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La "otra" realidad I parte
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per jr |
20 jul 2004
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La "otra" realidad I parte
JR
Esas personas que pasan por inteligentes y nos acusan de ver en todo conspiraciones, tienen la culpa de buena parte de las cosas que nos ocurren. Quizá estamos deÂformados menÂtalmente por tanto desengaño, y es posible que la expeÂriencia, después de ponerÂnos a prueba en tantas ocasiones, nos agobie inÂcitándonos a la desconfianza permanente... Pero al fin y al cabo no soÂmos nosotros quienes decidimos el destino de otras gentes. De manera que si creen que no tenemos raÂzón, basta con no hacernos caso. En cambio ellas, esas personas, muchas de las que pululan por la Red al acecho de ideas frescas para abalanzarse sobre ellas, son quieÂnes con su abuÂlia y tonÂtorrona credulidad alientan a los imÂpostores a seguir culÂtiÂvando la imposÂtura. No se dan cuenta de que asà es cómo terminan haciéndose cómplices de muÂchos de los tejeÂmaÂnejes a que la sociedad es sometida y de muchos de los aconteceres graves que en ella tieÂnen lugar dÃa tras dÃa, en perÂjuicio de todos. ¿Cuántas veÂces necesiÂtan ser enÂgaÂñaÂdos y despreciada su inteligencia esos cánÂdidos, para coÂrregirse y ajustar su astigmatismo?...
Porque han de saber esos necios que comulgan facilonaÂmente con todas las versiones oficiales de los hechos, que no porque su ceÂguera mental se lo impida ver deja de existir la otra realidad. La otra realidad es la que, como el sol a las estrellas, oculÂtan las vÃviÂdas luces de neón que iluminan la fachada de lo coÂtiÂdiano. La otra realidad es el mito de la caÂverna platoÂniano en que los hombres prisioneros desde su infancia deÂntro de ella, no saben que las sombras que ven en la pared son proyecciones de otros hombres que pasan cerca de la enÂtrada... La otra realidad es esa que no vemos con los ojos de miÂrar; esa que, para ser más precisos, no nos enÂseñarán nunca los que la manejan. Todo eso que entre los basÂtidoÂres de las superÂestructuras socio-polÃtico-ecoÂnóÂmicas maÂnufacturan polÃticos, policÃas, banqueros, economistas, jueÂces, confidentes... Pero también superÂexÂpertÃsimos licenciaÂdos en Deusto, en OxÂford o en GeorÂgeÂtown que, desde los salones de superlujo o desde aparatoÂsos despachos donde les solemos ver, bajan por la noÂche a las cloaÂcas para marcar las cartas de la parÂtida de turno que al dÃa siÂguiente habrán de jugar para el proveÂcho de grupos y clanes y sectores que ya están sufiÂcientemente primados por ventajas sin cuento.
Y es desde esa otra realidad desde donde va emergiendo todo lo que llaÂmamos realidad a secas. CálÂcuÂlos, pronóstiÂcos, apuesÂtas, rumores, infundios y riesgos sin riesgo preÂparan lo que ha de suÂceÂder o evitan que salga a relucir lo sucedido, pero cuidando en todo caso siempre de que la noÂticia llegue al ciuÂdaÂdano de una maÂnera neta, como los cuentos tradicionales para niÂños con moraleja inÂcluida. Esa mezcla amorfa de intriÂgas y de maÂniobras ya se encarÂgan ellos de que salga en formato plano, simple, lineal y perfectaÂmente inÂteliÂgible; tanto en los telediÂarios, en los peÂriódicos, en los asuntos que tratan los politólogos y analistas como en los liÂbros oportuÂnistas editados de prisa y corriendo para retorÂcerlo todo un poco más.
Pero detrás de todo ello, sigue estando la otra realidad. LláÂmese realidad polÃtica, realidad económica o realidad soÂcial, la que aparece en los titulares de cada dÃa está hecha con reÂtales de la otra. Que se corresÂponda o no la realidad visible con la invisible, siempre será pura coincidencia...
