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Es más fácil que la gente se crea los bulos, que reconocer que les están engañando
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per Aliss |
07 oct 2020
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El terreno de oposición al movimiento soberanista de la independencia de Catalunya, ha sido un espacio más para la experimentación de estrategias políticas, con la difusión de bulos. Recordemos cómo los políticos reaccionarios de la derecha y la extrema derecha, difundieron diversas acusaciones como las que aseguraban que, lo que se había producido en el Parlament de Catalunya, había sido "un golpe de estado", o como diversos actos de desobediencia política, los consideraban como actos de traición, sedición o terrorismo, llegando hasta el punto de inventarse un "grupo armado" que preparaba explosivos y que tenía un plan para asaltar con armas el Parlament y tomar rehenes. Si no existían "terroristas", había que inventarlos para conseguir un rechazo unánime de los considerados demócratas, nacionalistas y constitucionalistas, en lo que calificaron “un intento de romper España”. |
El proceso soberanista para la independencia de Catalunya y la proclamación de la República catalana también se mantuvo desde unas directrices que se sostenían con falsedades y medias verdades, y sus opositores nacionalistas españoles para la unidad del Estado, respondieron con medios similares, apelando al patriotismo e intentando polarizar la sociedad catalana con la permanente crispación y el enfrentamiento, ante el supuesto intento del “separatismo”. Lo cierto es que esos soberanistas que decían querer implantar la República, la proclamaron y la revocaron en el mismo momento y ni tan siquiera tenían organizado un plan e iban improvisación tras improvisación inventando excusas.
Se da la paradoja que, cuando Rajoy era presidente del gobierno, quienes apoyaron la intervención de las instituciones catalanas con la aplicación del artículo 155, y quienes lo reclamaron también cuando Pedro Sánchez consiguió la presidencia, son los mismos que salieron a protestar por los barrios altos de Madrid, contra el "recorte de libertades" y el "confinamiento" en un momento en que no había intención de confinar a nadie, pero, cuando el gobierno autonómico de Madrid en manos del PP y Ciudadanos, aplicó las medidas de limitación de movilidad en barrios obreros de Madrid, ni aparecieron, estuvieron "desaparecidos" y "ausentes" y no se les escuchó una sola palabra de desaprobación contra esas medidas limitadoras.
Tras el juicio a los dirigentes soberanistas que el Estado español consideró como responsables de los actos de "sedición", hizo su aparición la pandemia, desplazando del centro de atención la intentona independentista catalana y la corrupción de la institución de la monarquía, que durante todos estos años ha sido encubierta por los sucesivos gobiernos. Entre el juicio y la aparición del virus, las redes sociales se empezaron a llenar de múltiples conspiraciones, como por ejemplo, la de las antenas de las redes 5G, a las que incluso se llegó a decir que eran las responsables de la aparición de la pandemia. Entre los disparates más diversos que se difundieron sobre esta cuestión, se intercalaron algunos argumentos razonables que, por estar mezclados con esas absurdas teorías falsas, han pasado lamentablemente a formar parte del engaño. Me refiero a la posibilidad que el electromagnetismo de dichas antenas pueda afectar al sistema autoinmune de algunas personas o que esas radiaciones puedan producir dolencias en nuestros organismos.
Otra cuestión sobre las redes 5G que estos bulos encubren, es la utilización militar de estas tecnologías, que multiplicarán la efectividad destructora de sus ataques con drones o cualquier unidad militar aérea, naval o terrestre, como prototipos de aviones, naves o cualquier otro tipo de vehículos, dirigidos a través del procesamiento de gran cantidad de datos e informaciones. Probablemente en breve, los desarrolladores de videojuegos de realidad virtual, tendrán un papel decisivo en esa efectividad letal y en la evolución de estas tecnologías.
