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Vivir quiere decir soñar
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per Mariano Cabrero Bárcena Correu-e: pedrocruel2005@yahoo.es (no verificat!) |
19 des 2008
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Mariano Cabrero:Todo lo pasado es memoria, todo lo futuro es imaginación. Safo , gran poetisa griega, escribió: “Estos labios blancos, pálidos y cuarteados que apenas cubren mis dientes, que no se sostienen en las encÃas;(...) porque sigo deseando el sol, sigo deseando los campos...â€?.Y es que vivir quiere decir soñar... |
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Dentro de poco vivir más de cien años será todo un hecho; sin embargo, es paradójico contemplar que, mientras muchos de nosotros los hacemos con cierta calidad de vida, otros–sin un trozo de pan para llevarse a la boca–, nacen y mueren en cadena, como son los casos de Adis Abeba, Burundi, Burundi, Ruanda... Hemos de constatar que, alrededor de 25.000 personas, mueren al dÃa de hambre o enfermedades en el mundo, y que un niño muere cada tres segundos... ¡Terribles datos!, pero ciertos.
¿Alargar la vida es peligroso para la sociedad? Uno se pronuncia por el “no�; es un deber del hombre el tratar de hacerlo con los medios que tenga a su alcance. ¿Valdrá la pena vivir más años?: ¡siempre!, no obstante, a Dios–el todas las religiones–le pedimos que sea con salud en nuestro cuerpo y alma, pero nuestro sabio refranero nos muestra la verdadera realidad: “El hombre propone, y Dios dispone�.
Nuestras condiciones de vida fÃsicas y mentales, hoy en dÃa, han mejorado notablemente; en la España de nuestros abuelos, principios del siglo XX, se vivÃa sobre cincuenta años, pero ahora las mujeres alcanzan los ochenta con facilidad y los hombres llegan a los setenta y cinco. El tiempo los hemos descubierto los hombres–nuestras mentes–, pero el mismo no pasa, pasamos nosotros; existe el instante, pero nada más. Todo lo pasado es memoria, todo lo futuro es imaginación. Safo , gran poetisa griega, escribió: “Estos labios blancos, pálidos y cuarteados que apenas cubren mis dientes, que no se sostienen en las encÃas;(...) porque sigo deseando el sol, sigo deseando los campos...â€?.Y es que vivir quiere decir soñar.
El llegar a ser anciano no tiene por qué convertirse en un camino sombrÃo, en un trayecto penoso. Pero lo cierto es que, en nuestra civilización actual-por asà llamarla, pues en muchas ocasiones damos muestras inequÃvocas de estar poco civilizados...-, la vejez la estamos transformando en un problema emocional-nubes emocionales vestidas siempre de lutos. Y es que muchas familias tienden a aparcar-como si de coches-chatarra se tratasen-, a sus más queridos seres--viejos- en cualesquiera residencias, donde los sentimientos humanos se transforman en piedras de granitos arcaicas , donde las ilusiones desaparecen todos los dÃas cuando se acuesta la luna. Y esto ocurre cuando las personas mayores saben, mejor que nadie, qué es importante en la vida, qué es accesorio, qué merece la pena hacer o desarrollar, qué amor es el verdadero y cuál es el falso...
SÃ, desde luego, es cierto que los humanos llevamos anexa-a nuestras mentes-- la soledad cuando nos encontramos mermados en nuestras facultades fÃsicas y mentales. Porque nuestros vÃnculos con los hijos-familias generalizadas-, se van debilitando progresivamente a medida que cumplimos más años. ¡Y qué no falte la madre-mujer- eje fundamental y necesario por el rodamos todas las familias! Los encuentros con el entorno familiar van siendo-poco a poco- menos frecuentes. Si convivimos con nuestros descendientes-hijos e hijas- nos vamos sintiendo como "pesadas cargas".
Hoy por hoy no es raro comprobar que el anciano/ase cambie, con cierta frecuencia, desde el domicilio de un hijo al de otro: en cortos espacios de tiempo. Uno, cualesquiera, todos los que somos protagonistas de la senectud-perÃodo natural de la vida humana-, llegamos a entender que somos... viejas maletas-rotas y desteñidas-que se van pasando de mano en mano nuestros descendientes, tal y como si nadie las quisiera. ¡Qué triste resulta nuestra vejez! Esto fomenta, indudablemente, que el anciano deje de entender que la vida, y hasta nuestra muerte, tiene un sentido y muchas finalidades: respetémonos y amémonos los unos a los otros, que esta es la verdadera religión del ser humano. Atrás quedan los cristianos, los mahometanos, los católicos, los budistas....: todas las religiones que tienen un solo Dios: el Dios de todas las religiones. Y comprendo que, si cada dÃa tenemos un sueño, una ilusión, una tarea a desarrollar, de esta manera moriremos-poco a poco-sin darnos cuenta.
