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Miquel Amorós: la nueva Barcelona del capital
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per walter |
14 jun 2004
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Miquel Amorós
Intervención en la presentación del libro “Barcelona Marca Registrada�, el 2 de junio de 2004 en L’Espai Obert, Barcelona. |
Barcelona, su área metropolitana y toda Cataluña, desde los años ochenta se hallan inmersas en un apabullante proceso de transformación fruto del paso acelerado de una economÃa industrial a una economÃa de servicios. La fabrica dejó de ser hace ya tiempo la fuente primordial de producción de plusvalÃas en provecho de la urbanización, y a la polÃtica de “bienestarâ€? pactada con los sindicatos sucedió la ordenación territorial pactada con los ejecutivos de las inmobiliarias y los bancos. El papel de la administración es ahora más determinante; de antiguo intermediario entre el capital y el trabajo se convierte, gracias a un enjambre de empresas mixtas, en principal agente de la remodelación de la ciudad como sede de las transacciones económicas internacionales. La administración ya no trata como antes de armonizar los intereses sociales en provecho de la clase dominante: ella misma forma parte de la clase dominante. En principio la desindustrialización llevó las fábricas a la segunda corona metropolitana, pero una vez acabada ésta de lo que se trata es de expulsar a la población que se quedó, ligada a formas de vida sin interés para la economÃa, y sustituirla por nuevas gentes acordes con los nuevos valores traÃdos por el desarrollo tecnológico, gentes de hábitos ultraconsumistas. Esa es la función que está cumpliendo el urbanismo administrativo.
De las 51 operaciones en que se materializa la reconversión urbana barcelonesa, financiadas en parte con dinero público y en parte con la especulación inmobiliaria, unas corresponden a grandes infraestructuras, otras a logÃstica empresarial, otras a proyectos de investigación y, finalmente, otras a reciclaje de barrios y programas ambientalistas. Infraestructuras son el Tren de Alta Velocidad y sus estaciones “intermodalesâ€?, las ampliaciones del puerto y del aeropuerto (y demás intervenciones contenidas en el Plan Delta), el túnel de Horta y el Cuarto Cinturón, la B-40. Las zonas donde emerge el nuevo estilo de los negocios hay que buscarlas en el Districte Econòmic GranVia (donde se ubican La Ciutat Judicial y la Fira-2), el 22@, el Centre Direccional Cerdanyola-Sant Cugat, en el nudo de Les Glòries o en Diagonal Mar-Fòrum. Los principales proyectos de investigación son el Parc de Recerca Biomèdica, el Parc CientÃfic de Barcelona y la asociación Barcelona Aeronà utica i de l’Espai. Para acabar, el reciclaje consiste fundamentalmente en un conjunto de derribos, expropiaciones y desalojos que reciben el nombre de “rehabilitaciónâ€?, pero que significan exclusión.
Barcelona ha dejado de ser un mercado nacional de trabajo y aspira a convertirse en un mercado internacional de capitales. Barcelona no es una ciudad fabril, es toda ella una empresa. La vivienda misma es una inversión. Por eso en el lenguaje del poder los acentos pasan de la producción a la gestión: los dirigentes no hablan como fabricantes, hablan como vendedores. El discurso de los dirigentes pierde los tonos desarrollistas y obreristas propios del pasado puesto que su fuerza ya no sale de la industria ni de la proletarización; su poder proviene ahora de la reconstrucción del territorio y de una forma espectacular de sociabilidad, por lo tanto, su idioma es ecologista y cogestionario, es decir, ciudadanista. Los mismos que trajeron paternalmente la aluminosis nos anuncian coleguilmente la “limpiezaâ€? del tranvÃa, las depuradoras reciclables y las promociones de ecopisos; ya no es cuestión de alojar a los pobres recién llegados como sea, sino de atraer a los pudientes inversones como sea. La ecologÃa no es un derecho; donde reina el capital es un lujo, y como tal, una mercancÃa solamente asequible a los nuevos privilegiados que puedan pagarla. Por eso combina perfectamente con el control social. La ecologÃa urbana es pues el césped de la videovigilancia.
Tanto en la verborrea de la participación y la tolerancia, como en la demagogia de la sostenibilidad, se esconde el proyecto más depredador dado en la historia; al tiempo que borran la memoria histórica contenida en el territorio urbano, las elites del capital lo reconstruyen a su imagen y semejanza, expulsando a la población que hasta ahora lo ha habitado. Los medios empleados pueden ser indirectos --como los altos precios, la ausencia de vivienda protegida, los alquileres caros, la precarización y la mala calidad del trabajo-- o directos --como el mobbing inmobiliario, la carga policial y la expropiación forzosa. Los desplazamientos obligados por los mecanismos de exclusión puestos en marcha inducen la formación de ghettos periféricos. La táctica es conocida: la pobreza primero se crea, después se exporta (un 18 % de la población de la capital vive pobremente y por tanto, es exportable). El resultado es la “liberación� de un montón de metros cuadrados de suelo urbanizable.
