Imprès des de Indymedia Barcelona : http://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: globalització neoliberal : educació i societat : laboral : sexualitats : dones
Silvia Federici: "La violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo"
13 set 2017
Beatriz Asuar Gallego y La Haine nos acerca a la escritora y activista italiana que estuvo en Madrid en un ciclo de conferencias sobre la violencia contra las mujeres y sus orígenes: el patriarcado y el capital
Silvia Federici es un gran referente del movimiento feminista internacional. Demostrado ha quedado este lunes tras el rotundo éxito de la conferencia 'Capitalismo y violencia contra las mujeres' en Madrid. El evento, organizado por Traficante de Sueños, ha tratado las opresiones hacia las mujeres en el sistema actual: el trabajo productivo y reproductivo desde una perspectiva de género y las diferentes formas de violencia pública y doméstica.

La nave de Terneras del Matadero, donde tuvo lugar la charla este pasado Lunes 4 Septiembre en Madrid, estaba a rebosar. Y fuera, centenares de personas se quedaron a las puertas. No se fueron, escucharon a través de unos altavoces a la escritora de Revolución punto cero (https://lahaine.org/fH7W) y Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (https://lahaine.org/bJ5F).

Que tantas personas hagan cola para participar en una reflexión sobre feminismo y anticapitalismo dice mucho del momento actual, señalan las organizadoras del evento. “Hay que comprender de dónde viene la violencia, cuáles son sus raíces y cuáles son los procesos sociales, políticos y económicos que la mantienen para comprender que el cambio social es necesario”, comienza explicando en la conferencia la autora italiana. La activista lo tiene claro: la raíz está en la estructura y en el sistema. La violencia contra las mujeres no es individual; es del Estado, es policial, es represiva, es de la militarización de la vida, pero, sobre todo, es del patriarcado y del capital

El trabajo productivo es el que produce materiales y herramientas, es retribuido con un salario y es el que históricamente han realizado los hombres. El trabajo reproductivo es el asignado a las mujeres y es el encargado de mantener la vida: alimenta, cuida, educa, pero no es retribuido con ningún salario. Las mujeres siempre se han encargado de él, pero como señala la escritora, ya no hacen solo este trabajo, muchas trabajan fuera de casa sin que se haya producido un cambio social por lo que no hay conciliación entre producción y reproducción.

Esto forma un nuevo desarrollo del patriarcado porque se produce una situación de doble explotación de las mujeres. En este sentido, la autora habla sobre los orígenes del capitalismo para explicar esta organización: es el “proceso de acumulación primitiva”, por el cual el capitalismo se desarrolla para controlar todas las fuerzas de trabajo.

El trabajo reproductivo y el cuerpo de las mujeres en sí mismo es la primera fuente de riqueza porque reproducen el resto de fuerzas de trabajo. Sin él, no hay otras formas de producción, y por esto existen estas formas de opresión sobre las mujeres porque “el ataque a las mujeres es un ataque a la cohesión de la comunidad y a la reproducción social”.

Esta situación se manifiesta en violencias a las que se tienen que enfrentar las mujeres de todo el mundo, explica Federici. Son violencias relacionadas con el género, pero también “con la precariedad de la vida, la incertidumbre laboral, la violencia institucional y policial o la represión”. Hay violencia económica y no económica, y violencia doméstica y violencia publica, todos los tipos están conectados.

Por esto, agrega la autora que cuando se dice que se va a poner fin a la violencia contra las mujeres, se dice que “se va a poner fin a todo el sistema: no solo a los asesinatos o violaciones, también a las guerras, a las expulsiones, al desempleo, a los recortes… Y para enfrentarnos tenemos que articularnos a todos los niveles. Organizarnos y ver cómo vamos a luchar por la sanidad, la educación, el desempleo… Necesitamos un programa de creación de una nueva sociedad”.

“Si las mujeres paran, el mundo para”

“El fin de la violencia contra las mujeres debe llegar desde abajo y desde las propias mujeres. No podemos esperar a las instituciones y al Estado porque éste mismo es el máximo responsable de la violencia”. Con estas palabras, Federici hace un llamamiento a la importancia de la organización social del feminismo.

Cuando termina la conferencia de la escritora, comienza un turno de debate en el que diferentes movimientos sociales explican sus espacios de lucha feminista y sus formas de organización en el que han salido múltiples ejes de trabajo, entre ellos, las opresiones a las migrantes, la precariedad de las trabajadoras del hogar o la invisibilizacion de las mujeres en la cultura e historia.

La organización 8 de marzo explica que llevan desde el pasado día de la mujer trabajadora reflexionando y organizando un 8 de marzo en el que se pare el país entero: “Queremos hacer una huelga social: Yo no soy conductora de autobús pero sí pasajera y las pasajeras también podemos parar el autobús” explican desde la organización.

La escritora añade: “El trabajo reproductivo es el principio de todo lo demás y si las mujeres paran, todo para”. Federici también ha incidido en la importancia de los hombres en la lucha feminista cuando ha salido el debate sobre el papel de hombres y mujeres en este proceso.

Ha señalado que “la violencia contra las mujeres es un problema, sobre todo, de los hombres, y por ello los hombres tienen que responsabilizarse, movilizarse. Si no se movilizan perpetúan la violencia contra las mujeres y la infancia”.

Beatriz Asuar Gallego - Silvia Federici
Público. Extractado por La Haine

This work is in the public domain

Comentaris

Re: Silvia Federici: "La señorona socialdemocrata que es una constante en la vida del IMC BCN bajo el alissmo"
13 set 2017
Una lesbiana xenofoba lidera el principal partido de la ultraderecha alemana... ¡para contradecir a Aliss y a su remanida Federici!
Interclasismo feminitario.
13 set 2017
Las críticas a los desbarres de esta señorona socialdemocrata ya se expusieron en:


Federici: "La desvalorización está en el núcleo de la violencia"
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/514500

Y en:

"La caza de brujas revela aspectos constantes de las relaciones capitalistas"
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/512634/index.php


Solo añadir otra consideracion crítica:


"El trabajo reproductivo y el cuerpo de las mujeres en sí mismo es la primera fuente de riqueza porque reproducen el resto de fuerzas de trabajo".


la magnitud del poder de las fuerzas reproductivas humanas depende del desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas humanas, cuya primera fuente de riqueza es la naturaleza, no los cuerpos de las mujeres ni los de los hombres, si estas se paralizan o las riquezas naturales desaparecen, aquellas colapsan.
Re: Silvia Federici: "La violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo"
14 set 2017
Sr “.”, gracias por aportar la información de los otros texto que hablan sobre lo que nos dice Federici.

También le voy a dar las “gracias” (estas entrecomillas), porque uno de los principales argumentos que usted utiliza para deslegitimar esa evidencia que nos dice Federici, de que el trabajo reproductivo asignado a las mujeres nunca ha sido retribuido, es que el capital ya contempla esa “retribución” en el salario de los hombres. Sorprendente “argumento” con el que encubre la explotación capitalista, al mismo tiempo que, de ser como usted dice, silencia la desvergüenza de que esa retribución nunca haya llegado a esas mujeres, pues comprar un televisor, una lavadora, o lo que haya que comprar para la casa y las personas que la habitan, no es ninguna forma de salario, sino que se asemeja mucho más a la explotación de la esclavitud, en la que el amo suministraba a sus esclavos y esclavas, lo indispensable, al tiempo que abusaba sexualmente de las mujeres esclavas que le daba la gana.

Su visión de la explotación reproductiva de las mujeres, es incluso mucho más clarificadora que la que nos acerca Federici y además muestra y expone, cómo tiene de interiorizado, asumido y naturalizado ese patriarcado que usted niega que exista en los países centrales del capitalismo. Ya voy entendiendo porque insiste tanto sobre su “inexistencia”, y eso aporta luz sobre las razones de otras personas que también lo nieguen.

Solo para que no cree confusión con sus palabras, le aclaro que la frase que usted destaca, no es textual de Federici, sino la interpretación de quienes hacen el relato de la charla y además la frase es un poco más larga y clarificadora.

Dicho esto, vayamos a la frase en cuestión.

