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JEAN BAUDRILLARD. EL DESIERTO DE LO QUE ES REAL (mas vale tarde que nunca)
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per diego Correu-e: diegodiek@yahoo.es |
19 jun 2004
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EL DESIERTO DE LO QUE ES REAL: SIMULACROS Y SIMULACIÓN
JEAN BAUDRILLARD
Estamos en una especie de verdad fractal, el espacio entre lo verdadero y lo falso ya no es un espacio de relación, sino un espacio de distribución aleatoria. PodrÃamos decir lo mismo entre el espacio entre el bien y el mal, entre lo feo y lo bello, igual que entre la causa y el efecto.
… el principio de incertidumbre esta en el corazón mismo de la vida sexual como de todos los sistemas de valores. Este principio surgido del interior de las ciencias y de la distinción del sujeto y del objeto, se ha propagado por todas partes, aboliendo la distinción entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso. Es nuestro pecado original, exactamente al revés del otro, aquél de Adán y Eva, que relevaba del conocimiento del bien y del mal. Nuestra maldición viene de la imposibilidad de distinguir el bien y el mal o la verdad y la mentira; nuestros ancestros habÃan caÃdo en la angustia moral de distinción, nosotros hemos caÃdo en el pánico inmoral de la indistinción. Y nuestra entrada en la era del virus por confusión de los sistemas de valor hace eco de muy lejos de la expulsión de nuestros ancestros del paraÃso de lo real.
Estamos regidos por un principio de incertidumbre… pero una incertidumbre que ya no es la de la precariedad, de la fragilidad objetiva de las condiciones de existencia, sino una incertidumbre radical y paradójica, que resulta al hilo de la mundialización en un exceso de todo: de disponibilidad, de información, de interacción e interconexión… es el resultado del intercambio generalizado, que es también aquél de una realidad integral, de un mundo de totalización virtual al mismo tiempo que de desregulación total. Y cuando hablo de desregulación, no hablo de aquella liberal de los mercados y de los flujos de capitales, sino de aquella simbólica que es la perdida de la regla fundamental. Ahora bien, la regla fundamental es la de la dualidad, de la alteridad y de la distancia. Y es esta la que está por todas partes en vÃas de eliminación en una confusión y una promiscuidad generalizadas. Hemos devorado, no solo la distancia geográfica, no solo la distancia temporal, sino que hemos devorado también la distancia mental que nos separaba de nuestra propia imagen y hasta la distancia metafÃsica que nos separaba de la verdad y de la realidad. Hemos devorado nuestra propia imagen, nuestra propia verdad y nuestra propia realidad… habiéndola devorado, estamos pues en una situación de realidad integrada, de realidad integral, sin distancias y por tanto, sin transparencias, en una promiscuidad total con nosotros mismos.
Aquello que hoy en dÃa llamamos individuo, aquel que no se divide, es resultado de esta colisión, de este collage con él mismo, que hace que disponga integralmente de él mismo y de sus múltiples; el hecho de que cada uno se piense hoy como individuo es ya una desregulación fantástica.
Promiscuidad, inmersión, confusión, devoración… con Internet la gente se sumerge en su propio cerebro. De hecho, lo devoran, lo digieren, y la operación mental resulta una operación integral. Es la vida de héroe, la pantalla interactiva, multimedia, Internet, la realidad virtual… allà donde todo estaba separado se confunde, por todas partes se ha abolido la distancia: entre los sexos, entre los polos opuestos, entre la escena y la sala, entre los protagonistas de la acción, entre el sujeto y el objeto, entre lo real y su doble. Y esta confusión de términos, esta colisión de polos es la causa de que no haya juicio de valores posible en ningún sitio, ni en el arte, ni en la moral, ni en la polÃtica, ya que la abolición de la distancia, a causa de la distancia, todo resulta indecisible.