Las redes 5G son una infraestructura anhelada por cualquier poder para su extensión sobre las diversas formas de control social, económico, político, militar, y con las que la velocidad de difusión de bulos, para ese control social a través de la manipulación y confusión del pensamiento, se verá ampliamente multiplicada. Lo paradójico es que estas infraestructuras no serán sufragadas por los militares, empresarios, estados o poderes financieros que las utilizarán en beneficio de sus intereses, sino por la extensa población de usuarios de estas redes (https://www.lahaine.org/mundo.php/el-lado-oscuro-de-la-3).
Durante la pandemia hemos podido comprobar como las informaciones falsas y teorías conspiranoicas/conspiracionistas y negacionistas han proliferado por las redes sociales, siendo compartidas acríticamente entre muchas personas de movimientos sociales que se consideran transformadores, rebeldes o revolucionarios.
Detrás de la creación de esas falsedades y su difusión, se ha comprobado que están diversos grupos creados por la extrema derecha más ultraconservadora y por negacionistas reaccionarios. Tenemos como claro ejemplo la aparición de una asociación extraparlamentaria de médicos en Hamburgo (Alemania) o "médicos por la verdad" en el Estado español, cuya creación ha sido compartida y difundida por numerosas webs, grupos, asociaciones o individualidades consideradas "antisistémicas", "anticapitalistas", "alternativas", "anarquistas", etc... (http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/531350), llegando incluso a difundir convocatorias de esos grupos financiados por la ultraderecha ("Revelión en la Granja", "La Quinta Columna", "La Voz del Pueblo", "Caballo de Troya"...), contra el confinamiento (http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/531297) precisamente cuando nadie estaba obligado a confinarse, y ausentándose de las protestas cuando recientemente en Madrid, se limitó la movilidad en diversos barrios obreros. Detrás de esa estrategia de división “clasista” del gobierno autonómico de Madrid, no es complicado reconocer la macabra sombra de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que hace las labores de confusión y adoctrinamiento, como los think tanks de los grupos de poder ultraconservadores.
Los conspiranoicos, negacionistas y esa extrema derecha que mueve los hilos encima de ellos, nos han explicado diversas teorías sobre el virus, todas ellas diferentes para que haya más posibilidad que la gente se reconozca en alguna de ellas. Entre esas teorías, aparecieron personajes tan asquerosamente enriquecidos como Bill Gates, al que responsabilizaban de la aparición del virus, pues afirmaban que años antes ya predijo su aparición.
Hace tiempo que la amenaza de un virus letal es contemplada entre la comunidad científica y de quienes siguen de cerca sus investigaciones. Precisamente entre los científicos esta preocupación aumentó en el 2003, "tras contener la epidemia del SARS” y anticipar la posibilidad de aparición de nuevos virus.
Por eso no es nada extraordinario que Bill Gates hablara de la aparición de un virus años antes del covid, no es ninguna conspiración, sino la visibilización de una de las grandes preocupaciones de la comunidad científica, sin embargo, los ultraconservadores han rescatado y manipulado esta anécdota, para crear una falsa trama con la que encubrir determinados hechos. Chomsky relata que, nada más subir al poder Trump, desmanteló el programa de control de epidemias en los EE.UU., retirando fondos a los sectores relacionados con la salud que había impulsado Obama y haciendo lo propio con el Centro para el Control de Enfermedades, además de obstaculizar las propuestas de científicos estadounidenses desplazados a China “para identificar y estudiar coronavirus nuevos”. (https://www.lahaine.org/mundo.php/trump-advierte-que-si-pierde)
En el Estado español todo ese ruido de las conspiraciones, tiene la finalidad de encubrir un “golpe institucional por parte de élites empresariales y judiciales" y asestar “el tiro de gracia” a los agonizantes sistemas sanitario, educativo y laboral, tal y como los hemos conocido.
