Imprès des de Indymedia Barcelona : https://barcelona.indymedia.org/
Independent Media Center
Notícies :: corrupció i poder
El prócer ha ingresado en prisión y su doble se ha ido a Copacabana
07 nov 2009
El ilustre chorizo, confeso pero no convicto, tenía un doble, esto es, una doble moral.
Por fin ha ingresado en prisión. La foto del ilustre prócer de la alta burguesía catalana, enmanillado, pero sonriente, ingresando en la Modelo, ha causado una gran sensación pública.

Sin embargo, los insistentes rumores de la publicación de su foto, tomando el sol en la playa de Copacabana, abanicado por una mulata, han ido tomando fuerza a lo largo del día.

Ante la evidente contradicción de la publicación de una foto del mismo personaje, en dos lugares tan distantes y distintos, nuestro periódico ha investigado qué ocurría realmente. Y hemos encontrado la solución a intriga tan disparatada.

El ilustre chorizo, confeso pero no convicto, tenía un doble, esto es, una doble moral. El juez, tomó una decisión salomónica, y decidió encarcelar preventinamente al de la mala moral, al chorizo que había confesado el saqueo de las arcas, y entregar el pasaporte al propietario de la buena moral, al ilustre prócer y mecenas, representante de esa raza de honorabilísimos patriotas que hacen páis. Ninguna instancia judicial lo consideró un esquizofrénico. No, se trata de un digno representante de los dirigentes politicos, sociales y éticos de nuestros días. Un insigne superhombre, que de las piedras saca panes.

Algunos amorales afirman, sin que podamos confirmarlo o negarlo, que no había tal duplicidad, sino que el de la playa de Copacabana era el auténtico. El de la Modelo era un parado que paseaba por la calle, y no tenía más culpa que la de coincidir en el apellido. Pero se le aplicará la restaurada ley de vagos y maleantes, con la atenuante de no haberse resistido a la autoridad, y el agravante de no tener propiedad alguna, ni domicilio fijo, ni ingresos fijos.

Crudo lo tiene ese mal vago: los pobres, pero honrados, suelen ir a la cárcel. Ya lo dice la canción: sin dinero no hay justicia.

This work is in the public domain
Sindicato Sindicat