La extrema proximidad entre el suceso y su difusión en tiempo real crea una indecisión y una virtualidad de los sucesos, que despoja su dimensión histórica y lo sustrae a la memoria. Asistimos al reality show, asistimos al relato en directo, al acting televisivo inmediato, a la confusión de la existencia y de su doble, ya no hay más separación, no más vacÃo, no más ausencia, entramos en la pantalla, en la imagen virtual… entramos en nuestra vida misma como en una pantalla, enfilamos nuestra propia vida como una combinación digital.
A diferencia de la fotografÃa, del cine y de la pintura donde hay una escena y una mirada -no siempre, de hecho-, la imagen de video como la pantalla de la computadora, inducen un tipo de inmersión, de relación umbilical, de interacción activa, inmersión celular, corpuscular; entramos en la sustancia vacÃa de la imagen para eventualmente modificarla. De la misma manera que la ciencia se infiltra en los genomas, en el código genético, para transformar el cuerpo mismo. Nos movemos como queremos, hacemos lo que queremos con la imagen interactiva, pero la inmersión es el precio de esta disponibilidad…
Solo en la separación estricta de la escena y de la sala el espectador es un actor de partes enteras… sin embargo todo conduce hoy a la abolición de esta cultura; inmersión del espectador en el espectáculo: el “living theatre�, el espectáculo resulta interactivo, ¿es el apogeo o el fin del espectáculo? Cuando todos devienen actores no hay más acción, no hay más escena, es la muerte del espectador como tal, y el fin de la ilusión.
Otras formas de implosión: lo que llamamos retour-image (retorno-imagen). La realidad integral es aquella en la que todo funciona en circuito integrado, por tanto todo puede producirse con su inmediato retorno-imagen. Ya no hacemos nada sin vernos mientras lo hacemos, incluso la ironÃa forma parte del mecanismo, es una promiscuidad inmediata de la pantalla controlada en nuestra cabeza. De nuevo, no es una representación, es una circunvalación de las cosas que funcionan doble…
Este proceso afecta muy generalmente el universo mediático, aunque también la vida polÃtica e intelectual, la vida cotidiana e individual; nuestros gestos y nuestros pensamientos, esa refracción automática afecta hasta nuestra percepción del mundo, la más naïf y la más natural. En cierta manera, el retorno-imagen lo arrastra todo por una puesta a punto sobre sà misma, por una simulación automática de aquella, es como el virus de nuestra posmodernidad. El retorno-imagen cortocircuita la representación, doblando, de alguna modo, las cosas… recubriendo la pelambre de su puesta en escena, fenómeno particularmente sensible en el universo fotográfico, donde los seres y las cosas se apoyan inmediatamente en un contexto, de una cultura, de un sentido, de una idea incluso, desarmando toda visión y creando una forma de ceguera que denuncia Rafael Sánchez, que dice: “existe una forma terrible de titubearse, aquella que permite mirar y ver, pero no ver de una vez, sin mirar…â€? Asà eran las cosas antes, no las mirábamos, nos contentábamos con verlas; hoy todo encierra una duplicidad, ninguna impulsión es directa, de esta manera el campo se ha convertido en paisaje, o sea, representación de sà mismo. En este sentido, es nuestra percepción misma, nuestra sensibilidad inmediata se han vuelto estéticas: la vista, el oÃdo, el tacto, todos nuestros sentidos son ahora estéticos ─en el peor de los sentidos. Toda nueva visión de las cosas sólo puede resultar de una desconstrucción (destrucción) de este retorno-imagen… una nueva forma abierta de alienación y de juego con él… el espejo, la mirada, la escena, abrÃan precisamente sobre toda una cultura de la metáfora.
Las maquinas, ellas, solo producen máquinas; esto es cada vez más verdadero, a medida del perfeccionamiento de lo tecnológico virtual, ya no hay más distinción hombre-máquina. La maquina está de los dos lados de la interficie. Quizás el hombre se convierte en la realidad virtual de la máquina, su operador reflejo. Esto conlleva la esencia misma de la pantalla, ya no hay más allá de la pantalla como ya no hay más allá del espejo, pero la dimensión del tiempo nos lleva al tiempo real, y la caracterÃstica de cualquier superficie virtual siendo de entrada estar ahà vacÃo, es pues susceptible de ser rellenado por cualquier cosa, nos toca a nosotros entrar en tiempo real, en interactividad con el vacÃo.
