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Los agujeros negros del 11-M
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per El Mundo |
02 mai 2004
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Una versión policial repleta de incongruencias |
Han pasado ya 39 dÃas desde los trágicos acontecimientos del 11-M. Un tiempo prudencial como para que, dejando a un lado los inevitables impulsos emocionales que provocaron los atentados, reflexionemos sobre los datos revelados hasta ahora por los investigadores y, ante todo, sobre nuevos elementos que ponen en duda muchas de sus conclusiones.
EL MUNDO ha conversado, durante este tiempo, con fuentes de los distintos cuerpos de seguridad del Estado, testigos cercanos a los detenidos y analistas de varias embajadas para elaborar un laborioso puzle que abre horizontes inquietantes.
En los dÃas previos a las elecciones se preparaban, en secreto, golpes de mano espectaculares contra la cúpula de ETA. Durante el 11-M, y en los dÃas posteriores, se manipularon informaciones, se desviaron pistas, se ocultaron datos vitales para el esclarecimiento de los hechos. Son los agujeros negros de unas jornadas que cambiaron, de una forma drástica e imprevisible, el rumbo polÃtico del paÃs. Las flagrantes incongruencias de lo que hasta ahora se ha conocido deben dejar paso a la exigencia ineludible de que se llegue hasta el fondo de la verdad de todo lo que sucedió.
El 10 de marzo, miércoles, el Gobierno de José MarÃa Aznar está muy tranquilo. Sabe por todas las encuestas que cuatro dÃas después va a ganar las elecciones. El propio Felipe González lo declara en un cÃrculo de Ãntimos esa misma tarde: "No tendrán la mayorÃa absoluta, pero van a ganar las elecciones".
Al presidente le tienen preparado un regalo de fin de curso. Sus colaboradores más próximos saben que para él, la lucha contra ETA ha sido uno de los ejes centrales de su actuación. Por eso, las Fuerzas de Seguridad le van a dar una gran satisfacción que a la vez servirá como una última catapulta electoral para arrasar en los comicios: la captura, de golpe, de toda la cúpula de la banda y de prácticamente todos sus comandos operativos conocidos.Aznar podrá asÃ, dentro de su último mandato y por un margen de un par de dÃas, cumplir con una de sus promesas más solemnes: acabar con el grueso de la organización terrorista.
Se ha elegido cuidadosamente la fecha del gran golpe: la noche del viernes 12 de marzo, justo en el momento en que el paÃs abandona la campaña electoral para sumergirse en la jornada de reflexión. Los agentes de campo están cada uno en su puesto vigilando a los terroristas. El secreto de la operación es absoluto. Las Fuerzas de Seguridad han trasladado al Gobierno, en las últimas semanas, su preocupación al considerar que ETA puede intentar un atentado salvaje que irrumpa de forma determinante en la campaña electoral. En este sentido, se han analizado hasta la saciedad los intentos de la banda por volar trenes en la estación madrileña de ChamartÃn coincidiendo con la tarde de la Nochebuena última.
Hay detalles de Inteligencia que indican que es muy posible la utilización de mochilas. Los dos jóvenes capturados en una carretera comarcal de Cuenca con una furgoneta en la que transportaban 500 kilogramos de explosivos, Irkus Badillo y Gorka Vidal, han declarado que ETA les habÃa ordenado la colocación en la estación de esquà de Baqueira Beret, en las últimas Navidades, de 12 bolsas y mochilas con explosivos para que explotaran de una forma coordinada. Tras observar el terreno desistieron de la acción.
Todos han dado por supuesto que la Guardia Civil está detrás de la captura en una operación de seguimiento de la furgoneta desde Francia, pero no es cierto. Aunque parezca imposible, ha sido una detención casual. Eso quiere decir que no tienen a los nuevos comandos jóvenes tan controlados como creÃan. ¿Para qué pueden querer 500 kilos de explosivos en Madrid el 28 de febrero si no es para destrozar las elecciones?
Imagen del teléfono móvil Triumph.
Teléfonos móviles
También les preocupan los teléfonos móviles. En la estación de San Sebastián, los servicios especiales de la Guardia Civil habÃan encontrado semanas antes lo que calificaron como una bomba cebo. No se trataba de una trampa destinada a destrozar a quienes intentaran desactivarla. Por el contrario, era un artefacto inofensivo pero que tenÃa como iniciador un teléfono con dos cables, uno rojo y otro azul.
ETA ha intentado desde hace tiempo utilizar teléfonos para cometer sus atentados. Asà lo hicieron en el cementerio de Zarautz, el 9 de enero de 2001, cuando se encontraban reunidas muchas personalidades junto a la tumba del concejal del PP José Ignacio Iruretagoyena, asesinado tres años antes. Los últimos informes de Inteligencia en poder del CNI explicaban con detalle las pruebas de ETA para utilizar teléfonos móviles como iniciadores de bombas.
Informes anteriores detallaban que los terroristas no habÃan conseguido subsanar técnicamente un desfase entre el momento de la decisión de activar el explosivo y la explosión, un corto intervalo de tiempo que a veces era de unos simples segundos. Pero el último informe era categórico: al fin habÃan logrado la simultaneidad. Los teléfonos móviles ya eran operativos para ETA. Presumiblemente, en el próximo gran atentado serÃa el sistema utilizado por los asesinos.
En la mañana del 11 de marzo se produce un enorme desconcierto. Es importante la coordinación entre las Fuerzas de Seguridad y el Gobierno en funciones. Llegan las primeras noticias del atentado y con ellas los datos de que, al parecer, se han empleado teléfonos móviles para hacer estallar al menos 10 o 12 mochilas y bolsas en los trenes próximos a la estación de Atocha. Por los datos aportados anteriormente, todos piensan en ETA. Se envÃa inmediatamente al norte la orden de que los agentes operativos den noticia de los objetivos que están siendo estrechamente vigilados para la macro operación preparada para el viernes por la noche. Los informes van llegando y el desconcierto aumenta. Todos los etarras están en su sitio. Ninguno de los vigilados ha podido ser el autor de la masacre. Muchos recuerdan la furgoneta detenida en Cuenca y al comando que surge de la nada.
En ese momento de máximo desconcierto, sucede algo que provoca que el Gobierno cometa el mayor error de su mandato. Comienza la trampa. Un miembro de los Cuerpos de Seguridad envÃa por teléfono y desde el mismo lugar de los hechos la primera valoración del explosivo. Siempre de viva voz y sin que nadie ponga todavÃa nada por escrito se nombra la palabra mágica: Titadine. Es el fabricante de una modalidad de dinamita que utiliza habitualmente ETA.
