México, Chiapas
Encuentros de Rebeldías y Resistencias
31 AÑOS DE LA LUCHA PACÍFICA DEL EZLN: EL DIA DESPUÉS, 120 AÑOS ANTES.
Gilberto Piñeda Bañuelos, enlace de la Brigada Ricardo Flores magón.
Los ecos del Encuentro de Rebeldías y Resistencia realizados en San Cristóbal de Las Casas y en el caracol de Oventic del territorio zapatista en Chiapas, retumbaron hasta la península de Baja California, a la ciudad de La Paz, a todo México y a todo el Mundo, pero no todos y todas los
escucharon, solo una minoría reducida a su mínima, muy mínima expresión de los miles, millones y miles de millones que vivimos en el mundo capitalista, que por cierto, cada vez está igual o más fuerte que en 2005, quiero decir de la forma como le veían las y los zapatistas en la sexta declaración de la selva lacandona: “..vemos que el capitalismo es el que está más fuerte ahorita.
El capitalismo es un sistema social, o sea una forma como en una sociedad están organizadas las cosas y las personas, y quien tiene y quien no tiene, y quien manda y quien obedece. En el capitalismo hay unos que tienen dinero o sea capital y fábricas y tiendas y campos y muchas cosas, y hay otros que no tienen nada sino que sólo tienen su fuerza y su conocimiento para trabajar; y en el capitalismo mandan los que tienen el dinero y las cosas, y obedecen los que nomás tienen su capacidad de trabajo”.
Quienes estuvimos acompañando al zapatismo desde 1994, personas y colectiv@s en La Paz, poco a poco nos fuimos acostumbrando a la narrativa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
que está llena de símbolos tanto en la palabra indígena sencilla de hombres y mujeres de pueblos y comunidades zapatistas, como en la palabra que utiliza la metáfora como herramienta literaria en voz del Subcomandante Insurgente Marcos, primero, del Subcomandante Insurgente Galeano después, y ahora del Capitán Insurgente Marcos.
Por un lado, para definir al capitalismo como sistema patriarcal que explota, que despoja, que desprecia y que reprime, y por otro lado para mirar el pasado y el futuro de la humanidad, así que no estaría de más abrir aquí un paréntesis y acudir a las definiciones de algunas palabras claves que nos ofrece la Real Academia Española, que son utilizadas por las zapatistas y los zapatistas como metáfora: Hidra: Monstruo acuático de varias cabezas que resurgían a medida que eran cortadas; Tormenta: Perturbación atmosférica violenta acompañada de aparato eléctrico y viento fuerte, lluvia, nieve o granizo; Crimen: Delito grave, especialmente asesinato; Verdugo: persona encargada de ejecutar la pena de muerte u otros castigos corporales impuestos por la justicias; Victima: Persona o animal sacrificado o destinado al sacrificio; Victimario: Persona que causa la muerte de otra o la convierte en su víctima; Ciudadano: Natural o vecino de una ciudad; Cofa: Plataforma horizontal situada en la parte alta de un palo, usada especialmente como puesto de observación y para facilitar la maniobra de las velas altas. Cerramos el paréntesis.
Así parece la Hidra Capitalista que opera como un monstruo de mil cabezas en la economía, en la sociedad, en la cultura, en la ideología, en el Estado; que se recicla una y otra vez cuando entra en crisis o cuando pierde alguna batalla frente a la sociedad; o se puede ver como un criminal o como una tormenta que puede llegar a destruir a la naturaleza y a la humanidad entera. Entonces, hay un tema de interés del zapatismo que ya lo tiene muy bien estudiado, como también lo tiene el pensamiento crítico dentro de la academia o de l@s colectiv@s, a su modo y manera, que es el funcionamiento sistémico del capitalismo y el funcionamiento de los movimientos sociales antisistémicos; lo que podríamos llamar el diagnóstico, haría falta sin embargo, compartir desde lo local el diagnóstico de cómo opera el sistema capitalista específicamente en cada geografía, grande o pequeña, aceptando que la función sistémica es la misma en cualquier lugar del planeta tierra, o mejor dicho, las ruedas del capitalismo se mueven de la misma manera: despojo, explotación, desprecio y represión; el asunto es saber la manera como se mueven esas ruedas en cada geografía, pues no es lo mimo una ciudad metropolitana que una ciudad media o pequeña; no es lo mismo una ciudad costera que una ciudad serrana, no es lo mismo una comunidad pequeña que un pueblo grande que tiende a ser ciudad; o bien, no es lo mismo una geografía con desarrollos industriales a una con desarrollos inmobiliario y turístico, como tampoco es igual a una geografía con desarrollo minero; decimos esto porque las y los zapatista han puesto en la mesa otro tema del quehacer frente a la tormenta y después de la tormenta, es decir del colapso, pues habrá personas y colectiv@s que quieran recomenzar reconstruyendo de nuevo al capitalismo tratando de enmendarlo, maquillarlo, reformarlo o como se diga, eso sería lo más peligroso para la humanidad; tendríamos que pensar que y como construir algo nuevo, ajeno totalmente al capitalismo, pero no podemos esperar 120 años, por poner una fecha, habría que empezar desde ahora, y eso es, a mi modo de ver, lo que nos proponen las y los zapatistas. No es extraño entonces que el tema de los encuentros internacionales de rebeldías y resistencias sea: La Tormenta y el día después.
