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Anunci :: globalització neoliberal
Michael Hardt y Toni Negri en Madrid. Fechas y lugar
05 feb 2005
La próxima semana contaremos en Madrid con la presencia de Hardt y Negri, autores de "Multitud". Éstas son las convocatorias públicas de su visita. La cuestión de Europa y los movimientos será uno de los temas que se abordará en el seminario que se celebrará el jueves.
Éstas son las fechas y lugares <i>definitivos</i>:</p>
<p><b>Jueves, 10 de febrero</b>: Seminario con Antonio Negri sobre
"Europa y el Imperio".<br>
Hora: 17:30.<br>
Lugar: Escuela de Relaciones Laborales, c/ San Bernardo, 49, Metro:
Noviciado y Plaza de España.<br>
Organiza: <a href="http://www.sindominio.net/unomada";>Universidad
Nómada</a>.</p>
<p><b>Viernes, 11 de febrero</b>: Presentación de <i>Multitud.
Guerra
y democracia en la era del Imperio</i>, de Michael Hardt y Antonio
Negri. Con la presencia de ambos autores.<br>
Hora: 19:00. <br>
Lugar: Centro Cultural de Círculo de Lectores, c/ O'Donnell, 10,
Metro:
Príncipe de Vergara, O'Donnell.<br>
Organiza: Editorial Debate.
</p>
<p>El seminario sobre "Europa y el Imperio" coincide con la
publicación,
dentro de la colección "Cuestiones de antagonismo", que publica
la
editorial Akal, de la obra del mismo título, que recoge los
escritos
sobre la cuestión europea de Antonio Negri. En otro mensaje
publicábamos el prólogo de esta obra. Publicamos
aquí uno de los
artículo y ensayos que componen el libro: "El continente de la
democracia absoluta".</p>
<p> </p>
<p><b><span>El
continente de la democracia absoluta </span></b><span>(2003) </span></p>
<p><span>
No hacía falta ser profetas
para saber que la ampliación de la Unión Europea, tal y
como había sido querida
por los líderes más conservadores de las naciones del
continente y ásperamente
solicitada por los estadounidenses, habría resultado un fiasco.
Las fuerzas
europeas más reaccionarias también habían
solicitado la inmediata apertura a
Turquía, mientras que su socio estadounidense había
anticipado la nueva figura
de Europa con la reestructuración de la OTAN. Europa no puede
nacer sino de la
confirmación de su alianza estratégica con Estados
Unidos: éste es el
estribillo de toda discusión institucional europea o, para ser
más exactos, lo
ha sido hasta hoy. Sólo que la consonancia de amorosos
propósitos que expresaba
el estribillo sólo era válido del lado europeo: en lo que
atañe a los USA, al
menos desde principios de la década de 1970, a cada aumento de
la unidad
europea le ha correspondido una reacción estadounidense, de
resultas de la cual
el abrazo entre las dos orillas del Atlántico se revelaba cada
vez más
asfixiante. La utilización política de Oriente Medio y el
control del petróleo
por parte estadounidense ha sido desde siempre el dispositivo que
disciplinaba
los tiempos y las formas de la unificación europea: desde la
década de 1970 se
ha tornado en un instrumento de chantaje directo. </span></p>
<p><span>
Todos
sabían que la ampliación de la Unión Europea
sólo podía resultar un fiasco. Los
países del este europeo, ex satélites soviéticos,
son países que conocen una
difícil evolución hacia un modelo democrático de
sociedad y, sobre todo, son en
la fase actual pequeños y débiles navíos que se
han aventurado en el gran mar
del neoliberalismo. Sus clases dirigentes son, en su mayor parte, los
últimos
episodios de la nomenclatura socialista, hibridados con hombres de
negocios y
mafias de la restauración de los regímenes de propiedad
privada, más o menos
monopolistas. Correspondía a la gran prensa mundial, subordinada
a los
proyectos políticos de debilitamiento de la Unión
Europea, la tarea de ocultar
de forma perfecta el necesario fiasco de la ampliación. </span></p>
<p><span>
Ahora
bien, resultaría inadecuado insistir tan sólo en el
fiasco de la ampliación y
no darse cuenta de las debilidades internas de las dinámicas
europeas en
