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Donald Trump, nuevo huesped de la casa blanca
06 mai 2016
El interes nacional de EEUU, representado en la politica exterior por un racista y fascista.
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Donald Trump, el nuevo huésped de la casa blanca.

Las elecciones en los Estados Unidos, son decisiones secretas tomadas por grupos económicos, sectores militares que aprovechan momentos culturales para el interés nacional despertando la xenofobia y el racismo, siempre presentes en la moral del pueblo estadounidense.

Donald Trump, no es ningún novato en la escena política estadounidense, desde el surgimiento de los Tea Party en el 2010, clase media en apuros económicos pero que abrazan el honor militar y el capitalismo global, buscaron nuevas figuras que los representen contra el matrimonio gay, la expulsión de los inmigrantes, abolir la reforma de salud, mano dura contra Corea del Norte, Irán, Venezuela, Rusia, para recuperar el poder político.

El pasó al costado de los senadores Ted Cruz y de John Casich, en la carrera hacia la nominación republicana nos indica de la presión que hablo para dejar el camino libre al xenofóbico y racista Trump hacia la casa blanca.

Hillary Clinton, no representa ningún obstáculo si se cumple la alternabilidad demócrata-republicana en el poder. Hillary es simplemente el contrincante que disimula la democracia norteamericana y la libertad teórica, pilares de la política exterior estadounidense.

El establishment tiene enojados a la clase media blanca de EEUU, no solo por la recesión económica de la cual están saliendo sino porque llevan 5 años en los que no tienen nuevos héroes militares que recuperen el honor de sus Fuerzas Armadas.

La política exterior de EEUU, es parte fundamental del interés nacional, la parte del gobierno Departamento de Estado, Pentágono, CIA, NSA, DEA, ONU, Congreso, FMI, BM y Unión Europea, que llevan esta política exterior no son fácilmente identificables pero forman parte del Complejo Militar Industrial que sostiene la Alianza estratégica con la OTAN e Israel, de la cual dependen sus satélites.

Este interés nacional por recuperar el protagonismo de la extrema derecha de EEUU, con Donald Trump, no será prudente ni tendrá sabiduría porque el nuevo presidente representa a una nueva camada de grupos económicos muy poderosos, sectores militares, religiosos, éticos, dedicados a la defensa y promoción de EEUU como un poder imperial mundial.

Este nuevo interés nacional con Donald Trump, se parece mucho a ese interés nacional que hubo con Ronald Reagan a principios de los 80 después de la acusación a Jimmy Carter de haber llevado a los EEUU a la sumisión con la misma Irán de los Ayatolas, que hoy firmaron un débil acuerdo a 5 bandas para interrumpir el programa militar nuclear del cual saco provecho Corea del Norte, mucho más dispuesto a una guerra con Seúl, es decir, Washington.

A Pyongyang, no le importa las amenazas de sanciones diplomáticas por parte de la comunidad internacional liderada por EEUU, no solo porque cuenta con el apoyo de Beijing sino porque aprovecha el terror de Washington, si uno de los misiles de prueba norcoreano aterriza en Seúl o en Tokio.

EEUU no sabe qué hacer con el veto ruso y chino en el Consejo de seguridad Permanente de Naciones Unidas, con respecto a Siria, Irán, Corea del Norte aliados de Moscú y Pekín.    

El interés nacional por su seguridad militar de EEUU con Taiwán no solo es corresponder en sus afanes independentistas también sumar la mayoría de aliados en la puja con China por controlar el Pacifico Central, misma puja en la que están inmersos las devaluaciones del dólar y el yuan en su guerra comercial siendo los mayores socios comerciales del mundo.

Lo que si es un montaje, el acercamiento de EEUU con Cuba sin entregar Guantánamo ni alzar el bloqueo ni desmantelar la cárcel en la base naval que EEUU tiene en Cuba. La visita de Obama a Argentina es otra manipulación diplomática porque Washington, tiene bien amarrado su interés en América Latina con Perú, Colombia, Chile y México con la Alianza del Pacifico. En Latinoamérica los chinos desplazaron a los europeos como segundo socio comercial.

Para Donald Trump, los socialismos del siglo XXI ya no son problema; muerto Chávez y los Castro sin ningún protagonismo político en la región, los problemas políticos en Brasil, el No a la reelección de Evo Morales en Bolivia, la crisis en Ecuador, la lista de intereses se concentrara como siempre en el Golfo Pérsico, Medio Oriente, Norte de áfrica y en el Pacifico Central en donde Trump, exigirá se practique los TLC firmados con más de 11 naciones bañadas por el océano Pacifico.

