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EL MIEDO A JUZGAR ES PERNICIOSO
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per Wilfredo Gutiérrez(*) Correu-e: bwg2001@hotmail.com (no verificat!) |
15 jul 2003
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EL MIEDO A JUZGAR ES PERNICIOSO PARA “LA EMANCIPACIÓN DE LOS PUEBLOS DEL SUR Y LA CREACIÓN DE UNA CONCIENCIA CR�TICA AL MODELO DE DESARROLLO VIGENTE.� |
Cuando yo oigo hablar de que tenemos que tener respeto y consideración por las opiniones y actitudes de los demás no puedo evitar cierta tristeza. Pero les aseguro que no es gratuita.
Muchas personas quienes se ufanan, o nos ufanamos del trabajo “intelectualâ€? sufrimos de un sentimiento malentendido a no juzgar, a no polemizar, por miedo a parecer descorteses, agresivos(**), o irrespetuosos de las opiniones y puntos de vista de los demás. El miedo es más extraordinario todavÃa cuando sabemos que el “poseedorâ€? o la “poseedoraâ€? del argumento o concepto que queremos debatir o cuestionar es una persona de autoridad, una “vaca sagrada,â€? o cualquier otro mortal.
Pero esta actitud que podrÃamos llamar “no juzgadoraâ€? es perniciosa para el pensamiento crÃtico de las fuerzas sociales de izquierda del tercer mundo. Sobretodo, para aquellas que se están volviendo vulnerables a los cantos de sirena del imperialismo cultural. El miedo a juzgar es pernicioso porque es hipócrita, asà de sencillo, ya que todo el mundo está haciendo juicios a cada paso, en cada momento, por todas partes, y por todo asunto. Pero las causas de ese miedo tiene tres fuentes de confusión que constituyen la trampa, y que son el motivo de mi discusión aquÃ. Miremos la primera.
1. LA FALACIA DEL “ARGUMENTUM AD HOMINEM�
El respeto y la consideración a las opiniones o puntos de vista de los demás se trunca o se viola cuando se comete la falacia del “argumentum ad hominen,â€? es decir, cuando el ataque a una persona se usa como argumento racional. Pero esta violación del lenguaje NUNCA sucede ni deberÃa suceder cuando se discuten o se debaten los conceptos o argumentos de una persona o “autoridadâ€? (polÃtica, religiosa o intelectual).
Supongamos por ejemplo que yo estoy discutiendo las declaraciones polÃticas del presidente George W. Bush sobre su doctrina “preventivaâ€? de guerra y digo que esta doctrina es imperialista y perversa porque Bush es un nazi o un vaquero panzón conservador. Obviamente, estoy cometiendo la falacia de “argumentum ad hominemâ€? porque estoy usando un ataque a la persona como un argumento racional [independientemente de que esos epÃtetos sean ciertos o no], y Bush tendrÃa toda la razón del mundo para ofenderse.
Sin embargo, si yo muestro evidencia y argumentos por los cuales se demuestra que la doctrina “preventivaâ€? es imperialista y perversa, yo estarÃa éticamente y legÃtimamente debatiendo y juzgando las declaraciones de Bush, y él no deberÃa ofenderse. Otra cosa es que él podrÃa defender su posición, ya que es un derecho como el de cualquier persona, pero su defensa tendrÃa que ser con la misma ética, sin insultos “ad hominemâ€? a mÃ.
La misma falacia cometerÃa yo si me propusiera argumentar por ejemplo que el concepto de “toleranciaâ€? de Noam Chomsky es ambivalente porque él es un judÃo patriarcalista, en vez de mostrando evidencia y argumentos sobre esa ambivalencia. Y lo mismo te pasarÃa a ti si fueras a argumentar que mi posición en este artÃculo es absurda porque que yo soy un arrogante, etc, etc. LO QUE QUIERO DECIR es que si nosotros, los hombres y las mujeres que estamos metidos en la lucha por JUSTICIA SOCIAL y la esperanza de un mundo mejor, no tomamos en cuenta esta falacia como una fuente de confusión inculcando el miedo a juzgar, estamos jodidos, por asà decirlo. Y nos vamos a pasar la vida santulonamente propagando el respeto a las opiniones de los demás para no lastimar sus sentimientos, importándonos poco la puñalada que le pegamos en la espalda al pensamiento crÃtico de nuestras luchas.