El trabajo reproductivo y el cuerpo de las mujeres en sí mismo es la primera fuente de riqueza porque reproducen el resto de fuerzas de trabajo. Sin él, no hay otras formas de producción, y por esto existen estas formas de opresión sobre las mujeres porque “el ataque a las mujeres es un ataque a la cohesión de la comunidad y a la reproducción social”.

Interpreto, pero antes destaco el final de la frase que sí que parece textual: “el ataque a las mujeres es un ataque a la cohesión de la comunidad y a la reproducción social”.

En mi opinión el significado de ese ataque es algo que tendrían que plantearse muchas personas, grupos y colectivos que hacen “razón de ser” en el “ataque a las mujeres”. Federici nos dice que eso “es un ataque a la cohesión de la comunidad y a la reproducción social”. Interpreto que quienes atacan a las mujeres, lo hacen con diversas estrategias. Las mujeres, en las comunidades o espacios comunitarios, colectivos, han sido quienes se han encargado del rol de crear la cohesión del grupo. El sistema, con su individualismo, no solo ha atacado a la comunidad o a lo comunitario, sino que lo ha hecho, con el objetivo de destruir esa conciencia comunitaria, atacando también a las mujeres que eran la base más importante de esa cohesión de los grupos humanos. Tal vez una de las posibles respuestas al porqué de ese avance del individualismo y las estrategias individualizadoras, la encontremos ahí.

El ataque a los derechos de las mujeres, es también un ataque a la cohesión de los grupos humanos que tienen aún conciencia de comunidad, de comunitario, de compartir, de lo colectivo…, y también un ataque a la reproducción social.

Muchos de esos ataques a las mujeres tienen que ver con sus sexualidades y la reproducción. Los discursos antiabortistas parten de la culpabilización de la mujer que decide abortar, pero en realidad esa culpabilización es también un ataque a la reproducción social, pues en nombre de una hipotética “humanidad”, concibe a la mujer como paridora y la prejuzga como “mala madre”, antes que como mujer y persona. Las razones del aborto voluntario no se hayan en esas absurdas ideas de que las mujeres no quieren “parir” hijos e hijas, sino todo lo contrario. Donde hay niños y niñas, es porque una mujer las ha parido, y los niveles demográficos mundiales, no son responsabilidad de las mujeres, sino la excusa de intereses del capital que las culpabiliza por no someterse a sus deseos.

Lo que parece que se deduce, es que todas las violencias que tienen que afrontar las mujeres en todo el mundo, y no solo en los países centrales del capitalismo, están relacionadas.

Las palabras de Federici en momentos, son motivadoras y expone claramente que la violencia contra las mujeres, no se erradica desde los púlpitos, los despachos o los programas gubernamentales, sino que debe llegar desde abajo y desde las propias mujeres, y aunque las palabras de lxs cronistas dicen que “Federici hace un llamamiento a la importancia de la organización social del feminismo”, lo que interpreto de las palabras recogidas, es que ese llamamiento es a la organización de las mujeres, sea dentro del feminismo o fuera de él, pero organizadas.

Y después, el colofón de la crónica, muestra una vez más, que hay mujeres y hay feminismos, que no odian a los hombres, sino que les reclaman su sincero compromiso para erradicar todas esas violencias que se generan contra ellas, porque ellos están en el centro de esas violencias.

PD
Sobre la información de la mujer que lidera el partido de ultraderecha en Alemania, eso no es nada extraordinario, como también dejó de serlo, constatar que hay racistas que no son blancos. A alguien se le debieron de derribar algunos mitos.
Re: Silvia Federici: "La violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo"
14 set 2017
No. Nada extraordinario. Como que la señora Alice Weigel demuestra per se que se puede ser mujer, lesbiana, de extrema derecha, racista, oligarca, con varias carreras, guapetona, estar casada con otra lesbiana (pero ser partidaria de eliminar a los homosexuales) y tener hijos (por inseminación artificial o por maternidad subrogada) pero rubitos y alemanes que perpetúen a su género (el humano) y la raza (aria)... y además le queda tiempo para combatir a unos malvados (in)migrantes racistas negros musulmanes integristas promotores del terrorismo wahabita. Todo estupendo, solo que ella solita le desmonta completamente las teorias a la señorona Federici, que habla de "la mujer sometida y explotada" con fines reproductivos por los malvados machirulos patriarcales... ¡Maravillas de la postmodernidad!
El federicismo es un reformismo socialdemócrata especifico para el proletariado femenino
15 set 2017

“El trabajo reproductivo y el cuerpo de las mujeres en sí mismo es la primera fuente de riqueza porque reproducen el resto de fuerzas de trabajo. Sin él, no hay otras formas de producción, y por esto existen estas formas de opresión sobre las mujeres porque “el ataque a las mujeres es un ataque a la cohesión de la comunidad y a la reproducción social.”


No, el trabajo reproductivo y el cuerpo de las mujeres “en si mismo” no es la primera fuente de la riqueza. La primera fuente de la riqueza es la naturaleza. Esto es obvio. Federici confunde y hace confundir aquí Trabajo Humano Reproductor con trabajo reproductivo en el modo de producción capitalista. La afirmación de que el trabajo reproductivo, esto es, quitando la confusión categorial federicista, el Trabajo Reproductor es más básico para la existencia humana que el Trabajo Productor y la Naturaleza, con independencia de si los hacen hombres o mujeres, favorece a la producción capitalista de plusvalía y así la reproducción ampliada del capitalismo en tres aspectos:


  • 1/Desconsidera la dependencia humana de la Naturaleza, y así la necesidad histórica de superar su degradación a un mero factor externo generador de ganancias sin costes para el capital.

  • 2/ Desvaloriza al Trabajo Productor como tal que es el principalmente explotado como productivo de plusvalia, hasta ahora, por el capital

  • y 3/ Allana el camino a la mercantilización de la Esfera de la Reproducción, y a la transformación masiva del Trabajo Reproductor proletario en trabajo productivo de plusvalia, lo que el capital necesita imperiosamente para proseguir su expansión a escala mundial.

    • En su afirmación, la federicista o Federici no solo niega la realidad de la dependencia del Trabajo Reproductor respecto al Trabajo Productor, y así que los modos de reproducción históricos dependen y están limitados, en una dialéctica social interna con ellos y otra externa con la naturaleza, por los modos de producción históricos, sino que además afirma que no negar esta realidad es la causa de la opresión a las mujeres y del ataque a las mujeres. Esto es una confusión descomunal.


      Peor todavía, las federicistas afirman que el ataque a las mujeres, - que antes han dicho que es la afirmación del carácter fundamental y prioritario del Trabajo Productor, también desarrollado por mujeres, sobre el Trabajo Reproductor, también desarrollado por hombres - es un ataque a la cohesión de la comunidad y a la reproducción social.


      En realidad, lo que aquí está afirmando el federicismo es el predominio del Trabajo Reproductor sobre el Trabajo Productor, y, a la vez, el carácter enemistoso de quienes niegan la cohesión de la comunidad. Sin embargo, el motor principal en esta fase de la historia es la lucha de clases, no hay pues una “la comunidad” cuya cohesión hayamos de salvaguardar como afirman las federicistas, hay una sociedad dividida en clases, y ponerla en cuestión y superarla históricamente es la función y la necesidad históricas del proletariado revolucionario.


      Por otra parte, el Trabajo Reproductor no es la primera fuente de la riqueza, depende del Trabajo Productor para ser fuente de riqueza, tanto como dependen por igual de su realización con éxito los cuerpos de las mujeres y los hombres para poder seguir vivos. Y tanto como el Trabajo Productor mismo también depende de la Naturaleza, primera fuente de las riquezas, para poder tener éxito y seguir desarrollándose. Por supuesto, esta afirmación no niega el carácter interdependiente del Trabajo Reproductor y el Trabajo Productor, solo reconoce el movimiento de la totalidad tal cual es, sin >unilateralismos.


      El confusionismo categorial federicista y la mercantilización actual de la Esfera de la Reproducción.


