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Notícies :: amèrica llatina |
Secretos Olvidados de Spruille Braden
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per Luis Aguero Wagner Correu-e: lautaro_l@hotmail.com (no verificat!) |
22 mai 2008
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Según su colega británico David Nelly, Braden tenía la idea fija de que había sido elegido por la Providencia para derrocar al régimen Farell-Perón. Pero este petrolero-diplomático tejano tenía también otras historias. |
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Spruille Braden es siempre recordado cuando se habla del ascenso al poder de Juan Domingo Perón, como el diplomático a quien el caudillo argentino desafió con el exitoso eslogan “Braden o Perón�, que le permitiò ganar las elecciones de 1946.
Según su colega británico David Nelly, Braden tenÃa la idea fija de que habÃa sido elegido por la Providencia para derrocar al régimen Farell-Perón. Pero este petrolero-diplomático tejano tenÃa también otras historias.
En 1971 Braden acabó publicando sus memorias, que llevaron el tÃtulo original de “Diplomats and Demagogues: the Memoirs of Spruille Bradenâ€? (New Rochelle, Arlington House). En las páginas del libro los paraguayos pudieron constatar, confesado por el mismo interesado, lo que siempre habÃan sospechado con respecto a las negociaciones para la paz del Chaco en 1938.
La indefensión diplomática paraguaya habÃa acabado con los nuevos vientos que soplaban desde febrero de 1936, dado que el nuevo presidente, Coronel Rafael Franco, habÃa definido una férrea lÃnea diplomática que rechazaba discutir el territorio hasta donde habÃan llegado las tropas guaranÃes durante su guerra con Bolivia, entre 1932 y 1935.
Intempestivamente la posición argentina, favorable al Paraguay durante la guerra variarÃa sustancialmente al inicio de las negociaciones diplomáticas de Buenos Aires, sobre todo a raÃz de acuerdos argentino-bolivianos sobre el petróleo que irÃa a extraerse precisamente de los territorios inoportunamente ocupados por los paraguayos. Esta defección dejarÃa al Paraguay sin su más significativo respaldo en la pugna por el Chaco.
El ambiente a partir de entonces empezarÃa a caldearse y la animosidad contra Paraguay subirÃa tanto de tono que el 11 de Junio de 1937, el representante paraguayo J. Isidro RamÃrez tuvo que preguntar al canciller argentino Saavedra Lamas si porqué a los mediadores se les permitÃa arrojar piedras contra el Paraguay. La chocante respuesta fue que el Paraguay podrÃa facilitar las cosas mostrándose más conciliatorio.
Las negociaciones quedarÃan asà estancadas por varios meses, para volver sobre los puntos vitales recién tras un golpe reaccionario en Paraguay que desalojó a Franco en agosto de 1937. Las actividades de Braden en paÃses como Cuba, Argentina, Guatemala o Chile nunca estuvieron desvinculadas de la polÃtica interna y los golpes de estado.
Depuesto el régimen nacionalista, volverÃan a la Conferencia de Paz el doctor Jerónimo Zubizarreta y el anciano polÃtico Cecilio Báez, este último de poco decorosa actuación por la limitaciones propias de su avanzada edad.
El mismo Braden consignó en sus memorias, de manera burlona, que en una oportunidad tuvo que ayudarlo a levantarse de su silla para llevarlo al baño y dejaron entonces una lÃnea de orina en todo el recorrido.
A la senilidad de Báez vino a agregarse el desmedido afán de protagonismo del secretario de la delegación paraguaya Efraim Cardozo, quien informaba al delegado norteamericano de todo cuando acontecÃa en el seno de la comisión paraguaya, comprometiendo seriamente de esta manera los intereses de su paÃs. En ese contexto, Cardozo fue responsable de que sustituya el arbitraje de derecho por el arbitraje de hecho, en fórmula que llamaron “ex aequo et bonoâ€?.
Asà en los primeros dÃas de julio de 1938, un comité formado por los delegados Braden, Ruiz Moreno y Barreda Laos (de Estados Unidos, Argentina y Perú respectivamente), empezaron a elaborar un tratado secreto que, según ellos, proveerÃa tanto a Paraguay como a Bolivia, mutua satisfacción. En realidad hoy sabemos que el tratado preservaba para Bolivia –pero sobre todo- para la empresa petrolera Standard Oil unos 38 mil kilómetros cuadrados de ubérrimo territorio petrolÃfero en poder de los paraguayos.
El doctor Zubizarreta, jefe de la delegación paraguaya, se negó a participar de semejante engaño y viéndose presionado, el departamento de estado norteamericano considerando su interés por preservar los pozos petrolÃferos para una empresa estadounidense solicitó la intervención del embajador paraguayo en Washington, el general José Félix Estigarribia. Éste fue comisionado de urgencia por los norteamericanos a Buenos Aires donde, tras protagonizar una fuerte discusión con Zubizarreta, lo desplazó de la jefatura de la delegación paraguaya.
El inefable Braden afirma con ironÃa en sus memorias que tuvo que despedir al jefe de la delegación paraguaya que entorpecÃa sus planes.
En la madrugada porteña del 9 de Julio de 1938, en el más estricto sigilo, se firmarÃa el tratado favorable al imperio petrolero que incluÃa una cláusula de permanecer para siempre en secreto. En él Paraguay renunciaba a todo arbitraje y cedÃa a Bolivia un extenso territorio entre la frontera actual y el lÃmite natural e histórico del Chaco al noroeste, el rÃo ParapitÃ, muy renombrado en la cultura popular paraguaya.
Se habÃa consumado lo que historiadores paraguayos denominaron “el dÃa de la infamiaâ€?, la traición que hoy es la mejor documentada de la historia paraguaya. Braden lo confesarÃa cuatro décadas más tarde: “Sólo la prensa y el público fueron engañados, pero ello era vital para restablecer la paz. Una vez logrado el acuerdo, ya no era necesaria mi presencia en Buenos Airesâ€?. (Luis Agüero Wagner) |
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