2. “NONJUDGMENTALISM�
La segunda fuente de confusión del miedo a juzgar la podemos percibir desde lo que el sociólogo Alan Wolfe de la Universidad de Boston ha identificado como “nonjudgmentalism� en su libro One Nation After All. “Nonjudgmentalism,� según Wolfe, indica un fenómeno de moralidad en el cual la clase media norteamericana está tendiendo a “no juzgar� porque no existen standards o modelos por los cuales juzgar. En esta perspectiva, todas las culturas son iguales y ninguna es superior a otra, todo es relativo. La moralidad objetiva no existe como verdad objetiva, sólamente como una cuestión de gusto; y por eso, la clase media norteamericana prefiere hablar de “tolerancia,� “inclusion,� y “aceptación.�
Ya desde allà comienza la hipocresÃa. Al preferir hablar de tolerancia, inclusión, y aceptación, ya están haciendo una escogencia de juicio, están juzgando. Además, una cosa es la perspectiva ideológica de Wolfe identificando “nonjudgmentalismâ€? como un fenómeno de moralidad para que tengamos que celebrarlo, y otra muy distinta es que el fenómeno realmente exista. Sea que exista o no, o que lo hayan inventado los republicanos o los demócratas, la verdad es que ese fenómeno es un mito. Toda conducta que se presume “no juzgadoraâ€? es hipócrita por excelencia y no hay ninguna razón para celebrarla.
Dinesh D’Souza, por ejemplo, un ideólogo del American Enterprise Institute, escribió en el Washington Post el pasado 4 de Julio que la sociedad libre americana “es… moralmente superiorâ€? a la sociedad islámica y criticó la moralidad de esta sociedad como “virtudes coercitivas.â€? ¿Quién podrÃa apostar que el periodista Jeff Jacoby del Boston Globe no está juzgando y usando standards de referencia cuando dice: “Nosotros somos la sociedad que ha extendido más libertad, más tolerancia, y más prosperidad a la gente que cualquier otra sociedad en la historiaâ€?? (Magazine Capitalism, Sep.18, 2002). ¿O cuando hablando de los Palestinos, Thomas L. Friedman del New York Times dice que los lÃderes oficiales de Hamas “son gente malaâ€? y que Israel “tiene un derechoâ€? a matarlos?
¿Dónde está el supuesto deseo de convivencia o el supuesto valor del argumento que “todas las culturas son iguales� cuando los señores D’Souza, Friedman, Jacoby y otros sirvientes de la prensa imperialista toman el modelo de la “sociedad libre� americana como referencia PARA JUZGAR los méritos morales de otras sociedades? ¿A quién piensan engañar con su “nonjudgmentalism�?
Pero seamos justos. Decir que “todas las culturas son iguales y que ninguna es superior a otraâ€? es un pensamiento noble. Pero no es lo mismo decir que “SONâ€? iguales a que “DEBERÃ?ANâ€? ser iguales y que ninguna “DEBERÃ?Aâ€? ser superior, puesto que la realidad nos dice otra cosa. Cuando los lÃderes imperialistas proclaman que “todas las culturas son igualesâ€? lo que tienen en mente es la “toleranciaâ€? de las cosas folklóricas, exóticas, y elitistas como las que nos presenta “Don Franciscoâ€? en Sábado Gigante, el show de “Cristinaâ€? y otros miserables programas de televisión. Ellos no están hablando de la igualdad en los DERECHOS POLÃ?TICOS, económicos y sociales que tienen todas las culturas y naciones. Ellos no están hablando de la igualdad en los DERECHOS DE DESARROLLO estipulados en los estatutos de las Naciones Unidas, etc.
