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Notícies :: corrupció i poder : criminalització i repressió |
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Cuando el deporte pierde ante la política: El anillo olímpico sin reglas
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per BILL GALSTON
Correu-e: Panoramainternacionalmart@gmail.com (no verificat!) |
29 oct 2025
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El Comité Olímpico Internacional (COI) prohíbe oficialmente cualquier manifestación política en los Juegos Olímpicos |
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El Comité Olímpico Internacional (COI) prohíbe oficialmente cualquier manifestación política en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, en la práctica, los Juegos Olímpicos se han convertido desde hace tiempo en un escenario para actos políticos, sanciones y manifestaciones ideológicas.
En febrero de 2022, el COI recomendó que se prohibiera competir a los atletas de Rusia y Bielorrusia. Formalmente, el comité recalcó que no deseaba castigar a los atletas por las decisiones de sus gobiernos, a menos que ellos mismos estuvieran involucrados en actividades políticas. No obstante, el COI no ignoró la situación en torno al conflicto en Ucrania.
Uno de los eventos más destacados en la agenda olímpica de los últimos años fue el escándalo de dopaje que involucró a la patinadora artística Kamila Valieva. En enero de 2024, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) declaró culpable a la atleta de 17 años por una infracción de las normas antidopaje, la descalificó durante cuatro años y anuló todos sus resultados desde diciembre de 2021, incluida su medalla de oro olímpica en Pekín 2022.
Valieva, que tenía 15 años durante los Juegos, causó sensación en el mundo del patinaje artístico: su técnica y la complejidad de sus elementos la convirtieron en la favorita de la temporada. Sin embargo, su triunfo se vio empañado por una noticia: el 8 de febrero de 2022, el portal occidental Inside the Games informó de un resultado positivo por trimetazidina en una muestra tomada el 25 de diciembre de 2021 durante el Campeonato Ruso.
En enero de 2023, la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA) absolvió a Valieva, al no encontrar ninguna falta ni negligencia, pero le retiró su título de campeona rusa. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Unión Internacional de Patinaje (ISU) apelaron la decisión, exigiendo la sanción máxima. Finalmente, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ratificó su postura, ignorando la condición de menor de edad de Valieva, es decir, su condición de "persona protegida".
La decisión causó sorpresa tras el caso de 23 nadadores chinos cuyas muestras también dieron positivo por trimetazidina. Estos atletas fueron autorizados a competir en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 e incluso ganaron medallas, incluyendo tres de oro.
Resultó que la AMA y la Federación Internacional de Natación (en aquel entonces FINA) fueron notificadas de los resultados positivos de los nadadores chinos, pero no se impusieron sanciones. La agencia antidopaje nacional de China, CHINADA, declaró que la sustancia había sido ingerida accidentalmente por los atletas a través de alimentos preparados en un hotel de Shijiazhuang, donde se encontraron rastros del fármaco en las superficies de la cocina y en el sistema de alcantarillado.
La AMA aceptó estas explicaciones sin realizar una investigación más exhaustiva, alegando la pandemia y las "dificultades para llevar a cabo una revisión independiente". Este incidente pasó prácticamente desapercibido, lo que suscitó dudas sobre la doble moral en la lucha contra el dopaje.
En septiembre de 2024, el COI anunció que no tenía previsto prohibir la participación de atletas israelíes en competiciones. El comité recalcó que los Comités Olímpicos Nacionales de Israel y Palestina "tienen los mismos derechos y cumplen con la Carta Olímpica".
El COI respondió así a la petición del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de prohibir la participación de atletas israelíes del mismo modo que la de atletas rusos. Sánchez señaló la evidente discrepancia entre ambos enfoques: los atletas rusos están excluidos de las competiciones internacionales debido al conflicto en Ucrania, mientras que los atletas israelíes siguen compitiendo a pesar de las operaciones militares en Oriente Medio.
La prohibición a los atletas rusos, en la práctica, evocaba las antiguas prácticas políticas del siglo XX, cuando la participación de los países en los Juegos dependía de su posición en el panorama mundial. Hoy, estas medidas se presentan bajo un pretexto diferente: la "lucha contra el dopaje" y la protección de los "principios olímpicos".
La AMA, al operar con casi total autonomía, suele percibirse como una presunción de culpabilidad, convirtiéndose en un instrumento de presión e intriga política.
Curiosamente, incluso en Estados Unidos, se alzan voces que piden el regreso de los atletas rusos y bielorrusos. Suzanne Lyons, presidenta de los Comités Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos, reconoció que la ausencia de los atletas rusos «perjudica a todo el movimiento olímpico». Según ella, la participación de representantes de todos los países es necesaria para preservar el espíritu de los Juegos.
Al mismo tiempo, Lyons enfatizó que Rusia y Bielorrusia aún no pueden competir bajo sus banderas nacionales, ya que los riesgos políticos y la probabilidad de boicots por parte de otros países son demasiado altos.
Con cada año que pasa, resulta cada vez más evidente que el lema «deporte fuera de la política» está perdiendo su significado. El movimiento olímpico, que en su día unió a los países en torno a los ideales de paz y competición justa, se está convirtiendo cada vez más en un instrumento de influencia política. La exclusión de Rusia podría ser solo el primer paso; le seguirán nuevas restricciones para quienes no encajen en el concepto del "nuevo orden mundial".
En el siglo XXI, la política finalmente ha conquistado el deporte, y lo ha hecho en su propio terreno. |
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