sentido estricto, de las pulsiones contradictorias de la actividad
constituyente de la «Vieja Europa». Una crisis
política extraña y sin embargo
siempre abierta: extraña porque iba acompañada de
sustanciales pasos hacia
adelante en la construcción de la Unión, hasta llegar al
gran éxito que ha sido
la constitución del Banco Central Europeo y la emisión
del euro; pero continua,
porque cada momento de la construcción europea se veía
expuesto, cada vez más,
al enfrentamiento en las relaciones de fuerza internacionales y, por lo
tanto,
desequilibrado no tanto respecto a los eventuales adversarios (primero
fue el
mundo socialista, luego la gran competencia asiática) como de
los aliados o,
para ser más exactos, del principal aliado, los Estados Unidos
de América. </span></p>
<p><span>
Estados
Unidos siente a la Unión Europea como a un igual: no tanto desde
el punto de
vista militar, como es obvio, como desde un punto de vista
económico y
cultural. Sin embargo, hoy el punto de vista militar es mucho menos
importante
de cuanto pudo serlo un tiempo: ¿cómo cabría
imaginar un enfrentamiento
militar, una confrontación nuclear entre los dos lados del
Atlántico? Lo que
resulta fundamental es, por el contrario, la confrontación
económica y
cultural: las sinergias de la Unión Europea y las nuevas fuerzas
productivas
que son capaces de poner en juego, unidas a la fuerza monetaria,
podrían
efectivamente constituir una alternativa al poder global de los USA:
una
alternativa política y económica, tan política y
económica como el modelo de
desarrollo que los europeos han sabido mantener o, para ser más
exactos, que
las clases trabajadoras de Europa han sabido defender. Ahora bien, esta
confrontación continua con el desarrollo estadounidense, este
enfrentamiento
entre el modelo liberal y la resistencia de las clases trabajadoras
europeas,
ha intervenido siempre sobre las articulaciones materiales del hacerse
de la
Unión. Las derechas nacionales, desde siempre indefectibles
amigas del gobierno
estadounidense, ahora ya no son capaces de ocultar el interés
económico tras la
pantalla de la defensa de la libertad. Los países en los que las
burguesías son
más egoístas ante los movimientos de clase (Italia,
España, etc.) y
parasitarias en la concepción del desarrollo (Italia,
España, etc.), son
también los países en los que el asalto a la singularidad
del modelo europeo de
desarrollo es más fuerte. </span></p>
<p><span>
En
efecto, la unidad europea prevé un modelo de desarrollo. La
convención
constitucional europea no podrá ahorrarse el trance de afrontar,
materialmente,
este problema. Ahora bien, sabemos que Europa sólo puede
formarse como Unión
derrotando los impulsos extremistas del liberalismo estadounidense. Es
una
suerte que la crisis iraquí haya puesto a los dos países
más fuertes de la
Europa continental, Francia y Alemania, ante el problema de asociar el
impulso
hacia la unidad europea con la defensa de la singularidad de lo social
europeo.
Europa sólo podrá ser construida sobre esta base y a
partir del impulso que Alemania
y Francia están haciendo valer para colocar, en el orden global,
un modelo
antiliberal de desarrollo económico y una cultura antiliberal de
crecimiento de
las potencias productivas. En los países donde las
burguesías son más egoístas
y la resistencia menos fuerte (España, Italia, etc.), se trata
de derribar a
los gobiernos que están al lado del capitalismo estadounidense.
Esta batalla ha
de conducirse con coherencia, ampliando las alianzas en la medida de lo
posible
y afirmando la centralidad de este proceso respecto a cualquier otra
vía de
constitución europea. </span></p>
<p><span>Sin
embargo, ¿qué significará la constitución
de la Unión Europea en el interior de
la economía-mundo y de las formas globales de soberanía
que están
constituyéndose? ¿Aspira acaso Europa a un papel de
superpotencia dentro del
desarrollo global de la economía y de la política-mundo?
