|
Anàlisi :: corrupció i poder |
El discurso del piscópata
|
|
per Falstaff |
05 feb 2004
|
|
Estamos asistiendo a un fenómeno nuevo de depravación moral de una parte de la clase dirigente en el mundo más sobresaliente, lo que puede imprimir carácter a toda ella. Aznar utiliza las palabras responsabilidad e irresponsabilidad como combustible único para el motor de la falacia y como si él monopolizase la responsabilidad frente al resto de la humanidad, menor de edad irresponsable. Hasta El País de hoy ha sido incapaz de sustraerse a la trampa de sus fabulaciones con un artículo editorial sin garra y en cierto modo connivente.
No se comprende cómo el mundo no se da cuenta de que Aznar está trastornado. Su contumacia, llevada más lejos que los propios promotores de la infamia, le está convirtiendo día a día en un verdadero psicópata autor moral de tantas muertes en los dos países asiáticos tanto como los ejecutores directos.
No hay razón alguna para atenuar el diagnóstico clínico. Es más, la circunstancia de ser presidente de gobierno constituye por sí misma un agravante tanto desde el punto de vista social como clínico. Si no se sabe relativizar en un momento dado el objeto desencadenante de una actitud invariada la idea que preside esa actitud, se convierte en obsesión. Eso sucede cuando la inmensa mayoría de quienes rodean al sujeto no ve los molinos de viento que ve el enfermo. Y este ilustre enfermo alcanzará el acmé, es decir la máxima crisis de su patología, inmediatamente después de apearse del pedestal -léase jefatura de gobierno.
Cuando el propio Powell responde "No lo sé" a la pregunta "¿Habría recomendado invadir Irak si hubiera sabido que no había armas?", va a Nueva York Aznar a seguir desvariando en presencia de gentes con la cabeza fuera de su sitio; pero que llega también, naturalmente, a quienes todavía la conservan en él. El hecho de ser aquel escenario caja de resonancia a la altura de los acontecimientos, no hace más que amplificar aún más el perfil del psicópata.
Dice hasta la saciedad que tiene "pruebas", pero ni las aporta, ni puede aportarlas, ni sus mentores están en condiciones de presentarlas sencillamente porque no existen... Repite maquinalmente en sus peroratas, y no podía ser menos en la arenga de ayer, palabras como responsabilidad e irresponsabilidad sin llenarlas de significado. Distorsiona de tal manera la realidad pasada y la realidad presente más visibles para el mundo entero, que la esquizofrenia es otra posibilidad clínica que añadir a un síndrome nuevo en la historia después de las soflamas hitlerianas.
Esperemos que se dé cuenta por fin la clase mediática al menos -no tanto la de allí que tiene demasiado cerca al otro perturbado, como la de aquí-, de que estamos ante un caballero hispano tan desvalido por una psicosis aguda como el mismísimo don Alonso Quijano.
Es urgente inventar una palabra que defina lo que está ocurriendo. En el mundo y sobre todo en España. Que al lenguaje lo hayan pervertido a lo largo de la historia muchos degenerados o que hayan pretendido hacer de su depravación un modelo de comportamiento o de actitud, no tiene nada de novedoso. Pero era en la literatura, en la poética o en el Arte. Desde 11-S, una parte de el mundo ha enloquecido y hay evidentes conatos de que está inficionando muchos cerebros como aquella película de Donald Sutherland sobre unas vainas extraterrestres que se iban apoderando de la humanidad y él era el último humano en ser poseído por ellas.
Este es el panorama que se ofrece a mi vista y a la de millones y millones de personas, sean protagonistas o pertenezcan a la mayoría silenciosa en Europa y en la mayor del resto del mundo. |
Re: El discurso del piscópata
|
per Pedro |
05 feb 2004
|
los empresarios tambien alegan que asumen grandes reponsabilidades, para justificar sus sueldazos. |