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Notícies :: amèrica llatina |
1492 o el génesis de la globalización imperial.
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per Carlos de Urabá Correu-e: rebeldeya@yahoo.es (no verificat!) |
11 oct 2015
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La inmaculada concepción del capitalismo moderno. |
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Al amanecer del 11 de octubre de 1492 desde el palo mayor de la carabela la Pinta el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito de tierra a la vista. Para unos fue el principio de una nueva era; para otros, la cruel sentencia de muerte.
La expedición del Cristóbal Colon abrió el camino a los más desquiciados depredadores, piratas y bucaneros que con sus patentes de corso firmadas por los reyes y príncipes se convirtieron en dioses de carne y hueso. Los esbirros y sicarios empuñando la espada y la cruz civilizadora dominaron los mares y las rutas interoceánicas decididos a capturar hasta al último palmo de tierra firme.
Estaba escrito en las capitulaciones de Santa Fe cuando los Reyes Católicos le otorgaron Cristóbal Colón el título de gobernador y virrey y almirante, además de concederle el 10% de las riquezas expoliadas.
De nada les importó inmolar en el altar de los sacrificios a millones indígenas con tal de apoderarse del botín de guerra repleto de oro, joyas y las piedras preciosas.
La globalización imperial es la metamorfosis lógica y matemática de la filosofía surgida el 12 de octubre de 1492. La maldita peste globalizadora.
Hoy la conquista gracias a los avances tecnológicos es aún más sofisticada y eficaz pues explota a destajo los recursos naturales y las materias primas. Una orgiástica gula imposible de saciar.
El capitalismo debe obligatoriamente elevar sus ganancias y los dividendos. Así lo exige un sistema que funciona las 24 horas del día, en sesión continua y en los cinco continentes. Esa globalización prostibularia predica el pensamiento único, el individualismo y la competencia. Principales leyes opresoras de la gran humanidad.
Porque ya no existen los seres humanos, sólo existen los consumidores, autómatas, clones, siervos y lacayos al servicio de los banqueros, mercaderes y especuladores.
La globalización imperial ha triunfado y el imperialismo ya no se conforma con dominar el planeta tierra cada día más estéril y agotado y en sus delirios de grandeza desea rendir el universo entero a sus pies.
Carlos de Urabá 2015 |
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