El día después de la Tormenta, para los zapatistas es lo que ellos y ellas llaman El Comun que lo explicaron con palabras muy sencillas pero muy elocuentes con algunos ejemplos: ellas y ellos explicaron que desde hace algunos años empezaron el diagnóstico de cómo estaban llevando a la
práctica la autonomía a través de los Municipios Autónomos Rebeldes y de la Juntas de Buen Gobierno, y por lo que entendí, llegaron a la conclusión que si bien tuvo cosas buenas, esa forma se estaba convirtiendo en un obstáculo para la autonomía a causa de su estructura piramidal, con el agravante de que estaba la amenaza de la guerra paramilitar y del crimen organizada que se estaba acercando peligrosamente al territorio zapatista, eso los llevo a discutir una propuesta de reorganización de la autonomía y así nacieron los GAL (Gobierno Autónomo Local) que en cada asamblea de comunidad y pueblo zapatista de los 12 caracoles, eligen al menos un(a) representante
de la comunidad; enseguida están los CGAZ (Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas) que se organiza en asambleas de representantes de los GAL para abordar todo tipo de problemas comunitarios en la región especialmente de Salud, Educación, Agroecología, Justicia y Comercio; otro nivel de autonomía son la ACGAZ (Asambleas de Colectivos de Gobiernos Autónomas Zapatistas) en cada una de las zonas que abarcan los 12 caracoles, estas asambleas no son propiamente autoridad, sino una representación que convoca y preside asambleas, con sede en cada uno de los caracoles, donde se llevan los acuerdos de las ACGAZ para ser discutidos en los GAL y en los CGAZ, y esas nuevas propuestas regresan desde abajo a las ACEGAZ. Para su instrumentación. Algo así.
Contaron las y los zapatistas que la idea de El Común, nació de una práctica que experimentaron sus abuelos y abuelas, sus bisabuelos y bisabuelos, que escaparon de las fincas en bola, en montón, y se refugiaron en las montañas que para ellos y ellas era tierra de nadie, que habitaron en común y que empezaron a trabajarla en común para la producción de alimentos que eran distribuidos en común para todas las familias que participaban directa o indirectamente en la preparación de la tierra, la siembra, el riego y la cosecha. A diferencia de la tierra de la fincas que era propiedad privada, estas tierras eran propiedad común, o mejor dicho, propiedad de nadie, listas para trabajarse en común. Ahora, por lo que entendimos, para empezar la práctica del común las y los zapatistas utilizaran la tierra recuperada a partir de 1994 que fue tierra de los finqueros, una propiedad privada en el pasado y que ahora es propiedad para el trabajo común donde podrán participar zapatistas, pero también en común con hermanas y hermanos partidistas como ellos y ellas les llaman, que por supuesto, acepten las reglas del Común que se está construyendo. Eso lo irán viendo en la práctica, así dijeron.
Para las y los zapatistas la idea de El Común que viene de sus ancestros trasciende ahora los límites de la producción y la distribución de alimentos y se extiende en esta nueva organización de la autonomía a la producción artesanal, al comercio, a la salud, a la educación, a la cultura, a la comunicación, a las ciencia y las artes. Platicaron por ejemplo que el maratón organizado por las y los jóvenes zapatistas para conmemorar el inicio de la guerra de independencia fue una actividad en común desde las asambleas que realizaron para convocar al maratón hasta el baile que duró hasta la madrugada, pasando por la salida, el acompañamiento, la meta y la comunicación en todo el trayecto, y lo que vimos a la distancia en este 31 aniversario del inicio de la guerra contra el olvido, la puesta en 12 escenas actuadas por cientos de jóvenes y jovenas zapatistas de la obra de teatro que titularon “El Colapso y el Día Después. Las Partes y el Todo” que ilustraron en vivo frente a casi 3 mil personas, entre zapatistas y firmantes de la declaración por la vida, los estragos de la tormenta que vivimos y la que está por venir; el colapso que se viene y lo nuevo que se puede construir a través de El Comun en las diferentes geografías como partes del todo.