La palabra se extiende entre los que tienen algo que ver con el caso y los primeros informes que llegan a la PolicÃa Nacional, la Guardia Civil, el CNI, el Gobierno de la nación y el Gobierno vasco. El error al transmitir el informe sólo puede ser intencionado. Ningún experto policial, y menos los especialistas en desactivación de explosivos, podrÃan confundir Titadine con Goma 2. Los olores que provocan ambas sustancias son tan diferentes como un plátano y una pera. Pero en los primeros momentos de confusión, téngase en cuenta que a esa hora de la mañana ni siquiera se sabe aún el número de vÃctimas, produce un efecto multiplicador demoledor. Esos primeros indicios son los que le hacen pronunciar a Ibarretxe aquel discurso tan precipitado en el que, con una cara de enorme preocupación, arremete contra ETA después de considerar como un hecho cierto que han sido ellos los autores. El Gobierno también cae en el mismo error.
Aquà juega un papel determinante Arnaldo Otegi, parlamentario de Sozialista Abertzaleak, que insinúa a una radio local del PaÃs Vasco, Herri Irratia, que lo primero que le ha venido a la cabeza es que "el Estado español mantiene fuerzas de ocupación en Irak". La pista radical islamista se pone asà en marchapoco después de las 10 de la mañana. Pero Otegi sólo trata de ganar tiempo.
Otegi miente
A las 13.00 horas volverá a reafirmar esta idea para salir al paso de las primeras declaraciones del ministro del Interior, Ã?ngel Acebes, que defiende con rotundidad la autorÃa de ETA.Otegi no contempla "ni como mera hipótesis" que ETA pueda ser la autora de los atentados de Madrid. Pero está mintiendo y el presidente del Gobierno a esas horas ya lo sabe.
Las Fuerzas de Seguridad tienen constancia de una conversación que el propio Otegi ha mantenido con alguien de su entorno antes del mediodÃa -dos horas más tarde de sus primeras declaraciones exculpatorias para ETA- y en la que muestra su desconcierto, su miedo, su total estupor: "Si sale alguien por ahà (se refiere a alguien de los suyos) reivindicando esto, estamos perdidos definitivamente. Yo tengo que saberlo cuanto antes porque si es asà no puedo volver a mi pueblo. Tengo que marcharme cuanto antes. Necesito saberlo".
Lo que el Gobierno no conoce es que ya en esos momentos se han puesto a trabajar duramente un grupo de mandos policiales y algunos agentes del CNI, de la cuerda más dura y leal al partido socialista, para informar a sus dirigentes de todos los detalles que puedan conducir la situación en beneficio propio. Son los mismos que consiguen que cambie de manos la investigación y que la controlarán desde ese momento.
Se forma un equipo hermético que deja de lado a la Guardia Civil y que ralentiza las informaciones que se pasan al CNI. Llaman, sin embargo, cada pocos minutos a una célula del PSOE que obtiene asà información privilegiada, lo que les permite montar una estrategia eficaz contra el Gobierno. Saben que éste sigue empeñado en la tesis de ETA y permanecen callados para que Aznar, Rajoy y Acebes se metan ellos solos en la trampa.
La furgoneta Renault hallada en Alcalá de Henares.
A la vez, comienzan a darse a conocer, a cuentagotas, detalles que marcan un camino a la opinión pública. En la misma mañana del 11-M aparece una misteriosa furgoneta blanca. Un portero ha visto a tres sospechosos, con la cara y la cabeza cubiertas, junto a una furgoneta blanca marca Renault, modelo Kangoo. Uno de ellos llevaba una bolsa y se ha dirigido hacia el tren, en torno a las siete de la mañana, en la estación de Alcalá de Henares. Se dice en un primer momento que la furgoneta no tiene huellas, más tarde aparecerá, en el transcurso de los siguientes dÃas de la investigación, una huella de un joven marroquà a quien pronto se acusará de ser uno de los autores materiales de los atentados, Jamal Zougam. Este podrÃa ser el hombre que vio el portero con una bolsa entrar en la estación de Alcalá de Henares.En su entusiasmo, el testigo relata a la policÃa que era un hombre alto, como de 1,90 metros, muy fuerte. Zougam apenas sobrepasa el 1,60 de estatura.
El PSOE informado
Miembros del PSOE, avisados por su gente en la policÃa, saben desde la mañana de la existencia de la furgoneta, antes incluso que el propio CNI. La Inteligencia española no conoce, a la hora de redactar uno de los informes que el Gobierno en funciones desclasificarÃa dÃas más tarde, ni siquiera la existencia de esa furgoneta, matrÃcula 0576 BRX. Se dice que su dueño presentó una denuncia por desaparición del vehÃculo unos dÃas antes, el 28 de febrero, y que fue robada frente a su domicilio en el populoso barrio de Cuatro Caminos de Madrid. Cuando la encuentran, conserva las placas de matrÃcula originales y los expertos determinan que se ha utilizado sin forzar nada y con llaves originales. Al dueño le desapareció todo el manojo de sus llaves hace casi un año. Es falso que viva en Cuatro Caminos. Su domicilio, como figura en la propia denuncia, está en una calle con nombre de vegetal de la localidad de Torrelodones.
En la revisión de la furgoneta se tarda las horas suficientes como para que el Gobierno se meta un poco más en la trampa de la autorÃa de ETA. Se da la excusa de que la policÃa no tiene Tedax libres. Todos sus especialistas en explosivos están ocupados en los lugares de los atentados. Pero lo que no dicen es que la Guardia Civil ofrece sus servicios de Tedax y son rechazados de forma categórica.
Muy avanzada la tarde, y a pesar de que un perro-policÃa ha demostrado horas antes lo contrario, se da a conocer que se han encontrado restos de explosivos. Incluso se habla de un cartucho de 125 gramos de dinamita Goma 2 Eco. No es cierto. El perro que se empleó para el reconocimiento no se comportó como lo hacen invariablemente cuando encuentran explosivos, con inmovilidad absoluta. En la furgoneta no habÃa explosivos cuando la policÃa la precinta en Alcalá. La furgoneta es trasladada primero a la Brigada Provincial de Información en la calle Tacona de Moratalaz. Desde allÃ, a las 14.14 horas, se lleva a las instalaciones de la ComisarÃa General de PolicÃa CientÃfica, ubicadas en Canillas.
Los funcionarios de la comisarÃa de Alcalá no habÃan detectado explosivos en su inspección ocular. Es en Canillas donde se encuentra, debajo de uno de los asientos delanteros, una bolsa con siete detonadores de distinto tipo y fecha.
Pero la noticia de la jornada, la que hace que todo dé un vuelco definitivo, es la aparición de una cinta de audio con versos del Corán. Comienza a asomar asà lo que un veterano investigador de la policÃa ha definido como el cuento de Pulgarcito, alguien que encuentra el camino porque previamente ha dejado las piedrecitas blancas que le indican el mismo. En la furgoneta hay también una casete en árabe -junto a otras de Plácido Domingo- pero lo que nadie dice es que la cinta, grabada en Arabia Saudà e interpretada por un cantante, corresponde a unos versos de iniciación al Corán, algo que no cuadra en un peligrosos y fanáticos terroristas islámicos.Es como si en manos de unos terroristas integristas católicos del IRA se encontrara un librito de iniciación al Catecismo.Pero el efecto mediático ya se ha producido.
