|
Notícies :: laboral |
El bar LA TRANQUILIDAD
|
|
per x |
30 mar 2004
|
El bar “La Tranquilidad�
(1918-1923)
por AgustÃn Guillamón
En enero de 1901 se acabó de construir un cobertizo en el que se abrió una taberna llamada La Tranquilidad, situada en la esquina de la avenida del Paralelo con la calle Conde del Asalto (ahora Nou de la Rambla), que hacia 1910 se trasladó al número 69 de la Avenida del Paralelo, al lado del actual teatro Victoria. |
Desde principios de siglo varios cafés del Paralelo, especialmente el café Español y La Tranquilidad, se habÃan convertido en punto de encuentro habitual de anarquistas y sindicalistas, en cuyas mesas circulaban noticias y rumores, se discutÃan las respuestas armadas a los últimos ataques del Libre, CapitanÃa y la patronal, o se conspiraba clandestinamente. En las terrazas contiguas de los cafés Español, Concert Sevilla, Paralelo y Rosales, en la gran acera de la avenida Paralelo desde el número 64 al 80, entre las calles Ronda Sant Pau y Abad Safont, se debatÃa todo lo humano y divino, a menudo sin más trascendencia que el acaloramiento de la discusión entre hombres encendidos por sus ideales. Justo en la acera de enfrente, en el café La Tranquilidad, hallaban cobijo las ideologÃas más extremistas y se planificaba desde las respuestas más adecuadas a los ataques patronales hasta una insurrección armada o una huelga general. La paradoja del nombre del café-taberna con la realidad del ambiente que respiraban sus parroquianos no podÃa ser más radical, pues las continuas peleas, trifulcas, discusiones polÃticas, registros de la policÃa a la busca de elementos peligrosos o infractores del orden público, que a menudo acaban en tiroteo, no podÃan dar un mentÃs más sonoro al tan beatÃfico como inapropiado nombre del bar La Tranquilidad.
De 1918 a 1923, durante los años más duros del pistolerismo entre la patronal y los sindicalistas del único, eran frecuentes las rifas de “pipasâ€? entre la clientela. La “pipaâ€? no era un útil de madera para fumar, sino una Star para defenderse de los asesinos del Libre y de la policÃa de MartÃnez Anido. También era posible comprar una pistola por cuarenta y cinco pesetas que, en casos de confianza y necesidad inmediata, podÃa adquirirse a plazos de una peseta a la semana. ExistÃa una provisión casi inagotable de Stars, fabricadas durante los años de la Gran Guerra para proveer al ejército francés, que a causa del descontrol del gobierno habÃan surtido abundantemente un próspero mercado negro. La pistola semiautomática Star, conocida como “la sindicalistaâ€? era la utilizada por los obreros del Sindicato Único (CNT), mientras la “Browningâ€? era la predominante entre los asesinos del Sindicato Libre, el Somatén , las bandas parapoliciales y la policÃa, sin que estuviera demasiado claro los lÃmites entre unos y otros, coordinados todos ellos por CapitanÃa y el jefe de policÃa, y generosamente financiados por la patronal, en un clarÃsimo y descarado ejercicio de terrorismo de Estado, que alcanzó su máxima expresión en la práctica habitual de la “ley de fugasâ€?.
La denominada ley de fugas consistÃa en acribillar a balazos a los prisioneros que se trasladaba o liberaba de la cárcel, excusándose en la fuga o provocación de los detenidos, e incluso en una sarcástica “ignoranciaâ€? de lo acaecido a las puertas de la prisión a los obreros que acababan de salir “libresâ€? a la calle.
La Federación Patronal y el Fomento del Trabajo financiaron el terrorismo antiobrero que organizó el general Milans desde CapitanÃa, movilizando una legión de confidentes que elaboraron el fichero Lasarte, donde se recogÃa toda la información posible sobre los obreros que habÃan de ser controlados o eliminados.
