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En el marco de una
planificada arremetida diplomática, que cuenta con el apoyo de los medios de
comunicación de Colombia, inició su visita a Europa el presidente �lvaro Uribe
Vélez (AUV), con el objetivo de maquillar su desgreñada imagen y pedir ayuda
para la guerra contra el pueblo de su propio paÃs. A pesar de la gigantesca
campaña publicitaria para disfrazar los verdaderos propósitos de su viaje, las
metas de la cruzada uribista por el viejo continente son claras, a saber:
intentar limpiar la imagen de su gobierno frente a las
violaciones de los derechos humanos engañando a sus interlocutores con cifras
amañadas, justificar su negativa a establecer diálogos con la insurgencia - asÃ
sea sólo para llegar a un acuerdo humanitario por el que clama toda Colombia -,
justificar la legalización de los grupos narcoparamilitares encargados de la
guerra sucia, loar las supuestas bondades y eficacia de su polÃtica represiva
(“seguridad democrática� y “estatuto antiterrorista�), recabar el apoyo de la
comunidad europea (no sólo de la Unión) para su polÃtica autoritaria y
justificar el proyecto militar de colonización estadoudinense: Plan Colombia,
llamado ahora Iniciativa Regional Andina.
La campaña
diplomática del gobierno colombiano en Europa comenzó hace algunas semanas, con
el envÃo de una avanzada encabezada por el vicepresidente Francisco Santos,
miembro de la familia propietaria del principal diario del paÃs, El Tiempo.
Refiriéndose a las violaciones de los derechos humanos, el vicepresidente
presentó en Europa unas cifras que no corresponden a la realidad y que, como
tales, fueron refutadas por distintas ONGs. Ahora le corresponde a Uribe seguir
regando y ampliando las falacias del régimen colombiano en Europa.
Veamos
algunos ejemplos
- El diario El
Tiempo publicó recientemente la noticia del asesinato de “sólo 30 militantes
de la Unión Patriótica durante el año 2003� (¡sic!). Lo que no especificó es
que se trataba de supervivientes de un partido prácticamente aniquilado
por el régimen (más de 5.000 militantes asesinados). Lo relevante,
entonces, no es que se haya asesinado a “sólo 30 militantes de la Unión
Patriótica durante el año 2003�, sino que el régimen siga
ensañándose con los pocos supervivientes del asesinato, la desaparición forzada
y el destierro de todo un partido polÃtico.
- Frente al
desplazamiento forzado, el gobierno se felicita de la disminución de las cifras,
pero en la realidad sucede todo lo contrario. No por nada el Alto Comisionado de
las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se refirió el 4 de febrero a
Colombia como el primer paÃs en desplazamiento forzado del mundo después de la
República Democrática del Congo y Sudán, ya que supera los tres millones de
desplazados internos, sin contar las 300.000 personas que han huido del paÃs.
Las estadÃsticas
gubernamentales son el producto de varias formas de manipulación directa e
indirecta,
entre las que podemos citar las siguientes:
1. La
polÃtica de “seguridad democráticaâ€?, que equipara a todos los habitantes de
las regiones en conflicto con “guerrilleros terroristas�, ha llevado a que
los desplazados no registren sus casos.
2. Los
desplazados por fumigaciones de cultivos “ilÃcitosâ€? no son reconocidos como
tales.
3. El
número de desplazados que cruza las fronteras nacionales hacia paÃses
vecinos es cada vez mayor y éstos tampoco son registrados como desplazados.
4. No se
contabilizan los desplazados inter e intraurbanos.
5. Las
cifras de las ONGs tampoco pueden ser completas, ya que éstas no pueden
llegar a todas las regiones.
- De igual manera,
las cifras gubernamentales se ufanan de que “sólo� 72 sindicalistas fueron
asesinados en 2003, en relación con los más de 200 asesinados en 2002. ¡Qué
desfachatez! Como en el caso de la Unión Patriótica, ya no quedan muchos por
asesinar, por lo que es apenas normal que la cifra empiece a decrecer. Por otra
parte, ¿acaso puede justificarse el asesinato de un solo opositor?
- En cambio, esas
cifras nada dicen del aumento de las amenazas, asesinatos y “desapariciones� de
dirigentes populares en diferentes regiones del paÃs. En 2003 fueron asesinados
13
defensores de Derechos Humanos, 29 lÃderes comunales y 23 lÃderes campesinos.
- Sin embargo, hay
que reconocer que el gobierno también ha dicho algunas verdades, sólo que
incompletas. Por ejemplo, que ha detenido a más de 15.000 personas acusadas de
terrorismo. Lo que no dice es que se trata de verdaderas pescas milagrosas
en las que más del 90% de los detenidos tienen que ser dejados en libertad
posteriormente, ante la ausencia de pruebas, pues se trata de acciones de
intimidación de la población y de una cacerÃa de brujas dictada por la necesidad
de mostrar “resultados� en la lucha contra las guerrillas revolucionarias que el
gobierno llama terroristas.
Y más mentiras
Uribe dijo en el
hemiciclo casi vacÃo del Parlamento europeo: “Colombia es una democracia
social�. Acto seguido, trató de demostrarlo con algunas cifras, tan poco
contundentes que terminó reconociendo que “tenemos
muchos problemas sociales pero nos acompaña toda la decisión de superarlos�.
Surge
entonces la pregunta: ¿existe una “democracia socialâ€? en un paÃs cuyo
presupuesto nacional está dedicado en un 37,8% al servicio de la deuda externa y
cuya polÃtica social y económica ha sido condicionada a los parámetros impuestos
por el Banco Mundial? Para responder, bástenos citar la reforma laboral, que
amplió la jornada laboral a 16 horas, acabó con el pago de las horas extras
dominicales y feriadas y redujo la indemnización por trabajo nocturno; o la
reforma del régimen de pensiones, que elevó la edad de jubilación e incrementó
el número de semanas de cotización necesarias para hacerse acreedor a una magra
mensualidad.
Esta “democracia
socialâ€? es la misma que ha impulsado una polÃtica tributaria que se puede
resumir al otorgamiento de nuevos privilegios a los grandes capitales y empresas
con el argumento neoliberal de que “en Colombia la
desigualdad no se debe a la empresa privada sino a la falta de empresa privada�
(¡sic!, discurso de Uribe ante el Parlamento Europeo), asà como a la imposición
del IVA a todos los productos de la canasta familiar para financiar la
“seguridad democrática�, que consumió en 2003 más del 15% del presupuesto
general de la nación.
El propio Banco
Mundial, en su último informe, señala que el 75% de la población sufre de
desnutrición. Organismos de control del mismo Estado colombiano han señalado que
el 60% de la población vive por debajo del lÃmite de pobreza, de los cuales 11
millones en la indigencia. Claro, no todos en Colombia somos pobres, también hay
ricos y muy ricos, por ejemplo, aquel
0,07% de la
población que posee el 68% del capital financiero o el 0,2 % que posee el 89%
del capital accionario en las sociedades anónimas o incluso el 0,2% que posee el
50% de las tierras productivas del paÃs.
A estos últimos
representa Uribe Vélez y en función de ellos gobierna. Por eso miente y engaña
cuando dice que “en Colombia se respetan los derechos humanos� o que “Colombia
es una democracia social�.