La otra realidad se conforma a sà misma para adecentar la viÂsible y con arreglo a designios que unas veces se cumplen y otras no. Pero lo cierto es que al ciudadano, inerme frente a la mentira, nada le llega tal cual... Desde los teletipos todo se ofrece en claves perfectamente comprensibles. Cada asunto se difunde lo justo para que todo el mundo lo enÂtienda “dóÂcilÂmenteâ€?.Y las Agencias de noticias, la mayorÃa de Internacional sitas en América, bien cerca del Poder abÂsoluto, redodean los asuntos...
En absoluto pretendo descubrir algo tan viejo como la historia de la sociedad. Lo único que pretendo aquà es reÂcordarlo y aun actualizarlo. Es, efectivaÂmente, lo que toda la vida sucedió. Me refiero a lo que cuenta la Historia soÂbre lo que en el pasado no se supo y no se vio y en aquel enÂtonÂces los cronistas lo explicaron como interesó al poder... Hay de todo por lo menos dos historias, hasta mil. Además, está presente siempre la consabida paradoja: cuanta mayor complicación hubo en lo ocurrido, más simplifiÂcada se transmite la noticia; cuanta mayor simpleza, más complejiÂdad aunque sea desmenuzadamente. Ejemplo de la primera es lo que ocurrió con el Prestige. De la seÂgunda, lo que ha sucedido el 11-M y sucedió el 11-S.
Y puesto que siempre fue asà y los medios para encubrir la realidad, para adulterarla y para manipularla son hoy dÃa tantos y tan eficaces, lo que sà poÂdemos hacer es combatir el engaño y la amenaza del enÂgaño con mucha prevención. Estar avisados no es hacerse los listos: es no caer un siglo tras otro en la tontuna. ReproÂducir lo que dice éste o aquél peÂriódico, ésta o aquella caÂdena de televisión no hace más que ampliar la propaÂganda y reforzar los mecanismos –toÂdos- del sistema. Los hechos sin adjetivos, suceden, otros no nos llegan. Pero es lo que viene desÂpués lo que hay que desechar, si no queÂremos vivir perpeÂtuaÂmente gaÂnados por la mentira intermiÂnable...
Todo esto es válido para todo; tanto para lo sucedido el 11-S, el 11-M o el Prestige a los que arriba me refiero, hechos en sà mismos cruciales, como para la información sobre falsos beÂneÂficios de un holding bancario diriÂgida a reforzar la conÂfianza de accioÂnistas que quizá están pensando en retirar sus fondos o para preparar una OPA hostil...
Gentileza de Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro |
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Comentaris
Re: La "otra" realidad I parte
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per AMS - Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro |
20 jul 2004
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Todo el mundo tiene razón
(Salvo los predicadores de la guerra preventiva)
Jaime Richart
Los intransigentes en materia de costumbres tienen razón, porÂque la anomia –ausencia de normas- es el comienzo de la desÂcomposición de la sociedad misma. Pero los liberales y quienes defienden la libertad de costumbres también tieÂnen razón, porÂque sólo a base de tolerancia se hace grata la vida en sociedad.
Los que dicen que la religión es necesaria tienen razón, pues gracias a la religión y a su manto de sugestión muchos no ven la vida tan descarnada. Pero los que desconfÃan de la religión también tienen razón, porque la religión ha sido siemÂpre causa de grandes desÂavenencias, abusos y crÃmeÂnes.
Los que ven en la libertad del aborto un principio de criÂmen tiene razón, porque dejar el alumbramiento al arbitrio de quien ha concebido es una licencia excesiva contra la vida. Pero los que creen que es la mujer quien debe decidir si quiere o no quiere ser madre también la tienen, pues naÂdie mejor que la mujer sabe que traer al mundo un ser no deseado es fuente de incontables desdichas.
Los que afirman que con la libertad de mercado empiezan las demás libertades del hombre tienen razón, porque la iluÂsión de las libertades formales refuerza la sensaÂción de liÂbertad desnuda. Pero los que dicen que es preferiÂble el EsÂtado intervencionista también tienen razón, porque sólo un Estado tutelar impide los abusos del mercado y hace posiÂble un reparto de la riqueza más equitativo.
Los que sostienen que la sociedad, las instituciones y la especie merecen mayor protección que el individuo tienen razón, porque las garantÃas de viabilidad del individuo sólo son posibles a través de la sociedad. Pero los que afirman que el individuo y sus intereses deben priÂmar sobre los de la soÂciedad y los de la especie también tienen razón, porque mi vida, tu vida, son infinitamente más valiosas que cualÂquier colectivo.