Las máquinas solo producen máquinas: los textos, imágenes, films, discursos, programas, nacidos del ordenador… son productos maquinales y tienen sus caracterÃsticas. PelÃculas por ejemplo, repletas de efectos especiales, textos atiborrados de longitud, de redundancia, debido a la voluntad maligna de la máquina de funcionar a doble, es su pasión, y la fascinación del operador por sus posibilidades de funcionar. De ahà el efecto fastidioso de toda esta violencia y de esta sexualidad pornografiada, que no son más que efectos especiales de violencia y de sexo, incluso fantaseados por los humanos, pura violencia maquinistica que no nos incumbe.
De ahà todos eso textos que son como la obra de agentes virtuales inteligentes, cuyo único gesto es el de la programación, el resto desarrollándose según los criterios de un otro. Nada que ver con la escritura automática de los surrealistas que jugaba con el telescopage mágico de las palabras y de los conceptos, porque se trata aquà de la declinación automática de todas las posibilidades. Es lo que se llama la cibernética: podemos hacer el pedido de la imagen, el texto, el cuerpo, del interior, jugando en cierta manera, con los códigos y las identidades genéticas.
De la misma forma, tal vez el fantasma de performance ideal del texto y de la imagen -esa posibilidad de corregir mientras tanto-, provoca en el operador ese vértigo de interactividad con su propia opción escogida. De hecho, es la máquina virtual que os habla, es ella quien os piensa. ¿Existe verdaderamente en el ciberespacio la posibilidad de descubrir realmente algo? Internet no hace sino simular un espacio mental de libertad y de descubrimiento. De hecho, no ofrece más que un espacio demultiplicado pero convencional donde el operador interactúa.
A diferencia del ordenador, la máquina de escribir, es un objeto perfectamente exterior, la página flota al aire libre y yo tengo una relación fÃsica con la escritura, yo toco con los ojos la página en blanco, la página escrita, cosa que no puedo hacer con la pantalla… el ordenador es una verdadera prótesis, tengo una relación táctil e intersensorial, soy yo mismo un ectoplasma de la pantalla; de ahÃ, sin duda, esa incubación de la imagen virtual y del cerebro, innombrables fallos que afectan los ordenadores y que son como los lapsus de tu propio cuerpo. No obstante, el hecho de que la prioridad sea la de las redes y no la de los individuos, implica la posibilidad de disimularse, de desaparecer en el espacio impalpable de lo virtual y no hallarse en ninguna parte, lo que resuelve todos los problemas de identidad, por no hablar de los problemas de alteridad. Es asà que la fracción de todas estas máquinas virtuales viene sin duda menos de la sed de dar y de información, que de la posibilidad de disolverse en una convivialidad fantasma, forma aplanante de felicidad, nos da todo, pero, sutilmente, nos deroga todo al mismo tiempo. El sujeto está de alguna manera perfectamente realizado, se convierte automáticamente en objeto, resulta idéntico a él y eso, es el pánico… colisión de todos los espacios, de todas las temporalidades, de todas las identidades en el universo virtual… es como en los sueños, no más negativo, no más distancia de lo negativo, todo es posible al mismo tiempo, nada es opuesto, todo es yuxtapuesto. Y eso, es la negación del tiempo, porque el tiempo es lo que hace que no sea posible todo al mismo tiempo. Es también, por la misma razón, la negación del lenguaje, ya que el lenguaje es justamente aquello que hace que no pueda ser dicho todo al mismo tiempo.