Quienes están detrás de la creación de los bulos sobre las hipotéticas conspiraciones, o la inexistencia del virus, la ineficacia de las mascarillas, la responsabilidad de las redes 5G en el contagio, la inutilidad de las pruebas PCR, los remedios milagrosos contra el contagio de la enfermedad, la supuesta persecución para que no se conozca "la verdad", etc..., son los mismos que actualmente utilizan medios de manipulación de masas, creando "pánico" y alarma social con la confusión de una hipotética "amenaza" por el aumento de la okupación o "usurpación" de viviendas, confundiéndola intencionadamente con la "ocupación" y el "allanamiento", e intentando hacer creer a la población que si salen de sus casas, al volver, puede que se las encuentren "okupadas" por violentos miembros de peligrosas mafias o narcotraficantes (http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/531589). Así van convocando diferentes protestas en diversas poblaciones del estado español, en las que "anónimos ciudadanos afectados", se manifiestan para reclamar una solución, que no es otra que la inmediata y expeditiva actuación policial, pidiendo más leyes y un aumento de condenas para quienes atenten contra la “sagrada” propiedad privada.
La manipulación es tan burda, que ni se han molestado en ocultar que parte de las personas de las cabeceras de esas protestas, llevan gorras con los distintivos de partidos políticos como Ciudadanos, PP o Vox, apareciendo como "libertadores" de las viviendas "ocupadas", y sin mencionar la crítica situación por el preocupante incremento de pobreza entre la población obrera, que desde el gobierno se intenta ocultar con demagógicos salarios mínimos vitales, desterrando a la miseria a las clases trabajadoras con sus ERES, ERTES, despidos o desviando los fondos de ayuda europeos hacia grandes corporaciones que esperan multiplicar sus beneficios, con los nuevos sistemas de explotación, incorporando los últimos avances de tecnologías digitales emergentes e inteligencia artificial.
Todas esas encubridoras protestas no explicarán que la mayoría de esas "ocupaciones" son de viviendas expropiadas por entidades bancarias, o que muchos de los "ocupantes" son inquilinos que se han negado a abandonar la vivienda, ante la imposibilidad de hacer frente a incrementos abusivos de los alquileres. Otra parte de esas "ocupaciones", afectan a viviendas de empresas dedicadas al alquiler de pisos para el turismo que degradan la vida en los barrios.
Tampoco harán una crítica a un criminal sistema basado en la propiedad, que especula y se enriquece con la explotación de nuestras vidas, ni a todos esos miserables “emprendedores” que ven, en la resistencia de los más pobres, otras modalidades de negocio. Entre las diferentes formas de especulación que encubren las instituciones, está la impunidad de la que disfrutan esas entidades financieras para vender las viviendas expropiadas, muchas de ellas en estado lamentable por saqueos o por el largo abandono a la espera de su revalorización. Tampoco nos explicarán que esa "alarma social" que han creado, está beneficiando a las múltiples empresas de seguridad, o a las que se dedican a enviar a violentos mercenarios para intimidar y amenazar a sus moradores o desalojar esas viviendas.
Los bulos no se difunden para "luchar por las libertades" y "acabar con este sistema" y su totalitarismo, sino como una forma más inmediata de acceder al poder, sin tener que recurrir a unas elecciones. Para conseguir el gobierno, PSOE y Podemos accedieron a él a través de un recurso legal como es la moción de censura. La ultraderecha en Europa se ha propuesto conseguirlo a través de "atajos" como los que utilizó Donald Trump para conseguir la presidencia de los EE.UU., pero para ello necesita movilizar la calle y por eso se dedica a distorsionar los conflictos sociales con informaciones falsas y verdades a medias, magnificándolas desde el sensacionalismo y metiendo miedo con el catastrofismo apocalíptico, propio de las teorías conspiranoicas, que convierten la lucha contra las opresiones en una ciencia infusa para la que sólo ellos tienen respuestas y soluciones.
