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Notícies :: amèrica llatina
general del ejercito colombiano llorando como niño ante juez no por lo que hizo sino porque sus jefes ahora lo abandonan
14 feb 2005
Pareceria una historia venida de otro pais, en la cual un uniformado de alto rango en prision, se conduele por lo injusto de su suerte y ataca a los "culpables" de su detención, por, según él, errores de procedimiento, errores juridicos. Pero no! se trata de un criminal militar colombiano ( uno màs entre una gran cantidad ) y quién sufre no por lo que hizo, si no por falta del apoyo corporativista.
Muchos compatriotas pudierón haberse sorprendido, con la impensable noticia de un general del ejercito llorando como niño abandonado, ante un juez de la República que lo juzga por uno de los tantos y horrendos crimenes cometidos por los militares y escuadrones de la muerte contra la población civil.

Pero màs que una sorpresa era una realidad, y efectivamente el gallo de una y mil batallas era Jaime Humberto Uscátegui Martínez " valiente soldado ", acostumbrado a gritar, a ordenar y sobre todo a guerrear ordenando matar, acabar con el "enemigo", cuando el poder de los tanques y aviones estaba a su favor.

Pero es esta ocasión ni tanques, ni hombres, ni poder militar estaban a su alcance para auxiliarlo en tanto que general. Estaba sólo, frente a su responsabilidad, frente a su crimen, sólo con su conciencia de hombre y no de militar engreido y prepotente, sólo y conciente (?) ante todo el mal ocasionado.
Fuerón estas, tal vez, las causas de sus gimoteos, de sus lloriqueos, de su deseo inevitable de arrastrarse mostrando su indignidad, su poco valor de hombre, su miseria humana.

Y es asi como los queremos ver a todos esos criminales civiles, militares y de los escuadrones de la muerte; asi los queremos ver frente a sus responsabilidades, frente a sus crimenes, frente a la justicia de los hombres y mujeres, frente a sus victimas; sin ese ropaje de poder mafioso que se han endilgado unos y otros, sin ese poderoso ropaje que los viste de alcaldes, gobernadores, parlamentarios, presidentes; coroneles, mayores, generales; monseñores, obispos; industriales, terratenientes, banqueros; asi los queremos ver ante los jueces ( y ojala verdaderos jueces ) de la República.
Ser juzgados por sus horribles e imperdonables crimenes; ahí en ese lugar sagrado que es un tribunal, queremos verlos a todos sin ninguna excepción; por que no queremos verlos nosotros los colombianos que queremos verdadera justicia, no queremos verlos descuartizados con motosierra, ni masacrados inhumanamente o vilipendeados y asesinados en la plaza pública, por sus propios compinches; NO! los queremos juzgados por la justicia de mujeres y hombre de la República de Colombia. No queremos venganza, queremos, necesitamos que se haga JUSTICIA contra todos esos criminales, ya que la venganza, sucio proceder que es muy de ellos y el cual han utilizado contra la población desarmada, en su impotencia para vencer a su enemigo armado que se encuentra en nuestro mismo pais, pero muy lejos de sus podridas ideas y procedimientos.

Pedimos justicia, mismo, si nos dicen lastimeramente por intermedio de sus secuaces ocasionales, medios desinformativos, que tienen familia, que tienen hijos. Y entonces no pensarón en las familias, los hijos, los padres de sus victimas? Que han sido condecorados o le han "servido" a la patria durante decenios. Si y condecorados por quién ? por los mafiosos de los diferentes gobiernos, complices todos ellos de tantas masacres e injusticia. Y servidores de cual patria, la patria de los oliqarcas y narcos-ricachones de todo pelaje?

No màs hipocrecia, queremos justicia, ya que ningun colombiano esta autorizado, ni tiene la potestad de brindarle perdón a estos asesinos. NINGUN colombiano tiene el supremo poder de poner entre dicho la condena de todos estos criminales a nombre de no sabemos que " paz " y sacada de no sabemos cuantos o cuales intereses. Ningun colombiano tiene carta blanca, para pasar por alto el horror y el dolor vivido y sufrido por los millones de victimas.

Sí existe alguno que se crea con este derecho, debera estar seguro que será aborrecido por todos los colombianos de buena voluntad, por las generaciones futuras.

No màs mentiras, ni PERDON, ni OLVIDO, ya que es la hora de que llegue la luz de la verdad y cese la horrible noche.

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