      Hay que recordar que Federici ha sido una de las grandes promotoras de la necesidad de la salarización del trabajo reproductivo doméstico femenino, lo que requería afirmar la forma mercancía del trabajo reproductivo doméstico que en su mayor parte es realizado por mujeres. Pero esta reivindicación de la mercantilización del trabajo reproductivo doméstico del proletariado es un arma de doble filo:


      "Como explica Kliman, de este pasaje se deduce que para Marx hay por tanto dos procesos de producción en la sociedad capitalista. En un proceso, el proceso de producción capitalista, el trabajo de los obreros junto a los medios de producción produce mercancías. En otro, que tiene lugar fuera de la esfera de producción capitalista, el trabajo doméstico reproduce la fuerza de trabajo (Kliman 2016) (y sí, es totalmente compatible con esta idea afirmar que bajo los roles de género tradicionales, éste es un trabajo que realizan desproporcionadamente las mujeres). Marx no está ignorando este segundo proceso, pero no es del que se ocupa en El Capital. La confusión que lleva a cabo Federici de los distintos conceptos en el análisis de Marx no tendría mayor relevancia si no fuera por el hecho de que la autora en realidad está tratando temas que, como he comentado al principio, me parecen muy relevantes y que merecen una crítica minuciosa. Y ello sobre todo desde posturas como las inscritas en la tradición marxista que haciendo honor a la máxima del alemán, no deberían contentarse con interpretar el mundo, sino que deberían aspirar a cambiarlo. Porque aunque parta de un análisis con el mejor de los objetivos (entender el por qué de la desigualdad de género, entre otros), el acabar enturbiando el significado de distintos conceptos usados por Marx, puede en última instancia ir calando de forma distorsionada entre quienes buscan tomar parte en ese mismo análisis, hasta que su tratamiento de problemas concretos y actuales de género adopte formas reaccionarias.


      Como si fuera un bumerán, el empañamiento del análisis feminista con lugares comunes liberales (la sacralización del voluntarismo individual como supuesta expresión de la libertad) puede acabar volviéndose contra los objetivos que se perseguían. Un ejemplo es el debate actual sobre el alquiler de vientres. En la red se puede leer la legitimación de la práctica en la derecha, por parte de autoproclamados liberales que creen usar la lógica feminista para exponer contradicciones entre quienes se oponen a la misma. Y por eso, aún cuando la propia Federici haya firmado un manifiesto en contra de este negocio, sorprende leer idónea defensa de éste en el progresismo que haciendo uso de lógica liberal cubierta de un barniz "radical", dice invocarla como inspiración y explicación."


      Una crítica al enfoque de Silvia Federici. De la quema de brujas al trabajo productivo

      Guillem Murcia Lopez


      http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231366&titular=de-la-quema-de-brujas-al-trabajo-productivo-



      La revolución feminista del federicismo no se puede traducir en otra cosa, pues, que en la inclusión del trabajo reproductivo proletario doméstico, la actividad afectivo-sexual y de gestación y cría de los seres humanos masivamente en la Esfera de la Producción de plusvalía, por medio de su previa mercantilización y transformación en Trabajo Reproductor humano asalariado, esto es, productivo de plusvalia capitalista, una innovación social radical, pero no revolucionaria, que se vuelve contra el proletariado.


      El proceso de mercantilización del trabajo reproductivo proletario en toda la fase toyotista legitimado por el discurso reformista del federicismo ha tenido, de todos modos, beneficiarios, pero estos no han sido ni el proletariado ni las mujeres proletarias. En el estado español en los años 1990 había 400.000 mujeres trabajando en trabajos productivos capitalistas de reproducción doméstica, incluidos, crianza, limpieza, cocina y cuidados, ahora hay un millón cien mil personas, de las cuales al parecer solo cotizan a la seguridad social en torno a medio millón. Esto significa que una masa de excedente social producido orientado a la reproducción proletaria, - que antes se realizaba en el proletariado mismo -, ahora se realiza en quienes tienen poder de compra para adquirirlo, usualmente la clase media y la burguesía. He aquí una de las determinaciones que promueven la caída de la reproducción biológica del proletariado en este entorno; la Desposesión del Trabajo Reproductor proletario por medio de su mercantilización. Claro que ya no hablamos abstractamente de categorías como la represión, el estado, el capital, el patriarcado, sino concretamente de lucha de clases, explotación del proletariado y acumulación de capital.


      El interclasismo de “las mujeres” en el federicismo.


      La noción interclasista de “las mujeres” unida a la idea de la “cohesión de la comunidad” que nos lanza el federicismo, parte del presupuesto de que hay una cooperación fraternal entre las mujeres, con independencia de la clase a la que pertenecen, en la reproducción biológica y social, de una o cualquiera de las formaciones económico-sociales de la Sociedad de Clases. No habría, por tanto, lucha de clases intragénero en las mujeres alrededor del excedente social disponible para la reproducción biológica y social. De este modo, el hecho de que 300, 400.000 o más mujeres compren como empresarias domésticas la fuerza de trabajo femenino proletario reproductor ya mercantilizada para mejorar su propia reproducción biológica y social doméstica, y la de su clase, queda ocultado radicalmente en el análisis teórico, pues tenerlo en cuenta derribaría todo el discurso ideológico feminitario interclasista del federicismo, que pivota sobre la noción interclasista de “las mujeres”.



      Las consecuencias materiales en el proletariado


      “Ese feminismo reformista (cuya expresión científica es la ‘economía feminista’ clásica) ha conseguido que las mujeres (desde hace ya un par de décadas) tengan que hacer un doble trabajo (en casa y fuera de ella), y además, como guinda del pastel, ha conseguido desestructurar gran parte de las familias obreras de los centros imperialistas, dejando desamparadas económica y socialmente a multitud de personas, sin haber conseguido, por lo que a los datos refiere, disminuir en absoluto la violencia machista en ninguna de sus formas, ni tampoco el monopolio del hombre sobre la economía familiar. Luego el problema de género no era interno al salario, sino a la relación del salario con la ganancia capitalista (lucha de clases). Es decir, que la explotación de género forma parte de la explotación de clase, pero esto se sigue ocultando alegremente.”


      Lo que Marijaia esconde: ¿acaso tenemos algo que celebrar?Kolitza


      https://borrokagaraia.wordpress.com/2016/08/19/lo-que-marijaia-esconde-acaso-tenemos-algo-que-celebrar/



      Federici considera erróneamente que el Trabajo Productor es secundario para la creación de riqueza ante el Trabajo Reproductor de las mujeres, y acertadamente que el Trabajo Reproductor en el capitalismo es una forma de opresión y explotación de las mujeres proletarias. Ante esto, en lugar de promover una revolución que cambie las condiciones del trabajo reproductor y reproductivo poletario, promueve por un lado la centralidad del Trabajo Reproductor y, a la vez, la mercantilización del Trabajo Reproductor proletario, su salarización, lo que lo transforma en trabajo productivo de plusvalía y lo integra en la Esfera de la Producción de plusvalia capitalista. Esto significa una catástrofe para el proletariado pues impide la comprensión de dos procesos materiales básicos de masas en la lucha de clases de finales del toyotismo e inicios de la robotización:



      LA ALTA OFERTA de la fuerza de trabajo doméstico, con su correspondiente desvalorización.


      De un lado, correlativa a las presiones de expulsión hacia el mercado de la fuerza de trabajo reproductora femenina formadas por el derrumbe en el proletariado del Salario Familiar aún masivo durante el fordismo en las zonas industrializadas, la llamada a la mercantilización del trabajo reproductivo doméstico como la salida supuestamente lógica y reivindicativa a la opresión capitalista doméstica en el proletariado femenino, se resuelve en una alta y bien aceitada oferta constante de fuerza de trabajo femenina reproductora doméstica, que lleva a la caída de sus precios y condiciones sociales. Pero, a la inversa, también se traducen en un aumento paralelo de la asequibilidad del empleo de esa fuerza de trabajo reproductora proletaria por parte de las mujeres de clase media que se convierten en un empresariado doméstico beneficiario de la expropiación y succión en masa del trabajo reproductor antes disponible en el seno del proletariado.


      El endurecimiento del generismo en el discurso hacia el proletariado femenino responde a la lógica de desviación y ocultación de esta realidad que es la consecuencia práctica de la acumulación de capital y de la lucha de clases durante el toyotismo, en la que Federici y el federicismo han hecho sus funciones de acompañamiento reformista.