Con la informática y el digital esa función simbólica (de la articulación simbólica del lenguaje, ya que el lenguaje es normalmente más de lo que significa) ha acabado. Todo lo que hay en él de ausencia, de vacÃo y al mismo tiempo, de literalidad, ha sido eliminado con la alternancia digital del 0-1, de la misma manera que el negativo en la imagen de sÃntesis. Tan solo queda la puesta a punto exclusiva del lenguaje sobre todo lo que significa y esto, es la realidad integral del lenguaje, dicho de otra manera, es la realidad virtual. El 0-1 digital es también la muerte del signo, puesto que el lenguaje integral no está tampoco hecho de signos, el signo y la representación han desaparecido. Ahora bien, es cuando el intercambio del signo y de la realidad resulta imposible que esta resulta insignificante, resulta exponencial y prolifera hacia el infinito.
Se dice normalmente que lo real ha sucumbido a la hegemonÃa del signo, de las imágenes, del simulacro, e incluso que la realidad ha sucumbido al artificio: es el análisis que está detrás de la teorÃa de la “sociedad del espectáculoâ€? de Debord. Hay que darle la vuelta a este análisis hoy en dÃa, y decir exactamente lo inverso; hemos perdido el signo y el artificio al provecho de lo real absoluto. Hemos perdido a la vez, el espectáculo, la alienación, la distancia, la abstracción… todo lo que nos separaba aún del advenimiento de una realidad integral, una realización del mundo inmediata y sin llamada. Desaparición de un simulacro en tiempo real que caracteriza un estado ulterior de la simulación, aquél de un más real que lo real, de un hiperral.
Asimismo, ¿qué es lo que hace posible el intercambio del lenguaje sino la transformación perfecta del signo? Todo esto es lo que ha sido liquidado, pulverizado. El valor, como el signo, se han visto afectados por la misma desregulación vertiginosa. El signo, y no lo real, y, a través de este, todo el universo de la significación y de la comunicación, ha sufrido la misma desregulación que la de los mercados. El espejo de los signos está fracturado, la fase del espejo superada, estamos en la fase de la pantalla, y no volvemos del otro lado de la pantalla.
Esta realidad perfecta a la cual certificamos toda ilusión es evidentemente una realidad fantasma; obviamente es de otro mundo y en el detector de mentiras, si pudiéramos someterla, la realidad como la verdad afirmarÃa que no se lo cree. Es como la muerte de un fantasma; la realidad ha desaparecido pero la sufrimos como si aún existiera. De este modo, como dijo el protagonista de Moby Dick, si yo siento los dolores de mi pierna aunque no exista, ¿qué es lo que te asegura que no la sufrirás del mismo modo cuando estés muerto? Este sacrificio no tiene pues nada de metafórico, ya que se sustenta más bien en la operación quirúrgica, que arrastra además, un tipo de complacencia. BenjamÃn dice: “la humanidad que anteriormente habÃa sido objeto de contento para los dioses OlÃmpicos, lo es ahora para sà mismaâ€?… Su alienación de sà misma, para sà misma, ha llegado a un grado que le hace vivir su propia destrucción como una sensación estética de primer orden. Contra este mundo, convertido todo él operacional, objetivo y sin alternativas, se desarrolla la negación de realidad: si el mundo se toma en bloque, se rechaza pues, en bloque, y no hay más solución. Es un rechazo parecido al rechazo frente a un extranjero, es como un instinto, una reacción vital con la que nos rebelamos contra esta inmersión en un mundo completo y definido, en el “reino de los ojosâ€?, entre comillas, donde la vida se sacrifica por la hiperrealización de todas sus posibilidades, en su performance máxima, un poco como la especie de hoy sacrificada a la perfección genética… nuestra aprehensión negativa resulta de nuestra hipersensibilidad frente a las condiciones ideales de vida que nos son dadas.