Una hora más tarde se da a conocer la reivindicación de un grupo islamista, las Brigadas Abu Hafs Al Masri, que ha mandado un e-mail a un periódico británico en lengua árabe, Al Quds Al Arabi.Los especialistas no le dan ningún valor como demuestra, con sólidos argumentos, otro de los documentos del CNI desclasificados.Los que firman la autorÃa son un grupo que en los últimos meses ha reivindicado todo lo imaginable, incluidos los últimos apagones de Nueva York. En los dÃas siguientes se producen hasta siet reivindicaciones diferentes de, al menos, cinco grupos organizados, procedentes de cuatro paÃses diferentes.
Tenemos otra bomba
Otra pista clave irrumpe de pronto en el panorama. A las dos de la madrugada del viernes, miembros de la comisarÃa de Vallecas llaman a los Tedax después de haber encontrado una bolsa que contiene una bomba. No es la única que no ha explotado a lo largo del jueves.
En la mañana de los atentados aparecen al menos tres más en las cercanÃas de la estación de Atocha y en la de El Pozo. En todos los casos los artificieros optan por destruirlas inmediatamente.Se vuelan por los aires de esa manera pistas materiales que parecen imprescindibles para el esclarecimiento de los hechos.
Un joven policÃa municipal relata su hallazgo muy pormenorizadamente.Es un novato que apenas lleva un año de servicio. Jacobo Barrero cuenta cómo encontró debajo de uno de los asientos del segundo piso de uno de los trenes afectado por las explosiones una mochila negra. Cuando la abre, casi le da un sÃncope. Ve un teléfono del que salen dos cables, "uno rojo y uno negro", que están conectados a una fiambrera redonda de color naranja. No habla en ningún momento de cartuchos. Corre hasta una tapia cercana con la bolsa y llama muy nervioso a sus superiores. No le hacen demasiado caso y decide volver a intentarlo, esta vez con la PolicÃa Nacional.Atienden su aviso y envÃan a los Tedax.
Varios expertos en la materia no entienden todavÃa por qué decidieron volar la bolsa. "Un simple chorro de agua podrÃa bastar para inutilizarla, sobre todo sabiendo que a pesar de los traqueteos a los que le sometió el agente que la habÃa encontrado no se habÃa activado". El caso es que aquella mañana destruyen esa y el resto de las mochilas que no habÃan explotado. En el aire quedó un olor picante muy intenso, nada que ver con el Titadine cuyo nombre tanto habÃa despistado en un primer momento.
Pero vayamos a la madrugada del viernes. A las 2.40 horas, y a requerimiento a través de una llamada de los policÃas de servicio, los Tedax, llegan a la comisarÃa de Vallecas para inspeccionar una bolsa azul, con asas de cuero. En su interior hay una masa gelatinosa, unos 10 kilos, de lo que luego se averiguará que es dinamita Goma 2 Eco, de la fabricada por Explosivos Riotinto, unida a un detonador eléctrico marca Riodets, fabricado en Galdakano, Vizcaya, como los encontrados en la furgoneta blanca. Mezclados con el explosivo hay un kilo aproximado de clavos y tornillos.
Al dÃa siguiente, se da a la prensa la versión de que alguien en la comisarÃa de Vallecas se habÃa percatado del contenido de la bolsa por casualidad, después de que sonara un teléfono móvil en su interior. Se ha publicado que la bomba no habÃa hecho explosión a las 7.20 horas en el tren porque los terroristas se habÃan confundido al colocar la hora del despertador que tenÃa que activar el mecanismo. Pusieron la hora en PM en lugar de AM. No es cierto. De serlo, hubiera estallado a las 7.20 horas de la tarde, y no fue asÃ.
La mochila trashumante
La realidad es que esa bolsa dio teóricamente vueltas por Madrid durante muchas horas sin que nadie se percatara de ella. Algunas versiones dicen que fue trasladada hasta Ifema con el resto de las pertenencias que se encontraron y que nadie habÃa reclamado. Lo único que se sabe es que alguien llamó desde la comisarÃa de Vallecas a los Tedax a las 2.00 horas de la madrugada del viernes para que se hicieran cargo de ella.
La relación con los trenes es meramente circunstancial. Cualquiera podÃa haberla colocado en Ifema. La bolsa esta vez, contraviniendo lo que la policÃa habÃa hecho hasta ese momento con las mochilas bomba que habÃan encontrado intactas, no es destruida. Los Tedax quieren deshacerse de ella y es un comisario jefe quien se lo recrimina mientras uno de sus inspectores (Protección Ciudadana) se ofrece voluntario para neutralizarla. Sea como fuere, figura las 5.12 horas como el momento en que es desactivada, en un parque cercano. Es asà como se obtienen todas las pistas que llevarán a los investigadores a las primeras detenciones.
Es sorprendente que en las imágenes policiales tomadas del contenido de la bolsa no aparece ningún tipo de cartucho de dinamita. Sólo hay una masa gelatinosa de explosivo, un teléfono móvil con dos cables incrustados, una baterÃa para el teléfono y, por supuesto, la tarjeta del móvil. Las fotografÃas son publicadas por la cadena de televisión estadounidense ABC y pueden ser contempladas por cualquiera en su página de Internet.
Aquà viene uno de los episodios más curiosos de toda esta historia. La tarjeta del teléfono lleva a los investigadores hasta un hombre de raza gitana que es quien ha contratado con Amena ese número.Descubren asà que la tarjeta está clonada y que el teléfono lo ha vendido una pareja de comerciantes indios en su establecimiento.¿A quién? A Jamal Zougam, un trapisondista marroquà de poca monta que tiene un locutorio muy popular en Lavapiés. Precisamente se dedica a comerciar con tarjetas de móviles, entre otras cosas.Es un viejo conocido de la policÃa y de los servicios secretos de medio mundo.
Los franceses enviaron en 2001 una comisión rogatoria relacionándolo con Maher y Contelier, dos activistas vinculados a la organización Ansar al Islam. La policÃa registró en aquella ocasión su domicilio sin encontrar nada raro. Se trata de un hombre marcado. Es uno de los 300 marroquÃes a los que el servicio secreto da un repaso de vez en cuando por si está haciendo algo peor que robar con los teléfonos. Su nombre aparece en el sumario del juez Garzón por el 11-S y en las agendas de Abu Dahdah, que está en la cárcel como responsable de la célula de Al Qaeda en España.
En la tarde del viernes los investigadores que han apostado por la pista de ETA sienten alivio cuando les cuentan que han encontrado una tarjeta de teléfono en la mochila que no explotó y que es de fabricación francesa. Creen que el rastreo de esa tarjeta les va a llevar hasta San Juan de Luz. Por eso, agentes del CNI llaman a sus fuentes para comunicarles que la pista de ETA cobra, de nuevo, una gran fuerza y que es la más fiable, a pesar de todos los demás indicios. Acebes sale de nuevo en televisión esa tarde y sonrÃe para sus adentros convencido de que pronto va a poder demostrar que la pista etarra es la verdadera.