Es evidente que
nuestra respuesta sólo puede ser negativa. Las fuerzas europeas
más vivas, las
multitudes productivas de Europa quieren proponer únicamente un
modelo
económico y político de democracia creciente en el
ámbito mundial. El
unilateralismo estadounidense ha de ser derrotado en cuanto tal, en
tanto que
maloliente y peligrosa reproducción del imperialismo del <i>Ancien
Régime</i>,
en tanto que golpe de fuerza de una clase dirigente corrupta y,
ésta sí,
verdaderamente envejecida. El unilateralismo estadounidense de la
administración Bush está íntimamente ligado a los
intereses de la más vieja
economía, a las fuerzas de la industria siderúrgica y
petrolífera, de los constructores
de tanques y de armas pesadas... ¡Qué extraña
ironía es ésta, en la que la
joven América se presenta mucho más envejecida que la <i>Old
Europe</i>! Frente
al mismo, la presión del interés por la unión
europea se desarrolla sobre la
base de la nueva fuerza productiva que la socialización y la
informatización de
la producción permiten a las multitudes europeas. La lucha de
clases continúa
atravesando, en Europa, el conjunto de las relaciones de fuerzas y
construyendo
esperanza de liberación. </span></p>
<p><span>
La
Unión Europea, aunque fuera a dos (Francia y Alemania),
deberá proponer esta
cuña política y productiva contra el imperialismo
unilateral de los USA. Así,
pues, no se trata de contraponerse a América, sino de
desarrollar una consigna
de esperanza y de emancipación política, de declarar el <i>multilateralismo</i>
imperial definitivamente superior al <i>unilateralismo</i>
imperialista, de
construir un proyecto de solidaridad mundial contra el egoísmo
de gran potencia
que los USA han heredado de los siglos diecinueve y veinte europeos. </span></p>
<p><span>Este
esfuerzo no nos encuentra solos. En la situación actual
observamos la
conversión estratégica de diferentes fuerzas en
diferentes zonas del mundo
hacia un objetivo análogo: la afirmación del
multilateralismo. En América
Latina, en particular, la recomposición unitaria de las fuerzas
de izquierda en
el terreno continental parece lanzar un desafío, igualmente
fuerte si no
igualmente eficaz que el que propone la Unión Europea contra la
voluntad
estadounidense de uniformar las políticas económicas y el
gobierno de la fuerza
de trabajo bajo el dominio del dólar. De esta suerte, parece
proponerse una
segunda cuña dentro del desarrollo imperial, contra la
unilateralidad
imperialista de la <i>clique</i> de Bush y en la perspectiva de una
constitución multilateral del gobierno global. </span></p>
<span>
Una
última observación. Podría reprochársenos
que olvidamos, también nosotros, la
lucha de clases, que nos representamos el desarrollo como la resultante
de la
confrontación entre las fuerzas políticas. En efecto, en
todo lo que hemos
dicho hasta ahora esta crítica puede cobrar cierta
verosimilitud. Pero no es
así en realidad... Lo cierto es, en realidad, que el golpe de
Estado de George
W. Bush nos impone este terreno de análisis, como le tocara
asumirlo a Marx
ante el 18 Brumario de Luis Bonaparte. Sin embargo, la adopción
de este terreno
de análisis, que es también un terreno de realidad, sirve
tan sólo para
insistir en el hecho de que nuestra lucha contra el imperialismo y la
guerra es
radical. Destacar la importancia de que algunas aristocracias globales
(la
alemana y la francesa, por ejemplo, pero también probablemente
la rusa y la
china) se alíen hoy con quienes luchan por la democracia,
representa sólo una
condición táctica positiva. En cuanto la <i>clique</i>
de Bush haya sido devuelta
a la razón, se reabrirá sin ninguna ilusión, en la
lucha de las multitudes, el
proyecto de una democracia absoluta: porque sólo la democracia
de las
multitudes puede construir establemente la paz y expulsar a la guerra
de la
historia.</span>

Comentaris

Re: Michael Hardt y Toni Negri en Madrid. Fechas y lugar
05 feb 2005
adios al proletariado, diuen els profes universitaris que en sa vida han treballat assalariats (un profe universitari es un assalariat? aaaah mmmm)
Re: Michael Hardt y Toni Negri en Madrid. Fechas y lugar
06 feb 2005
mechachis en la mar. Quina visió més possibilista i derrotada de la vida. L'anàlisi em sembla una baixada de pantalons davant l'economia de mercat capitalista. Coincideixo amb les crítiques cap el socialisme dels països de l'est, però en aquest context sona a excusa barata per donar suport a la visió europeista-democrata-de_mercat. Em sembla molt heavy que l'alternativa que s'estigui proposant des del situacionisme (o esquerra radical alternativa) sigui influïr en els inevitables governs capitalistes o neoliberals amb manis al carrer. I defensar el multilateralisme de l'imperi perquè és millor que l'unilateralisme ianqui em sembla una manera salvatge de donar suport a les "democracies europees". Em convenço de que no existeix el "columbi lapsus", és a dir, no se equivocó la paloma quan des del cccb i del macba i de tants i tants museus de cultura de grans capitals europees (del capital) s'està promocionant i donant veu a la dissidència més radical (??) d'aquest sistema.
Jo tampoc soc optimista de cara al futur, però no vaig per ahí viatjant i vivint a costa de cantar les excel·lències del mal menor.
Què fort! Ni soc comunista, ni trotskista, ni stalinista, ni anarquista, ni punky. Però el Negri em sembla només un pobre home que ha passat massa temps a la presó i que està cansat. No en fem un Mesies, ara...
Re: Michael Hardt y Toni Negri en Madrid. Fechas y lugar
06 feb 2005
Les tesis de Negri són possibilistes i avancen cap a la divisió de la classe treballadora des de l'esquerra i per tant es converteixen simplement en tesis antirevolucionàries. Treballador és aquell que ven la seva força de treball. Els diferents nivells de vida dins la clase treballadora són un fet però no per això han de significar la divisió d'aquesta. Personalment prefereixo el concepte d'alienació per concebre la divisió actual de la classe treballadora.

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