El neoliberalismo prepara una nueva revolución tecnológica, y la socialdemocracia y los ultraconservadores neoliberales se disputan el liderazgo de su dirección. Las muertes de personas de avanzada edad o de barrios obreros por el covid, sólo les preocupan para aprender a instrumentalizarlas en su beneficio, y parece que en la agenda política no entra la opción de evitarlas y mucho menos la preservación de la salud de todxs. Por eso las directrices de todos los gobiernos, han tomado la miserable decisión de forzarnos a "convivir con el virus" en vez la de erradicarlo, y mientras tanto, intentan llenarnos de más miserias de alguna manera, intentando convencernos que las vacunas determinarán nuestra supervivencia y la recuperación de las libertades. Esto sólo sería posible si se descubriera un antídoto que fuese realmente efectivo frente al virus y, si además, un porcentaje muy elevado de personas se vacunaran voluntariamente. Pero con las dudas que han despertado las distintas empresas farmacéuticas que investigan para conseguir una vacuna, ni obligando conseguirán que las poblaciones vayamos a vacunarnos en masa. Además, son muchos los países cuyas poblaciones no tendrán acceso a ninguno de esos fallidos remedios, y si lo que necesitan es que gran parte de la población mundial esté vacunada, tendrán que adoptar medidas adicionales que trascienden el ámbito de la salud y la voluntariedad, entrando en las estrictamente despóticas, represivas, policiales, de control de masas y de sus desplazamientos entre fronteras, aparte del chantaje para mantener el precarizado puesto de trabajo, medidas ideales que parecen pensadas para los poderes más ultraconservadores. Pero sospecho que esa necesidad de vacunación generalizada, no su objetivo final, sino una manera de conseguir tiempo para materializar su proyecto global del nuevo orden mundial, pues el poder conoce la ineficacia de ciertas vacunas y su imposibilidad de inmunidad comunitaria. Los negacionistas mezclan auténticas falsedades con cuestiones ciertas, así estas certezas acaban desplazadas al territorio de los bulos (http://www.nogracias.org/2019/11/21/obligatoriedad-de-la-vacunacion-el-d/)
La “nueva normalidad” no obedece a una manera de relacionarse entre las personas, ni con la naturaleza. Hay que recordar que con el primer confinamiento total, en los espacios naturales la vida salvaje creció y se extendió exhuberante hasta lugares de los que había sido erradicada, y los bosques, las plantas y los animales salvajes volvieron a repoblar territorios que habían tenido que abandonar, ante el acoso de los seres humanos. La preocupación de la contaminación del aire de las ciudades, a causa de la combustión de derivados del petróleo, y el uso de energías “límpias” y renovables, no obedece a un cambio de “conciencia” con la naturaleza, sino como una ampliación y extensión de nuevos mercados, frente al progresivo agotamiento de combustibles fósiles y de recursos naturales. Ante la devastación, la naturaleza responde con la fuerza de los elementos naturales. El cambio climático como consecuencia de la explotación de los recursos naturales por multinacionales y por la intervención de los humanos, es negado por estos grupos negacionistas que frivolizan sobre unas consecuencias que intentan naturalizar, para seguir con sus actividades depredadoras de devastación.
Un ejemplo que pone en evidencia cómo los intereses de Estado priorizan el negocio antes que proteger los entornos naturales y a sus pobladores, lo hemos podido constatar recientemente en Cancún, México, en donde el presidente de la nación, ante la amenaza de un huracán en la zona, ordenó un gran despliegue de recursos para evacuar 41.000 turistas de los complejos hoteleros, mientras que a la población autóctona de México, cuando la pandemia se cobraba numerosas víctimas, les recomendó la oración y “protegerse” del contagio con una “estampita”.