EstadÃsticas consultadas al respecto apuntan que éramos -uno se incluye también-siete millones de jubilados en el año 2003. Y es que cada dÃa somos más los jubilados. Por lo que hace falta estimularnos-unos a otros-para que, en cierta medida, reconsideremos que seguimos poseyendo un presente y un futuro-este último más precario con proximidad a la muerte-, para que al final podamos luchar todos unidos contra la inactividad, contra la pérdida del amor de nuestros semejantes, contra la hostilidad de la que da muestras la propia sociedad en la que vivimos, que es proclive-cada dÃa mas- a una eutanasia acomodaticia para poder heredar al que se invita a morir, y desde luego, mejor antes que después. Y asà forzarnos a emprender nuestro último viaje.
El dÃa que mi costilla me falte-mi nunca bien valorada Mercedes-me falte (deseo en verdad irme antes, dado que las mujeres son más diestras en defender y entender-polluelos de las familias-, a sus hijos), iré a dar con mis quebradizos huesos a cualquier residencia. Hombres y mujeres, mujeres y hombres condenados de por vida a dialogar y pensar-con jubilados de edades similares- sobre el pasado, y esto es muy triste. De alguna manera se anula el binomio experiencia/ entusiasmo- Es decir, el dialogo entre adultos y jóvenes. A estas casas de acogimiento-mal llamadas de la "tercera edad": no existen edades para la muerte-, las deberÃamos de llamar o conocer por su propio nombre: paredes muertas de mi propia soledad. Hay un proverbio chino que asà reza: "De jóvenes somos hombres, de viejos niños". Pues bien: ¡Cuidemos a los niños!
Sin presente y sin futuro, necesariamente, la vida en la vejez tiende a refugiarse en el pasado: ¡Qué tristes perspectivas de vida se avecinan para las personas mayores! Pienso, muchas veces, que es provechoso reÃrse de un mismo e, incluso, de nuestra propia sombra: de esta manera descubro lo poco que sé, y lo mucho que me queda por aprender. Henri F.Amiel, Journal Ãntime, II, 181, dejó para la posterioridad: "Saber envejecer constituye la obra maestra de la sabidurÃa y es una de las partes más difÃcil del arte de la vida".
La sociedad que nos ha tocado vivir ( ¿ esa maravillosa democracia española, qué nos habla del estado de bienestar para todos, qué nos habla de la igualdad de oportunidades, qué nos habla de viviendas asequibles para nuestra juventud...?) ha "roto aguas", y ha relegado a las personas longevas, única y exclusivamente, para que emitan su voto cada cuatro años...: a lo sumo ha construido pocas residencias-jaulas de soledad-donde podemos ir a morir, y, desde luego, ser olvidados por propios y extraños. Eso sÃ, para morir con tranquilidad, llevando sobre nuestras espaldas sacos pesados con tierras cargadas de olvidos, penas y sinsabores.
Y, sin embargo, los mayores también somos seres humanos que poseemos nuestros corazoncitos-que siguen latiendo con lentitud-, pero caminamos despacio, hablamos despacio... Debemos pasar "del rosa al amarillo", esto es, de la vitalidad y pasión amorosa juvenil a un status de personas maduras: vida afectiva, segunda actividad, fomento de la cultura, hacer no que nunca pudimos llevara la práctica... ¡Ah!, se me olvidaba (¿no lo adivináis?)..., y continuar nuestras vida sexual-un tanto limitada, y quien diga lo contrario miente como un cosaco-, pero relegada al quinto lugar según el orden expuesto de lo que piensa un semejante vuestro, que puede estar equivocado.
Por último, como colofón, no dejo de leer y comprobar que sean los ancianos-sus personas-en lo que se acumulan mayores Ãndices de depresiones y suicidios. Vivir en estas situaciones y desear la muerte, verdaderamente, todo es uno. Por cierto, que los viejos deben y pueden enamorarse, pues mientras hay vida existe siempre el camino hacia la esperanza. Sir Francis_Bacon (Londres, 1561-id., 1626), filósofo y polÃtico inglés, quien manifestó: "Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer".
La Coruña, 19 de diciembre de 2008
© Mariano Cabrero Bárcena |
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Comentaris
Re: Vivir quiere decir soñar
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per Otroperro |
20 des 2008
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Mariano, no hace falta darle tanto, la especie creo que tardarà en adaptarse a tsnts mierds de csmbio.
Esta medicina que impulsa a la duracion es fruto de nuestra idea de vivir pero no ayuda a la especie.
Los beneficios de la alimentacion, deporte, etc, son usados en forma explosiva y no desarrolladora.
En una sociedad enferma de egoismo puto y duro, el suicidio, la depresion, o desaparecer de la vida es una opción deseable, deseo igual al de vivir, deseo al fin i al cabo, materia mental fugaz. Porque los deseos no son realidad. Que importa que desees, como dicen los Upanishads, pues todo es Maya, ilusión.
Vivir, precisamente, es bastants contrario/diferente al soñar.
Y los viejos que sufren, eutanasia ràpida.
Sobra la mitad del planeta al ritmo que comemos. |
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