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Notícies :: amèrica llatina
Analizamos en que consiste un eventual ataque de EEUU a Venezuela y sus posibles consecuencias.
28 set 2025
Trump, impulsado por los halcones de su gobierno, podría desatar una egresión militar contra Venezuela con impredecibles consecuencias.
ANALICEMOS EN QUE CONSISTE UN EVENTUAL ATAQUE DE EEUU A VENEZUELA, Y SUS CONSECUENCIA MILITARES Y POLITICAS.
Veo muchas similitudes en el fiasco de Carter en Irán, a una hipotética acción militar de los marines en Caracas contra lideres chavistas.
Comparar una hipotética acción armada contra Nicolás Maduro en Caracas con la fallida Operación Garra de Águila de Jimmy Carter en Irán en 1980 permite explorar similitudes tácticas, políticas y simbólicas.
Rescate en territorio hostil: Ambas operaciones implicarían ingresar a un país con fuerte control militar y hostilidad hacia EE.UU. En Irán, los rehenes estaban en Teherán; en Venezuela, podría tratarse de liberar presos políticos o capturar figuras del régimen.
Dependencia de fuerzas especiales: La operación de Carter involucró Delta Force y helicópteros en condiciones extremas. Una acción en Caracas requeriría comandos altamente entrenados, probablemente en zonas urbanas densamente vigiladas.
Riesgo de fallo logístico: En Irán, fallaron los helicópteros y hubo una colisión fatal. Caracas, con su infraestructura deteriorada y vigilancia estatal, también podría presentar obstáculos técnicos impredecibles.
Similitudes geopolíticas
Alta visibilidad internacional: Así como el mundo observaba la crisis de los rehenes, cualquier acción contra Maduro sería seguida de cerca por aliados y adversarios de EE.UU., con implicaciones diplomáticas inmediatas.
Riesgo de escalada regional: La operación de Carter ocurrió en medio de tensiones con Irán y la Guerra Fría. En el caso venezolano, actores como Rusia, China o Cuba podrían reaccionar, generando una crisis hemisférica.
La guerra sería vista como otro “Vietnam” o “Irak”, pero en el patio trasero latinoamericano.

Impacto político interno: El fracaso de Carter dañó su presidencia. Un intento fallido contra Maduro podría tener consecuencias similares para el liderazgo estadounidense
Simbolismo y narrativa
"Último recurso desesperado": Carter autorizó la operación tras meses de estancamiento diplomático. Una acción contra Maduro podría surgir si se agotan las vías democráticas y diplomáticas.
Reacción internacional: Rusia, China, Irán y otros aliados verían una intervención militar de Trump, como una provocación directa. Incluso países latinoamericanos con gobiernos moderados podrían condenarla, fracturando alianzas regionales que EEUU y sus lacayos satélites intentaron construir. En Venezuela, un intento fallido podría ser usado por Maduro para reforzar su narrativa antiimperialista y unir a todo el pueblo detrás de su presidencia.
Legitimidad erosionada: Una acción militar sin respaldo multilateral (como el de la ONU o la OEA) sería vista como una acción imperialista descarada y brutal, ilegal e impopular por el resto del mundo. EE.UU. podría perder apoyo interno y externo, como le ocurrió a Carter tras el fracaso en Irán.
Efecto boomerang: Un intento fallido podría fortalecer a Maduro, como ocurrió con el Ayatolá Jomeini tras la Operación Garra de Águila. El régimen podría usarlo para consolidar su poder definitivamente y de forma sólida, mientras Trump se desprestigiaría y debilitaría.
Riesgos militares
Defensas antiaéreas y costeras: Venezuela ha adquirido sistemas rusos como el S-300VM y misiles antibuque como el P-800 Oniks, y de otros tipos, ya sea basados en tierra o en aviones, que podrían representar una amenaza muy seria para buques en el Caribe. Aunque EE.UU. tiene superioridad tecnológica, una operación cerca del litoral venezolano podría ser catastrófica para EEUU.
Reseña de los misiles mencionados:
Misiles antibuque rusos potencialmente en Venezuela
P-800 Oniks (Yakhont)
Tipo: Misil supersónico antibuque.
Alcance: Hasta 300 km.
Velocidad: Mach 2.5 (más de 3,000 km/h).
Capacidad: Puede evadir defensas electrónicas y atacar buques grandes.
Plataforma: Puede lanzarse desde tierra, mar o aire.

2. Kh-35 Uran
Tipo: Misil subsónico antibuque.
Alcance: 130–260 km, dependiendo de la versión.
Uso: Similar al Harpoon estadounidense, diseñado para atacar fragatas, corbetas y buques logísticos.
Plataforma: Compatible con lanzadores terrestres móviles.