Aunque no se está difundiendo por negacionistas, ni por “afirmacionistas”, se sabe que el virus se extiende a través de los desplazamientos y especialmente en espacios cerrados en los que se producen aglomeraciones, y que han sido importantes eventos comerciales internacionales, grandes concentraciones y desplazamientos generadas por industrias y negocios de multinacionales, las que han trasladado el virus de un lugar a otro. Hace unos días, se reconocía que la rápida desescalada había sido un tremendo error que había propiciado que el estado español, estuviera en estos momentos con cifras altas de contagiados y personas ingresadas en UCIS, llevando de nuevo al agotamiento de los sanitarios y acelerando otro colapso hospitalario en el desmantelado sistema sanitario. El actual presidente de gobierno, Pedro Sánchez, reconocía que el turismo era el principal soporte de la economía del país, y cabe pensar que por eso se apresuraron en la desescalada para desconfinar y no "perder" todo el negocio turístico del verano, y al contrario de lo que aseguran, anteponiendo los beneficios económicos a la salud y a las vidas.
Esta realidad la podemos constatar en lugares como Ibiza, que tras haber permitido todos los negocios del turismo masivo, ahora que se ha acabado el verano, se apresuran a confinar por el aumento de contagios, para no perder el negocio del verano que viene.
Con tanta falsedad y confusión, la población asqueada de las disputas políticas de gobernantes y aspirantes al poder, ven con rabia e impotencia que no hay ninguna estrategia clara de lucha, más que los engaños de la extrema derecha; y muchas personas, ante el vacío y la ausencia de propuestas concretas sobre lo que nos afecta directamente, empiezan a hacer suyas muchas de las proclamas y distorsiones que esos grupos reaccionarios difunden, entrando en el juego de quienes están a favor de los bulos y en contra de las verdades oficiales, o quienes se aferran a estas, pese a las continuas contradicciones que nadie explica. Vemos como unos y otros, interpretan las estadísticas a su antojo para asegurar que les dan la razón. Un caso muy significativo de todas esas estrategias de confusión y manipulación clasista, lo tenemos muy claro en la comunidad de Madrid. Cuando protestaron la población de los barrios ricos, la presidenta de la comunidad amenazó al gobierno con más y mayores movilizaciones, pero cuando la protesta fue en los barrios obreros, entonces acusó a los manifestantes de no dejarles trabajar, reclamando el cese de esas movilizaciones.
Cuando recientemente el gobierno ha recurrido a las “estadísticas oficiales” para reclamar a la comunidad madrileña, medidas para extender las limitaciones de movilidad a más barrios, desde la presidencia de la comunidad, recurriendo también a “sus estadísticas”, se han opuesto diciendo que no se podía confinar solo Madrid, y que esas medidas había que extenderlas al resto de comunidades, bajo planteamientos iguales para todas. Cuando se han determinado esos planteamientos comunes, y el resultado ha sido que, por el aumento de contagios sólo varias localidades de Madrid debían limitar los desplazamientos, la presidencia de la comunidad se desdecía sobre sus reclamos de igualdad para todas las comunidades, y exponía que dichos planteamientos obedecían a cuestiones políticas y que por tanto, había que contemplar las características especiales de Madrid. La PPresidenta de la Comunidad de Madrid acusó al gobierno de querer "aterrorizar" a la población. ¿Recuerdan? Esa misma falacia es la estrategia a la que también recurrieron, en forma de acusación, los reaccionarios negacionistas.
Otra demostración de la manipulación de esos bulos de la extrema derecha y de los negacionistas, es que al contrario de lo que decían, no han mostrado más solidaridad que con ellos mismos y con los diversos cuerpos policiales. Las “verdades oficiales”, más que a bulos, han respondido a contextos concretos de la expansión del virus o al gran desconocimiento que se tenía sobre él y que desde los gobiernos y la comunidad científica, no podían reconocer para no crear el pánico en la población. De ahí que cuando la pandemia aún no se había extendido, se rechazó el uso de mascarillas, y tiempo después, con un elevado número de contagios, el uso ha sido obligatorio. Cuestiones como estas, no se han sabido explicar y esa falta de honestidad, han generado una gran desconfianza en la población por la gestión de la pandemia.