No es Al Qaeda
Los expertos en terrorismo islamista han aportado además dos nuevos datos que consideran claves a la hora de descartar a Al Qaeda: esta organización nunca reivindica sus atentados hasta después de un mes y medio de que los haya cometido y, sobre todo, jamás han robado una furgoneta, como la blanca que se encontró con la casete con versos del Corán, para una de sus acciones armadas. La compran o la alquilan.
Pero el viernes a las 12 de la noche, cuando todavÃa los gobiernos británico e italiano comunican a Madrid que en su opinión la autorÃa es de ETA, la tarjeta del móvil no lleva a ETA sino a Zougam. Los islamistas pasan a primer plano y ya nadie se atreve siquiera a insinuar la posibilidad de que ETA esté involucrada.Hace ya horas que por puro sentido común se ha paralizado la operación, preparada para esa noche, para detener a toda la cúpula etarra.
La juez francesa antiterrorista Le Vert llama a una alta personalidad del PSOE para advertirle de que los expertos franceses descartan a ETA. Un camarero que se encuentra sirviendo la mesa donde se recibe la llamada cuenta que, en ese momento, uno de los comensales pide el champán más caro de la casa y dice "¡Hemos ganado las elecciones!".
Dos horas y media más tarde, como consta en la fecha y hora de algunos de los e-mail que se difunden, comienza a propagarse la idea de que el Gobierno miente y de que hay que ir a pedir cuentas a las sedes del PP. Pero sobre el terreno, no sólo están los investigadores españoles.
El enfado israelÃ
Agentes de muchos servicios secretos occidentales se mueven con rapidez e intercambian informaciones. Los estadounidenses están muy enfadados. A través del Departamento de Estado han solicitado, hasta en ocho ocasiones y de una manera formal, que se acepte a agentes del FBI en las tareas de investigación. Son rechazados sistemáticamente. Lo peor es que Washington ha advertido en los últimos meses a España de la necesidad de reforzar las medidas de seguridad ante la eventualidad de un gran atentado en Europa.En Gran Bretaña, en Alemania, en Francia, en Italia se toman medidas excepcionales. Se suprimen vuelos y se hace ostensible la presencia de militares en aeropuertos y estaciones. En España no sucede nada de eso.
En la embajada de Israel, hubo una actividad frenética durante el 11-M. Su enfado era más profundo que el de los americanos.Desde hacÃa exactamente un año habÃan informado a las autoridades competentes en materia de seguridad españolas de que integristas islamistas preparaban en Madrid un gran atentado. No son informes difusos sobre una amenaza inconcreta. Al menos en 10 ocasiones, agentes de la seguridad israelà se lo han hecho saber a sus homólogos españoles.
En los últimos encuentros aumenta la tensión. Jerusalén cree saber que los terroristas, que están sobre el terreno hace tiempo, tienen ya el material suficiente para una gran masacre. Está todo listo y sólo falta la orden de llevarla a cabo. Creen que será contra la comunidad judÃa en España.
Los agentes israelÃes sienten un profundo malestar por la nula capacidad receptiva de sus interlocutores. La última advertencia seria se la hacen exactamente tres semanas antes de los atentados del 11-M. La actitud de indiferencia por la información aportada que detectan en sus interlocutores les hace sentirse tan incómodos que sugieren a sus superiores que lo más conveniente serÃa no insistir para no enturbiar las relaciones entre ambos grupos.
Los españoles sólo se tomarán en serio la advertencia a toro pasado, cuando descubren entre los papeles rescatados del piso de Leganés donde murieron siete terroristas planos y datos concretos para realizar un gran atentado durante una concentración en el cementerio judÃo de Hoyo de Manzanares.
A pesar de todas las consideraciones anteriores, los atentados de Madrid pillan a los israelÃes por sorpresa. Los primeros detenidos no pertenecen a las células que ellos están siguiendo. Pero lo que más les llama la atención es el hecho de que los investigadores españoles no acepten su ayuda.
En Israel se encuentran los mejores especialistas en medicina forense relacionados con terroristas suicidas. Tienen una enorme experiencia en casos similares a los atentados del 11-M, no en vano han tenido que sufrir 1.000 muertos en atentados parecidos en los últimos cuatro años. Por eso son capaces de saber rápidamente si en los atentados han intervenido kamikazes.
Tras las explosiones de Madrid pretenden volar desde Tel Aviv varios de estos especialistas para colaborar en la investigación.
Falsos 'kamikazes'
Pero la policÃa española, que ya ha rechazado a los estadounidenses, rechaza también a los israelÃes. Y eso, a pesar de algunos rumores del primer dÃa en los que se difunde la noticia de que puede haber restos de kamikazes entre las vÃctimas. En realidad se trata de una simple confusión, para algunos intencionada.
En Ifema recogen y separan los restos de las vÃctimas. Las bolsas de plástico contienen signos de colores para organizar mejor la identificación. Hay tres bolsas aparte con restos que nadie es capaz de atribuir a una persona concreta. Hay incluso trozos de cuerpos de gente que está con vida en los hospitales. Esas tres bolsas dan lugar a los rumores difundidos por medios de comunicación y que luego quedarÃan desmentidos. El propio Zapatero hace llamadas en las que afirma que ya han encontrado restos de kamikazes y que el Gobierno lo oculta.
DÃas más tarde y ya con la investigación avanzada, los especialistas israelÃes no comprenden como el CNI y el resto de los Cuerpos de Seguridad españoles no fueron capaces de detectar ningún signo de que algo iba a suceder relacionado con los cÃrculos islamistas y sin embargo, en un tiempo récord, han sido capaces de desentrañar la trama y detener a los autores. Tampoco consideran verosÃmil el hecho de que instigadores, organizadores, proveedores de material y ejecutores sean un mismo grupo, mezclado entre sÃ, que dejan pistas comunes como los números apuntados en las agendas y las llamadas cruzadas de los móviles. Nunca ha sucedido algo asÃ.
Los terroristas islamistas forman células herméticas, perfectamente impermeables. Los ejecutores no tienen nada que ver con los que organizan la logÃstica, los que proveen el material, los que lo financian, los que determinan los objetivos o los que idean los atentados. En el caso de Madrid se rompe el modus operandi.Además, saben por propia experiencia que nunca utilizan delincuentes comunes, ni personas que ya estén marcadas o fichadas por la policÃa y menos a confidentes policiales. Tampoco se fÃan jamás de la ayuda que puedan proporcionar personas que no pertenecen a la comunidad islámica.
La investigación avanza tan rápida que inmediatamente aparece el proveedor de los explosivos. Dicen que han llegado a él a través de los envoltorios de los cartuchos de dinamita encontrados en la mochila desactivada. Pero eso, según los técnicos es materialmente imposible.