Desde el levantamiento del barrio del Besós, poco antes de los Juegos OlÃmpicos, no ha vuelto a haber luchas urbanas de envergadura. Los dirigentes de la ciudad de los negocios no tienen delante más que una población atomizada, envejecida, temerosa y residual, pero aún asà el conflicto logra salir a la superficie y los afectados plantan cara a la reurbanización capitalista, a pesar de las presiones y de la corrupción de algunas asociaciones vecinales. Asà lo demuestra la resistencia de los vecinos a la rehabilitación del Raval, las luchas en torno al Forat de la Vergonya, las “okupacionesâ€? o las propuestas de organización contra la especulación inmobiliaria, por no hablar de todas las luchas en defensa del territorio planteadas por toda Cataluña. Sin todavÃa ser conscientes de ello, los humildes y dignos combates del vecindario plantean la olvidada cuestión social, ese conjunto de problemas cuya solución afecta no sólo a los directamente implicados, sino a toda la población que sufre parecidas agresiones, es decir, a toda la población no dirigente. A través de ellas vemos hasta qué punto la dominación interviene en nuestra vida y nos impone un estilo ajeno. La solución, por lo tanto, tampoco puede reducirse a un hecho concreto, una obra detenida, un desvÃo de carretera, un soterramiento de vÃas... No hay solución parcial que valga. Ha de ser total y basarse en LA AUTOGESTIÓN TERRITORIAL GENERALIZADA, que no es otra cosa que LA GESTIÓN DEL TERRITORIO POR SUS PROPIOS HABITANTES MEDIANTE LAS ASAMBLEAS COMUNITARIAS. Cada conflicto particular, quiera o no quiera, forma parte de la guerra que la dominación capitalista libra contra todo el planeta y, se gane o se pierda, lleva inscrita esa nueva consigna de liberación. |
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Comentaris
Re: Miquel Amorós: la nueva Barcelona del capital
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per amor - sos |
14 jun 2004
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Oh, un article de l'Amorós que no té més de mil pàgines! Oh, qui li ha retallat?
Ei, aquest home és molt bo, malgrat les manipulacions de la història que fa i les opinions sectàries que maneja. I ho dic seriosament |
Re: Miquel Amorós: la nueva Barcelona del capital
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per sociobirria |
14 jun 2004
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Es bastante miserable o como minimo miopísmo decir que desde los conflictos del besos no se ha dado ninguna lucha. El rebote del 13 de marzo supera en intensidad y alcance a casi todo lo visto despues de la guerra civil.
Con esa sociologia de ricos-pobre, dirigente-nodirigente; y esa mentalidad totalizante lo único que haces es prosa rancia, que dicho claramente: antes que criticar la coyuntura, se propone descalificar todas las luchas o acciones políticas en marcha. (La asamblea como forma política que restaura el todo y que da acceso directo a él es un mitema-chistera)Tu final viene a decir: "O se cambia todo o no se hace nada", asi es como habla la impotencia y la añoranza... |
Re: Miquel Amorós: la nueva Barcelona del capital
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per Manel kaosenlared ARROBA kaosenlared.net (verificat) |
14 jun 2004
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Ojo!!
No está tan mal!!!
Al margen de lo que se pueda pensar sobre el autor hay que leer lo que este escribe.
Entiendo que lo que se plantea es una lucha anticapitalista globalizadora o totalizadora, eso puede ser discutible pero no es ni entreguismo, ni liquidacionismo... creo.
www.kaosenlared.net |
El 13 de març va passar ben poca cosa
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per David |
15 jun 2004
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Si et refereixes a les protestes contra la guerra, van ser com moltes altres protestes i bé està la feina que molta gent va fer, però no crec pas que arribessin a "lluites": com explica el mateix Amorós en un altre article i encara millor, Corsino Vela a "Autocelebración de la impotencia. Observaciones a pie de calle sobre la guerra y la paz." hi va haver molta gent al carrer, però ben poca disposada a perjudicar el cor del sistema, això és, l'economia. No es va fer vaga general, ni boicot generalitzat... Encartellades, manifestacions, èxit mediàtic sí, però lluita i efectivitat per aturar la guerra, no. |
Re: Miquel Amorós: la nueva Barcelona del capital
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per andrade |
29 jun 2004
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como casi siempre: muy bueno. Adelante (que cada vez somos menos). From Galicia |
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