3. “NO JUZGUÉIS PARA QUE NO SE�IS JUZGADO�
La tercera fuente de confusión es la más ideológica y la que podrÃa causar más impacto sobre el miedo a juzgar. Lo testifica el evangelio cristiano: “No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medÃs os será medidoâ€? (Mateo 7:1-2). ¿Qué ganarÃamos con negarle respeto a esos preceptos? De hecho los insultos “ad hominemâ€? nos alertan en el plano existencial para no caer en la gravedad de tales errores. PERO NO OLVIDEMOS que el evangelio cristiano también nos enseña A JUZGAR BIEN cuando la hipocresÃa está detrás de las cosas: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermanoâ€? (Mateo 7:5). ¿Cómo le cae esto a los D’Souza, los Friedman, los Jacoby, y otros Tartufos cuyas hipocresÃas son elocuentes?
Además, en la frase “con la medida con que medÃs os será medidoâ€? el evangelio cristiano está implÃcitamente aceptando el hecho que tenemos que juzgar, pero que tenemos que juzgar CON EQUIDAD, con un sentido de hermandad, para que no vayamos a parar a los peroles del infierno. No importa si creemos o no creemos en eso. Lo que importa es EL SENTIDO DE JUSTICIA QUE HAY EN EL HECHO DE JUZGAR.
Es por eso que es curioso cuando alguna gente dice: “¡Cállate! sólo dios puede juzgar.â€? Yo no creo que dios (lo que sea lo que signifique su nombre) es un dios injusto. Pero el dios de la gente que nos infunde el miedo a juzgar parece ser un dios de crueldad, ellos parecen defender un dios que serÃa capaz de decirnos: “MIREN, LES ORDENO QUE NO JUZGUEN, QUE NO SEAN JUZGADORES, PERO CUANDO TENGAN QUE JUZGAR, USEN LOS JUICIOS DE LAS ÉLITES.â€? En otras palabras, nos estarÃan diciendo que sólo las élites tienen el privilegio de juzgar SIN SACARSE la viga de sus ojos, implicando quizá que sólo nosotros estamos obligados al esfuerzo de auto-honestidad.
Estas son, pues, las tres fuentes de confusión por las cuales el miedo a juzgar es pernicioso. Y es especialmente pernicioso para “la emancipación de los pueblos del sur y la creación de una conciencia crÃtica al modelo de desarrollo vigenteâ€? [Sodepaz]. Es por eso que me resulta sospechosa la frecuencia con la que se nos pide en algunos cÃrculos de izquierda que seamos respetuosos y considerados de las opiniones y puntos de vista de los demás.
Un pensamiento crÃtico que cuando oye decir que el marxismo o el cristianismo están muertos corre a terminarlos de rematar NO ES un pensamiento crÃtico. O que cuando oye decir que la nueva moda es el anarquismo o el existencialismo corre a celebrarlos, tampoco es un pensamiento crÃtico. Ningún pensamiento crÃtico que reproduce como papagallo las causas y conceptos del imperio puede ser un pensamiento crÃtico, y la causa principal de su fracaso es el miedo a juzgar.
Si alguien desea JUZGAR lo que yo he discutido aquÃ, ¡Perfecto! Bienvenido sea. Nunca he pensado que lo que digo está escrito en piedras. Con mucho gusto recibiré sus pensamientos crÃticos. De otra forma no podrÃamos crecer juntos en solidaridad por el bien de nuestras luchas.
(*) Wilfredo Gutiérrez, sociólogo, radicado en Estados Unidos.
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(**) Disculpénme por escribir en un solo género. Lo hago intencionalmente para no meterme en la pesadilla de escribir lo masculino y lo femenino para cada palabra que me salga al paso. Pero les aseguro que el hecho de escribirlo o no escribirlo NO REFLEJA el respeto, ni la consideración o el sentido de reciprocidad que yo siento y practico por la mujer en mi vida cotidiana. ImagÃnense el desbarajuste que pasarÃa si dijéramos “EL SER HUMANOâ€? y “LA SER HUMANA,â€? o “LA PERSONAâ€? Y “EL PERSONOâ€? como casos extremos de obediencia al imperialismo cultural. Seguramente necesitamos más palabras sexualmente neutrales para evitar la pesadilla, y para universalizar la igualdad entre los sexos, aunque sea simbólicamente ya que las estructuras de opresión y discriminación polÃtica, social y económica de la mujer [y de los hombres] son las más recalcitrantes. |