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Anàlisi :: corrupció i poder |
Cómo desfacer el entuerto
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per Jaime Richart |
17 abr 2004
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El innombrable sacó a España de un rincón de la historia... para meterla en una ratonera.
¿Cómo deshacer ahora el entuerto del gran necio? La barbariÂdad de la invasión de Irak, escudada en una sarta de mentiÂras, la emprendieron Bush y Blair. Y el innombrable la seÂcundó con maniobras, tapujos y embustes de la misma urÂdimbre pero también en fraude de la Constitución que exije la autorización del Parlamento y el refrendo del Rey para declarar la guerra. Pues bien, ni sometió la decisión al Parlamento con la treta de que el envÃo de troÂpas en misión humanitaria no implicaba entrar en guerra, ni escuchó al pueblo que clamoÂrosamente repudiaba el envÃo como repuÂdiaba la invasión de Irak.
Asà pues, el entuerto lo consumó enviando por su cuenta a esos 1.300 soldados en una misión simuÂlada que encubre la real de reforzar a las tropas imperiales. De ese modo el innombrable comprometió gravemente, en asunto gravÃÂsimo como nunca hubo en la corta historia de nuestra democracia, al Estado español...
Ahora, con el nuevo partido en el gobierno, ha cambiado no el signo de la voluntad polÃtica de retirar las tropas que ya estaba en el programa electoral de aquél, sino la suerte de ese compromiso. Puesto que el poder polÃtico ha pasado por vÃa electoral a otras manos, es al nuevo gobierno a quien corresponde renovar o rescindir el pacto contraÃdo por “terceÂrosâ€?...
Si Bush fuese demócrata no deberÃa entorpecer el desigÂnio de las tropas españolas que dependen ahora de un preÂsidente democrático nuevo que no coincide ni de lejos con su geopolÃtica. Un presidente y un partido que no aprueban, ni la decisión de llevar la guerra a Irak para ocuÂparlo, ni las arteras razones que se han venido aduciendo para justificar la ocupación. Pero como Bush es cualquier cosa menos demócrata, todo aquél que se propone torcer su voluntad debe temer graves amenazas, represaÂlias y asechanzas de él. Ya tuvimos ocasión de verlo cuando, primero ofreció parte del botÃn a quien le siguiese, y luego amenazó a la vieja Europa que se oponÃa a su plan criminal. Este es el asunto por donde a Shrek le pueden venir inescrutables difiÂcultades. Shrek está aviado...
Pues Shrek se ve ahora en la grave tesitura de tener que rescatar el espÃritu del quijote estrellado contra los moliÂnos de viento en su atolondrada acometida. Asà es que, si quiere sacar las tropas del castiÂllo, deberá enfrentarse a muerte al feroz dragón que lo custodia. Veremos cómo se las arregla para salir del trance... |
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