La extrema violencia social, el terrorismo de Estado y las grandes bandas del crimen organizado de Bravo Portillo o Koening borraron los débiles lÃmites que separaban la delincuencia común de la represión policial al servicio de la patronal. No se sabÃa bien donde empezaba la corrupción y la acción militar o policial, o donde acababan las competencias parapoliciales de las bandas criminales; cuando se estaba ante una organización patronal o la organización para la financiación de unos pistoleros; donde acababa el sindicalista o el policÃa y empezaba el delincuente; quien ejercÃa funciones represivas gubernamentales o simplemente la organización sistemática y brutal del asesinato de los obreros.
El 23 de febrero de 1923 Juan GarcÃa Oliver, en una reunión realizada en el bar La Tranquilidad con los delegados de varios grupos de afinidad anarquistas, expuso su táctica de la “gimnasia revolucionariaâ€?, que fue aprobada con el nombramiento de un comité de coordinación constituido por Aurelio Fernández y Ricardo Sanz. El 10 de marzo fue asesinado el dirigente cenetista Salvador SeguÃ, en la calle Cadena, a la salida del bar La Trona. En septiembre de 1923 el golpe de Estado de Primo de Rivera instauró una férrea dictadura que dio carta blanca al peor enemigo del movimiento obrero, MartÃnez Anido, que sumió a la CNT en la clandestinidad y una larga oscuridad.
Ya en los años treinta los activistas anarquistas hicieron de La Tranquilidad un asiduo lugar de encuentro nocturno de anarquistas y cenetistas, tras una jornada de trabajo. Tampoco era difÃcil encontrar en el mismo bar, a la hora del almuerzo, a los pistoleros hermanos BadÃa, futuros organizadores de la policÃa catalanista del Gobierno de la Generalidad y fanáticos anticenetistas, tragándose unas enormes ensaladas de cebolla y bebiendo de grandes porrones, con unas monumentales pistolas depositadas sobre la mesa, a modo de chulerÃa y provocación antisindicalista.
El 19 de Julio de 1936 una columna del ejército sublevado contra el gobierno de Frente Popular, que habÃa ganado las elecciones de Febrero, descendÃa por la avenida del Paralelo desde la plaza de España, precedida por artillerÃa de campaña. En la Brecha de San Pablo, cincuenta metros antes de llegar a La Tranquilidad, esa columna fue detenida, rodeada, abatida y derrotada por los trabajadores en armas de la CNT, que habÃan salido a la calle para detener el golpe fascista. Fue el primer lugar de la ciudad en la que los trabajadores derrotaron al ejército.
Se abrÃa en la ciudad una situación revolucionaria, con esperanzadoras posibilidades, que la guerra antifascista diluyó rápidamente en el seno de una tormenta contrarrevolucionaria. Luego, tras una terrible guerra de exterminio, hambre y bombardeos masivos, Barcelona vivió cuarenta años de “pazâ€? terror y fascismo que pusieron en práctica un genocidio polÃtico del movimiento obrero, que quedó impune.
Hoy, en el número 69 de la avenida del Paralelo, encontramos un anodino bazar o supermercado en el que nada indica qué hubo allà en los años veinte y treinta: un bar llamado La Tranquilidad frecuentado por sindicalistas y anarquistas.
AgustÃn Guillamón (2004).
BALANCE. Cuadernos de historia del movimiento obrero internacional y de la Guerra de España.
chbalance ARROBA wanadoo.es
http://es.geocities.com/hbalance2000 |
Mira també:
http://www.red-libertaria.net/ |
![](https://barcelona.indymedia.org/images/licenses/norights.gif) This work is in the public domain |
hEMOS SALIÓ GANANDO
|
per eLECTO |
30 mar 2004
|
hOY TENEMOS, GRACIAS A LAS GENEROSAS CESIONES DE NUESTROS SIEMPRE GENTILES ADMINISTRADORES, EN LUGAR DE TUGURIOS COMO LA TRANQUILIDAD, FINCAS ENTERAS PARA NUESTRO USO Y DISFRUTE |
Re: El bar LA TRANQUILIDAD
|
per gar |
30 mar 2004
|
Y hay comentarios con los que salimos perdiendo. |