lado de un edificio habitado por numerosos rumanos y dispuesto a soltar una perorata al vecindario, hasta que un veterano gitano del barrio se apiadó del político y le dijo: «¿¿Véngase 'usté pacá', buen hombre, quítese de ahí!! ¿No ve 'usté' que los rumanos tiran los microondas por la ventana y le van a dar en la cabeza y lo van a aporrear? ¿¿Éstos no son gente 'civilizá', no son como nosotros!!».

La anécdota es simpática, pero la verdad es que la situación de la zona norte no tiene ninguna gracia. La llegada de un número significativo de rumanos a la zona norte de Granada está devolviendo al barrio a la situación de degradación que vivía hace treinta años. No porque sean rumanos, lógicamente, sino por su estilo de vida, situado por completo al margen de su entorno y de unas mínimas leyes de urbanidad. Sectores del barrio no ocultan su malestar por la situación que se está creando, y nadie descarta que pueda surgir la chispa del conflicto en cualquier momento. Hay gitanos de la zona norte -que han mejorado sus condiciones de vida en los últimos años- que han optado por abandonar el barrio: unos, por evitar disputas; otros, por aspirar a otro horizonte en su existencia.

Según fuentes consultadas por este periódico, la población rumana que se está asentando en la zona norte, principalmente en Cartuja aunque también en Almanjáyar, viene a tumbar buena parte del trabajo levantado desde hace décadas por asociaciones, vecinos e instituciones. Entre todos, con no poco esfuerzo, el barrio -uno de los más marginales de toda Europa hace sólo unos años- ha ido enderezando su rumbo poco a poco hacia la 'normalidad'. Así, las condiciones de vida y de vivienda, al igual que las laborales, han mejorado de forma sustancial en este tiempo, aunque a nadie se le oculta que continúa siendo una zona pobre. Pobre pero con el empeño puesto en alcanzar su dignidad.

Esfuerzo en peligro

Esa línea de trabajo, labrada con mucho esfuerzo por parte de todos, puede venirse abajo dado el estilo de vida de la población rumana que se está asentando. «Tienen la mentalidad gitana de hace más de treinta años. No quieren relacionarse con el resto de la sociedad. Viven al margen de todo y les importa un carajo el entorno», manifiestan a este diario las fuentes consultadas.

Ponen ejemplos ilustrativos para que todo el mundo sepa de lo que están hablando. Los rumanos llegados a la zona norte recurren a la mendicidad como principal fuente de ingresos. Pero no todos piden limosna, sino que lo hacen de forma selectiva: emplean para ello principalmente a niños y a mujeres, y también en muchos casos a ancianos. El varón cabeza de familia no recurre a esos menesteres: «Se dedican a ir y venir con el coche; y por cierto, ¿qué coches!». Hay que recordar que la mendicidad infantil está expresamente prohibida y a la vez es considerada una de las peores formas de explotación de los niños. Las zonas que rodean los hospitales de Granada y el hipermercado Alcampo son las favoritas para pedir limosna.

Además, las familias mantienen a los chavales al margen del sistema educativo: apenas van al colegio, con lo que además sus índices de analfabetismo son espectaculares. No sólo no entran en los circuitos escolares, sino que lo mismo hacen con los sanitarios. Las citadas fuentes indican que ninguna de estas familias acude al médico, ni siquiera para participar en las campañas de vacunación infantil que pone en marcha la sanidad pública andaluza.

Tampoco las mujeres encinta se someten a ninguna clase de control del embarazo, a pesar de que los centros de salud de la Junta de Andalucía ofrecen esta prestación a todas las afectadas.

En suma, la gran preocupación que existe en el barrio es la de que se forme un gueto dentro del gueto. Del avance que ha registrado la zona en las últimas décadas da fe el hecho de que gran parte de ella se ha ido 'normalizando', pero la dinámica actual supone retroceder más que avanzar. Todavía quedan tres focos singularmente difíciles. Son los de Molino Nuevo, Las Parcelas y la Parcela 80. «Son el núcleo duro del lumpen de Granada, y todavía hay que hacer ahí un gran trabajo», indican las fuentes de este diario. Las personas con las que ha podido hablar este periódico, que prefieren guardar su anonimato, resaltan que sus denuncias no están movidas por un ánimo racista, sino por la conducta «antisocial» del colectivo de rumanos.

Las instituciones no ven una solución fácil a este problema. La Consejería de Igualdad de la Junta informa que no trabaja directamente con la población, sino a través de asociaciones. «No hay ninguna que lo haga, y por tanto para nosotros es difícil llegar a este sector de la población», sostiene.