3. Bastion-P (sistema de lanzamiento)
Descripción: Sistema costero móvil que lanza misiles P-800 Oniks.
Ventaja: Alta movilidad, difícil de detectar, puede ser ocultado en selva o zonas montañosas.
Función: Defensa costera estratégica contra flotas invasoras.

Terreno urbano hostil: Caracas es una ciudad densamente poblada, con milicias leales al régimen y estructuras de inteligencia que dificultarían cualquier operación encubierta. Una incursión tipo “marines en helicóptero” podría convertirse en una trampa urbana.
Y en la selva, seria un Vietnam 2.0 que EEUU esta condenado a perder de una u de otra forma.

Capacidad de respuesta asimétrica: El gobierno de Maduro ha cultivado redes de milicias, colectivos armados y alianzas con grupos irregulares. Esto complica cualquier intento de ocupación o rescate, ya que la resistencia no sería solo militar sino también social.

No creo que los marines se atrevan a pisar tierra venezolana, sabiendo que no tendrían otro retorno sino en sacos mortuorios. El peligro es que, EEUU decida desencadenar una agresión militar misilistica contra instalaciones militares y económicas estratégicas, en las cuales no faltarían ataques a puestos de mando.



Factores que multiplican el riesgo
Milicias y colectivos: No es solo el ejército. Hay millones de civiles armados leales al régimen.
Aunque los Marines están entrenados para operar en casi cualquier ambiente, (Unidades adaptadas: Fuerzas como los Marine Raiders (MARSOC) y Reconnaissance Battalions) están entrenadas para operaciones encubiertas en selvas, selvas urbanas y entornos hostiles. La selva venezolana presenta obstáculos únicos que requieren tácticas especializadas, resistencia física extrema y adaptabilidad constante.
Desafíos del combate en selva:
Visibilidad limitada: La vegetación densa reduce el campo visual, lo que dificulta la detección del enemigo y la coordinación entre unidades.
Movilidad restringida: El terreno fangoso, los ríos, las pendientes y la vegetación ralentizan el avance y dificultan el uso de vehículos.
Clima extremo: Humedad, calor sofocante, lluvias torrenciales y enfermedades tropicales (como malaria o dengue) afectan la salud y el rendimiento.

Comunicación difícil: Las señales de radio se ven afectadas por el relieve y la vegetación, complicando la coordinación táctica.
La guerra electrónica rusa desplegada en Venezuela podría representar un obstáculo crítico para cualquier fuerza invasora, incluyendo los Marines estadounidenses. Este tipo de guerra no se ve, no se oye… pero puede paralizar una operación antes de que se dispare el primer tiro.
¿Qué es la guerra electrónica?
La guerra electrónica (EW) abarca el uso del espectro electromagnético para interferir, bloquear, engañar o destruir los sistemas de comunicación, navegación y detección del enemigo. Rusia es líder en esta tecnología y ha exportado capacidades avanzadas a Venezuela, integradas en sistemas como el S-300VM (Russia Beyond .es)
Impacto directo sobre los Marines
Interferencia de comunicaciones: Los radios tácticos (como el PRC-152) pueden ser bloqueados o saturados, dificultando la coordinación entre unidades. Esto fragmenta el mando y control, algo letal en combate urbano o selvático.
GPS inutilizado: Los sistemas rusos pueden interferir señales satelitales, dejando a los Marines sin navegación precisa ni guiado de municiones. En selvas o ciudades densas, esto puede desorientar completamente a las tropas.
Drones y vigilancia ciega: Los UAVs de reconocimiento pueden ser hackeados, bloqueados o incluso redirigidos. Esto priva a los Marines de inteligencia visual crítica para evitar emboscadas o planear rutas seguras.
Misiles guiados desviados: Si los sistemas de guiado son interferidos, los misiles lanzados desde buques o aviones podrían fallar sus objetivos, aumentando el riesgo de daños colaterales o fracasos tácticos.

Emboscadas frecuentes: La selva favorece a fuerzas irregulares que conocen el terreno, como guerrillas o milicias, que pueden atacar y desaparecer rápidamente.