No obstante, hay que proporcionar su verdadero significado, creo yo, a la revolución virtual, es la misma peripecia que con la revolución del médium, donde hemos pasado junto a la verdadera mutación mediática, reduciendo el medio a una simple técnica instrumental. Entonces, ¿estamos en pleno realismo tecnológico, sociológico, polÃtico, ideológico, de lo virtual?... se habla del “modo de empleo de lo virtualâ€?, del “buen uso de lo virtualâ€?, de una “polÃtica de lo virtualâ€?, se habla de la “democracia virtualâ€?… es decir, pasamos todas las categorÃas tradicionales a través de lo virtual, sin cambiar nada de su definición ni de su principio de base. Esto es lo que podemos llamar realismo, todos los postulados se revisan y se corrigen en función de lo virtual, sin ser releÃdos en absoluto como causa a partir de lo virtual. Igualmente la especificidad de lo virtual es acaecer en lo real, contra lo real, y de restituir como causa todas las categorÃas de lo real, de lo social, de lo polÃtico, de lo histórico… de manera que no hay más acontecimientos de todo aquello sino virtuales. Del mismo modo que no hay más polÃtica virtual, y no polÃtica de lo virtual, no más historia virtual en lugar historia de lo virtual, no más técnica virtual, en vez de técnica de lo virtual, no más economÃa virtual, en fin, que no hay más catástrofes al lÃmite sino virtuales.
Reinterpretar lo virtual a través de todas estas categorÃas que lo liquidan, es casi el mismo contrasentido que reinterpretar la ciencia en términos de la teologÃa -como se ha hecho durante siglos para no ver que la ciencia no era una teologÃa- o reinterpretar los medias en términos polÃtico-marxistas, para no ver que el desarrollo de la historia ha finalizado con la entrada en escena de la información, que la realidad ha acabado con la entrada en escena de lo virtual… pero que ha acabado también la realidad de lo virtual. Es una paradoja, lo virtual niega su propia realidad al mismo tiempo que la de todo el resto y se ve envuelta en un juego del cual no tiene la regla -nadie, de hecho, la tiene-. Es como en el juego de piedra, papel y tijera, siempre el triunfo de uno sobre otro en un especie de espiral infinita… no hay pues fase superior de la inteligencia y no es, en absoluto, la de la inteligencia artificial.
Finalmente, para volver al tema de la alienación, quizás haya que plantearse todos estos problemas en otros términos que en los de alienación y destino desgraciado del sujeto. En el fondo, es esta empresa de lo virtual que nos ha metido; estamos en plena patafÃsica, dirÃa yo, es decir de todo lo que ha sobrepasado este propio lÃmite, de todo lo que ha sobrepasado las leyes de la fÃsica y de la metafÃsica. Por lo demás, la metafÃsica es irónica, y la hipótesis que se puede hacer de todo esto, al mismo tiempo en que las cosas han llegado a un perÃodo paroxÃstico, es que han llegado también a un perÃodo paródico. Quizás podamos avanzar la hipótesis de que más allá del estado crÃtico, del estado heroico de la filosofÃa, que es también el de la metafÃsica, hay un estado irónico de la técnica, un estado irónico de la historia, un estado irónico de los valores… esto nos liberarÃa al fin de la visión heideggeriana de la técnica como efectuación y estado ultimo de la metafÃsica, esto nos liberarÃa de toda nostalgia retrospectiva del ser, para provecho de una gigantesca ironÃa objetiva de todo este proceso, no muy lejos del esnobismo radical y post-histórico.
CONFERENCIA de Jean Baudrillard en el Caixafórum.
precio = 2 euros.