El Ayuntamiento de Granada, por su parte, ha denunciado en diferentes ocasiones los casos de mendicidad infantil que ha detectado entre los rumanos. De hecho, ha puesto en marcha un plan contra este tipo de mendicidad, y además acaba de crear una comisión contra el absentismo escolar. «No podemos asegurar que todos los niños irán a clase, pues muchos se quedan en sus propias casas, pero sí habrá un mejor y mayor control», indica Ana López Andújar, concejala de Familia y Bienestar Social de Granada.

La edil indica que las instituciones deberán diseñar nuevas estrategias para llegar mejor a este sector de la población. «No podemos asistir a nadie a la fuerza ni tomar medidas contra su voluntad salvo en el caso de que haya delitos», indica.


Los pisos del 'Hotel Luz' se revenden a 600 euros sin control

Los pisos del llamado 'Hotel Luz', en Cartuja, son como la falsa moneda: de mano en mano van y ninguno se los queda. Este edificio, ubicado en la zona conocida como Parcela 80, es uno de los núcleos más duros del lumpen de Granada, singularmente azotado por la marginalidad.

Se trata de viviendas sociales promovidas en su día por el sector público. El bloque es apodado 'Hotel Luz' por lo siguiente: se construyó allá por los años setenta, un poco después del Hotel Luz Granada, un establecimiento que en su día fue de lo más granado de la ciudad. Tiene nueve plantas y 96 viviendas en total. El ascensor se rompió muy pronto y ya nunca más ha sido reparado. «Los pisos estaban tan altos, que la gente sólo subía a su casa para dormir, pues sin ascensor era demoledor. Era como ir a un hotel. Por eso le llaman el 'Hotel Luz'». Son ironías de la vida.

La transmisión ilegal de los pisos ha sido una constante desde que se construyó el inmueble. Por supuesto, ya no queda ninguno de los vecinos originales. Todos han ido revendiendo las viviendas, y la gente del barrio calcula que habrá habido al menos unos veinte cambios de 'propietarios'.

En la actualidad, los inmuebles se venden por cantidades que oscilan entre los 300 y los 1.800 euros -de 50.000 a 300.000 pesetas-. Lo más frecuente es que la cifra sea alrededor de 600 euros -100.000 pesetas-.Los pisos, huelga decirlo, se traspasan sin título de propiedad ni nada que se le parezca. Pese a que estos cambios son manifiestamente ilegales, nadie los evita.

El 'Hotel Luz' se ha convertido en la residencia de una buena parte de los rumanos que han llegado a Granada. Los vecinos no ocultan sus protestas: la suciedad ha aumentado y el bloque está ahora peor que nunca. Y así se está produciendo una especie de éxodo de familias de la zona, que han optado por vender sus pisos a rumanos. Unos, porque ya tenían pensado irse; otros, por no tener conflictos con las familias rumanas.

A juicio de personas perfectamente conocedoras de la realidad social de la zona norte, «la falta de control sobre los traspasos de viviendas permite que delincuentes y gitanos rumanos se hayan instalado en la zona donde hay menos control social». La falta de control público llega a tal extremo, que incluso alguna inmobiliaria gestiona los traspasos de viviendas sin papeles ni nada.

Según otras versiones, la compra de los pisos no la realizan directamente los rumanos en algunos casos, sino mafias instaladas en la zona. De acuerdo con ese relato, las citadas mafias han extorsionado a los vecinos para que se marchen y así dejar paso a los rumanos. Estas mafias, pues, también habrían comprado los pisos del 'Hotel Luz' o al menos una parte de ellos.

Según las opiniones que ha recogido este diario, la política de las instituciones de entregar viviendas sociales y no ejercer después control alguno ha sido «nefasta» para el barrio, pues ha creado un buen caldo de cultivo para la delincuencia y además ha hecho que la población valore menos el hecho de poseer un piso en propiedad.

«Lo apropiado es que se construyan VPO como se construyen en otras zonas de la ciudad. No queremos ser ni más ni menos que los demás. Las viviendas de protección oficial cumplen con los requisitos deseables: por un lado, son de precio asequible para muchos ciudadanos; y por otro, hacen que la gente sepa valorar lo que es gozar de una vivienda propia. Es un modo de dignificar la vida de muchas personas», sostienen.

La Junta de Andalucía ha anunciado en varias ocasiones su intención de atajar los traspasos ilegales de viviendas en la zona norte. No obstante, y habida cuenta de los resultados, no parece que esa política haya dado los frutos apetecidos.

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Comentaris

Re: Granada: La irrupción de rumanos lleva la zona norte a la degradación de hace 30 años
10 mai 2005
esta mierda racista ya la vi colgada en un par de indymedias, a ver si la quitan
Re: Granada: La irrupción de rumanos lleva la zona norte a la degradación de hace 30 años
10 mai 2005
¿Que pasa? ¿que los andaluces gitanos de Almanjayar son tambien racistas?

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