Los que ven en el hombre a un “loboâ€? para el hombre tieÂnen razón, porque precisamos una vigilancia permanente para no ser devorados por él. Pero los que dicen que es la sociedad la que pervierte al hombre también tienen razón, porque el hombre a solas no es un peligro más que para sà mismo.
Los que defienden la opción de la eutanasia y aun del suiÂcidio tienen razón, porque debe considerarse a cada uno dueño de su vida y más cuando padece sufrimientos irreÂversibles. Pero los que condenan el suicidio y la eutanasia también la tieÂnen, porque sólo una sociedad mortecina y decadente abandona al indiÂviduo a su suerte.
Los que se oponen al divorcio tienen razón, porque la mera opción del divorcio merma la responsabilidad de la paÂreja en perjuicio de la prole. Pero los que defienden el divoÂrico como institución también tienen razón, porque no es raÂcional forzar al individuo a una relación insoportable.
Los que afirman que es preciso armarse para vivir en paz tienen razón, porque el riesgo de la derrota reduce el de la guerra. Pero los que dicen que para vivir en paz lo mejor es el desarme también tienen razón, porque quien tiene armas acaba por usarlas.
Los que dicen que la cultura y el saber proporcionan la verdadera libertad están en lo cierto, porque con saber y cultura se puede prescindir de casi todo. Pero los que dicen que cuanto más saber más aflicción también tienen razón, porque de todos los seres de la Tierra el buen salvaje y el absoluto ignorante son quienes viven con mayor solaz.
Los conservadores tiene raÂzón, porque ellos saben que es más difÃcil conservar que conquistar. Pero los progresistas también tiene razón, porÂque una sociedad que reconoce los derechos y satisface las necesidades primarias de sus miembros es más justa que la que propicia mucha riqueza en pocas manos.
Los que desconfÃan de los aduladores tienen razón, porÂque los aduladores sirven a varios señores. Pero los que practican la adulación también hacen bien, porque gracias a ellos muchos hombres se mantienen erguidos y muchas mujeres han podido dormir esa noche...
Los que dicen que sólo en un orden establecido es posible la sociedad tienen razón, porque lo prueba el mundo civiliÂzado en que vivimos. Pero los que dicen que es preferible la anarquÃa también tienen razón, porque donde todo el mundo es reponsable de sus actos, no está sólo atento a su interés y mira por los otros, sobran los dirigentes.
Los que dicen odiar la hipocresÃa tienen razón, porque nada hay más repulsivo y enfermizo en la relación humana. Pero los que encubren lo que piensan también hacen bien, porque si dijeran “suâ€? verdad, correrÃan rÃos de veneno.
Los amantes del progreso tienen razón, porque traslaÂdarse a mil millas en una hora es fasciÂnante. Pero los que sueñan el estado natural también la tieÂnen, porque la vida sin artificios es más apacible.
Los partidarios del amor libre tienen razón, porque nada hay más atractivo que librar al amor de trabas. Pero los parÂtidarios del amor comprometido también tienen raÂzón, porÂque el amor más elevado sólo se consigue, como el buen vino, después de cultivado muchos años...
Todo el mundo tienen razón. Pero medio mundo se la niega al otro medio... quizá sólo para dar sentido a la palaÂbra libertad.
Gentileza de Cercle Obert de Benicalap - Iniciativas Sociales y Culturales de Futuro
AMS |
Re: La "otra" realidad I parte
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per Rafel |
21 jul 2004
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Ke kollons son aquests "capellanets"?? Tots som germans! Ke mono!! Em sembla que aquests es miren els toros des de la barrera. Fot una pudor de secta, això, que tomba d'esquena. |
Re: La "otra" realidad I parte
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per un |
21 jul 2004
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ara els Antonio Marin Segovia - Jaime Richart desembarquen a Indymedia després d'haver sortit escaldat de Kaosenlared |
Re: La "otra" realidad I parte
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per un |
21 jul 2004
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paciència, paciència... un dels mals d'indymedia és aguantar a pesats, trolls, freaks i sectaris varios... però tot passa |
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