transcrita y traducida del francés por Diego. |
 This work is in the public domain |
Comentaris
Re: JEAN BAUDRILLARD. EL DESIERTO DE LO QUE ES REAL (mas vale tarde que nunca)
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per . i , |
19 jun 2004
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me'l llegire, pero continuo pensant que hi ha certa corrent intel·lectualitzant que es recrea de sobremanera en un llenguatge extremadament culte, que com a minim el fa d'entrada antipatic, poc procliu a barrejar-se amb els simples mortals, que sembla sempre que busqui una trascendencia buida per dir alguna cosa original, mès enlla de la seva utilitat per la gran massa d'esclaus que hem d'aixecar-nos aviat al mati (o un altre horari) per guanyar-nos les garrofes i que necessitem que aquest sistema injust i desigualitari passi a forma part dels museus d'historia, al costat de reproduccions de les piramides |
Re: JEAN BAUDRILLARD. EL DESIERTO DE LO QUE ES REAL (mas vale tarde que nunca)
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per socrates |
19 jun 2004
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Espero no parecer demagógico. Pero me aburre este discurso de la pan-virtualidad. ME resulta interesante que sale de despachos universitarios bien asegurados y diferecniados de resto de la sociedad.
Y me cansa este virtualismo exagerado porque se rompe cuando acabas de estudiar y tienes que buscar curro, cuando estalla una bomba en Madrid y la realidad se presenta "clara" y distinta", o cuando muere alguien quierido...
Pensemos que la virtualidad sigue siendo un medio, no un en sí. Y que detrás del cable telefónico siempre hay alguien dando a las teclas.
En indimedya podemos estar varios cientos o miles con nombres abstractos, virtualidades, pero si nos hicieran desparecer a tod@s el indymedia diría bye bye, no existiría más allá de nostr@s. |
Re: JEAN BAUDRILLARD. EL DESIERTO DE LO QUE ES REAL (mas vale tarde que nunca)
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per Bean Jeaudrillard |
19 jun 2004
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En mi humilde opinión creo que hay que proporcionar su verdadero significado, creo yo, a la revolución virtual, que de la posibilidad de disolverse en una convivialidad fantasma, donde hemos pasado junto a la verdadera mutación mediática y el artificio al provecho de lo real absoluto, ha sobrepasado las leyes de la física y de la metafísica.
En el fondo, para volver al tema de la alienación, quizás haya que avanzar la hipótesis de que más allá del estado crítico se desarrolla la negación de realidad: si el mundo se toma en bloque es la negación del tiempo, porque el tiempo virtual a través de todas estas categorías que lo liquidan, es lo que hace que no sea posible todo al mismo tiempo.
Este proceso afecta muy generalmente lo que llamamos retour-image surgido del interior de las ciencias frente a las condiciones ideales de vida que nos son dadas.
Es un rechazo parecido al rechazo frente a un fantasma; la realidad ha desaparecido pero la sufrimos como si aún fuera yo mismo un ectoplasma paroxístico de la pantalla.
Nada que ver con la escritura automática de los surrealistas que jugaba con el esnobismo radical y post-histórico. |
Contra el snobismo de este charlatan
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per markbret |
20 jun 2004
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Solo unos apuntes de cosas que yo estoy Totalmente en desacuerdo:
1º "nuestra entrada en la era del virus por confusión de los sistemas de valor hace eco de muy lejos de la expulsión de nuestros ancestros del paraíso de lo real".
-Aparte de que no estoy nada de acuerdo, el hecho de recurrir a este mito judeo cristiano considero que estaba muy de moda entre los progres de hace unos años, pero al fin y al cabo era solo eso; un recurso estético-
2º "Estamos regidos por un principio de incertidumbre… pero una incertidumbre que ya no es la de la precariedad, de la fragilidad objetiva de las condiciones de existencia"
-Ah no? La precariedad de los currantes no existe ya? Solo existe la precariedad virtual? Venga va!
3º "la revolución virtual, que de la posibilidad de disolverse en una convivialidad fantasma, donde hemos pasado junto a la verdadera mutación mediática y el artificio al provecho de lo real absoluto, ha sobrepasado las leyes de la física y de la metafísica".
Y lo dice así tan a la ligera encima? Venga va! Nada ni nadie puede sobrepasar las leyes de la física. Ni baudrillard, ni el cerebro de baudrillar (lleno de "fantasmas" virtuales) ni la vecina del quinto ni la madre que nos parió a todos. |
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