De hecho, en torno al ex minero, José Emilio Suárez Trashorras, de 27 años con baja laboral permanente, se hacen un sin número de afirmaciones que se difunden a bombo y platillo. Se dice que tiene ascendencia marroquÃ, antecedentes penales, y que se puso en contacto en la cárcel con presos marroquÃes. También que es traficante de armas y que se vio en un bar de Avilés con los participantes en los atentados de Madrid. Una publicación se recrea con la escena en la que José Emilio lleva una noche hasta una pequeña explotación minera a los terroristas, les abre las puertas y les dice "llevaos lo que queráis". Ninguna de las afirmaciones mencionadas es cierta.
Ex minero fantasma
José Emilio no es de ascendencia marroquÃ, ni tiene antecedentes penales, ni ha estado en la cárcel en contacto con presos marroquÃes.Sus vecinos y ex compañeros de trabajo lo definen como un joven perturbado mentalmente, un simple "tonto de baba". Sólo tiene antecedentes por trapicheo de droga y la sospecha de que traficaba con dinamita, algo que nunca se le ha podido probar. En junio de 2001, y dentro de una operación antidroga denominada Pipol, fue detenido junto a su cuñado, un vendedor de coches usados.En un garaje de la calle Eloy Fernández de Avilés encontraron, dentro de un vehÃculo, una cantidad importante de hachÃs, 100 detonadores y 16 cartuchos de dinamita Goma 2 Eco, de 125 gramos cada uno. El juicio por estos hechos aún no ha salido. Nadie ha podido demostrar la implicación del ex minero. Lo más que ha reconocido éste tras su detención actual, es haber proporcionado a unos marroquÃes detonadores, algunos de ellos con bastante antigüedad. Luego implica a su cuñado, Antonio Toro, que está harto de sacarle de apuros, pero éste queda en libertad después de un interrogatorio. El dueño del bar de Avilés donde dicen que se ha reunido con los terroristas afirma que jamás le ha visto en su vida.
Lo que realmente es cierto es que José Emilio padece un trastorno esquizoide depresivo, tiene problemas psiquiátricos y por eso la empresa en la que trabajaba, Caolines de Merilés SL, una mina de caolÃn en el concejo de Tineo, no le renovó el contrato, el 31 de octubre de 2002.
Los investigadores descartan algo que se dio por cierto. La furgoneta Renault Kangoo blanca no pudo transportar los explosivos desde Avilés hasta Madrid. Sólo habÃa recorrido 200 kilómetros desde que la robaron hasta que la encontraron en la mañana de los atentados.
Entonces, ¿qué es lo que relaciona a José Emilio con la dinamita de los atentados? Solamente dos cartuchos de dinamita Goma 2 Eco, de 125 gramos, encontrados en la mochila que fue hallada en la comisarÃa de Vallecas con el teléfono móvil que dio las pistas de los autores de la masacre del 11-M. Sin embargo, en las fotografÃas oficiales del contenido de la bolsa azul, distribuidas a diversas policÃas extranjeras y difundidas por la cadena estadounidense de televisión ABC, no figura ningún tipo de cartucho.
Un veterano policÃa, conocedor del mundo del hampa, ha comentado a este periódico: «El mundo de los choros [los pequeños delincuentes] no se mueve como dicen que lo ha hecho José Emilio. No dudo de que pueda ser capaz de vender dinamita por una cantidad razonable de droga o de dinero. Se acababa de casar y podrÃa necesitar más dinero. Pero lo primero que habrÃa hecho tras venderles el material habrÃa sido acudir al policÃa con el que tuviera más confianza para contárselo. El sabe que esa información es oro y que le van a deber asà un gran favor. Ese tipo de personas no tiene cuajo suficiente para callarse sin saber qué van a hacer con ese material. Las cosas no funcionan asû.
Una de las falsedades más flagrantes que se han difundido en torno a la investigación es la aparición de una prueba material para certificar la autorÃa de los atentados por parte de Zougam.Se publicó, con gran alarde tipográfico, que la policÃa habÃa encontrado en el locutorio de la calle Tribulete de Madrid, donde trabajaba Zougam, un trocito de plástico que faltaba en la carcasa del teléfono hallado en la bolsa que encontraron en la comisarÃa de Vallecas con la bomba que no llegó a explotar. El juez reconoció que no habÃa podido preguntar al detenido por el tema ya que ese detalle no figuraba en las diligencias policiales.
Es un milagro haber encontrado un trocito del plástico que presuntamente faltaba en la carcasa, algo tan increÃble como el pasaporte de Mohamed Atta que se encontró intacto, cerca de las ruinas de las Torres Gemelas, tras el atentado de Nueva York el 11-S a pesar de que su propietario habÃa teóricamente estallado en una bola de fuego al estrellarse el avión que conducÃa 80 pisos más arriba. Pero hay que añadir otro detalle significativo.
El teléfono encontrado en la bolsa era un Motorola modelo Triumph según la mayor parte de las informaciones difundidas. Se especificó que ese Motorola se habÃa comprado en una tienda de Alcorcón.Algunos comentaristas llegaron a señalar que existÃa miedo entre muchos consumidores que también poseÃan un modelo de uso tan corriente como ése. Pues bien, pueden tranquilizarse ya que el modelo de teléfono que estaba en la bolsa, como puede apreciarse en las fotografÃas difundidas por la cadena televisiva ABC corresponde a un Mitsubishi modelo Trium (sin ph final) 110.
Zougam estaba marcado
En torno a la figura del hasta ahora autor material de la masacre, Jamal Zougam, se han difundido también muchas fantasÃas. Todos los que le conocen aseguran que era un musulmán nada fanático y que iba a la mezquita lo justo para mostrarse en sus rezos poco ortodoxos.
Nunca habÃa ocultado sus actividades de trapisondista. PertenecÃa al hampa de esos pequeños delincuentes que se mueven como pez en el agua por el barrio de Lavapiés. SabÃa perfectamente que era observado regularmente por la PolicÃa desde que su domicilio fue inspeccionado. Era consciente de que su locutorio estaba intervenido -como es el caso de muchos de los locutorios de Madrid-.Estaba marcado con varias cruces en todas las fichas policiales de numerosos paÃses. Era la persona menos adecuada, por tanto, para que un grupo terrorista le invitara a participar en una operación secreta de tanta envergadura. La mayor parte de los moros que pululan en los ambientes de la pequeña delincuencia en Madrid son confidentes de la policÃa y/o del servicio secreto marroquà -con una enorme capacidad en España-.
No es nada difÃcil encontrar personas de su entorno que quieran hablar de él. Bastará con dos ejemplos. Una señora de la limpieza, marroquÃ, asegura conocerlo mucho: «A mÃ, como a mucha gente, me ofreció una tarjeta para el teléfono móvil con la que podÃa llamar gratis a Marruecos durante dos años seguidos sin pagar nada. Claro que, la tarjeta me costaba 30.000 pesetas. Era un chollo pero me dio miedo que pudiera meterme en un lÃo. No quiero ni pensar la de gente que habrá usado tarjetas de Zougam y que ahora estarán pendientes de si los meten en la investigación de los atentados».