      LA BAJA PRODUCCIÓN DE VIDA en el proletariado interno de los países imperialistas


      La elevación de la cuota de explotación del proletariado femenino y del proletariado en general, en la fase toyotista, se ha traducido, a su vez, en una bajada de su reproducción biológica proletaria. La bajada de producción de vida en el proletariado no es un logro positivo resultado de la toma de control sobre la reproducción biológica y social por parte de las mujeres como pretende hacernos creer la socialdemocracia federicista, sino que es otro resultado negativo de las condiciones de explotación aplastantes que corren en detrimento de la reproducción biológica del proletariado y de las mujeres proletarias. De esta guisa, se han dado en esta fase toyotista de la explotación docenas de millones de dramas personales reproductivos en el proletariado. Pero la bajada de la producción de vida en el proletariado, en cambio, no corre en detrimento de las mujeres y los hombres que disponen de poder de compra para facilitar la natalidad, corre a su favor, y estos invariablemente están en la clase media no reproletarizada, y en la burguesía.


      No es pues el ataque a la ‘cohesión de la comunidad’ lo que pone en riesgo a la reproducción sino que es el desarme teórico del proletariado traído por el federicismo, que oculta que la contradicción principal es entre el proletariado y el capital, lo que ha permitido y permite que no seamos conscientes de que el aumento de la cuota de explotación ha llevado al colapso a la natalidad en el proletariado interno en los países imperialistas centrales. Estos ya son regiones continentales en despoblación y sus regímenes globalistas se lanzan a ejercer el Imperialismo demográfico para reiniciar el ciclo de explotación del Trabajo Humano y Reproductor sobre el nuevo proletariado.



      La alianza de clases socialdemócrata alrededor del generismo corre en contra del proletariado


      El endurecimiento del discurso de la primacia del Trabajo Reproductor sobre el Productor, el confusionismo sobre el hecho de que el Trabajo Reproductor Mercantilizado deviene en trabajo productivo de plusvalia, el ninguneo del componente destructivo del derrumbe del Salario Familiar en el seno del proletariado, y el enduremiento del discurso generista de la primacia de los derechos de genero de las mujeres sobre todos los demás, por ser, supuestamente, la primera riqueza, es la base política de una alianza de clases socialdemócrata entre la clase media y amplias fracciones del proletariado, en las que el proletariado femenino es incluido a través de deformaciones adhoc del feminismo, lo cual solo es sostenible mientras y donde haya empleo y algún nivel de salario indirecto para la supervivencia. Una base ideológica que oculta los resultados reales en el proletariado de la acumulación de capital en esta fase avanzada y de su acompañamiento federicista con el discurso mercantilizador y desvalorizador social de la maternidad, las relaciones sexo-afectivas, y política de la cooperación intergéneros en el proletariado.


      Ahora vienen las consecuencias de este desarrollo ampliado de la acumulación de capital sobre el Trabajo Reproductor proletario para centenares de millones de mujeres que, teóricamente desarmadas, ya están incluidas a la explotación capitalista en la Esfera de la Producción de plusvalía como mera oferta de fuerza de trabajo superabundante, y que, de todos modos, sin poder de compra de natalidad, crecientemente excluidas de Esfera de la Reproducción como consumidoras, terminan por no tener en los hechos derecho a reproducirse sino chocan directamente no con el fantasmático El Patriarcado sino con el palmariamente material y muy real El capital.


Re: Silvia Federici: "La violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo"
16 set 2017
Sr “.”, una vez más hace gala de su arrogancia. Usted no sabe, ni puede, decir que es a lo que se refiere Federici. Usted solo puede interpretar, y como interprete, deja mucho que desear porque cuando no cambia la melodía, cambia la letra, y a veces incluso se inventa tanto la letra como la música. Su oído “musical” tiene serios problemas.

Cuando usted habla de “la primera fuente de la riqueza”, se descubre como alguien que identifica la naturaleza, como algo a explotar para obtener esa riqueza. En una ocasión ya le tuve que advertir que la naturaleza no era suya, sino que usted forma parte de ella.

Debería de actualizarse un poco y dejar de vivir en tiempos pasados. Desde que occidente se dedicó a invadir otros territorios, su cultura dió la espalda a la naturaleza y la vio como mera mercancía. De ahí que usted hable de que es “la primera fuente de la riqueza”. Supongo que Endesa debe de pensar lo mismo.

El link que nos “regala” y que dice ser crítico con Federici, es muy interesante por varias razones. La primera porque dice que Marx hace un análisis del Capital desde una visión más economicista… Por un lado se contradice porque dice que Marx no lo analizó todo, y por ello lo disculpa al no hablar del trabajo no retribuido de la mujer, del trabajo reproducitivo. Por otra parte, afirma que Marx np hizo un análisis completo del capitalismo, y que por ello no hay que pensar que habló de todo.

La cierto es que desde el marxismo, lo que se ha dicho siempre, es que Marx hizo un análisis completo, y no es que las demás le pidamos “peras al olmo”, sino que señalamos que fue tan completo, que fue un continuador de esa visión masculina del mundo.

En otra parte de la “crítica”, acaba diciendo que sí que tuvo en cuenta el trabajo reproductivo, pero desde esa perspectiva economicista. Vamos, que lo tuvo en cuenta, pero no lo tuvo en cuenta. Esa es la gran crítica.

Pero también es interesante el artículo de Rebelión porque en ningún momento habla de esa teoría de su invención, sr “.”, en la que usted afirma que el capitalista pagaba el trabajo reproductivo a través del salario del hombre.

Federici cuando habla de la no retribución del trabajo reproductivo por parte del capital, en una parte de sus palabras que destaca el artículo de Rebelión, habla de que puede ser que el capitalista ya supone que la solidaridad familiar, no como salario, sino como parte de un problema que no le compete, y sí a la familia proletaria.

Ahí queda bien claro que Federici reconoce la dependencia, y aunque usted lo niegue, una de las reivindicaciones tradicionales del feminismo, ha sido el reclamo de la independencia económica. Se reclama independencia, porque se reconoce una dependencia indeseable.

Quiero decir que usted ya no sabe que inventar para seguir basureando a Federici. Más allá de esa otra interpretación que habla de “enturbiar el significado de distintos conceptos usados por Marx…”, el autor afirma que Marx pretendía entre otras cosas, “entender el por qué de la desigualdad de género”. Una desigualdad que usted niega que exista en los países centrales del capitalismo.

Fíjese que Guillem Murcia especula sobre esos hipotéticos “lugares comunes del feminismo con los liberales”, diciendo que estos “creen usar la lógica feminista para exponer contradicciones…” De entrada la derecha imita todo lo que considera que puede serle de utilidad para su fin. Llaman “feminazis” a mujeres que se organizan, que sacan sus propias conclusiones, que no asumen el rol social pasivo que tenían asignado… Personajes con ideas reaccionarias y totalitarias, que están más cerca de las ideas nazis, intentan encubrir su verdadera ideología llamando a las mujeres “feminazis”. La estrategia de que si descalificas a la persona contraria, sitúas las sospechas sobre ella. Una estrategia a la que usted ya nos tiene muy acostumbradas cuando reparte insultos “sin razón y sin motivo”.

Al final, lo que dicen o hacen las mujeres, para usted, todo se vuelve contra el proletariado.

Decir que “categorías” como el estado, el capital, el patriarcado son abstractas y que la lucha de clases es concreta, es de una concepción tan cerrada como obtusa.

En eso que usted afirma con total descaro de que lo “único que ha conseguido el feminismo es que las mujeres tengan que hacer un doble trabajo en casa y fuera de ella y han desestructurado gran parte de las familias obreras…”, parece una burla macabra. Usted afirma que no es una cuestión de “explotación de género”, sin embargo, con toda desvergüenza, oculta en esas “familias y hogares” a los hombres que viven en ellos, a los que le reconoce “el monopolio sobre la economía familiar”.