Y ante este panorama, solo una pequeña parte del antagonismo refractario a este sistema ha dado alguna muestra de lucidez rebelde, no entrando en el juego sobre la lucha por las "verdades" y poniendo al descubierto las estrategias de la confusión “goebbeliana”, construyendo sus propios discursos y estrategias. Gran parte de ese antagonismo, ante el desconcierto, inconsciente ha entrado en el juego del sistema de difusión de bulos reaccionarios, simplemente porque se dirigían contra el gobierno. La situación actual es diferente a la que se generó hace casi 10 años con el 15M, tanto que si hoy se produjera un llamamiento para movilizarse, muchas más personas se sentirían identificadas y convocadas con las proclamas reaccionarias, que con las antisistémica.
Los grupos y organizaciones comunistas y/o independentistas que en otras épocas se alineaban con los movimientos combativos, hoy duermen el sueño de lo que suponen un "gobierno de izquierdas". Su finalidad ha sido siempre asaltar el poder para instalarse en él, no para transformar las realidades políticas y sociales, así todos los cambios que se esperaban con su entrada en el gobierno, han superado las expectativas, pero en su versión contraria. La esperada derogación de la reforma laboral seguramente no se va a producir porque con el teletrabajo, los ERES, ERTES y demás acuerdos entre patronales y sindicatos, dejan un panorama laboral que ha conseguido precarizar y desregularizar mucho más las condiciones de trabajo, creando unos escenarios de explotación diferentes que sindicatos y patronal se han apresurado a pactar. Ya los contratos no son los únicos temporales, sino que además las condiciones laborales también lo son. Sospecho que esperan numerosas respuestas de reacción a las consecuencias de esa “nueva realidad”, y entre los planes gubernamentales no están vaciar las prisiones y los CIES, sino incorporar nuevas modalidades de control y prisiones, para privarnos de libertad.
La prisión permanente revisable, eufemismo para evitar hablar de cadena perpetua, está cada vez más aceptada socialmente por la incesante aparición en los medios de masas, de casos muy trágicos que, con la permanente ocupación de las pantallas de los noticieros, ofrecen una realidad distorsionada y una falsa seguridad a la población. Y mientras los jueces disculpan continuamente la alta corrupción política, la desobediencia y la lucha política y social es cada vez más criminalizada.
Leyes como la ley mordaza, tampoco se van a derogar porque ya disponen de medios tecnológicos de control y castigo mucho más efectivos que la aplicación de cualquier ley.
La izquierda accedió al poder apropiándose de diversos discursos, como el de la sostenibilidad. Desde la idea de ciudades sostenibles, se propuso la limitación del uso de vehículos más contaminantes en sus barrios del centro urbano, y lo que a primera vista pudiera parecer una medida consecuente con esa finalidad, no tiene en cuenta la diversa realidad de su población. Tampoco se refuerzan ni abaratan los transportes públicos, de manera que esa propuesta afecta principalmente a las clases trabajadoras. Además, estas medidas tampoco tienen en cuenta otras realidades alejadas de esas grandes urbes, en las que el transporte público es tan escaso que se podría considerar inexistente, y en las que la dependencia del vehículo personal, es total. Hay demasiadas poblaciones rurales de Catalunya en las que el transporte ferroviario está muy alejado y solo cuentan con unos pocos autobuses de línea, con los que los desplazamientos se hacen eternos y que como servicio público son inviables para las necesidades cotidianas.
Otra de las propuestas, y especialmente en estos tiempos de virus y pandemia, ha sido promover para los desplazamientos el uso de la bicicleta, pero algunos barrios ocupan parte de las montañas que rodean las ciudades y, por distancia o limitaciones físicas, tampoco es posible que todas las personas puedan utilizar este medio de transporte para desplazarse entre poblaciones y a los polígonos industriales. La mayoría de poblaciones tienen en sus alrededores numerosas urbanizaciones alejadas de los comercios básicos y con un transporte público sin regularidad o escaso. Muchos de los ayuntamientos de estas poblaciones menores, son inoperantes y apenas atienden a las necesidades de las personas que viven en ellas, porque el gasto público se dedica preferentemente a las grandes ciudades o zonas y grandes superficies de interés turístico y comercial.