El segundo testimonio es más sorprendente. Se trata de un joven senegalés fácilmente identificable porque tiene un defecto en un ojo. Vive en Lavapiés y asegura que ha trabajado para una multinacional estadounidense. Es informático y hace algunas chapuzas en la tienda de Zougam. Por eso está muy asustado ya que una de sus «habilidades» es la manipulación de tarjetas de móviles: «Yo me libré de milagro. Trabajaba en el locutorio de Zougam.El dÃa en que fueron a detenerle yo estaba librando. Si no, estoy convencido de que me hubieran detenido con él». Compraban gran cantidad de tarjetas. En todos los locutorios de Madrid de ese tipo se trafica con tarjetas clonadas. Es algo sabido y «casi» permitido. «Lo más extraño», asegura el senegalés, es que la policÃa no se haya puesto en contacto conmigo. No comprendo como siendo Zougam una pieza tan aparentemente clave en la investigación ni siquiera han hablado con todos los que trabajábamos allÃ.¿Acaso no les interesa los testimonios que podamos aportar?».
Zougam no se comporta, tras el 11-M, con lógica. Seis dÃas antes del atentado deja su pista en una llamada telefónica a Abu Dahdah, el presunto jefe de la célula española de Al Qaeda implicado en el sumario del juez Garzón sobre el 11-S. Es como encender un letrero luminoso.
Terremoto en el CNI
Después de los atentados, sabe por las informaciones de la radio que han encontrado una mochila con una de las bombas del tren sin explotar y que hay un móvil con una tarjeta, la que presuntamente vendió él. No le entra el pánico. Sigue su vida normal y espera a que, inevitablemente, vengan a por él. No es lógico para alguien que teóricamente está metido en una célula integrista que pretende seguir atentando en Madrid y que por tanto, aunque sólo fuera por razones operativas, no puede permitirse el lujo de dejarse pillar.
En el CNI las cosas no están para bromas. Tras el 11-M se pasaron unas cuantas horas llorando y lamentándose por no haber sido capaces de impedir los atentados. Luego llegó el momento de las responsabilidades. Hay que tener en cuenta que Jorge Dezcallar, el máximo responsable del Centro, fue director general, en Exteriores, con competencias en la zona del Magreb. Fue también embajador en Marruecos.
Para colmo, la segunda en el mando dentro del CNI, la secretaria general, es una mujer, MarÃa Dolores Vilanova, que ocupó en el Centro, en la época de Manglano el cargo de responsable de contrainteligencia de los paÃses del Magreb. Dicho de una manera más sencilla, es la persona que mejor conoce el mundo del hampa y de los posibles agentes marroquÃes infiltrados en España. La autorÃa de los chorizos marroquÃes equivale a que un niño de primaria hubiera metido un gol a Casillas desde 50 metros y en una porterÃa de pocos centÃmetros.
En el CNI no se disimuló el alivio por la pérdida del poder del PP. Participaban del enfado de los militares con el ex ministro de Defensa Federico Trillo, a quien, en privado, y a veces en público, despreciaban.
El CNI reunió informes según los cuales amplios grupos de militares y sus familias, en zonas tradicionalmente de derechas, se habÃan pasado la consigna de abstenerse en las elecciones.
En los pasillos del Ministerio de Defensa no hubo ningún tipo de disimulo. HabÃa gente que se abrazaba el lunes 16 en los pasillos al comentar la victoria de Zapatero en las urnas. En el Centro se tiene grabado a fuego como una de las grandes cacicadas de Trillo la bronca destemplada que tuvo que encajar un agregado de Defensa destacado en Afganistán ante las exigencias del ministro de que montara rápidamente, y sólo para él, una capilla para asistir a misa.
La gota que ha colmado el vaso ha sido la desclasificación que hizo el Gobierno de Aznar de documentos del CNI en los que se orientaba la autorÃa del atentado hacia ETA. Es verdad que en amplios ambientes del Centro las sospechas se dirigieron durante las primeras 40 horas hacia ETA. Se recogieron el 11-M informes que procedÃan de las cárceles en las que presas vascas habÃan celebrado con júbilo los atentados. Hubo incluso incidentes violentos por la indignación que eso produjo entre presas comunes. También se tenÃa constancia de que en reuniones del entorno abertzale la gente se habÃa dividido claramente en dos sectores. Al primero, le parecÃa una barbaridad lo sucedido, y el segundo lo justificaba y anunciaba que ese era el camino y que habÃa que golpear más fuerte hasta que «se enteraran».
Agentes del CNI se quejaron, en las primeras horas después de los atentados, del hermetismo de los investigadores de la policÃa. Les llegaban las informaciones tarde. Reconocen que miembros del PSOE tenÃan una información mucho más puntual que ellos.Lo que no aceptan es que no hubieran advertido al Gobierno del peligro islamista.
Las labores de vigilancia tienen que ser aleatorias. Es materialmente imposible controlar a los 300 principales sospechosos de estar relacionados con células integristas. Asà que se elige a unos cuantos y se va rotando la vigilancia. Zougam y el resto de los detenidos estaban dentro de ese operativo. Los móviles son un buen punto de partida pero los cambian con enorme facilidad: «En ocasiones conseguimos una orden del juez para intervenir un teléfono y cuando nos ponemos a ello el vigilado ya ha cambiado de teléfono». Se ha seguido a los sospechosos en el extranjero. Son vigilancias caras en material y en hombres. De pronto, gente que vive muy sobriamente en España, se desplaza sin problemas de billetes de avión y comienzan a manejar dinero en abundancia.La mayor parte proviene de donativos que se canalizan a través de organizaciones de caridad promovidas por Arabia SaudÃ. ¿Cuanto tiempo puede durar una vigilancia de este tipo si el observado no comete ningún acto delictivo durante años? «Al final lo que la gente ve es la delincuencia en la calle. eso es lo que preocupa y por eso es lógico que los polÃticos dediquen más medios a combatir ese tipo de cosas que tienen un resultado práctico mucho mayor para los votantes».
La pista falsa iraquÃ
No es cierto que se despreciaran pistas como la iraquÃ. Por ejemplo, se ha hablado mucho de un coronel iraquà que viajó hasta España antes de los atentados. Lo que no se ha comentado es que el CNI tomó buena nota de la información que le pasó el servicio secreto italiano sobre el tema. De hecho existe un documento de dos folios en el que se detalla el asunto. Tiene fecha del 11 de febrero, justo un mes antes de los atentados. En el texto se avisa sobre un rumor de que el ex coronel de Sadam Husein, Walid Salem Omar tenÃa prevista su llegada a España el 6 de febrero de 2004 dispuesto a cometer atentados. Su empresa, Ibn Fernas, está englobada en el grupo Hispano Arabe SA que tiene su sede social en el Paseo de la Habana de Madrid. El documento especifica que Walid se habÃa detenido en Siria donde habÃa sacado una gran cantidad de dinero en metálico de un banco de Damasco. Siempre según el escrito, viajarÃa con ese dinero y habrÃa hecho una escala técnica en Marruecos, concreta mente en Agadir. El CNI siguió por supuesto esta pista, como otras muchas que llegan procedentes de servicios de información extranjeros, sin que se obtuviera ningún resultado positivo.