Está claro, la explotación en casa, por parte del hombre que no se hace cargo de compartir esas tareas, y la explotación en el trabajo, por parte del capitalista que quiere mayor productividad y más beneficios…, es “lucha de clases”…, de “clases” de sirvengüenzas explotadores que buscan lo mismo y el hecho de que en esas circunstancias las explotadas sean casi siempre mujeres, no es una cuestión de género sino de estrategias del feminismo.

Tantas vueltas para decir barbaridades tan monumentales como esas.

Sus teorías son indecentes. Cuando usted habla de esas “mujeres de clase media que se convierten en un empresariado doméstico beneficiario de la expropiación y succión en masa del trabajo reproductor”, se vuelve usted a olvidar de que también los hombres de clase que viven en ese “hogar familiar de clase media”, son co-empresarios y “beneficiarios de la expropiación y succión en masa del trabajo reproductor”

Esos lapsus de olvidar las responsabilidades compartidas entre hombres y mujeres, y sólo responsabilizar a la parte de las mujeres, le delatan como “reproductor” de discursos misóginos.

Lo que realmente va contra el proletariado son hechos muy evidentes. ¿Qué le parecen a usted esas personas que recibiendo ayudas económicas de familiares, y que por dedicarse a sus “estudios” y resistirse a trabajar, permiten que sus hijos mueran de frío o de hambre?

¿Qué le parecen a usted esos gobernantes que, con sus condiciones impuestas de vida, dejan que mueran una cuarta parte de la población del país que gobiernan?

¿Qué le parecen a usted esas personas que se llenan la boca con la defensa del proletariado, pero que viven a expensas de las ayudad familiares de sus padres?

Dígame usted qué le parecen este tipo de personas, gobernantes y no gobernantes, y verá como toda sus teorías marxistas y las inventadas supuestamente marxistas, se van por el vertedero de las falsedades.

Usted solo defiende el proletariado desde su teclado, y porque está convencido que tiene una “misión”.
Es reformismo socialdemócrata, se ponga como se ponga
16 set 2017

El Trabajo Reproductor no es simplemente trabajo femenino, es trabajo que tiene que ver con la reproducción de los seres humanos, y también incluye en él a los hombres en determinada proporción, esto no es exactamente lo mismo que el trabajo reproductivo en el capitalismo, este trabajo, normalmente, consume valor, no lo produce, al igual que el trabajo improductivo, aunque este otro sí está salarizado. Puede comprobar, pues, que la categoría salario es una categoría compleja, no plana, como usted tiende a verla.

El Trabajo Reproductor puede ser trabajo productivo de plusvalía si se lo mercantiliza, que es lo que lleva postulando el federicismo desde hace cuatro décadas. Trabajo reproductivo es no solo el que hacen las mujeres o los hombres en el "hogar", también el que hacen los niños y los jovenes cuando estudian, también el de los adultos que enseñen habilidades sin cobrar, o el de los ancianos en apoyo a otras generaciones. No confundir con el trabajo improductivo. ¿Hay que mercantilizarlo todo? Pues qué chupi, porque eso no es una revolución, simplemente es ampliar la base laboral de la acumulación de capital, y así de la explotación capitalista del proletariado.

Tiene usted razón, por otra parte, en que los hombres empresarios domésticos son unos sinvergüenzas, ¿me puede usted explicar por qué las mujeres empresarias domésticas no lo son? Ah, claro, se me había olvidado, es distinto, pues para el federicismo no se debe atacar a las mujeres pues ello equivale a atacar a la cohesión de la comunidad, y tal… O sea, interclasismo ramplón.

Usted dice:

-“que el trabajo reproductivo asignado a las mujeres nunca ha sido retribuido, es que el capital ya contempla esa “retribución” en el salario de los hombres. Sorprendente “argumento” con el que encubre la explotación capitalista, al mismo tiempo que, de ser como usted dice, silencia la desvergüenza de que esa retribución nunca haya llegado a esas mujeres, pues comprar un televisor, una lavadora, o lo que haya que comprar para la casa y las personas que la habitan, no es ninguna forma de salario, sino que se asemeja mucho más a la explotación de la esclavitud, en la que el amo suministraba a sus esclavos y esclavas, lo indispensable, al tiempo que abusaba sexualmente de las mujeres esclavas que le daba la gana”.

Mire usted, le salario esencialmente es un fondo de consumo, de manera que sí y cuando el capital no paga un fondo de consumo suficiente para la reproducción en el salario, no es posible la reproducción. Por esto, no porque a mí me dé la gana, hay que reconocer que el capital retribuye en el salario la reproducción social y biológica allí donde esta se está realizando todavía, eso si, lo hace al menor costo posible y dejando a la maquinaría estatal socialdemócrata o conservadora, desde jueces, periodistas, policías, curas, intelectuales, técnicos, base social de apoyo e incluso a federicistas sin fisuras, la función de regular y disciplinar al proletariado para que se ajuste a ese menor costo posible. Eso si, ese menor costo posible, dependiendo de la coyuntura y las condiciones concretas en cada fracción asalariada del proletariado o de la clase media, puede constituir un fondo de consumo considerable o un fondo de consumo depauperador.

De otro lado, la relación de dependencia del Trabajo Reproductor en el proletariado y así de quien lo haga, no tiene nada que ver con el esclavismo, el cual se distingue por ser la propiedad por parte de un propietario de un productor, y por tanto implica su libertad de venderlo a un comprador. Esto no tiene nada que ver con la situación de las mujeres proletarias, explotadas por el capitalismo en los espacios de reproducción de la fuerza de trabajo (“hogares”). El problema no está en los géneros ni en el caracter primordial o secundario de uno o de otro trabajo, está en la dialéctica de los tipos de propiedad, en la propeidad capitalistade las fuerzas productivas, e inmediatamente en la lucha de clases, aunque a usted no le guste que se teclee esta realidad.

Le recuerdo que los hombres explotados, supuestos amos de esclavas en su relato y el de Federici, resulta que tienen menor expectativas de vida, mayor mortalidad por accidentes laborales, enfermedades laborales, suicidios y enfermedades derivadas de tormentos de desempleo que las mujeres proletarias. Le recuerdo que era una media de once años en los barrios más proletarios de EH en las cifras del estudio sobre diferencial de expectativas de duración de la vida que le proporcione, eso si, en los barrios en que las mujeres proletarias han estado en trabajos productivos en lugar de reproductivos la media de expectativas de esas mujeres se derrumbaba también a los niveles de los de los hombres. Esto revele la gran mentira del federicismo al proletariado, especialmente el femenino, sobre el carácter y dónde se produce la verdadera explotación capitalista. Ya se que a usted esto de las expectativas de duración de la vida le importa un pito, y hasta casi se desternilla cuando se le menciona la brecha de sexo-géneros en el suicidio, pero esto demuestra que la posición, en gran proporción masculina en el aparato productivo es de deterioro brutal, pues cuando se está en una posición de explotado o de tormentos de desempleo se está en lugar social destructivo.

La crítica de Federici funciona como un salón de cosmética para embellecer esta brutal realidad, pareciendo al final que las personas que son explotadas en la Esfera de la Producción son sultanes con un harén en ese discurso ideológico, dejando de lado, además, que muchos de ellos son mujeres. Claro, como Silvia jamás ha trabajado explotada bajo una relación salarial pues qué podría decir. La guinda la pone cuando ningunea el problema crucial de la existencia permanente de una porción del proletariado, entre un tercio y la mitad en este entorno, que se encuentra en posición de sobrepoblación relativa, combinando la explotación con los tormentos de desempleo, y por supuesto, compuesta por hombres y mujeres. Es que ya son varias dimensiones básicas cruciales que el federicismo saca del foco, con su aplauso a rompe manos. Pues todito para usted, señora Aliss.
Re: Silvia Federici: "La violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo"
17 set 2017
Vaya, se sale hasta de la pantalla de tan listo que es. Deje de inventarse cosas, Yo no he posicionado a favor de “las mujeres de clase media…” Simplemente le he señalado la falsedad de su argumento al referirse sólo a ellas como “empresariado doméstico beneficiario de la expropiación y succión en masa del trabajo reproductor…”

Usted siempre evita las responsabilidades compartidas, sólo señala a las mujeres. ¿Lo entiende ahora?

