Imprès des de Indymedia Barcelona : https://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: sanitat
Sobre el supuesto cooperativismo sanitario propuesto por Generalitat
20 des 2011
‘El gestionismo, es decir, intentar controlar la producción de este sistema, no es más que la otra cara del politicismo: considerar que tomando el mando del gobierno se puede cambiarlo todo’. Cuadernos de Negación nº3
puntsdevista.jpg
Poco a poco los planes de Generalitat respecto del ICS van emergiendo. El Departament, previa aprobación de una parte de la Ley Omnibus (macroley que trata de disponer la situación para hacer factibles los designios del neoliberalismo), tiene preparado un proyecto piloto de gestión sanitaria por EPPs (entidades profesionales participadas), muy parecidas a las EBAs (entidades de base asociativa). Como antaño las venden como autogestión o cooperativas, pero no nos engañemos, son sociedades limitadas con ánimo de lucro. Si ahora quieren recuperar este tipo de gestión es porque les ofrece algunas ventajas. Se traspasa el riesgo jurídico y económico al grupo de empresarios (normalmente médicos o enfermeras, que ya están esperando el momento de convertirse en empresarios emprendedores como les gusta a los convergentes) y se despreocupan de la gestión, además de adaptar la sanidad a las reglas del mercado. El problema es que ese dinero que otorga Generalitat en el contrato como dotación para el ente proveedor (probablemente una filial del ICS que aglutine un grupo de ABS y constituida como EPP, según informaciones recientes de prensa) se gestiona según intereses particulares de esa filial. El consejo de dirección de la EPP será el que decida cómo la gestiona (cómo gasta, cómo contrata, cómo despide, qué prioriza, con quién contrata servicios, cómo obtiene ingresos…). Eso sí, supuestamente bajo la supervisión del ICS, pero ya sabemos que la tendencia con las filiales y subcontratas es a mirar a otro lado cuando de responsabilidad y control se trata. La tendencia como en cualquier otra empresa será la de controlar gastos. Los gastos implican sobre todo el personal, con lo que puede suponer de ratio personal-usuario; o las pruebas complementarias, con lo que supone para el diagnóstico precoz; o las condiciones laborales de los trabajadores, con lo que implica en la atención continuada. En las EBAs todo lo que no se gasta es beneficio a repartir entre los participantes de la sociedad. Es decir, el gobierno consigue sus objetivos de controlar el gasto y flexibilizar condiciones laborales sin mancharse las manos a costa de delegar su función en grupo de empresarios del sector a los que se supone mejor fe que a otros. Se quitan así el problema de ser los responsables de una mala gestión, que empieza en la asignación de un presupuesto sanitario escaso en relación con la media europea y continua con la imposibilidad manifiesta que tienen de eliminar cargos intermedios parásitos.
Y es que este modelo se fundamenta en un modelo de medicina de desarrollo continuado que ciertamente es deficitario en tanto no para de aumentar el gasto en aparataje tecnológico secundado por un consumismo sanitario desenfrenado. Ejemplos de esto son dos noticias recientes. Una que explica que se ha salvado la vida de un feto de apenas 250 gr. y otra que se refiere a una mujer que se pudo quedar embarazada a pesar de no tener ovarios. La cuestión material es ¿cuánto dinero ha costado esto? Y la ética es ¿no somos capaces de tolerar nuestros límites como humanos o tenemos que intentarlos abolir todos, aun a costa de esclavizarnos de por vida endeudándonos?
Modelos similares han tenido graves limitaciones en otros lugares como Inglaterra. Aquí las EBAs que hay funcionan desde hace varios años y no han demostrado más eficiencia que la gestión pública del ICS. Así que no se llenen la boca con la eficiencia. Más bien que digan lo que es, implantar un sistema en el que las prácticas basadas en el mercado dirigen las estrategias sanitarias con lo que eso supone. Y que no nos tomen por tontos con el uso de un lenguaje que hace ya tiempo nos fue expropiado. La autogestión y el cooperativismo no se fundamentan en criterios mercantiles sino en apoyo mutuo y ausencia de jerarquías, y esto que plantean dista mucho de la solidaridad y la horizontalidad.
La respuesta colectiva (de trabajadores y usuarios) será importante a la hora de poner en práctica este modelo. En la medida en que la asumamos sin conflicto y como más cercana a nuestros intereses (sea porque inicialmente pueda ofrecer mejoras salariales u oferta de servicios más diversificada o mayor posibilidad de intervención directa de los profesionales) la privatización estará en vías de establecerse. Muy probablemente eso pueda ocurrir al principio porque son conscientes de la necesidad de ofrecer la cara amable, y no la cara que se refiere a la obediencia de los dictados del mercado en la salud y su atención.

This work is in the public domain
Sindicato Sindicat