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Notícies :: educació i societat : sanitat |
La dieta mediterrània
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per estudianta |
21 mai 2006
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M'han passat un fullet de difusió mèdica, "Las medicinas no científicas ylas enfermedades", on es denuncien algunes mentides sobre les malalties. Com ho veig molt interessant, en els pròxims dies vaig a publicar diverses cites. Està escrit pel catedràtic jubilat d'Història de la Medicina José María López Piñero. Ja he publicat
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/257718/index.php
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/258362/index.php |
La dieta mediterránea, que consiste fundamentalmente en el uso de aceite de oliva como principal grasa comestible y en el elevado consumo de frutas, verduras y pescado, es hoy considerada internacionalmente como la nutrición óptima desde el punto de vista médico. Resulta pintoresco que fuera despreciada en los países que utilizaban grasas animales saturadas, una de las principales causas de la arteriosclerosis y otras enfermedades cardiovasculares. A este respecto destacan los franceses, que llegaron a convencer a la alta burguesía de que la cocina de la Francia no mediterránea era "la mejor del mundo" y, todavía más, los seguidores del patrioterismo aristocrático inglés.
En los años centrales del siglo XX, cuando la investigación epidemiológica había ya puesto de relieve repetidas veces que las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares de los países con dieta mediterránea era cinco o seis veces más baja que las de Gran Bretaña y los Estados Unidos, las autoridades sanitarias norteamericanas lanzaron una campaña publicitaria antisocial que defendía la peligrosidad del aceite de oliva. En España, incluso los desorientados cosecheros valencianos y andaluces, que suelen desconocer la manipulación por intereses económicos, llegaron a comprar habitualmente otras grasas, tanto animales como de otros vegetales, entre ellas, el aceite de girasol y el de colza, este último de tan trágico recuerdo en nuestra trayectoria sanitaria. Sin embargo, dicha campaña pasó a convertirse en un cinismo ridículo cuando se difundieron las recomendaciones dietéticas de los bioquímicos: consumir aceites vegetales ricos en ácidos grasos mono-insaturados, concretamente el ácido oleico, principal constituyente del aceite de oliva, de cuya composición forman parte, además, antioxidantes y otros micronutrientes con beneficios saludables. En ese momento precisamente fue cuando se publicó el libro (1959) de un profesor de la Universidad de Minnesota, que muchos médicos españoles, tan desorientados como los cosecheros, consideran el "descubridor de la dieta mediterránea". Con una presunción falta del sentido del ridículo, llegó a afirmar lo siguiente:
"Uno de los mayores descubrimientos que hicimos se produjo durante nuestro primer trabajo en la isla de Creta. Allí descubrimos que la dieta tenía el contenido de grasas totales más alto de cuantas habíamos estudiado anteriormente en otros países, incluida Finlandia. En Creta encontramos la tasa más baja de mortalidad coronaria y la mayor longevidad, lo que nos llevó a pensar que es el tipo de grasa lo que importa y en Creta el tipo de grasa era, por supuesto, aceite de oliva".
Como suele decirse, se trataba del "descubrimiento del Mediterráneo".
De ser un alimento despreciado y proscrito, el aceite de oliva ha pasado en los Estados Unidos a venderse en las farmacias en recipientes pequeños de precio muy elevado. Las pérdidas económicas que ello significa para determinadas empresas explican otras manipulaciones informativas, entre las que figura la healthy fat free diet (dieta sana sin grasa). Causa estragos, ya que la grasa ha sido sustituida por hidratos de carbono simples (azúcares) y la obesidad ha aumentado a la vez que la diabetes. |
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