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La Razón de México, afirma que el "perfil de terrorista" y "anarquista", son similares
per contra toda autoridad	19 des 2014
Según el diario de La Razón de México señala que el departamento de “la Secretaría de Seguridad Pública” de México afirma que, los perfiles que hipotéticamente definen a los “terroristas” y a los “anarquistas” son similares. En su análisis conductual y criminológico dicen que “los vándalos” que “operan” en las manifestaciones, “no sienten culpa”, “tiene entre 30 y 40 años” y “que esas actitudes las presentan desde los 15 años de edad”.
Para completar su “perfil”, añaden que “carecen de control de sus impulsos…, usan drogas, su nivel cultural es bajo y son de alta capacidad criminal”. Son “antisociales”, una manera de calificarlos asociándolos a una etiqueta diagnóstica psiquiátrica “del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (American Psychiatric Association o APA)”. “Son también reincidentes delincuenciales, pasan de un hecho vandálico a un acto terrorista” afirma el artículo de periódico haciendo mención al estudio y asegura que “encubren su actividad delictiva en cualquier tipo de manifestación o movimiento social para infiltrarse y causar desestabilidad de alto impacto”. El diario continua diciendo que ese fue el pretexto para atacar “a policías locales y federales” en “las manifestaciones por la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero”, como si la desaparición de 43 estudiantes y las fosas comunes encontradas, no fueran motivo suficiente Justificando “la visión psiquiátrica”, afirma que estas personas “fracasan para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal” debido a que tienen un <b>“Trastorno Antisocial de la Personalidad”</b>. “Los violentos son personas deshonestas y mentirosas y por lo general utilizan un alias para estafar a otros a fin de obtener un beneficio personal o placer”, asegura el rotativo justificándose en los síntomas que recoge el manual psiquiátrico yanqui y afirma que según "indica el perfil", “estos vándalos se ubican en una forma organizativa como líderes provocadores, incitadores a la violencia extrema y se encubren en el anonimato”. Sinceramente, la mayoría de esas descripciones podrían hacerse extensibles a muchos políticos, banqueros, empresarios, militares, policías y antidisturbios, pero la psiquiatría, al igual que la prensa, gobernantes y sus policías, señalan en los demás sus propios aspectos. No hay mayores “inadaptados” a sus normas sociales que gobernantes, banqueros y empresarios. Ellos son los primeros en no cumplir sus leyes, pero gozan de impunidad. La policía es otro ejemplo de abuso de autoridad. Ninguno siente culpa aunque la mayoría son católicos, y si vamos a escarbar en las historias familiares, veremos que esos gobernantes, empresarios y banqueros, son una saga de corruptos cuya tradición se transmite de generación en generación. Los ejemplos serían interminables, pero para no remitirnos a la historia, podemos fijarnos en familias reales actuales y la extensa relación de expresidentes de gobierno españoles y catalanes. Sí, estos “ilustres” personajes son violentos, sólo que ellos recurren para ejercer violencia a sus leyes, reformas o a las fuerzas policiales. Son deshonestos y mentirosos reincidentes y compulsivas, sólo hay que escucharles en las campañas electorales. La mayoría tienen ambiciones de líder provocador y aunque ellos son personajes públicos, esconden sus acciones a ojos del pueblo a través de empresas tapaderas o testaferros. Para ellos el anonimato no significa preservar su integridad física o su libertad, sino ampararse en la impunidad de esa otra imagen que no es la pública y que les facilita el sistema. Como se ha demostrado en no pocas ocasiones, el "nivel cultural" de estos responsables, no es ni “alto” ni "bajo", es más bien retrógrado; es decir, menos que “escaso” y, casi todos, por no generalizar, han consumido o consumen algún tipo de sustancia estupefaciente y no controlan ninguno de sus impulsos. El nivel criminal de gobernantes, banqueros y empresarios escapa a cualquier medida y no existe mayor "antisocial" que aquellos que han provocado toda la destrucción del sistema público educativo y sanitario, y han privatizado los servicios más elementales. Ellos sí que pasan "del vandalismo al terrorismo" y la extrema violencia contra las clases populares y son delincuentes reincidentes y a jornada completa, encubriendo todas sus actuaciones delictivas con la práctica política. Es cierto que hay aspectos de eso perfiles que no cumplen… Ellos jamás estarán en contra del poder y el gobierno, pues no van a ir contra ellos mismos. Nada de lo que hagan tendrá como finalidad acabar con la corrupción, pues son la propia corrupción y necesitan señalar a los demás como delincuentes, para ocultar la codicia de su actividad criminal. Ellos arrasan el planeta con sus empresas multinacionales, pero nosotros somos los vándalos. No tienen ni quince, ni treinta años y están perfectamente adaptados al sistema de corrupción organizada e institucional. Que el Estado recurra al Manual Diagnóstico y Estadístico americano, no es una novedad viendo cómo están psicopatologizando nuestras vidas y convirtiendo las conductas, que no pueden corregir con multas y represión, en enfermedades que garantizan el encierro o el tratamiento psiquiátrico. El sistema neoliberal se arma no sólo con fuerzas del orden público y militares, también lo hace con los medios de comunicación y con cada una de sus instituciones, y la médico-psiquiátrica es una de sus mayores cómplices. Pero no nos llevemos a engaño. Ellos, los gobernantes, financieros y empresarios, no son "enfermos mentales". ¡No! Eso hasta podría disculparles. Ellos son conscientes abusadores y criminales que sólo reaccionan ante el estímulo de los índices de rentabilidad y beneficios, y a la malversación de fondos públicos. Si existieran los perfiles tipo, el del terrorista sería el más similar al suyo.
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