Una obra de teatro, impresionante.
La Obra de Teatro en 12 escenasfue organizada en común por jóvenes y jóvenas de los 12 caracoles: los 5 originales que son La Realidad (Madre de los Caracoles del Mar de Nuestros sueños), Morelia (Torbellino de Nuestras Palabras), La Garrucha (Resistencia hacia un nuevo amanecer), Roberto Barrios (Que habla para todos) y Oventic (Resistencia y rebeldia por la humanidad), y los 7 nuevos caracoles que son Colectivo el corazón de semillas rebeldes, memoria del Compañero Galeano con sede en La Unión que es tierra recuperada; Espiral digno tejiendo los colores de la humanidad en memoria de l@s caídos con sede en Tulan Ka’u, tierra recuperada; Floreciendo la semilla rebelde con su sede en el Poblado Patria Nueva, tierra recuperada; En Honor a la memoria del Compañero
Manuel con sede en el Poblado Nuevo Jerusalén, tierra recuperada; Resistencia y Rebeldía un Nuevo Horizonte con sede en: Dolores Hidalgo, tierra recuperada; Raíz de las Resistencias y Rebeldías por la humanidad con sede es en el ejido Jolj’a; y Jacinto Canek con sede en la Comunidad del CIDECI-Unitierra. No sabemos de los más de 73 mil kilómetros cuadrados de Chiapas cuantos corresponden a territorio zapatista, solo sabemos que abarca alrededor de la tercera parte; tampoco sabemos de los casi 1.5 millones de personas mayores de 3 años que hablan alguna lengua indígena maya en Chiapas (Inegi, 2020) cuántos miles o cientos de miles de zapatistas viven en los pueblos y comunidades de los 12 caracoles, la única estadística que se conoce es que “son un chingo”, ustedes calculen.
Escuchar los testimonios de la mujeres zapatistas en el CIdeci-Uniterra sobre el trato que recibían sus madres, abuelas y abuelos por parte de los finqueros que las trataban con lujo de violencia y las prácticas patriarcales que había en las familias indígenas, resultaron alarmantes, pero lo más sorprendente fue el proceso tan rápido de emancipación de las mujeres zapatistas a partir de la Ley Revolucionaria de Mujeres de 1993, que permitió la participación numerosa de las mujeres en asambleas, pero también como autoridades, como promotoras de salud y educación, como milicianas, como insurgentas, como jefas del Comité Clandestino Revolucionario IndígenaComandancia General del EZLN, ellas no hablan de feminismo, pero se reconocen así mismas como mujeres en lucha que son, que no es cualquier lucha, es anticapitalista y antipatrarcal, ni más ni menos.
Estaba en toda esta reflexión cuando me encontré un artículo muy bueno de Sergio Rodríguez Lascano publicado en 2017 en la sección de Temas Críticos de la revista Observatorio de Desarrollo, titulado “Visión zapatista sobre la tormenta que está sobre nosotros” que inicia destacando que “los zapatistas han advertido que el sistema capitalista mundial se está reorganizando, pero también lo están haciendo los de abajo. Desde esa mirada hay una simbiosis entre economía política y
guerra que se decanta hacia una guerra contra la humanidad… Más que un simple modelo económico, el neoliberalismo significa una reorganización de la vida, del conjunto de las relaciones sociales, la economía, la ideología, la cultura y el Estado. Ante la necesidad de enfrentar a la Hidra capitalista y construir un camino propio, los zapatistas crean nuevas relaciones sociales que configuran una democracia desde abajo en sus territorios..” y más adelante menciona que “la visión del zapatismo es que estamos inmersos en una guerra contra la humanidad, no contra una clase o una fracción de clase sino contra la humanidad en su conjunto. Si bien el espacio es breve para entender el significado profundo del concepto, entendemos que el llamado neoliberalismo no consiste en un simple modelo económico, se trata de una forma de organizar-desorganizar la vida de la gente, es decir, el conjunto de relaciones sociales, economía, política, Estado, ideología, cultura, relaciones internacionales y, desde luego, concepto y práctica de la guerra, lo que desemboca en el planteamiento de la guerra total”. (subrayados nuestros).