El comportamiento atÃpico y fuera de toda lógica de los marroquÃes acusados de los atentados lleva a situaciones incomprensibles.Por ejemplo El Tunecino, Sharhane ben Abdelmajid Fakhet, vive tranquilamente en un piso alquilado sin dar ruido. Pero unos dÃas antes del 11-M, abandona la casa y llama la atención hasta el punto de que Rafael, el casero, se presenta a la policÃa para denunciar que se ha marchado sin pagar. Otro letrero luminoso en el camino.
El colmo de los despropósitos se refleja en que los investigadores no tienen el menor interés en revisar el piso a pesar de que, según el dueño, está lleno de papeles, cintas de audio, etcétera.A la policÃa no parecen interesarle las pertenencias de quien se presenta ante la opinión pública como el cerebro inductor.
Barbacoa terrorista
Lo mismo sucede con los habitantes de la casa de Morata de Tajuña, en el kilómetro 14 de la carretera 313, cerca de Madrid. Los investigadores dicen que han llegado hasta allà a través de una laboriosa búsqueda triangulando las llamadas de los teléfonos móviles. Pero la policÃa conocÃa la existencia de esa casa y la habÃa vigilado en varias ocasiones.
Las huellas de los sospechosos están naturalmente dentro, ya que eran ellos quienes la habitaban ocasionalmente de una forma abierta y con una buena relación con los vecinos. Son éstos los que ven a muchos de los que luego morirÃan en Leganés haciendo -¡dos semanas después de los atentados del 11-M!- una barbacoa con niños y parientes incluidos. A uno de los implicados, Jamal Ahmidan al que apodaban El Chino los vecinos lo conocen bien porque les ha prestado en ocasiones su moto. No era un islamista radical sino un delincuente de poca monta como el resto de la cuadrilla. Era un viejo conocido de la policÃa marroquÃ. Lo habÃan condenado a cuatro años de cárcel en Marruecos por un asesinato relacionado con el tráfico de drogas y habÃa cumplido dos años y medio de condena. Su ficha aparece en todos los servicios policiales europeos por sus raterÃas. La policÃa marroquà pasó a la española todo lo que tenÃan sobre él hacÃa tiempo. Si hubiera estado involucrado siquiera mÃnimamente con los radicales extremistas hubiera sido uno de los 1.600 procesados en el macrojuicio de Marruecos de 2003 por los atentados de Casablanca y por el que se detuvieron, con los ortodoxos métodos de nuestros vecinos, a 6.000 personas.
Se le ha presentado como un integrista radical, pero los vecinos de Morata de Tajuña explican que se le veÃa en compañÃa de dos jóvenes muy guapas, con un piercing, pantalones de cuero ajustados y camisetas que dejaban la tripa al aire.
Existe constancia de que la casa estaba vigilada mucho antes de que la policÃa la "descubriera". No hay más que comprobar la denuncia que presentaron varios vecinos, primero ante el 091 y más tarde ante el 062 de la Guardia Civil, dÃas antes del 11-M, el 7 domingo a las 10.50 de la mañana -según consta en una cinta grabada- por considerar que los habitantes de aquella casa les infundÃan sospechas en relación con trapicheo de drogas y mercancÃa robada.
La Guardia Civil alegó después del 11-M, que no querÃan seguir esa vÃa de investigación para no interferir con la labor de la policÃa, que era quien llevaba todo el caso de los atentados.La realidad es que la proverbial rivalidad entre distintos cuerpos policiales ha llegado a uno de sus puntos culminantes a raÃz de los atentados del 11-M. La PolicÃa no ha permitido el menor resquicio a los investigadores de la Guardia Civil.
No tenemos nada
El dÃa anterior al descubrimiento teórico del piso de Leganés, una funcionaria involucrada directamente en la investigación reconoció a un compañero de Información: "La verdad es que tenemos muy poco. De lo del ex minero no sale gran cosa. No sabemos la procedencia de la dinamita. Todo está cogido con alfileres. No hay pruebas materiales, sólo nombres en agendas y llamadas telefónicas entre unos y otros. Lo más sólido son los testimonios espontáneos de varios testigos que aseguran haber visto a varios de los acusados en los trenes, aquella mañana". El problema es que después de que sus fotos se publicaran en todos los periódicos la gente ha podido reconocer esos rostros inducidos por lo publicado y no porque los recordaran realmente. Después de una situación anÃmica como la que tuvieron que soportar en los atentados, los supervivientes no son muy fiables, según los psicólogos. Y menos cuando hay que distinguir entre ciudadanos marroquÃes que para muchos son fácilmente confundibles. Hasta la fecha, ninguno de los detenidos ha reconocido la participación en los atentados.
El sábado 3 de abril, las esperanzas de los investigadores estaban centradas en nuevos rostros. Se habÃan repartido retratos a los medios de comunicación de los cerebros, inductores o dinamizadores de los atentados. Y aquà llegamos al capÃtulo de Leganés, el más incoherente de toda la historia. En la tarde de ese dÃa, según comentaron más tarde fuentes policiales, se localiza a través de las llamadas de teléfonos móviles un piso en Leganés en el que puede haber terroristas implicados en el 11-M. No es cierto. HabÃan sido ya localizados dÃas antes a través de fotografÃas que enseñan a los comerciantes de la zona. Es asà como saben que el llamado El Tunecino y El Chino pueden estar residiendo en el número 40 de la Avenida Carmen MartÃn Gaite. Sin explicación posible y después de este hallazgo, la policÃa da a los medios las imágenes de los hombres que pertenecen a ese grupo para que se publiquen. La gente se familiariza con sus rostros. Los terroristas no deben de comprar periódicos ni ver informativos de televisión, ya que no se dan por enterados.
Según los investigadores siguen con su macabra actividad hasta el punto de que se acercan a la vÃa del AVE en la provincia de Toledo y colocan una mochila con explosivos «pero sin iniciador» con una mecha de más de 130 metros. Aterrorizan asà de nuevo al paÃs. La bomba, según las autoridades, está colocada entre las 10 y las 12 del mediodÃa. El hecho cierto es que azafatas del AVE que hicieron el turno del tren Madrid-Sevilla a las 7.00 horas ven una inusitada actividad de la Guardia Civil en las vÃas a lo largo del trayecto. Miembros de la Benemérita entran en los vagones de ese tren después de su llegada a Sevilla, a las 9.50 hora para revisar todos los rincones, incluidos los contenedores de desperdicios.