En América Latina no importa quién sea el mayor socio comercial porque tanto chinos como estadounidenses se reparten la geopolítica que a la larga terminan beneficiando a sus empresas y trasnacionales así se dibuja la proyección con el nuevo canal de Nicaragua, que unirá al océano Pacifico con el Atlántico, lo mismo pasara con la construcción de una línea férrea que va desde Brasil hasta Perú, cruzando áreas mineras, naturales, petroleras, nuevos aeropuertos y puertos que apuntan no solo a China sino hacia el norte     a EEUU y Canadá, siendo China el mayor financista de la región con la Celac.

EEUU y China, son los mayores socios económicos y políticos así tengan algunos intereses en disputa, los dos se saben que se necesitan contra Rusia si llega el momento de una guerra que no será convencional será nuclear, los dos, Beijing y Washington son aliados en los convenios que tienen que firmar para sostener el calentamiento global reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero ¿cuándo? Es la pregunta del millón.

Por su parte Moscú, en Siria e Irak bombardeo a Isis, con eso demostró querer acercarse a la comunidad internacional, buscando se levanten las sanciones económicas y políticas que pesan desde mucho antes de anexar Crimea, sanciones que indiscutiblemente afectan las finanzas de la madre patria.

EEUU sostiene como lacayos a Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, estas monarquías financian las cruzadas en Siria e Irak a cambio de protección militar de EEUU y juntos sostienen el precio del petróleo por los suelos con una sobreoferta de 2 o 3 millones de barriles en los mercados hasta que EEUU alcance su autonomía energética, así, la OPEP es un cartel que poco beneficia a los países productores de petróleo afiliados en su seno.

La estrategia fundamental de esta crisis energética al sostener el precio del petróleo bajo no solo es frenar las gigantescas transferencias de divisas y recursos para Rusia, Irán, Venezuela, Irak, Libia, considerados estados hostiles por Washington, la estrategia también perseguía desestabilizar socialmente esos países y lo consiguieron sin disparar un solo tiro; en los tres primeros países desestabilizaron sus economías.

Maquiavélica estrategia utilizada por Obama y con seguridad por Trump, ampliándola a los otros recursos mineros y naturales de los países en vías de desarrollo.

En este contexto, con Irán y Rusia atravesando problemas económicos Israel está fuera de peligro, así el ejército judío puede cada dos años seguir practicando pequeñas guerras con Hamas y Hez bola, probando las armas de punta que EEUU le entrega, con esas guerras evitan que el terrorismo islamita desaparezca hasta que los cambios climáticos sean una realidad escalofriante. Ojala y en ese mismo tiempo Palestina, pueda ser reconocido como un Estado en la ONU, siempre y cuando Washington de su aprobación.

La facción republicana se siente bien representada con Donald Trump. El interés nacional es la exigencia del mantenimiento clasista y racista como valores internos de la comunidad que deben ser al mismo tiempo la exigencia del fomento de esos valores en el exterior aprovechando la oleada sin fin de inmigrantes africanos hacia Europa.

Algunos de esos valores requieren actuaciones externas mucho más directas por eso buscan perfiles fascistas como el de Trump, este pregona la moral racista y xenofóbica de una clase superior que solo halla su expresión en las guerras.

Con Trump, no solo se trata de razas se trata de no perder el control del mundo ni el de EEUU, ni el de la humanidad dominándola, ya lo hacen con la ciencia y la tecnología al servicio de las armas como con las industrias con tecnología de punta en los países desarrollados; dominan parcialmente la alimentación con los granos y la soya transgénica ahora van de lleno con la propiedad intelectual con la biotecnología para el comercio de las medicinas.

A todo esto debemos sumar la expansión militar en todas las regiones del mundo con la OTAN y con la Unión Europea. Nueva Europa que ya llega hasta los Urales pasando por los mares Caspio y Negro, en el Mar Negro lasa flotas europeas navegan cerca de Ucrania, condicionando la estrategia militar de Rusia, por su inmenso perímetro que tienen que defender.

El interés nacional de EEUU con Donald Trum es, acortar el tiempo para juntos con los cambios climáticos que se avizoran monstruosos dominar el mundo con la dependencia económica y tecnológica para provocar una nueva repartición con sus aliados, mismos que no quieren ser una minoría en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Con Donald Trum, los gastos de defensa se incrementaran por los conflictos y guerras que vendrán.

Raúl Crespo.

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