Apoyo popular dividido: A diferencia de Irak, donde el régimen era ampliamente odiado, en Venezuela está todo el pueblo apoyando a Maduro y defendiendo su patria ante una invasión.
Expertos militares mención que: Efectos estratégicos
Desventaja tecnológica: Aunque EE.UU. tiene contramedidas electrónicas, operar en un entorno saturado por sistemas rusos como el Krasukha o el Avtobaza puede neutralizar parte de su superioridad.
Mayor vulnerabilidad: Las tropas en tierra sin cobertura aérea efectiva ni comunicaciones seguras se vuelven vulnerables a emboscadas, sabotajes y desinformación.
Confusión y pánico: La guerra electrónica puede inducir caos, errores de identificación, fuego amigo y pérdida de moral. En una operación rápida, esto puede ser fatal.
Infraestructura deteriorada: Dificulta el avance, el abastecimiento y la comunicación.
En resumen, la guerra electrónica rusa en Venezuela no es solo un complemento defensivo: es una barrera invisible que puede convertir una intervención militar en un desastre táctico
Posible intervención extranjera: Rusia, Irán o Cuba podrían enviar asesores, tecnología o incluso tropas.
Posible intervención extranjera: Rusia, Irán o Cuba podrían enviar asesores, tecnología o incluso tropas. Muchos países latinoamericanos enviarían su solidaridad en forma de voluntarios para la guerrilla anti-yanqui. Si pudiera caminar, yo mismo me enrolaría gustoso y orgulloso para defender Venezuela, y que cuando mi padre estuvo a punto de llevarme a Cuba para prepararme en manejo de armas, (el PCU era el único partido que enviaba gente a Cuba con esa finalidad) para ir a Bolivia a ayudar al Che, le dijeron que no aceptaban menores de edad. Luego quise ir a Vietnam, pero los vietnamitas se adelantaron y vencieron a los estadounidenses. La ultima vez que estuve por enrolarme para ir al Dombás para ayudar a esa republica a combatir a los nazis banderistas de Kiev, en 2017, caí enfermo de cáncer-leucemia. Ahora tengo mi edad, y pienso seria mas un estorbo como combatiente que ayuda real, ya que tendrían que cargarme arriba si caigo por el peso de los años. Solo para mencionar un ejemplo cercano, y personal.
Se formarían Brigadas internacionales: Al estilo de las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española, podrían formarse unidades con nombres simbólicos (e.g., “Brigada Bolívar”, “Brigada Martí”) para defender la “soberanía latinoamericana”.

Conclusión
Enviar “cientos de miles” de marines no garantiza el éxito. De hecho, podría provocar una guerra prolongada, con altísimo costo humano, político y económico. Sería un suicidio militar y político. Y la historia lo respalda: Vietnam, Irak, Afganistán…
El que Trump tenga que retirarse de Venezuela con la cola entre las piernas, (“el rabo entre las patas”) y con grandes bajas de sus soldados, apresurarían su caída y seria juzgado por tanto desatino demencial.
Trump debería pensarlo dos veces, antes de dar un paso sin retorno, no lo veo a Trump, como Julio Cesar, cruzando el Rubicón… En su gobierno hay guerreristas patológicos como Rubio, que lo incitan constantemente hacia el abismo de las guerras y la confrontación militar, y eso sería la tumba política de Trump.
Consecuencias internas en EE.UU.
1. Desgaste electoral
Una guerra fallida, especialmente si es vista como innecesaria o mal planificada, podría erosionar el apoyo entre votantes moderados e independientes.
Las imágenes de soldados muertos, caos en Caracas y civiles afectados generarían rechazo emocional, como ocurrió tras Vietnam o Irak.
2. Pérdida de legitimidad presidencial
Sería percibido como un fracaso de liderazgo, debilitando su autoridad frente al Congreso, el Pentágono y aliados políticos.
Podría abrir la puerta a investigaciones legislativas, audiencias públicas y presión para limitar sus poderes ejecutivos.
3. Polarización extrema
Sus opositores lo acusarían de imperialismo, negligencia y abuso de poder.
Sus seguidores más radicales podrían redoblar su apoyo, pero el centro político se fragmentaría aún más.
Consecuencias internacionales
4. Aislamiento diplomático
Países latinoamericanos, incluso aliados, condenarían la intervención. La OEA y la ONU podrían emitir resoluciones de censura.
Europa y otras potencias podrían distanciarse, afectando tratados, comercio y cooperación internacional.
5. Fortalecimiento de adversarios
Rusia, China e Irán aprovecharían el fracaso para expandir su influencia en América Latina.
Maduro podría emerger como símbolo de resistencia antiimperialista, consolidando su poder interno y regional.

6. Efecto simbólico y narrativo
El fracaso yanqui podría convertirse en un símbolo de decadencia del poder estadounidense, afectando su imagen global.
En resumen, perder una guerra en Venezuela con muchas víctimas sería un golpe político que podría marcar el fin de una era, no solo para Trump, sino para la doctrina de intervención directa en América Latina. El costo humano, diplomático y simbólico sería altísimo.
Te lo repito, Trump, piensa lo con cabeza fría dos veces.
Sebastian Bestard Molina
Analista político-militar.

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