|
|
Notícies :: @rtivisme : globalització neoliberal : laboral |
Crítica al sistema de S. George (Attac) sí, pero consecuente
|
|
per K. Raveli Correu-e: karavel17@hotmail.com |
09 ago 2011
|
Críticas al sistema sí, pero con conclusiones política coherentes, y no precisamente del estilo Attac. |
| |
Si a Susan George la están publicando medios reformistas y socialdemócratas también en Catalunya y Euskal Herria, y hasta allá en Espaina, será por algo: sus análisis no están tan mal, es verdad, pero las conclusiones políticas, son muy decepcionantes. Casi indecentes, a estas alturas. El sistema no se mejora Susan, se cambia.
Decía también Sabino Cuadra Lasarte hace unos días, en http://www.kaosenlared.net/noticia/mercados-nos-atacan-defendamonos , lo siguiente:
No es cierto que las únicas soluciones sean las que marca el capital y vociferan sus correveidiles. Hay otras vías, hay otros caminos, pero ninguno de ellos puede descubrirse ni andarse si no hay voluntad de moverse y prepararse para una larga pelea que comienza desde ya, desde todos los lugares, desde todos los frentes. La lección es vieja: solo la lucha paga.
Sin embargo, no creo que se trate sólo de defendernos, llegados a este punto.
Pero, por empezar, vamos a ver como Susan nos aclara el papel del FMI, uno de los directores de la orquesta oligárquica en esta ofensiva global:
"No ha habido ni un solo caso en que un país mejorara su situación con las políticas de austeridad del FMI. Los economistas neo-liberales han conseguido eliminar toda la memoria histórica de los años treinta, cuando se utilizaron políticas keynesianistas para luchar contra la Gran Depresión. En lugar de ello, nos vemos enfrentados a un enconado problema de deuda, a una economía estrangulada por la austeridad y a ninguna esperanza de recuperación".
Está bien que se reconozca cada vez más claro que el FMI representa y ejecuta todavía de forma oficial la política de choque del capital trans-estatal, a pesar que ciertos formadores de pública opinión le atribuyan ahora un papel de segundo plano, respecto a la nueva hegemonía política y mediática de las asesorías de criminalidad capitalista, las famosas agencias privadas neoliberales de calificación de riesgos. Precisamente, Susan nos recuerda como esta organización, conjuntamente al Banco Mundial, haya centralizado las formas coloniales del siglo XX:
"Sabemos sin duda que los países más ricos utilizaron la deuda (impuesta por el FMI) para conseguir precisamente eso: imponer las condiciones de los Estados Unidos y de otros países acreedores, por las que se obligó a los países en desarrollo a entrar en la economía mundial en términos muy desfavorables".
Cita además el libro "Confesiones de un gángster económico" de John Perkins, cuando afirma que desde los centros económicos capitalistas se desplegó una política deliberada para endeudar y controlar las cuentas de los estados que intentaban salir del subdesarrollo. Eso es, las causas de la crisis creciente y general de la deuda en los países del Tercer Mundo, no eran las mismas que las de ahora, con su forma compleja y global. En los años setenta, gran parte del dinero de los préstamos a los gobiernos periféricos se destinó a armamento, al gasto de las clases parasitarias en importaciones de productos de lujo, al creciente precio del petróleo y a proyectos de desarrollo mastodónticos; es decir, fue un gasto improductivo.
Ahora, al contrario, como recuerda Susan, "la gran causa de la actual crisis de la deuda europea es que los gobiernos han asumido las deudas de bancos privados, que estallaron con la (llamada) crisis financiera. El caso más evidente es el de Irlanda, que asumió la responsabilidad de todo lo que debían sus bancos, pero lo mismo sucede con todos los países que están ahora en dificultades.
De hecho, la deuda de la mayoría de países europeos es bastante modesta. A principios de este año, el estado español sólo debía el 55% de su PIB. Incluso el estricto Tratado de Maastricht dice que un 60% está bien. Italia y Bélgica, por ejemplo, están muy por encima del 100%".
Luego sigue con algo más de contundencia:
"Las políticas europeas hasta la fecha están siendo desastrosas. Están aplicando los llamados remedios que se impusieron a los países en desarrollo en los años ochenta, en lo que ahora se conoce como la década perdida del desarrollo. Los programas de austeridad que se están imponiendo a Grecia, Irlanda o Portugal están directamente sacados del manual neoliberal de los programas de ajuste estructural, punto por punto y coma por coma.
El resultado es una feroz contracción (*) de esas economías, hasta un punto sin precedentes. Cuando se impusieron medidas de privatizaciones, recortes salariales y la eliminación del gasto social en países realmente pobres como Níger, éstas se tradujeron en una hambruna y en muchísimas muertes. En Europa, tenemos algo más de margen, contamos con algunos cojines. Pero la economía griega ya se ha reducido en más de un 5% este año, el desempleo se ha disparado, los pequeños comercios se están hundiendo y se está privatizando absolutamente todo.
Es una política criminal concebida para empujar a los trabajadores al siglo XIX, para deshacerse de los beneficios sociales por los que la gente luchó durante muchas generaciones. Como siempre, los ricos se escaparán y el capital internacional vivirá días de gloria con las oportunidades que ofrecen las privatizaciones. La gente corriente está pagando el doble por la crisis financiera: primero para rescatar a los bancos y, ahora, para sacrificar y arruinar a sus propios países y medios de vida".