Y por otra parte, cuando usted se justifica y desvaloriza las palabras de Federici diciendo “claro, como Silvia jamás ha trabajado explotada bajo una relación salarial pues qué podría decir”, está usted desacreditando a Carlos Marx. Desde luego Federici es marxista.

Sigue usted sin responder a las preguntas que le formulé en el anterior comentario

¿Qué le parecen a usted esas personas que recibiendo ayudas económicas de familiares, y que por dedicarse a sus “estudios” y resistirse a trabajar, permiten que sus hijos mueran de frío o de hambre?

¿Qué le parecen a usted esos gobernantes que, con sus condiciones impuestas de vida, dejan que mueran una cuarta parte de la población del país que gobiernan?

¿Qué le parecen a usted esas personas que se llenan la boca con la defensa del proletariado, pero que viven a expensas de las ayudad familiares de sus padres?

Dígame usted qué le parecen este tipo de personas, gobernantes y no gobernantes, y verá como toda sus teorías marxistas y las inventadas supuestamente marxistas, se van por el vertedero de las falsedades.
El Federicismo, un negocio politico del reformismo socialdemócrata apoyado en el posmarxismo
17 set 2017
Modificat: 11:50:38

Debajo de toda la parafernalia marxista y feminista lo que encontramos en el federicismo es una política claramente reformista socialdemócrata muy elaborada y subvencionada por fracciones capitalistas y de clase media.

El verdadero papel del marxismo en la lucha contra el trabajo productivo de mujeres y niños.


Cualquiera que haya seguido a Federici en las últimas décadas se habrá dado cuenta de que siempre, en todas sus conferencias y textos, procura incluir una referencia negativa a Marx, al que acusa de no haber tenido en cuenta al trabajo reproductivo, sugiriendo la sospecha de que fue por su machismo por lo que cometió semejante desmán. El marxismo, señores y señoras, sentencia la Federici sin decirlo claramente, es una teoría masculina, pero ya está solucionado, aquí he llegado yo, Silvia Federici, paladina del generismo, para resolver este entuerto. El problema es que Marx no solo tuvo en cuenta el trabajo reproductivo femenino sino que participó junto al resto del movimiento obrero en la lucha por sacar a las mujeres y los niños del trabajo productivo en el que se los masacraba.



La masacre femenina e infantil en el trabajo productivo


Aquel proceso de explotación, una verdadera trampa capitalista de masas, era este: Los empresarios promovían la inclusión de mujeres y niños para los trabajos productivos. Con el aumento de la concurrencia, los salarios bajaban, las familias proletarias entonces encontraban una ventaja en tener más hijos, puesto que incorporándolos lo antes posible al trabajo, podían superar temporalmente el fondo de consumo de mera supervivencia en la depauracion estructural, PERO, como ello aumentaba la oferta de fuerza de trabajo proletaria disponible a corto plazo, a su vez reducía el salario. La devastación social cuando llegaban las crisis cíclicas y sus bajadas del ciclo industrial era brutal, pero en las alzas del ciclo industrial las jornadas de trabajo de todos, incluyendo las de las mujeres y los niños, se expandían e intesificaban sin limitación ninguna. La expectativa de duración de la vida de los proletarios era entonces de 22, 21, 25 años (38, 40, 41 para los burgueses) según las ciudades. La mortalidad infantil era brutal. Y la degradación general del conjunto del proletariado inefable.


Es en este contexto en el que el movimiento obrero se lanzó a luchar contra el trabajo productivo explotado de las mujeres y los niños (lo contrario de lo que ha hecho Federici en el caso de las mujeres en las últimas décadas y ahora oportunistamente no reconoce haber hecho), con el subproducto de que quedaban ubicadas como fuerza de trabajo en el trabajo reproductivo, pero la expectativa de duración de la vida aumentaba y la fecundidad femenina y la mortalidad infantil proletarias bajaban a niveles mucho menos brutales. La situación de las mujeres proletarias al reducirse numñericamente su expotacion en el trabajo productivo capitalista mejoró pues sustancialmente, y a la par, como ello, - unido al auge de las luchas sindicales proletarias en las que también tuvieron un papel protagónico -, determinaba la bajada de la oferta de fuerza de trabajo, los salarios tendieron a elevarse.



El origen del Salario Familiar


Este es el origen del Salario Familiar, el resultado en gran medida de luchas obreras, pero no únicamente este. La lucha del movimiento obrero internacional y de sus teóricos, dentro de los cuales el principal grupo era el núcleo de Marx-Engels, ubicado entre el prodhounismo y el blanquismo franceses, la fuerte tendencia anarquista en Italia y el estado español, el tradeunionismo británico y la socialdemocracia alemana, donde comunistas y lassalleanos que se codesarrollaban todavía en alianza contradicción , logró poner al capital a la defensiva cuando, además de presionar para sacar a las mujeres y los niños del trabajo productivo, se pusieron a presionar conjuntamente e una larga y dura campaña internacional por la reducción estructural de las jornadas de trabajo hacia su limitación en las ocho horas. Esto implicaba que se obligaba a los capitalistas a acumular a través del desarrollo de la Plusvalía Relativa, intensificando la productividad, y no a través de la Plusvalía Absoluta, a través de la superexplotación con jornadas interminables.


Marx, como teórico, sabía que el problema mortal para el proletariado es precisamente el trabajo productivo y el paro, y no el trabajo reproductivo, por lo que se concentró en comprender sus principales leyes de de desarrollo durante el capitalismo. El resultado fueron la Teoría del valor-Trabajo, la Ley General de la Acumulación de Capital y la Ley de la tendencia Decreciente de la tasa de Ganancia. Pero Marx comprendía que el trabajo productivo explotado, productor de plusvalía, y la reducción continua de la población proletaria a su realización, no se supera meramente con medidas de defensistas de la degradación brutal, sino que solo pueden superarse por medio de una revolución.



El gran negocio político de la mercantilización del trabajo reproductivo fordista durante el toyotismo


Federici y su equipo pretenden desconocer todo este contexto, se lo saltan montando un relato ideológico basado en caracterizar la brujería como una lucha de géneros, ocultando que respondía a luchas del campesinado, especialmente entre fracciones de la pequeña burguesía campesina y la alianza entre la burguesía y la nobleza territorial. Es decir, que era una de las expresiones concretas de la lucha por la concentración de la propiedad. En esta operación ha sacado de matute el significado real de la lucha del proletariado en el siglo XIX por evitar la masacre de sus mujeres y sus niños y de ellos mismos, negativizándolos ideológicamente incluso como “patriarcales”.


¿Cómo es posible que este golpe teórico, político e ideológico de la clase media y la aristocracia obrera comtemporáneas de los países capitalistas centrales haya podido llegar a este punto de verdadera devastación de la memoria histórica del proletariado sin que haya tenido núcleos de resistencia a la alienación política que implica tamaño montaje? Se llama lucha de clases.


En toda la fase toyotista el federicismo ha ocultado el carácter históricamente positivo de la lucha del proletariado contra el trabajo productivo de las mujeres y los niños, una verdadera necesidad de supervivencia. Y, ubicado en medio de varias fuerzas y procesos que determinaban el desgaste del fordismo, y del desarrollo alcanzado por el salario familiar, proyectaba la situación proletaria del final del fordismo a la situación del proletariado del siglo XIX. Pero lo hacía desde posiciones aristocráticas obreras, según las cuales la reproducción biológica del proletariado era negativa para el propio proletariado, mientras que sostener el trabajo reproductivo en el propio proletariado era signo de machismo, del que habria que liberarse.