La farsa de Leganés
Tan sólo 24 horas más tarde, la investigación tomará un giro sorprendente. A primera hora de ese sábado, algunos concretan la hora en las 7.00 hora de la mañana, el grupo de los geos recibe la orden por la que deben estar preparados para una operación importante. Asà se lo comunica el Gobierno en funciones, esa misma mañana, a altos cargos del Partido Socialista.
La versión posterior contará que varios de los terroristas consiguen romper el cerco policial en torno a la casa de Leganés y llegan por la tarde hasta el piso del número 40. Lo lógico, cuando los terroristas aún no se habÃan dado cuenta de que se estrechaba el cerco, era haberlos capturado, uno a uno y con total discreción cuando salieran o entraran en la vivienda. Por el contrario, se extiende la versión de que uno de los acusados baja la basura, se percata de la presencia policial y avisa -primero se dice que por el móvil, después que a gritos- de lo que estaba en marcha.
Al menos una decena de agentes de paisano -según el testimonio directo de los vecinos- ocupan posiciones en la parte interior ajardinada de la casa, donde está la piscina, de una forma nada discreta. «Mamá, ¿los que llevan pistolas son malos?», comenta a sus padres un niño de la urbanización. Y comienza un tiroteo sin que intervenga todavÃa la dotación de geos.
La llegada de éstos cambia las cosas. Son profesionales altamente cualificados y con una gran experiencia en el asalto de lugares donde hay gente armada y peligrosa. Pero incomprensiblemente -como ha denunciado públicamente uno de los propios geos que intervienen- no se cumplen ninguna de las reglas del protocolo de actuación. No se espera a que llegue el negociador, un psicólogo cualificado para dialogar con delincuentes peligrosos. No hay intérprete. No se aguarda a la hora de la madrugada en el que el cerebro de los terroristas está más debilitado. No se intenta pactar la entrega. Ni siquiera se sabe el número de los ocupantes.Simplemente, y desoyendo la opinión de los propios responsables de los geos, se ordena el asalto, a pesar de que es vital cogerlos vivos para conocer la verdad de lo ocurrido el 11-M.
Todo vuela por los aires al comenzar el asalto. Muere un geo y los cuerpos de los terroristas quedan esparcidos en un área de más de 60 metros. El ministro Acebes dice en su primera comparecencia, tras lo sucedido, que son cuatro los terroristas que se han inmolado. También explica que guardaban en un armario dos mochilas con explosivos preparadas para hacer explosión, similares a la encontrada en la vÃa de tren. Más tarde se hablará de grandes fajos de dinero en euros, perfectamente organizados. Las imágenes del dÃa siguiente demostrarán que del piso sólo quedan los pilares limpios. Aumenta a siete la cuenta de los islamistas muertos. Se trata del núcleo del comando, de los movilizadores y de al menos una buena parte de los autores materiales del 11-M.
El relato posterior de los hechos se adorna con historias sobre cuerpos desnudos purificados por cortinas blancas en forma de sudario, cánticos en cÃrculo y conversaciones telefónicas. La madre de El Chino lo corrobora desde su domicilio en Tetuán."Mi hijo se despidió de mà diciendo que iba al lugar que le estaba reservado. Luego escuché una gran explosión y poco después se corto la lÃnea". No se puede saber lo que escuchó esa madre atribulada, pero desde luego no pudo ser la explosión. La dinamita tiene una fuerza explosiva de salida de más de 8.000 metros por segundo.Si el teléfono de su hijo estaba a menos de dos metros de la carga explosiva se volatilizó mucho antes de que pudiera transmitir el sonido de la bomba que ha enterrado definitivamente la esperanza de conocer toda la verdad del 11-M. |
Mira també:
http://www.rebelion.org/spain/040502mun.htm |
 This work is in the public domain |
Comentaris
Re: Los agujeros negros del 11-M
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per mortadelo y filemon |
02 mai 2004
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La T.I.A. funcionaba mejor que estos inútiles...y Acebes empeñado en que era la ETA!
Por cierto porqué dice el embarullado informe de El Mundo que Otegui mintió...Fué el único que dijo la verdad ! |
Re: Los agujeros negros del 11-M
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per mar |
02 mai 2004
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No me fastidies, que malos son los del PSOE que lo manipularon todo, y que pobrecitos los del PP, que no sabían nada. Por favor!!!, El jueves por la tarde ya se sabía que era algún grupo islamista, ahora resulta que ni eso, que es lo que quieres insinuar? |
Re: Los agujeros negros del 11-M
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per Rob |
02 mai 2004
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El Mundo, no será el periódico? ese diario tan afín al PP, que hace como si diera opiniones imparciales y en realidad le da coba a su partido mentor?. Porque ahora resulta que Otegui mentía y Acebes y Rajoy no, bueno, para ellos la perra gorda, pero este artículo a mí me parece tendencioso, aunque: viva la libertad de expresión! |
Re: Los agujeros negros del 11-M
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per xxxxx |
03 mai 2004
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Este articulo de "la monda" lleva ya un mes dando vueltas por la red... pero NADIE ha hecho ninguna denuncia, ni han decidido investigar nada.. Si es cierto lo que cuenta, lo cual es bastante dudoso; o como minimo si esto es cierto: ¿porque los ppepperos no piden una investigacion?? ¿porque resulta que el unico mentiroso en todo esta mierda de ataque es ¡Otegi!? Lo siento, pero creo que este articulo sirve para lavar la cara de algunos politicuchos de mierda que son responsables de haberla cagado al 100% (incluso el ex-lider cosmico lo ratifico ayer en otro articulito pa idiotas ayer en un periodico...) Me temo que a Aveces se le atragantaron los callos ayer por la mañana....
Pero, estoy de acuerdo con ROB ¡viva la libertad de
expresion!!! |
Re: Los agujeros negros del 11-M
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per barnadol barnadol@yahoo.es |
06 mai 2004
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Es obvio, para los que no estan ciegos, que algo hubo. Esperemos los dictamenes que vayan surgiendo de las investigaciones, para ubicar a cada uno en su sitio. Yo , y me imagino muchisimos mas españoles, que no tenemos criterios partidistas, esperamos la verdad. Pero , atencion, no la verdad que quieran imponernos. Ya somos mayores de edad. |
Re: Los agujeros negros del 11-M
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per razonando razonando@yahoo.es |
06 mai 2004
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Observo que la mayoria de comentarios son viscerales y claramente tendenciosos . Dudo mucho que los que suscriben dichas opiniones tengan mucho interes en saber la VERDAD. Yo quiero hacer solo una reflexion: SI LO QUE DICE EL SR, MUGICA ES FALSO, ¿ QUE ESPERA EL PARTIDO EN EL GOBIERNO PARA LLEVARLO A LOS TRIBUNALES?
A diferencia de otras noticias, ésta, sí que está firmada por un profesional. Si quisieran ya sabrian contra quien tienen que querellarse. ¿ A QUE ESPERAN? ¿ A QUE EL TIEMPO BORRE TODO?
Estoy de acuerdo con todos los que buscan la Verdad y defienden la libertad de expresion |
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