Bien, Susan, hasta aquí más o menos de acuerdo, si nos olvidamos de tus categorías y lenguaje burgués, interclasista y normalizador.
Sin embargo, las conclusiones que sacas con tus compañeros de Attac, son a toda vista muy limitadas y, sobre todo, sin poder de movilización y organización de los sectores sociales más golpeados.
En efecto, tú misma reconoces que:
"Los economistas neoliberales han conseguido eliminar toda la memoria histórica de los años treinta, cuando se utilizaron políticas keynesianas para luchar contra la Gran Depresión. En lugar de ello, nos vemos enfrentados a un enconado problema de deuda, a una economía estrangulada por la austeridad y a ninguna esperanza de recuperación. (Mientras) muchos gobiernos europeos gobiernan claramente en nombre del sector financiero. Pero están jugando con fuego, y aún pueden hacer saltar por los aires la eurozona, con lo que se abriría un panorama incierto".
Luego de afirmar esto, a las preguntas:
¿Cómo deberían responder los movimientos sociales a la crisis?
¿Qué alternativas podemos poner sobre la mesa?
Susan George contesta lo siguiente:
"Para empezar, someter a control al sector financiero, gravar las transacciones financieras, y obligar a los gobiernos europeos, especialmente a los de la eurozona, a actuar de forma solidaria entre sí. Realizar auditorias de la deuda para determinar qué parte de ella es «odiosa» o ilegítima. Desarrollar un mecanismo para solventar la deuda que no esté totalmente sesgado a favor de los acreedores. Necesitamos eurobonos y una nueva carta para Europa, en que el BCE sea algo más parecido a la Reserva Federal estadounidense. Usar el bancor de Keynes como divisa para el comercio.
Mientras tanto, estaría más que contenta con que las agencias de calificación de riesgos fueran organismos públicos y sin ánimo de lucro, y que sean los gobiernos, no los bancos, los que gobiernen para los ciudadanos y las ciudadanas".
.
ES DECIR, REALMENTE, NADA DE ALTERNATIVAS PARA LOS MOVIMIENTOS SOCIALES, sino únicamente unas líneas de política económica para los mismos gobiernos que, es evidente, no están interesados a cambiar el rumbo de la ofensiva capitalista.
NADA DE PROPUESTAS-EJES GENERALES DE LUCHA SOCIAL, OBRERA, de todos los sectores trabajadores o no trabajadores, fijos o precarios, autónomos, subcontratados y migrantes, nada de nada.
Attac y otros grupos reformistas del sistema (las izquierdas en general), no se atreven a discutir sobre ejes concretos con los que podemos, los movimientos sociales y toda la clase obrera, desencadenar una contraofensiva dirigida al corazón de los mecanismos de reproducción de este sistema criminal.
No se atreven ni tan siquiera a recoger las propuestas que se empiezan a plantear, como aquí mismo (**) sobre la cuestión del empleo y de la renta mínima de ciudadanía. O del tema central de la nacionalización de lo bancos, desde siempre una medida fundamental e indispensable para unas modificaciones reales de la política económica de los estados.
¿Por qué Susan y estos grupos de evidente estrategia socialdemócrata, exactamente como todos los sindicatos de acompañamiento capitalista, no se atreven a lanzar la cuestión del reparto general del empleo y de la drástica reducción de la semana laboral, por ejemplo, garantizadas con una renta universal?
¿Por qué no quieren entrar en el debate sobre le generalización de la renta de existencia, o renta obrera de seguridad, es decir, el derecho a una garantía mínima, universal e incondicional para todo ciudadano, a la vista de las enormes y absolutamente despropositadas acumulaciones de riquezas en manos de una oligarquía tan minoritaria como criminal?
¿Por qué no se plantea, frente a esta ofensiva cínica y brutal, la necesidad de nacionalizar todos los institutos bancarios culpables, en vez de salvarlos sin condiciones y de favorecer la concentración bancaria transnacional?
¿Por qué no se plantea una respuesta global de movimientos sociales, para obligar a todos los gobiernos a abandonar las políticas neo-liberales, empezando por la reintroducción de impuestos realmente proporcionales, a escala general (para evitar la competencia fiscal entre estados y regiones), y eliminando progresivamente toda imposición antisocial como los impuestos indirectos, verdaderos atracos a los sectores sociales menos adinerados y más explotados?
(*)
Es muy sintomático como todos estos reformadores del capitalismo, es decir: la cara menos brutal del modelo, se escaquean de la realidad sistémica de explotación, expropiación y alienación sobre la que se enriquecen unas minorías, con frases evasivas como esta que emplea S. George: feroz contracción de las economías. Es decir, una doble mentira: por un lado no hay ninguna contracción del enriquecimiento y explotación oligárquica, por el otro se reproduce la idea de que estamos todos metidos en la misma economía en crisis, cuando la realidad es muy diferente. La crisis, además, encubre un profundo proceso de reestructuración de todo el sistema, donde los paganos, los que padecen la dichosa crisis, somos únicamente los de siempre.
(**)
Me refiero por ejemplo a final del debate en "Una roca en el estanque" (http://euskalherria.indymedia.org/eu/2011/07/75635.shtml), a los comentarios de Osaba. |
Mira també:
http://euskalherria.indymedia.org/eu/2011/07/75635.shtml |
 This work is in the public domain |
|
|