Estos son solo algunos pocos ejemplos de como la idealización de ciertas propuestas, no permiten ver las necesidades reales de las personas. Mientras el gobierno nos habla y anuncia ayudas y respeto de los derechos de las clases trabajadoras, por otro lado Alemania supedita las ayudas económicas al endurecimiento de las condiciones laborales. La mayor parte de esas ayudas de las que tanto se ha hablado como gran logro, se van a destinar a una transformación empresarial de los sistemas de producción, que precarizarán mucho más nuestras vidas. Hablan de 72.000 millones en 3 años, que producirán 800.000 empleos, pero no es ayuda económica para las clases trabajadoras, sino para las tecnologías y digitalización del tejido empresarial y a lo que llaman “transición ecológica”. Un rescate empresarial.
Con la pandemia ya han realizado las primeras pruebas sobre el teletrabajo. Las instituciones han desplazado la casi totalidad de su actividad a la atención on line, sin tener en cuenta que muchas personas no disponen del conocimiento y/o los medios para solicitar la cobertura de sus necesidades básicas, ampliando la brecha de la pobreza.
Las escuelas hicieron su experiencia piloto con las clases por vídeo conferencias y, con la falsa excusa que “las escuelas son espacios seguros”, ensayan diversas modalidades de enseñanza sin reducción de ratios de alumnos, no incorporando a más docentes o aislando a lxs niñxs con la creación de “grupos burbuja”, y mientras aumentan las cuarentenas en los centros.
La atención pública sanitaria, a parte del continuado abandono, hace sus cribados para las visitas a través de la vía telefónica. El personal sanitario inmerso en la lucha contra la pandemia, ha empezado a confundir la vocación del cuidado de lxs demás, con el corporativismo sanitario, y eso no les permite darse cuenta que la sanidad pública sólo tiene sentido si se atiende la asistencia primaria. Mientras intentan que no aumenten en número de muertes por el virus, no se dan cuenta que se muere por desatención de otras dolencias graves, forzando que quienes puedan permitírselo, se vayan a la atención médica privada. Además, ahora el historial clínico sobre el coronavirus y las cuarentenas, será accesible para las fuerzas policiales y puerta de entrada para que los historiales clínicos formen parte de los penales. Esta pandemia también nos ha mostrado lo fácil que es aplicar el estado de excepción y alarma, o sacar el ejército a la calle, ya sea con sus hospitales de campaña o sus carros de combate.
El contexto pandémico ha sido muy oportuno para que este criminal sistema aproveche la oportunidad de dar un impulso definitivo a las diversas ofensivas que necesita desplegar, para reinventarse en su versión más totalitaria neoliberal. Mientras nos distraen con bailes de cifras, estadísticas, titulares espectaculares, remedios fantásticos, supuestas vacunas con chip y todo tipo de catástrofes, fatalismos o conspiraciones, los poderes financieros y capitalistas y sus Estados, se apresuran a dimensionar las investigaciones de refinadas e intrusivas tecnologías para el control social y la penalidad. Las entidades financieras se han apropiado de las viviendas desahuciadas y de los pequeños ahorros de muchas familias trabajadoras. Las transnacionales se actualizan desprendiéndose de la mano de obra de sus trabajadores y la sustituye por tecnología robótica e inteligencia artificial. La mayoría de pequeños comerciantes y autónomos, o se reinventan en "la nueva normalidad", o engrosarán las listas de multitudes prescindibles. Mientras la educación y la sanidad universal agotan sus escasos recursos y entran en fase de vías de extinción tal y como se conocían, las fuerzas policiales y militares emergen desplazando de sus funciones a sanitarios y docentes.