Traemos a colación este texto porque a mi modo de ver sintetiza el contenido de lo que siete años después de publicado vimos y escuchamos a la distancia en la primera sesión de los encuentros de rebeldías y resistencias, tanto en teoría (Cedeci-Unitierra) los días 28, 29 y 30 de diciembre como en práctica (Oventic) los días 30, 31, 1 y 2 de enero, por un lado la caracterización de la tormenta vista como la reorganización del sistema capitalista mundial y la guerra total que vislumbra el exterminio de la naturaleza y la humanidad, por otro lado, destaca las nuevas relaciones sociales que las y los zapatistas establecen en un territorio zapatista autónomo en el terreno de la economía, la cultura, la salud, la educación, la comunicación y la justicia, ahora sabemos que esas nuevas relaciones sociales están basadas en El Común, pero además en forma pacífica, como ha sido en estos 31 años; así quedó de manifiesto en estos encuentros que la lucha del EZLN es pacífica, el mismo Subcomandante insurgente Moisés lo dijo con su palabra en el tránsito de la noche del 31 de diciembre de 2024 a los primero minutos del 1 de enero de 2025, a 31 años del levantamiento indígena armado, palabras replicadas por el medio digital alternativo Desinformémonos: “Descubrimos dos armas en la lucha pacífica, que son resistencia y rebeldía. Ya lo vimos.
Sí se puede la lucha política pacífica con resistencia y rebeldía, se necesita organización para esas dos armas…
No queremos la guerra que hace el sistema capitalista. A 31 años, estamos demostrando lo que estamos construyendo en la práctica. El sistema capitalista no nos obligará a hacer la guerra…
estamos preparados y preparadas para defendernos. No estamos amenazando, estamos diciendo la verdad. Nos vamos a defendernos si nos vienen a atacar. Somos miles..”. Una advertencia necesaria.
No podemos concluir esta reflexión sin antes comentar algo sobre la cofa del vigía, es decir, esa gran plataforma que deja mirar a lo largo y a lo corto, que puede ser la cofa del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General y mandos del EZLN o de las comunidades y pueblos zapatistas desde donde puede ver hacia atrás, hacia adelante o hacia los lados, una larga mirada hacia el ayer y una larga vista que da señales del mañana, del día después, ya pasada la Tormenta.
Tocó en esta primera sesión de los encuentro de rebeldías y resistencia al capitán insurgente Marcos reflexionar con esas dos miradas. Hay que volver a escuchar con calma al Capitán Insurgente Marcos, a los comandantes y a las comandantes, a las promotoras y los promotores, y en cada una de nuestras geografías y desde nuestras propias cofas de vigía mirar hacia atrás y a lo lejos, mirar hacia adelante y a lo lejos; mirar hacia nuestro alrededores para saber la magnitud de la tormenta y el estado que guardan los movimientos sociales; y mirar hacia adentro de nuestros colectiv@s.
Las y los zapatistas han empezado responder sus propias preguntas, así lo vimos y escuchamos a la distancia en este 31 aniversario del inicio de la guerra contra el olvido, tanto en el Cideci-Uniterra como en Oventic, ahora falta tener una respuesta a la pregunta de ¿Cómo practicar El Común en forma pacífica por los ciudadanos (de las ciudades) organizados firmantes de la declaración por la vida?, es una respuesta complicada de resolver, difícil, pero necesaria, si queremos que la niña imaginaria, Dení, crezca en otro mundo. Lean esta afirmación: “Yo, el capitán, puedo soñar con ese momento en que una niña nace sin miedo, que es libre y que se hace responsable de lo que hace y de lo que no hace. Puedo también imaginarlo. Incluso podría escribir un cuento o una historia de eso.
Pero estas mujeres y hombres que tengo enfrente y a un lado, indígenas zapatistas todos de raíz maya, mis jefas y jefes, no sueñan, ni imaginan a esa niña. Ellos y ellas la ven, la miran. Y saben lo que tienen qué hacer para que esa niña nazca, camine, juegue, aprenda y crezca en otro mundo… dentro de 120 años”. Me quiero imaginar que para eso es El Común, los GAL, los CGAZ y las ACEGAZ.
La Paz, Baja California sur, 7 de enero de 2025
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