Balance del fedricismo en la fase toyotista y perspectivas de su herencia al inicio de la robotización


La campaña supuestamente radical pro mercantilización del trabajo reproductivo duró décadas, en ella participó activamente federici al exigir su mercantilización, en colusión con la necesidad del capital de nueva fuerza de trabajo adicional, como signo de liberación, olvidando las condiciones capitalistas en que ese proceso de conversión a trabajo productivo se realizaba, pero todo esto ha tenido ganadores y perdedores. El desprecio al trabajo productivo, tiene perdedores también, entre ellos a grandes masas de mujeres que realizan trabajo productivo de plusvalía. La desaparición de la cuestión crucial de la sobrepoblación relativa, ha sido llevada adelante, así mismo, a machamartillo. La convergencia de los resultados de estas políticas y la propia dinámica de la acumulación, ya se han revelado como una depauperación proletaria de masas brutal, quizás más amplia aún contra las mujeres que contra los hombres proletarios, a partir de a crisis de 2007. Y el reformismo que se encubría tras estas posiciones ya es crecientemente inocultable. Es un reformismo socialdemocrata profesional, en el que hay involucrada una alianza de clases socialdemócrata, que ocultándose tras el feminismo y manipulándolo, tiene como principal objetivo de su agenda evitar su propia reproletarización.


Si, en estas condiciones de desarme teórico y gran envergadura de la sobrepoblación relativa, hay una nueva agudización de la crisis de sobreproducción, la situación del proletariado, especialmente del proletariado femenino, ya también excluido del trabajo reproductivo y del productivo, como lo estuvo el proletariado masculino excedente durante la fase toyotista, va a ser terrible. Para al menos paliar esto, conviene más que nunca no cesar de avanzar en la crítica a la política de la socialdemocracia y al neorreformismo, incluida su rama y cosmovisión, supuestamente feminista y gravemente confusionista en lo que concierne a la reproducción, del federicismo.

Re: Silvia Federici: "La violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo"
18 set 2017
Sr “.”, aclárese de una vez. En cada uno de sus fantasiosos relatos, dice cosas diferentes a ver si en alguna cierta.

De entrada, su comentario empieza con sus fabulaciones de lo que pensó y no pensó Federici. Usted no está en su cabeza, entiéndalo. Lo que dice, es invención.

En uno de sus comentarios se refería a Federici como una mujer que nunca había trabajado de asalariada, y eso, para usted, la deslegitimaba para saber lo que era el trabajo productivo asalariado. Sin embargo, Marx que tampoco trabajó de asalariado, y mucho menos Engels, ellos tienen la capacidad que niega a Federici, para hacer esa lectura acertada.

En cada comentario se inventa una fase del proceso de su relato. Y lo inventa en relación a lo que se va diciendo, por eso en ocasiones dice blanco, y en otras negro.

En otra ocasión negó la existencia de la caza de brujas, argumentando que eran brujos. Ahora saca a las brujas porque entran en su nuevo relato. Señor “.”, Federici dice claramente que la caza de brujas fue también para apropiarse de las tierras comunales y para acabar con un tipo de saber que tenía que ver con la naturaleza y los recursos que podían encontrarse en ella, entre esos recursos, las hierbas abortivas, y de ahí las acusaciones de tener “pactos con el diablo”. Federici no menciona la “matanza de brujas” como una “guerra de géneros”, eso es cosecha de su invención obsesionada. Fíjese que usted ni tan siquiera se refiere a la matanza de “brujas”, sino que se refiere a “la brujería”, invisibilizando que quienes morían en la hoguera, eran principalmente mujeres que tenían como recurso para su subsistencia, los terrenos comunales. Y sí, también se ajustició a hombres, pero en la mayoría de circunstancias, era por otros motivos aunque los acabasen juzgando por brujos.

La masacre de mujeres no es exclusiva del siglo XIX. Usted se refiere a la “masacre de mujeres y niños”, cuando de lo que habla es de explotación laboral extrema, pero fíjese que para los hombres, en esa misma época, la explotación laboral no era menos extrema, sino acorde a las necesidades del capital.

Usted hace de la historia un panegírico sensiblero y cargado de tintes de sensacionalismo hipócrita y falseador, haciendo creer que como hombre, sale en defensa de las mujeres y los niños, cuando luego, en otros lugares lo primero que maldice, es que en las manifestaciones contra el paro de su ciudad, no acudieron apenas mujeres y que la mayoría eran hombres.

Su relato es tan capcioso que acaba afirmando que las mujeres llaman a los hombres que lucharon por los derechos de ellas, patriarcales. Señor “.”, las mujeres también son patriarcales, no es algo exclusivo de los hombres. Todos y todas estamos sujetos y sujetas a esas estructuras de opresión y dominación, simplemente algunas nos damos cuenta y lo reconocemos, y a partir de ahí, intentamos salirnos de estructura relacional de dominación. Intentarlo no es conseguirlo. Eso es algo que sólo es posible cuando se identifican y reconocen esas estructuras. En su caso es tan complejo como imposible, pues niega la existencia del patriarcado en “los países capitalistas centrales”, que son los suyos. En “los países capitalistas no centrales”, para usted sí que puede haber patriarcado. Además eurocéntrico.

Usted siempre habla del proletarios, y por sus comentarios ni tan siquiera debe saber cuál es el origen del término, pues si lo supiera se daría cuenta de que hoy en esos sus “países capitalistas centrales”, le será difícil encontrar personas que coincidan con la definición del término.

Usted siempre sale poniendo como ejemplo a Marx, y dice que “unas mujeres” le consideran “machista” porque dicen que no tuvo en cuenta la situación de explotación de la mujer en sus estudios, y por ello deben de reinterpretarse o ampliarse.

Pues mire usted, si a Marx se le llama “machista”, tal vez tenga que ver con su actitud con las mujeres. Y si esa actitud era “machista”, es bastante probable que no las considerase “merecedoras” de estar en sus “importante estudios”. Como verá, he puesto lo de “merecedora” entre comillas, porque ese es su mismo pensamiento. El que ha expresado en alguna ocasión en esta web.

Y tal vez si a Marx se le considera “machista”, será porque 3 de sus hijos murieron de hambre y frío porque el solo tenía tiempo para su estudio y se desentendía del cuidado y crianza de estos. Es decir, él no abortó embriones, sino “seres humanos completos”, utilizando sus propias palabras.

Y usted que dice que Marx y el marxismo sí tenía en cuenta la situación de las mujeres, dígame, ¡Cuántas mujeres han sido presidentas del consejo de ministros de la URSS en esa etapa tan igualitaria socialista?

Si preguntamos a la primera persona que pase por la calle que nos diga 3 nombres de comunistas históricos, ¿Cuáles se cree que nos dirán? Sí, esos mismos Marx, Lenin, Stalin, tal vez alguien diga Engels, pero casi nadie, siendo generosa, dirá el nombre de una mujer.

Y además, usted que es tan exigente con las mujeres que narran su propia historia y las califica de “burguesas”, “socialdemócratas” “subvencionadas por la fundación Rockefeller”, etc…, dígame o díganos, ya que sabe tanto, qué trabajo asalariado se le reconoce a esos tres comunistas. Lenin, ese “líder” al que le hicieron un mausoleo y al que le quitaron el cerebro para estudiarlo, vivió del dinero que le daba su madre, no de su trabajo. Es decir, que era un “burgués” rentista del “sablazo maternal”. Cuando este gran “líder” de la nación subió al poder, murieron de frío y hambre tantas personas que ríase usted de los abortos de embriones… Ah!, claro, eso son muertes de personas que ya estaban vivas, y si están vivas, en algún momento podían morir, ¿no?.

Y si con Lenin murieron millones, con Stalin Lenin quedó a la altura de un aprendiz.

Aquí quien supuestamente va de “radical” y de “revolucionario”, no es Federici, sino usted, “cordero de dios” con piel de “lobo estepario” y dialéctica marxista romana, apostólica y católica, defensor de la familia tradicional, del patriarcado y del capital, y más falso que un político profesional de carrera.
El federicismo, reformismo de la reproducción del proletariado interno y de aceitado del imperialismo demográfico en el de la periferia
19 set 2017

Entro en Google y escribo Silvia Federici, da más de 400.000 resultados. Pero cuando pulso el botón de Videos salen 22.000. Tan gran desarrollo mediático-político del desarrollo del federicismo no es una casualidad.