No es casual ni una coincidencia que Estados, financieras, multinacionales, ejércitos, policías, aprovechen los gobiernos que se dicen de izquierdas para avanzar en el control y la extensión de dominación. Mucho se habla de la “brecha digital” para referirse a las generaciones que quedarán excluídas para incorporarse a "la nueva normalidad", pero la brecha real es la de clase, de pobreza, de supremacismo racial, patriarcal y la herencia colonial. En ese proyecto neoliberal no hay intento alguno de justicia social o de reparto de riqueza, sino una lucha por controlar el liderazgo de esa "nueva realidad" a la que nos empujan, y en la que todos quieren gestionar las ayudas millonarias. Cuanto más se gestiona, mayor es la corrupción.
Si la primera ola de la pandemia se cebó con las personas de más edad, ahora han previsto que sean las poblaciones más pobres quienes sufran las tremendas consecuencias de esta segunda ola. Y son las clases sociales más empobrecidas las que vamos a ser objeto de otro experimento social con esta pandemia, porque como en anteriores ocasiones, los Estados volverán a rescatar la economía de sus mercados. Muchos empresarios ya han solicitado acogerse a las ayudas de los 10.000 euros de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) o a los 40.000 euros de los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO), ambas para rescatar a las empresas estratégicas.
Las piezas esenciales de dominación de este sistema, están desplegadas, y la pugna entre socialdemócratas y ultraconservadores es por liderar y orientar el destino del dinero y aplicar las medidas por todos los medios necesarios. Nos muestran un escenario en el que nos hacen creer que nuestra gran preocupación es resolver la gran amenaza sobre nuestra salud y vidas, pero esa razonable preocupación no es más que una oportunista manera para desviar nuestra atención y aprovechar la pandemia para llevarnos ante esa "nueva realidad”, en la que, los trabajadores y trabajadoras, no contamos porque consideran que somos prescindibles y que ya hemos perdido.
Las organizaciones sindicales mayoritarias han sido la quinta columna en las filas de la clase obrera más combativa, y sólo la recuperación de conciencia combativa, la auto organización, el apoyo mutuo y la solidaridad, nos permitirán afrontar esta ofensiva que el poder cree que es la definitiva para dilucidar quién vencerá en esa lucha por el poder y concluir con el desmantelamiento de cualquier resto de la sociedad del bienestar. La estrategia es despiadada, nos han puesto frente a una posible amenaza vírica de muerte en nuestros entornos afectivos, y en tales circunstancias no es fácil tener la mente fría, clara y el coraje para tomar la firme decisión de enfrentarse a la dominación y desvaratar sus planes.
La perversidad de estas estrategias del poder, es evidente y enrevesada. Aprovechar una situación que se anuncia como de alto riesgo de muerte, para trastocar nuestras facultades y formas de vida, mientras estamos preocupados por nuestra supervivencia y la de nuestros afectos. La hipotética amenaza “mayor” contra nuestras vidas, obliga a priorizar la supervivencia y aplazar lo que aparentemente parecen ser problemas menores, cuando en realidad, son la auténtica amenaza.
Las nuevas modalidades de “guerra” a través de la manipulación emocional de las masas por la aparición de una amenaza letal, sea en forma de virus o de otra manera, pueden aparecer en cualquier parte del mundo considerado desarrollado, con el bombardeo de bulos para encubrir la totalitaria dominación neoliberal que anhelan. |
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Comentaris
Re: Es más fácil que la gente se crea los bulos, que reconocer que les están engañando
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per lumpen |
08 oct 2020
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Y esto quien lo firma?. Es tuyo, aliss?. O es otro corta y pega? |
Re: Es más fácil que la gente se crea los bulos, que reconocer que les están engañando
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per Aliss |
10 oct 2020
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¿Quién firma su comentario, o es otro corta y pega de comentarios anteriores?
¿Le interesa más lo que dice el texto o quién lo dice?
En ocasiones dan la sensación que son incapaces de pensar por sí mismos y necesitan de directrices. Algo de eso tiene bastante que ver en la proliferación de tantos bulos. |
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