En definitiva, cómo se deshacen de los trabajadores que o bien dejan de gustarles o bien tienen la desgracia de ponerse enfermos. En algunas ocasiones, como se ve en las sentencias, la empresa termina reconociendo la improcedencia del despido, ya que tal como está la legislación laboral, eso sólo les obliga a pagar una pequeña cantidad de dinero al trabajador, que se queda en la calle.

Las sentencias son de tribunales superiores de justicia; sólo hemos seleccionado algunas y aún así su lectura es algo pesada, son largas y el lenguaje jurídico es espeso, pero tal vez sirvan a algunos para darse cuenta de que lo que estamos denunciando no son "hechos puntuales".

Animamos desde aquí a todos los trabajadores que se encuentren en situaciones similares acudan siempre al sindicato antes de firmar ningún documento, aceptar ningún finiquito o aceptar ningún tipo de baja voluntaria. Nunca firméis ningún escrito en donde diga que el trabajador pone fin a su relación laboral, acepta el finiquito y renuncia a realizar cualquier tipo de acciones posteriores contra la empresa. Las empresas, no sólo Mercadona, sino la práctica totalidad, se valen de la escasa información que los trabajadores tenemos sobre nuestros derechos, además del miedo a perder el puesto de trabajo, para infringir la legalidad de forma constante.
Y aunque esta legalidad está casi siempre de su parte, hay que reclamar siempre. Tan sólo a través del conocimiento de esos derechos y de la organización y la lucha en sindicatos de trabajadores podemos oponernos al caciquismo que ellos llaman "política de personal".