Analizándolo compruebo la amplitud del mercado federicista, que se expande por los cuatro continentes con frecuentes viajes profesionales a gran número de ciudades durante décadas. ¿Cuándo trabaja esta académica en investigación o impartición de clases? Al parecer está liberada por su Universidad de estos trabajos y concentrada en su faceta de conferenciante tergiversadora internacional desde 1975. En su última tournée a los territorios y naciones que abarca y detenta el estado español, después de la emotiva conferencia (siempre son emotivas y catárticas sus homilías) en el chupi hípster centro cultural del Matadero de Madrid, se subió a Zugarramurdi a su peregrinaje habitual, lo que al parecer hace anualmente, demostrando que su financiación publiprivada, que se viene prolongado desde hace cuarenta años, es muy robusta. Hasta aquí la industria federicista no remite más que a otra caradura más.


El problema surge cuando en la edición del libro Revolución en Punto Cero, Federici tiene la cara de incluir entre sus agradecimientos a la Fundación German Marshall, nada sospechosa de promover ninguna revolución. ¿Qué interés puede tener una fundación capitalista en promover estas ideas supuestamente radicales y hasta pro revolucionarias y qué necesidad puede tener la supuestamente radical Federici en agradecerle nada a semejante fundación?

Cuatro videos muy recomendables sobre infiltración, disidencia controlada y caridad filantrocapitalista



El federicismo, de toyotismo doméstico a capital socialdemócrata de nueva ola


Como vimos, el federicismo en sus manipulaciones históricas se dedica a ocultar la lucha del proletariado para sacar de la masacre de la explotación en el trabajo productivo de plusvalía a las mujeres y los niños, en el siglo XIX. Pero, a la vez, se ha tirado 40 años cantando las excelencias de la mercantilización del Trabajo Reproductor Reproductivo para transformarlo en Trabajo Reproductor Productivo de plusvalía, que era lo que necesitaba el capital para superar el paradigma de acumulación fordista, al par que lanzaba todo su desprecio al… Trabajo Productor Productivo de plusvalía, esto es, explotado. Es más, para poder abrir ese espacio de mercantilización hay que elevar la cuota de explotación del trabajo productor, es decir, la lógica del reformismo federicista está en la base de la intensificación y ampliación de la explotación del proletariado, lo contrario de lo que hizo la generación de Marx, a la que siempre le dedica una punzada difamatoria y tergiversadora. Así pues, básicamente lo que ha significado el federicismo ha sido el embellecimiento de la precarización masiva del proletariado en la fase del toyotismo, siendo un toyotismo doméstico (toyotismo= el desplazamiento de la lucha competitiva entre las empresas, por parte de los monopolios, hacia la competición entre los propios trabajadores en los centros de trabajo, y, en el desarrollo toyotista federicista, hacia sus centros de reproducción [hogares]). Pero, ahora, cuando el toyotismo ya no da más de si en las grandes regiones continentales del imperialismo, ¿cuál es la dinámica de la acumulación de capital?

La desposesión en masa de la reproducción biológica de proletariado de las regiones centrales de la acumulación


Dado que aumenta continuamente la Composición Orgánica y Tecnica de Capital, la inversión media por empleo estable en Trabajo Productor Productivo de plusvalía aumenta. Esto reduce el empleo estable y sus desarrollos de empleos indirectos, estructuralmente, dejando como alternativa el subempleo estructural. Igualmente, el fondo de consumo en el salario moda del proletariado decrece eliminando la parte del fondo de consumo necesaria para la reproducción biológica del proletariado, y de las partes de la clase media en re-proletarización. La cuota de explotación aumenta, para poder valorizar mayor cantidad de capital por obrero, y la precarización general, aunada al subempleo en empleos terciarizados, va alcanzando a cada vez más amplias franjas del proletariado. El conjunto de presiones presentes DETERMINAN la bajada de la natalidad ya directamente conectada al nivel del salario moda en el proletariado. Esto es la forma histórica que toma la desposesión de la reproducción biológica del proletariado, una de las formas concretas en que va expandiéndose la depauperación absoluta del proletariado.


No es la consciencia la que determina la existencia, es la existencia la que determina la consciencia, y esta puede ser manipulada hasta cierto grado y en determinado lapso temporal con determinados medios pero no siempre. Uno de esos medios es el federicismo y el generismo en general, que pretende presentar como algo positivo la destrucción de las relaciones humanas básicas en el proletariado, como una asignatura pendiente en el proletariado femenino, cuando es ya el resultado del retraso histórico de la revolución socialista entre otras causas por la labor de zapa del reformismo.


Detrás de la nueva masacre, no otra cosa, insisto, que la forma que toma la depauperación absoluta del proletariado, concretada en procesos como la proliferación irrestricta del abortismo, la baja natalidad estructural, la imposibilidad de emparejar por imposibilidad material, al no proveerse de medios de vida como ingresos y vivienda, la existencia de la mitad de la población sin posibilidad de realizar su reproducción biológica como los animales domésticos, de granja, la brutalmente menor expectativa de duración de la vida, sobre todo, entre los hombres proletarios, el envejecimiento social, en geriátrico, por ausencia de jóvenes, tras todo esto, encontramos al federicismo ocultándolo en lo que realmente es una política reaccionaria.



Sobrepoblación relativa proletaria reducida a rebaños de granja


Por supuesto, la misma elevación de la composición orgánica del capital, que burguesiza el medio urbano y destruye todo espacio proletario no mercantilizado y no disciplinario, incluso elevando las cuotas de explotación brutalmente a la vez que dejando a la sobrepoblación relativa sumida en las mayores miserias para elevar la ganancia capitalista, ese desarrollo ampliado de la acumulación que tan bien acompaño el federicismo, y que mantiene a salvo de críticas a todo el tinglado del trabajo improductivo de las clases medias a cambios de su apoyo político como quedó claro en Grecia, se sostiene sobre la base del aumento de la deuda pública, empresarial y de los hogares (plusvalía o explotación futura) y de la inyección de inflación en la periferia de los países imperialistas (exportadores de capital), que reduce el fondo de consumo del proletariado también de la periferia.


Lo que esta ocurriendo en los países capitalistas centrales es, pues, el fenómeno inverso al del inicio de la acumulación de capital, si entonces la alta natalidad, la alta mortalidad, y la corta expectativa de duración de la vida en el proletariado preponderaban como forma principal de la masacre, ahora, en este capitalismo tardió el consumo de seres humanos como combustible de la acumulación de capital y del sostenimiento del trabajo improductivo que realizan las clases medias, lo que prepondera es que entre un tercio y la mitad de la población, que es proletaria en estas grandes regiones ya de envergadura continental, pierde su reproducción biológica, lo que la religión generista ve con buenos ojos, en su unión con los grandes monopolios imperialistas malthusianos y sus capitales radicados y móviles.



Moloc y Medusa


¿Cómo reemplazan a los explotados ya consumidos? Importando obreros de otros países, para ponerlos en la misma o peor posición que los anteriormente consumidos como combustible de la acumulación, para así reiniciar el ciclo de la explotación sobre masas de población explotada nuevas, que se verán en iguales o peores condiciones que las anteriores, mientras que para sustituir a la ideología de “El Estado de Bienestar” construyen una ideología socialdemocrata nueva en la “Política de las Identidades”, claramente disciplinaria y espectacular, para reiniciar los ciclos de explotación, consumo y sustitución del capital demográfico (la población proletaria) a consumir. Por supuesto, el costo de sacar adelante a esos seres humanos proletarios candidatos a sustitutos de los anteriormente devorados por la pareja capitalista de Moloc y Medusa, los sufragan los padres y madres del proletariado de la periferia, pero la riqueza y el valor alienados se queda en la burguesía y la clase media, normalmente socialdemócrata. No llegará a esos padres y madres. Aquí es donde el federicismo cumple su función de disciplinamiento con el discurso de la religión femenina y el falseamiento de la historia del proletariado, el confusionismo en las categorías básicas de la explotación, y la difusión de relatos falsos que falsean el diagnóstico y la raíz de la explotación, donde hace de clave de bóveda del Imperialismo Demográfico y de la acumulación de capital en general. Tarde o temprano, incluso pélelas como Aliss se verán obligadas a reconocer que la explotación por medio de la desposesión de la reproducción biológica del proletariado interno y del Imperialismo Demográfico del proletariado de la periferia, están siendo aceitados por el conjunto de la socialdemocracia y en concreto, en el proletariado femenino, por su rama federicista.

Sindicato Sindicat