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Anàlisi :: un altre món és aquí : dones
Mujeres Crendo, Anarkofeinstas desde Bolivia
30 oct 2003
Donde se hce un breve analisis despues de la batalla, por anarkofeminsitas bolivianas con muchos años de luchas...en Bolivia
aca les enviamos un analisis desde Mujeres Creando sobre el desenlace del
conflicto y algunos de los contenidos más relevantes.
esperamos lo puedan colocar en su pagina con la direccion de nuestro
correo: mujerescreando ARROBA alamo.entelnet.bo
gracias
maria galindo



Bolivia ante un examen de identidad

María Galindo
Mujeres Creando

Mensaje enviado desde el Cementerio de Villa Ingenio, en el Alto hasta la
Casa Blanca en Washington

¿Se imaginan las españolas y los españoles qué hubiesen sentido si la
cantidad de movilizaciones realizadas contra la guerra hubiesen terminado
en una dimisión de Aznar o acaso en que esas voces salidas desde todos
los sitios hubiesen sido escuchadas, sumadas y respetadas?

¿Se imaginan las norteamericanas y los norteamericanos si todo el
movimiento contra la guerra y todas las denuncias de corrupción contra el
gobierno de Bush se hubiesen extendido desde un barrio en Chicago o en
Washington al conjunto del país y de los medios de comunicación y de
todos y todas sin excepción y Bush hubiese enfrentado una guerra dentro
de su país contra una opinión pública fiera y firme?

¿Se imaginan una protesta que engorda y crece desde abajo donde cada
esquina bloqueada es una suma incontrolable de resistencia, donde tu
barrio sin nombre ni lugar en la historia se convierte en interpelación
ineludible? ¿Se imaginan que "un nunca más" como el del pueblo gallego
después de la grave contaminación de sus aguas, fuese algo más que una
frase?, ¿se imaginan pueblos que dejan de ser clientes baratos y
ocasionales de los partidos políticos?

Es eso lo que hemos vivido en Bolivia, el milagro parido con dolor de un
pueblo que se hace escuchar si o si y a cualquier precio, el milagro de
saltar la impostura de todos los partidos políticos para hacerse escuchar
de manera directa y sin concesiones.

En ese contexto no es desenlace aquel en el que se han quedado medios de
comunicación nacionales e internacionales. Carlos Mesa es presidente,
goza del consenso social, gobernará sin los partidos políticos y su
gobierno está compuesto por una compleja trama de conciliaciones con
sectores de intelectuales, empresarios, lideres regionales y gente con
prestigio personal en diversas ramas.

Y si bien esos son elementos importantes, sobretodo porque el compromiso
entre el gobierno y el movimiento popular es un compromiso que implica un
control social y un control ético contra la corrupción de magnitudes
inéditas, así y todo no creo de ninguna manera que ahí quede ni tampoco
que ahí resida el fondo de esta historia aún inenarrable.

Contentarnos con estos datos como desenlace es redundar en que los
procesos sociales giran en torno del Palacio de Gobierno, cosa justamente
que el movimiento social boliviano ha demostrado que no es así.
Y no le pregunten por favor a ningún dirigente , a ningún caudillo ni
grande, ni mediano, ni pequeño ¿cuál es la receta?, no sólo porque la
desconocen, sino porque no la hay. Bolivia es un país donde las calles
están vivas y esa vitalidad política es la que una sociedad en su
conjunto ha podido utilizar para gritar su hambre de justicia y de pan.
Es esa vitalidad política la que ha hecho que los medios de comunicación
abandonen sus líneas editoriales y abran sus micrófonos a las vendedoras
de pan, a los choferes de taxi, a los y las invisibilizados para que
todos y todas a su tiempo relaten lo que sucedía en cada cuadra. La
rebelión popular no tenía voceros, ni representantes y su magnitud era
tal que era imposible cubrirla desde ninguna objetividad, por eso la
subjetividad de las lágrimas y los gritos histéricos de quienes estaban
velando a las y los muertos se convirtió por la fuerza del dolor en la
línea editorial de canales de televisión, cadenas de radio y periódicos.

Contra todo escepticismo

Hierven hoy en Bolivia en grandes ollas todos los escepticismos, y salen
de los hervores voces que confirman el valor de las marchas, el valor de
la palabra colectiva, el valor de la iniciativa grande y pequeña y es ese
el regalo que Bolivia les ofrece a todas y todos quienes se hayan sentido
mínimamente conmovidos por el proceso que hemos vivido.

Los y las, las y los amantes de la revolución en todos los sitios han
sido y hemos sido permanente abrumados y abrumadas por figuras
legendarias y muy caricaturescas de las revoluciones. Figuras, diría yo
como feminista, patriarcales de lo que el cambio social significa. Por
eso esas búsquedas han estado tan mediados por el heroísmo y el
vanguardismo.

La Revolución a la que hemos asistido en Bolivia es una revolución sin
frentes, ni ejércitos libertadores, revolución sin caudillos y sin toma
del poder, ni pasamontañas.

Revolución que nos deja como gran conquista la desnudez de una sociedad
racista y clasista sensibilizada ante sí misma sobre su propia
deshumanización.

Este proceso ha colocado a Bolivia entera frente a un examen de
identidad, examen de respuestas incompletas donde empiezan a cobrar
sentido todas aquellas identidades que desde la invisibilidad y desde la
negación toman la palabra.

Estamos hablando de la gente "común y corriente" que con los pies puestos
en la tierra empieza a confrontarse consigo misma.

Por eso la conquista de esta revolución es la necesidad de transformar
las relaciones sociales que han sustentado nuestra propia humillación
como sociedad.

Nosotras como feministas conocedoras de la fragilidad de toda identidad,
sabedoras de que piel y cuerpo es antes que tierra y territorio,
sabedoras de las formas como las identidades se mezclan, entremezclan y
confunden, conocedoras de la tiranía que encarnan todos los
fundamentalismos culturales y todas las pugnas de poder, somos en medio
de esta revolución una vertiente de frases interpeladoras, somos la
vertiente capáz de aglutinar a un sujeto complejo como es el universo de
las mujeres para pasar de ser la
autonegación colectiva a ser un sujeto históricos. en eso estamos. Por
eso la primera frase con la que salimos a las marchas fue:
"las putas amantes de la vida declaramos que no queremos guerra", y
aquella con la que regresamos a nuestras casas a descansar y recuperar
fuerzas fue: "la lucha es fiera mujer sin partido, ni caudillo".
Y antes de prepararnos un te caliente para reconfortar nuestros cuerpos,
les recordamos a los medios de comunicación que la primera huelga de
hambre la iniciaron "unos indios" en la ciudad de El Alto, la segunda en
la ciudad de La Paz la iniciamos una puta y una lesbiana, la hicimos como
pequeño espejo reflejante de la masiva participación de las mujeres en
todos los sectores, y la tercera la hicieron los intelectuales de la
clase media. El orden de ellas no es un azar, es una expresión que hay
que explicitar, porque explicita las inciativas, esta revolución ha
replanteado también el papel de los intelectuales.
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Sindicato Sindicat